El primer mensaje del papa Francisco a su llegada a la Ciudad de México fue la petición de otorgar el perdón a quienes nos han hecho daño, el viernes 12 de febrero
“Les agradezco que estén aquí y les pido que recemos juntos, por aquellas personas que están enojadas, que tienen celos, envidia, para los que queremos, los que nos quieren, pero también para los que no queremos, los que no nos quieren y los que nos han hecho mal, a las que nos han hecho daño”, dijo Francisco a quienes lo esperaron afuera de la Nunciatura Apostólica, al sur de la capital mexicana.
Ese viernes, centenares de miles de católicos mexicanos se pusieron felices por la llegada del Sumo Pontífice a tierras aztecas. La espera terminaba. La nave de Alitalia que trajo al papa Francisco desde Roma, luego de una breve escala en La Habana, aterrizó en la Ciudad de México.
Francisco Bergoglio llegó al Aeropuerto Internacional de Ciudad de México a las 19 horas y 13 minutos, tiempo del centro del país, para iniciar una gira de seis días por Michoacán, Estado de México, Chiapas, Chihuahua, además de la Ciudad de México.
El papa Francisco fue recibido con una ovación y cientos de personas que prendieron sus celulares para darle la bienvenida.
A su llegada a la capital del país asistieron cerca de 300 mil personas distribuidas principalmente en el Bulevar Puerto Aéreo, Río Churubusco e Insurgentes Sur, informó el Gobierno de la Ciudad de México a través de un comunicado. Las autoridades capitalinas reportaron que el arribo de Francisco transcurrió sin incidentes mayores.
Es la séptima visita de un líderde la Iglesia católica a México desde 1979, cuando el entonces papa, y ahora santo, Juan Pablo II visitó por primera vez el país. La última visita papal a territorio mexicano fue en marzo de 2012, cuando el ahora benemérito Benedicto XVI estuvo en Guanajuato.
Antes de llegar a México, Francisco hizo una escala en Cuba para reunirse con el patriarca de Moscú, Kirill, el primero entre los líderes de dos iglesias separadas desde hace un milenio.
El recibimiento protocolario del líder de la Iglesia católica en el hangar presidencial (oriente de la ciudad) terminó a las 20:10 hora local; el papa Francisco subió al papamóvil —uno de cinco para la ocasión— hacia la Nunciatura Apostólica, en un recorrido de 19 kilómetros.
El pontífice rompió el protocolo y salió a las 21:45 hora local a dar un mensaje a las personas que habían esperado su llegada a la Nunciatura Apostólica.
“Mañana es sábado, es un día medio libre, pasado mañana es domingo, tenemos que estar todos descansados, mañana volvamos a encontrarnos”, le pidió a la multitud el jerarca católico.
El Papa estuvo en tierras mexicanas del 12 al 17 de febrero.
La visita de Francisco a México es la octava en un país del continente americano; la primera fue en Brasil (2013); le siguieron Ecuador, Bolivia, Paraguay, Cuba y Estados Unidos, todos en 2015.
El Papa aseguró que su viaje a México será “muy duro” y con una agenda “muy apretada” y a periodistas que lo acompañan les confesó que su deseo más profundo en este viaje era el “detenerse ante la Virgen de Guadalupe”, lo cual, posteriormente hizo.
El Papa explicó que la devoción por la “Virgen Morena” “no tiene explicación humana” pues “es algo que llega de Dios”, pues incluso “hasta los ateos mexicanos se sienten guadalupanos”.
Habla de temas que Peña Nieto elude mencionar
El papa Francisco no habló de cifras de las decenas de miles de mexicanos que han perdido la vida en forma desafortunada a manos del crimen organizado, por ejemplo, pero sí aludió directamente el problema frente al presidente Enrique Peña Nieto.
El Sumo Pontífice durante su discurso mencionó también temas álgidos que en México son pan de cada día, como: trata de personas, asesinatos, narcotráfico, corrupción, secuestro y muerte… pero que el presidente Enrique Peña Nieto elude en sus discursos.
