Hay quienes podrían considerar a la secundaria número 2 “Adolfo López Mateos” una cárcel, pero para la inmensa mayoría de los padres y estudiantes que ahí acuden, es la escuela más segura de Matamoros y Tamaulipas. Tanta es la seguridad en este plantel educativo, que si Joaquín “El Chapo” Guzmán hubiera sido recluido allí, jamás se hubiera escapado. Bueno, eso dicen los “memes”.
Con más de un centenar de cámaras, escaneo de retina, registro de asistencia con huella digital, revisión con detector de metales, y próximamente perros entrenados para olfatear y descubrir drogas, la secundaria número 2 “Adolfo López Mateos” es el plantel educativo más seguro de todo Tamaulipas y un ejemplo a seguir para escuelas públicas y privadas.
La secundaria se ubica en la colonia Popular, la cual hace cinco décadas tenía colindancia con la zona de tolerancia de Matamoros, pero pudo vencer todos los estigmas que conlleva el estar cerca de un “barrio bravo”.
José Alfredo Candelaria Fuentes, director del plantel educativo, explica que las secundarias número 4 y 5, así como el CBTis 135 y el colegio Oralia Guerra de Villarreal, buscaron un acercamiento para copiar su sistema de seguridad, que ha sido todo un éxito.
“Lamentamos mucho lo ocurrido en Monterrey en el Colegio Americano del Noreste, por eso nosotros estamos en la postura de prevenir, por ello desde hace 14 años implementamos las primeras medidas de seguridad en nuestro plantel y actualmente somos un ejemplo a nivel estatal”, sentenció Candelaria Fuentes.
Como resultado de estas medidas de seguridad se han detectado dos armas punzocortantes y también en un par de ocasiones se decomisaron drogas; en ese entonces los muchachos fueron canalizados a una institución y regresaron a la escuela cuando estuvieron rehabilitados.
Aclaró que actualmente invierten en seguridad aproximadamente 3 millones de pesos al año, y participa personal especializado en la operación de los sofisticados equipos de vigilancia y escaneo.
También sirven de apoyo los prefectos y siempre cuentan con la asistencia del departamento de Psicología y Orientación, que es a donde son enviados los alumnos que presentan alguna irregularidad para recibir un tratamiento.
“Actualmente los estudiantes hacen acto de presencia de manera digital o con la retina, anteriormente teníamos una credencial con código de barras, pero eso ya es parte del pasado, aquí lo importante es que si el alumno no se registra en el escáner, en menos de 30 minutos se le envía un mensaje de texto a los padres, que advierte que su hijo no fue a la escuela”, dijo.
El directivo estableció que aparte del uso de las cámaras, se hacen revisiones periódicas con la denominada “Operación Mochila”, donde el alumno pone todas sus pertenecías en una mesa y el personal de seguridad lo escanea con el detector de metales, con la finalidad de proteger a la comunidad estudiantil.
Manifestó que los padres de familia tienen que tomar al menos 10 sesiones de la llamada Escuela para Padres, que se imparten entre semana. Para que no haya excusas para no acudir, también hay cursos los sábados, y actualmente tienen una buena asistencia.
Recordó que hace unos 14 años instalaron las primeras cámaras de circuito cerrado, las cuales eran muy grandes y únicamente se ubicaron en los patios de la escuela para no violentar la privacidad de maestros y alumnos.
“Años después las cosas cambiaron y los maestros comprendieron que la videovigilancia era para proteger a la comunidad estudiantil, y aceptaron gustosos que se instalaran en todas las aulas de clases; en algunos salones tienen hasta tres, para captar diferentes ángulos”, dijo el director.
Atribuyó el tiroteo en el colegio de Monterrey a una situación de carácter familiar donde, considera Candelaria Fuentes, la familia era disfuncional; recomendó a los padres no darles todo a los hijos, darles tiempo afectivo y no efectivo, pues -señala- la atención personalizada juega un papel importante.
“Cuando ocurre una desatención por parte del padre de familia, muchas veces pretenden cubrirlo o taparlo con dinero y eso es un gravísimo error, por eso bien dice el dicho que lo barato lo compra el dinero”, precisó.
Otra medida que ha dado resultado a los directivos de la secundaria número 2 es que las agresiones y los casos de bullying inmediatamente son documentados y no buscan culpables, sino soluciones; además, nunca se castiga al alumno con la expulsión o suspensión.