Habló de miles de desparecidos, dedicó palabras a papás, mamás, abuelos y demás familiares “que han visto partir, perder o incluso arrebatarles criminalmente a sus hijos” en la misa que ofreció el sábado 13 de febrero en la Basílica de Guadalupe.
En la misa estuvieron Peña Nieto, acompañado de su esposa Angélica Rivera y el resto de su familia, así como otros políticos mexicanos.
Ese fue su primer día de actividades en la Ciudad de México y cinco minutos antes de las 8 de la noche, regresó a la Nunciatura Apostólica, en un recorrido de 18 kilómetros.
El papa Francisco saludó a los fieles que permanecía afuera de la Nunciatura Apostólica, casi una hora después de su regreso de oficiar una misa en la Basílica de Guadalupe.
“Les agradezco mucho la compañía que me hacen acá, empieza a bajar el frío, métanse a la camita, que descansen y recen por mí”.
El papa Francisco salió de este mismo sitio a las 4 de la tarde rumbo a la casa de la Guadalupana, donde cientos de feligreses lo esperaban para verlo por unos instantes y expresarle su cariño mediante pancartas, cánticos y porras.
Más temprano ese sábado el líder de la Iglesia católica visitó el Palacio Nacional y la Catedral Metropolitana, concluyendo estas actividades matutinas alrededor de las 13:00 horas, cuando regresó a la Nunciatura.
Ante los obispos mexicanos, Francisco habló sobre el peligro que representa el narcotráfico para la sociedad mexicana y pidió a los obispos “no dormirse en sus laureles” ante las problemáticas que vive el país, en un mensaje emitido desde la catedral metropolitana.
Durante su intervención, el Papa pidió a los pastores trabajar con otros sectores de la sociedad para erradicar la criminalidad y luchar “como los hombres, dando la cara” ante las injusticias.
“Conozco la larga y dolorosa historia que han atravesado, no sin derramar tanta sangre, no sin impetuosas y desgarradoras convulsiones, no sin violencia e incomprensiones”, dijo Francisco.
Miguel Ángel Mancera, gobernador de la Cd. de México, le otorgó las llaves de la Ciudad, así como el pergamino de huésped distinguido.
Visita de cortesía
Previamente, el papa fue recibido por el presidente de México, Enrique Peña Nieto, en Palacio Nacional a las 09:30 horas, tiempo del centro del país, en visita de cortesía, donde se entonaron los himnos nacionales mexicano y de El Vaticano.
En su discurso, el pontífice dijo que es necesario trabajar por el bien común, ya que sobreponer los intereses individuales al de las mayorías genera “terreno fértil para la corrupción, el narcotráfico, la exclusión de las culturas diferentes, la violencia e incluso el tráfico de personas, el secuestro y la muerte, causando sufrimiento y frenando el desarrollo”.
Que no haya que emigrar
para soñar
El papa Francisco invitó ayer a la grey católica a “hacer de esta bendita tierra mexicana una tierra de oportunidad, donde no haya necesidad de emigrar para soñar, donde no haya necesidad de ser explotado para trabajar, donde no haya necesidad de hacer de la desesperación y la pobreza de muchos el oportunismo de unos pocos”.
Una tierra, añadió, “que no tenga que llorar a hombres y mujeres, a jóvenes y niños que terminan destruidos en las manos de los traficantes de la muerte”.
Al efectuar el rezo del Angelus, al final de una misa a la cual concurrieron unas 300 mil personas, en Ecatepec, Estado de México, el Pontífice dijo que “esta tierra tiene sabor guadalupano”, e invocando a la Virgen María, expresó: “Ayúdanos a resplandecer en el testimonio de la comunión, del servicio, de la fe ardiente y generosa, de la justicia y el amor a los pobres, para que la alegría del Evangelio llegue hasta los confines de la Tierra y ninguna periferia se prive de su luz”.
Previamente, en su homilía, el jefe de la Iglesia católica demandó evitar las tentaciones del afán desmesurado de riqueza, la vanidad y el orgullo.
El rezo dominical que el Pontífice acostumbra decir en la Plaza de San Pedro en esta ocasión fue leído en la misa en Ecatepec, en la Unidad de Estudios Superiores de este municipio mexiquense.
Parafraseó a Paulo VI y dijo que un cristiano no puede menos que demostrar su solidaridad para solucionar la situación de aquellos a quienes aún no ha llegado el pan de la cultura o la oportunidad de un trabajo honorable.
No puede quedar insensible mientras las nuevas generaciones no encuentren el cauce para hacer realidad sus legítimas aspiraciones.
Los asistentes siguieron con solemnidad la liturgia que comenzó, conforme al programa, a las 11:30 horas. Y en minutos previos al arribo del Papa la Orquesta Sinfónica del Estado de México amenizó la espera de los feligreses, algunos de los cuales pasaron la noche en el lugar.
En el templete montado para la ocasión también estuvieron presentes los integrantes de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), entre ellos, el arzobispo primado de México, cardenal Norberto Rivera Carrera.
El Sucesor de Pedro concelebró la misa con el arzobispo de Tlalnepantla, Carlos Aguiar Retes, de quien se dice que es el amigo más cercano de Francisco en México.
Francisco alertó que con el demonio no se dialoga: “metámonoslo en la cabeza, con el demonio no se puede dialogar, porque nos va a ganar siempre. Solamente la fuerza de la palabra de Dios lo puede derrotar”.
SOUVENIRS
De manera desafortunada, al término del oficio religioso, a las 13:13 horas, los asistentes comenzaron a llevarse el aserrín y la arena de los tapetes multicolores que ornaron la celebración y fueron elaborados por casi un centenar de artesanos de San Pedro Xalostoc.
En estos tapetes, con arena de Huamantla, se dio forma a flores, palomas, corazones, en tanto que, con el aserrín, se representó a los grifos de los nueve Pueblos Fundadores de Ecatepec.
Lo mismo ocurrió con los adornos florales, mismos que buscaron llevárselos como recuerdo de la misa a la que asistieron, y había quienes de manera desesperada buscaban una maceta.
La situación llegó a tal grado que por los altavoces se comenzó a pedir a los asistentes que por motivos de seguridad, dejaran los adornos florales y que bajaran del escenario donde minutos antes se había llevado a cabo.
Pan con sabor a amargura…
Durante su homilía en la Diócesis de Ecatepec, en el estado de México, el papa Francisco advirtió contra tres tentaciones, la riqueza, la vanidad y el orgullo y dijo que “el padre de la mentira, es aquel que busca separarnos, generando una sociedad dividida, enfrentada. Una sociedad de pocos y para pocos”.
Ante miles de fieles católicos, luego de recordar que el miércoles anterior comenzó la Cuaresma, expuso: “Cuántas veces -y con dolor lo sigo- somos ciegos e inmunes ante la falta del reconocimiento de la dignidad propia y ajena.
Aseguró que en estos días la sociedad mexicana se enfrenta diariamente a tres tentaciones que también en su momento fueron para Cristo, la riqueza, la vanidad y el orgullo. “Tres tentaciones que buscan degradar, destruir y sacar la alegría y la frescura del Evangelio. Que nos encierran en un círculo de destrucción y de pecado”.
Detalló que “La riqueza está adueñándose de bienes que han sido dados a todos y utilizándolos tan sólo para mí o para los míos. Es tener el pan a base del dolor del otro, o hasta de su propia vida. Esa riqueza que es el pan con sabor a dolor, amargura, a sufrimiento. En una familia o en una sociedad corrupta es el pan que se le da de comer a los propios hijos”.
También alertó contra “la vanidad, esa búsqueda de prestigio en base a la descalificación continua y constante de los que “no son como uno”. La búsqueda exacerbada de esos cinco minutos de fama, pero no a la “fama” de los demás, “haciendo leña del árbol caído, deja paso a la tercera tentación.
“El orgullo -dijo el jerarca católico- o sea ponerse en un plano de superioridad del tipo que fuese, sintiendo que no se comparte la “común vida de los mortales”, y que se reza todos los días “gracias Señor porque no me has hecho como ellos”.
El gober y ‘los otros’
En una zona VIP, los invitados especiales del gobernador Eruviel Ávila, así como de la Arquidiócesis de Ecatepec, esperaron el inicio de la misa. Tenían comida caliente, sillas y pantallas gigantes.