“Allí es donde nuestro departamento de Orientación o Psicología intervienen, los muchachos son canalizados a la biblioteca y su horario se amplía hasta las cinco de la tarde, donde son llamados a practicar la lectura”, asegura.
Tanta ha sido la seguridad, que en los últimos 16 años los amantes de lo ajeno solamente han visitado el plantel en dos ocasiones, y al verse descubiertos y grabados se llevaron cosas pequeñas y salieron corriendo, temiendo ser identificados.
Además, la escuela secundaria Adolfo López Mateos tiene su cuenta oficial en Facebook, a través de la cual envía oficios, memorandos y circulares; con ello, se ahorran miles de pesos en hojas de papel y contribuyen al cuidado del medio ambiente.
La escuela cuenta con su propia estación de radio, La Voz de la Dos (http://sec2matamoros.com.mx/), donde se transmite música las 24 horas y además sirve de enlace con los alumnos y padres de familia, ya que por ese medio también se envían comunicados.
ESTAN SEGUROS
Y EN BUENAS MANOS
Por su parte, Jorge Alberto Torres Cárdenas, presidente del Consejo Escolar de Participación Social de la secundaria número 2, y quien tiene a una hija cursando el tercer año en el plantel, aseguró que tan pronto entra su pequeña a la escuela, siente una enorme tranquilidad.
“Definitivamente la secundaria 2 es la escuela más segura de todo Matamoros, sé que está en buenas manos, resguardada y protegida, esto ante eventos como los suscitados en Monterrey”, recalcó orgulloso el padre de familia.
Destacó que hay quienes comparan a la secundaria 2 con una cárcel, pero eso es exagerado, la verdad es que en cuestiones de seguridad no hay que escatimar esfuerzos, ni recursos, todo por el bien de los estudiantes, considera.
“Incluso el año pasado circuló un “meme” en las redes sociales, donde aparecía “El Chapo” Guzmán y se aseguraba que si el ahora extraditado narcotraficante hubiera estado en la López Mateos, jamás se hubiera escapado, pues nuestros sistemas de vigilancia son muy modernos y sofisticados”, dijo.
Torres Cárdenas externó que la barda perimetral impide que los alumnos se vayan de pinta, además de que las cámaras de seguridad están instaladas en todos los puntos y es prácticamente imposible escapar a los ojos de las 120 lentes que están activas las 24 horas del día, los 365 días del año.
El escaneo de retina o iris es lo último en tecnología, y solamente el Servicio de Administración Tributaria (SAT) y la secundaria número 2 lo tienen en funcionamiento en Matamoros.
“Por eso estamos muy orgullosos de que nuestros hijos estén en este plantel educativo. Nuestros adolescentes están propensos a las tentaciones y pueden estar susceptibles a buscar cualquier experiencia nueva como irse de pinta o enrolarse con personas malas, pero en la secundaria esto no ocurre, los alumnos saben perfectamente que vienen a la secundaria número 2 a estudiar”, señaló.
Especificó que los gastos para mantener este sistema de seguridad son muy altos, pero bien vale la pena invertir, y las cuotas de inscripción son iguales que en cualquier otra secundaria.
“Nosotros estamos pagando mil 100 pesos al año de cuota escolar, pero eso no es suficiente, por ello tenemos dos eventos que organizamos: uno es la kermes y el otro la rifa de un auto último modelo; sólo así podemos satisfacer las necesidades de la escuela”,indicó.
JOSE, EL NIÑO DEL SAX
José García Rodríguez cursa actualmente el segundo año de secundaria y no tiene tiempo para pensar en irse de pinta o ausentarse sin motivo alguno a las clases.
El joven prefiere tocar el sax, instrumento que le dota la escuela. Pertenece a la banda de música, y tan pronto suena el timbre de salida, se dirige a los patios de la institución, donde interpreta música salsa para el deleite de todo aquel que llega a pasar cerca de él.
“Me encanta la música movida, esa que tiene ritmos caribeños, la verdad con tanta actividad no nos queda tiempo para pensar en hacer algo malo, estamos bien resguardados, aparte muchos ojos nos vigilan (refiriéndose a las cámaras de seguridad)”, mencionamientras interpreta en el sax la música de la canción La Vida es un Carnaval, que inmortalizara la cubana Celia Cruz.
Asegura el joven músico que en cualquier rincón de la escuela está instalada una cámara y todos los estudiantes los saben. “No tenemos escapatoria, por eso mejor nos dedicamos a estudiar y hacer lo que más nos gusta en nuestro tiempo libre”, asegura.