La fila de personas daba la vuelta en el fraccionamiento Las Américas. Se formó con sus vecinas de la colonia Nicolás Romero.
A las 8 de la mañana, la fila para entrar en esta zona era ágil y la revisión, mínima; en algunos casos, con una llamada se solucionaba el acceso.
Los “otros” habían soportado la noche de frío, la mañana de calor sin agua ni sanitarios cerca, en espera de poder ver muy a lo lejos al papa.
Claudia Solórzano entró al predio “El Caracol” a las 11:30 de la noche del sábado para escuchar la misa del papa Francisco 12 horas después. Afuera esperó desde las 10.
-“¿Y qué comió en la noche?”
-”Esto… lo escondí y no me lo quitaron”, contesta riendo mientras muestra su bote vacío de yogurt.
A las más de 300 mil personas que esperaban ver al papa Francisco no se les permitió ingresar botes o comida por motivos de seguridad.
Los fieles durmieron en una noche en que la temperatura bajó hasta los 3 grados, en el piso del predio de grava y tierra.
Por la mañana hubo quienes se insolaron porque las bolsas de agua no llegaban a todos los rincones del predio.
Pero para Claudia de 59 años no importó; quería ver al Papa así, aunque fuera de lejos.
Adelante, los invitados especiales no sufrieron. Llegaron al final, estuvieron sentados, no trasnocharon.
El papa Francisco fue directo en su discurso: oró porque en México “no haya necesidad de hacer de la desesperación y la pobreza de muchos el oportunismo de unos pocos”.
Llamó a rechazar “el orgullo, o sea ponerse en un plano de superioridad del tipo que fuese, sintiendo que no se comparte la vida de los mortales y que reza todos los días, ‘Gracias Señor porque no me has hecho como ellos’”.
Tras la misa, la mayoría de los fieles recorrieron calles y avenidas cerradas buscando una salida para regresar a sus casas.
Convive con niños
“Nunca se dejen pisotear por nadie”, dijo el papa Francisco como despedida a unos 600 niños de entre 9 y 12 años de edad de las parroquias y escuelas de esta diócesis que lo recibieron con gran algarabía en la Catedral de Morelia, el martes 16 de febrero..
Al llegar a la Catedral, fue recibido por autoridades religiosas, a quienes saludó antes de entrar al templo dedicado a la Transfiguración del Señor, donde también estaban presentes un grupo de menores con alguna discapacidad, así como los 26 integrantes del famoso Coro de los Niños Cantores de Morelia.
El Papa depositó un ramo de flores ante la imagen de la Virgen de la Salud y otro ante las reliquias de dos niños, tras lo cual dirigió un breve mensaje a los 600 niños reunidos en la Catedral de Morelia.
Enseguida saludó, bendijo y dio palmadas a varios pequeños enfermos, uno de los cuales lo abrazó con gran ternura, tras lo cual caminó por el pasillo central de la iglesia hacia las puertas de la Catedral mientras los infantes no cesaban de gritar su nombre y cantar.
El Papa Francisco salió de la Catedral de Morelia en compañía del arzobispo de Morelia, cardenal Alberto Suárez Inda, y se detuvo en el atrio para escuchar a la orquesta y el Coro de Infantes de ese templo.
Al terminar la canción, se acercó para que le tomaran una fotografía con el coro, a cuyos integrantes les invitó a seguir siendo creativos, a buscar la belleza y “las cosas lindas que duran toda la vida y nunca se dejen pisotear por nadie”.
Enseguida les dio la bendición y les pidió que de vez en cuando le canten alguna canción, “aunque estén lejos”.
DETALLE MENOR
El director de la Oficina de Prensa del Vaticano, P. Federico Lombardi, explicó a la prensa que lo ocurrido en Morelia con un joven que casi hace caer al Papa Francisco es un hecho sin mayor importancia.
El vocero vaticano consideró que la reacción papal de llamar la atención del joven fue natural.
“Es una reacción muy humana, muy normal… cualquiera ante una situación similar habría reaccionado de esa forma, más aún después de una larga jornada de actividades”, indicó.
Explicó que después de muchos encuentros en los que “pone todas sus energías en ser cariñoso con todos, y Les tomado de una parte por caer, esto realmente es algo que puede hacer algo de nervosidad (nerviosismo)”.
Reiteró que el incidente no tiene mayor importancia y que el Pontífice continuó sus actividades con el mismo entusiasmo y cariño por el pueblo de México.
Al concluir el encuentro con los jóvenes en Morelia, el Papa Francisco se acercó a quienes querían saludarlo. Mientras le daba un rosario a uno de los que se amontonaban para verlo, alguien provocó que el Santo Padre cayera sobre un muchacho con discapacidad, lo que generó la severa corrección del Pontífice.
“Por favor”, dijo el Papa antes de caer sobre un muchacho con discapacidad producto del jaloneo y la disputa de los jóvenes por un rosario que obsequió. “¿Qué te pasó? ¡No seas egoísta! ¡No seas egoísta!”, dijo enérgico el Papa al reponerse. Al abandonar dicho recinto, el jerarca realizó un recorrido por la capital michoacana a bordo del papamóvil hacia la sede del Arzobispado.
Al término del evento, el Papa regresó a la ciudad de México, para partir al día siguiente a Ciudad Juárez.
La riqueza de México
Fragmento del mensaje del papa Francisco a los jóvenes en Morelia.
La principal amenaza a la esperanza son los discursos que te desvalorizan, te van como chupando el valor y terminas como caído, ¿no es cierto? ¿Como arrugado con el corazón triste? Discursos que te hacen sentir no de segunda, sino de cuarta.
La principal amenaza a la esperanza es cuando sentís que no le importás a nadie o que estás dejado de lado. Esa es la gran dificultad para la esperanza cuando en una familia, sociedad o escuela o en un grupo de amigos te hacen sentir que nos les importás. Y eso es duro, es doloroso ¿pero eso sucede o no sucede? ¿Sí o no? Sí, sucede. Eso mata, eso nos aniquila y esa es la puerta de ingreso para tanto dolor. Pero también hay otra principal amenaza a la esperanza, la esperanza de que esa riqueza que son ustedes crezca y dé su fruto. Y es hacerte creer que empiezas a ser valioso cuando te disfrazas de ropas, marcas, del último grito de la moda, o cuando te volvés prestigio, importante por tener dinero pero, en el fondo, tu corazón no cree que seas digno de cariño, digno de amor. Y eso tu corazón lo intuye.
La esperanza está amordazada por lo que te hacen creer, no te la dejan surgir. La principal amenaza es cuando uno siente que tiene que tener plata para comprar todo, incluso el cariño de los demás. La principal amenaza es creer que por tener un gran “carro” sos feliz.
¿Es verdad esto que por tener un gran carro sos feliz?
Ustedes son la riqueza de México, ustedes son la riqueza de la Iglesia. Permítanme que les diga una frase de mi tierra, no les estoy “sobando el lomo”, no los estoy adulando. Y entiendo que muchas veces se vuelve difícil sentirse la riqueza cuando nos vemos continuamente expuestos a la pérdida de amigos o de familiares en manos del narcotráfico, de las drogas, de organizaciones criminales que siembran el terror. Es difícil sentirse la riqueza de una nación cuando no se tienen oportunidades de trabajo digno. Alberto, lo expresaste claramente: posibilidades de estudio y capacitación, cuando no se sienten reconocidos los derechos que después terminan impulsándolos a situaciones límites. Es difícil sentirse la riqueza de un lugar cuando, por ser jóvenes, se los usa para fines mezquinos, seduciéndolos con promesas que al final no son reales, son pompas de jabón.
Y es difícil sentirse rico así. La riqueza la llevan adentro, la esperanza la llevan adentro pero no es fácil por todo esto que les estoy diciendo que es lo que dijeron ustedes. Faltan oportunidades de trabajo y estudio dijo Roberto.
Pero, pese a todo, esto no me voy a cansar de decirlo: ustedes son la riqueza de México.
‘Queremos hablarle
a Dios en nuestra lengua’
Probablemente fuese un tópico esperado. O temido, por parte del gobierno mexicano. Y sucedió: el papa Francisco cuyo liderazgo mundial trasciende al religioso, se plantó el lunes 15 de febrero en la selva de Chiapas y pronunció un preciso y fuerte señalamiento contra “el dolor, el maltrato y la inequidad” sufrida por los pueblos indígenas, que en México suman 11 millones de personas de un total de 50 en toda América Latina.
Jorge Mario Bergoglio pidió perdón a los indígenas y animó a que los gobernantes también lo hagan por “excluirlos, menospreciarlos y expulsarlos de sus tierras”.
El viaje del papa Francisco por los problemas nuevos y viejos de México fue subiendo los decibeles conforme avanzaba la gira. Ya su presencia en el Estado de Chiapas, donde un tercio de sus cuatro millones de habitantes sufre pobreza extrema, sitúa al Gobierno frente una de las grandes asignaturas pendientes del país: la prácticamente inexistente integración de los indígenas en la vida cultural, social y política del país. Además, Bergoglio lo hizo sin medias tintas, incluyendo también al Vaticano y a la jerarquía mexicana de la Iglesia católica entre quienes se han equivocado en su relación con Chiapas y sus moradores. La visita a la tumba del obispo indigenista Samuel Ruiz (1924-2011), cercano a la teología de la liberación y a quien el Gobierno y el Vaticano hicieron la vida imposible, se convirtió en la constatación más gráfica de un cambio de ruta. El otro gesto fue autorizar de nuevo la ordenación de diáconos permanentes indígenas y la utilización en la liturgia de sus idiomas, algo que ya hacía el obispo Ruiz y por lo que recibió fuertes críticas de la Iglesia oficial.
Bergoglio ligó la protección de los inmigrantes con el cuidado a la naturaleza. Dijo que “el mundo de hoy” tiene mucho que aprender de la relación “armónica” de los indígenas con la naturaleza y animó de nuevo a los gobernantes a tomar ejemplo de una cultura que aún educa a sus jóvenes “con la sabiduría de sus ancianos”.
Tras las palabras de Bergoglio, el obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi leyó un emotivo mensaje suscrito por las comunidades indígenas: “Aunque muchas personas nos desprecian, tú has querido visitarnos y nos has tomado en cuenta. Llévanos en tu corazón con nuestra cultura, con las injusticias que sufrimos, con el dolor de nuestros enfermos. Gracias por haber aprobado el uso en la liturgia de nuestros idiomas. Queremos hablarle a Dios en nuestra lengua”.
Pero el momento clave de la presencia del Papa en Chiapas se produjo en San Cristóbal de las Casas, durante la misa celebrada en español y en las lenguas indígenas.
Mientras el pontífice hablaba abajo, en la explanada, destacaron los trajes multicolores y una infinidad de atuendos étnicos originarios de todas las regiones de México. Unas 100 mil personas participaron de la celebración.
El Papa empezó su discurso con la frase en tzotzil “Li smantal Kajvaltike toj lek”, que significa “la ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma”. Partiendo de allí hizo una reflexión sobre el anhelo a la tierra inscrito en el corazón de los hombres y de los pueblos.
Todos, corroboró, desean una tierra donde la desvalorización sea superada por la fraternidad, la injusticia sea vencida por la solidaridad y la violencia sea callada por la paz. Un anhelo que es compartido por Dios, apuntó.
Después de reconocer como legítimo el anhelo de los pueblos indígenas de vivir en libertad –“en una tierra prometida donde la opresión, el maltrato y la degradación no sean la moneda corriente”–, el Papa pronunció un alegato que, por su relevancia, merece la pena reproducir en su integridad. “Muchas veces, de modo sistemático y estructural, los pueblos indígenas han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad. Algunos han considerado inferiores sus valores, su cultura y sus tradiciones. Otros, mareados por el poder, el dinero y las leyes del mercado, los han despojado de sus tierras o han realizado acciones que las contaminaban. ¡Qué tristeza! Qué bien nos haría a todos hacer un examen de conciencia y aprender a decir: ¡perdón! El mundo de hoy, despojado por la cultura del descarte, los necesita”.
Una sola fe
Miles de católicos en El Paso, Texas, se unieron en oración a millares de personas del otro lado de la frontera en Ciudad Juárez, México, para asistir a la misa que encabezó el Papa Francisco, su último acto público en suelo mexicano.
La celebración religiosa, en el sexto y último día de la visita papal, el miércoles 17, fue vista por unas 30 mil personas del lado estadounidense de la frontera a través de una pantalla gigante en el Estadio Sun Bowl en El Paso, lo que dio a la ceremonia un sello binacional.
Imágenes de la muchedumbre reunida en El Paso fueron transmitidas también a los asistentes a la misa en Ciudad Juárez, logrando prácticamente a través de la tecnología que la frontera desapareciera y que los feligreses de uno y otro lado oraran al unísono.
“Gracias a la tecnología podemos orar, cantar y celebrar juntos el amor misericordioso que Dios nos dio; esa oración que nos une no puede ser separada por la frontera”, dijo el Papa durante la misa, al referirse al evento simultáneo.
Gracias por hacernos sentir una sola comunidad cristiana”, añadió el pontífice, provocando la ovación de los asistentes a la celebración en El Paso.
No en vano, la diócesis de esta ciudad fronteriza bautizó el evento en el estadio Sun Bowl con el nombre de “Dos Naciones, Una Fe”.
Muchos de los que asistieron al Sun Bowl eran inmigrantes indocumentados, que no pueden viajar a México o a sus países de origen, pues perderían la posibilidad de regresar a Estados Unidos.
“Para nosotros, estar aquí es muy reconfortante, grandioso, venir a ver al Papa aunque sea por una televisión, pero junto con todos los demás”, dijo Guadalupe Chávez en el estadio Sun Bowl junto con su esposo Raúl López y sus hijas Sandra Nayeli y Emily.
El matrimonio López tiene 15 años residiendo sin documentos en El Paso, a donde llegaron en 2001 procedentes de Ciudad Juárez en búsqueda de salud para su hija Sandra Nayeli, enferma de leucemia, y ahora bajo control.
Estela González, una inmigrante indocumentada originaria de la ciudad de Chihuahua, dijo que le hubiera gustado ir a la misa del Papa en Ciudad Juárez, pero debido a su situación migratoria no pudo hacerlo.
“Agradezco infinitamente a la diócesis de El Paso por haber organizado esto”, dijo González, quien se dedica a la limpieza de casas en El Paso.
Otros como Manuel Barrios, administrador de la Parroquia de Cristo Rey en El Paso, dijo que no acudió a la misa en Ciudad Juárez, por cuestiones de trabajo. “Es una cuestión única, lo sé, pero al menos aquí pude seguirlo casi como estando allá mismo”, indicó.
El evento “Dos Naciones, Una Fe”, inició en punto de las 12:00 horas de este miércoles, cuatro horas antes de que comenzara la misa del Papa en Ciudad Juárez.
Para llenar ese tiempo, la diócesis de El Paso montó un programa que incluyó danzas de “matachines” a cargo de 300 integrantes de diversos grupos de danzantes de la región, incluyendo un buen número de miembros de la tribu Ysleta del Sur Pueblo Tigua, de El Paso.
El programa incluyó también música de mariachi y de bandas de las escuelas preparatorias de El Paso, además del coro de la diócesis de esta frontera.
Casi al inicio del evento, Tony Meléndez, guitarrista y cantante de origen nicaragüense que nació sin brazos, y toca la guitarra con sus pies, emocionó a quienes comenzaban a llegar al Sun Bowl al enviar un mensaje de motivación que hizo llorar a varios asistentes.
“Nunca he tenido manos, pero mis pies han hecho todo, y hasta puedo escribir con ellos. Si yo puedo hacer esto sin manos, imagínate lo que puedes hacer tú, si tratas, si le echas ganas, puedes ayudar a muchos”, indicó.
El sacerdote Jack Wall, presidente de Extensiones Católicas, una organización de la Iglesia dedicada a recabar fondos para las misiones de las diócesis en Estados Unidos, tuvo a su cargo una oración de agradecimiento y una reflexión.
Wall dijo que la frontera entre México y Estados Unidos se ha convertido en la nueva Ellis Island, el sitio en la bahía de Nueva York que a finales del siglo XIX y principios del XX recibió a cientos de miles de inmigrantes.
“Allá en Ellis Island los inmigrantes eran recibidos por dos señoras, la Dama de la Libertad y la Santa Madre Iglesia. Aquí en la frontera también reciben a los inmigrantes, la Santa Madre iglesia y la Virgen de Guadalupe, que los acoge siempre bajo su manto protector” señaló.
Migración y muerte:
una terrible injusticia
“¡No más muerte ni explotación!”, clamó el Papa Francisco en una misa que celebró el miércoles 17, en su último día de visita, en la frontera de México-Estados Unidos, donde denunció las “terribles injusticias” que sufren los migrantes en su intento por llegar “al otro lado”.
“Esclavizados, secuestrados, extorsionados, muchos hermanos nuestros son fruto del negocio del tránsito humano”, dijo el Papa al hablar ante miles dve personas congregadas en la explanada El Chamizal, a escasos metros de la alambrada que separa Chihuahua de Texas.
En la parte estadounidense un grupo de fieles pudo seguir la celebración y antes de ingresar en el estadio de futbol local, donde se montó el altar, pasó con el papamóvil por “el punto”, el espacio más cercano al sector fronterizo, se bajó del vehículo y envió una bendición a través de la malla metálica.
“No podemos negar la crisis humanitaria que en los últimos años ha significado la migración de miles de personas, ya sea por tren, por carretera e incluso a pie, atravesando cientos de kilómetros por montañas, desiertos, caminos inhóspitos”, apuntó.
“Esta tragedia humana que representa la migración forzada hoy en día es un fenómeno global. Esta crisis, que se puede medir en cifras, nosotros queremos medirla por nombres, por historias, por familias”, agregó.
Recordó que en Ciudad Juárez y en otras zonas fronterizas se concentran miles de migrantes de Centroamérica y otros países, sin olvidar a los mexicanos que también buscan pasar al otro lado.
Sostuvo que ellos son hermanos y hermanas que salen expulsados por la pobreza, la violencia, el narcotráfico, el crimen organizado y, frente a “tantos vacíos legales”, caen presas de una red que atrapa y destruye siempre a los más pobres.
Abundó que no sólo sufren la pobreza, sino que encima sufren estas formas de violencia; una injusticia que se radicaliza en los jóvenes que se vuelven “carne de cañón”, son perseguidos y amenazados cuando tratan de salir de la espiral de violencia y del infierno de las drogas.
“¡Y qué decir de tantas mujeres, a quienes se les ha arrebatado injustamente la vida!”, continuó, haciendo referencia a las “Muertas de Juárez”.
Llamó a que le pidan a Dios “el don de la conversión”, “el don de las lágrimas” y tener el corazón abierto a su llamado en el rostro sufriente de tantos hombres y mujeres.
“¡No más muerte ni explotación! Siempre hay tiempo de cambiar, siempre hay una salida y una oportunidad, siempre hay tiempo de implorar la misericordia del padre”, apuntó.
Más adelante aseguró que conoce y destacó el trabajo de las organizaciones de la sociedad civil a favor de los derechos de los migrantes, así como la labor comprometida de tantas hermanas religiosas, de religiosos y sacerdotes, de laicos “que se la juegan en el acompañamiento y en la defensa de la vida”.
Sostuvo que ellos son “signos que se vuelven luz en el camino y anuncio de salvación”, al asistir en primera línea, arriesgando muchas veces su vida.
“Con sus vidas son profetas de la misericordia, son el corazón comprensivo y los pies acompañantes de la Iglesia que abre sus brazos y sostiene”, aseveró.
El jerarca católico agradeció por último a “los hermanos y hermanas” de la vecina comunidad de El Paso, Texas, por “hacernos sentir de una misma comunidad cristiana”.
Miles de católicos estadounidenses y de otras nacionalidades acudieron al estadio Sun Bowl en El Paso y gracias a la tecnología pudieron seguir paso a paso las incidencias del acto litúrgico, gracias a las pantallas colocadas en el recinto.
Notimex, AFP, El Universal, El País