El 2017 arrancó con incrementos del gobierno a los precios de los energéticos, lo cual ha generado un descontrol no solamente para usuarios, sino también estaciones de servicio independientes, que después de sufrir mermas alcanzaron –mediante dramáticas negociaciones– un acuerdo de combustible subsidiado.
El aviso del gobierno es reiterativo: no habrá desabasto de gasolina en Reynosa y los municipios de la frontera; sin embargo, se mantendrá cara, así como lo tenía previsto la Federación con su paquete de aumentos anunciados para este año que recién comenzó, y en el que quedó derogado el esquema de la homologación con Texas.
Y es que desde antes de arrancar el 2017 los buenos propósitos ya habían sido empañados con una lesión más a la economía de los mexicanos, una que se traduce a un gasto de 100 pesos adicionales por cada tanque de gasolina para quienes disponen de un vehículo compacto.
Los fines recaudatorios que presuntamente impulsaron un cambio en la tabulación de combustibles (incrementados de tres hasta seis pesos por litro en las despachadoras), pusieron descontentos a los empresarios gasolineros independientes que, para colmo, debieron colocar el carburante a un costo menor al que Petróleos Mexicanos se los vendía, con la supuesta promesa de ser bonificados.
Aún así en un frente a frente –de 12.89 por 15.80 pesos por litro de Magna y 15.88 por 17.46 de Premium– no podían competir con compañías de cadenas comerciales que también integran el ramo de los combustibles.
Amenazaron con irse a un paro indefinido. Vender hasta que se les terminara. No comprar nuevamente a Pemex si no les daban una solución.
Desde Nueva Ciudad Guerrero hasta Matamoros, en Tamaulipas hay alrededor de quinientas estaciones de gasolina y diesel que pertenecen a empresarios locales (46 en Reynosa), las cuales registraron severas afectaciones con la nueva postura de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), encargada de fijar tales precios que, como quedó previsto en la Ley de Hidrocarburos, es ahora la Comisión Reguladora de Energía (CRE), la que vigila que se cumplan.
Se calcula que las pérdidas por cada pipa de 20 mil litros (para cubrir dos días la demanda) son de 60 mil pesos, dinero que estos comerciantes aún no reciben.
CAOS Y DESOLACIÓN
Lo cierto es que el incremento de un producto básico para el transporte cotidiano de una nación ha provocado incertidumbre, compras de pánico y, en contraparte, gasolineras que quedaron solitarias.
En la primera quincena de 2017 se han podido observar largas filas y una espera de hasta 45 minutos para cargar combustible, en bombas que ofertan la “verde” en 12.89, siendo el energético más vendido, mientras que quienes la tienen en 15.80 están prácticamente fuera de órbita.
Ante ese escenario, los empresarios gasolineros acudieron a la Ciudad de México para negociar la problemática, logrando un apoyo para homologarse con todas las estaciones de la región fronteriza de Tamaulipas en 12.89 pesos y 15.88 de Magna y Premium, respectivamente.
No obstante, al cierre de esta edición existían despachadoras en Reynosa que aún presentaban costos más elevados, mismas que la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) avalaba, al considerar que no transgreden los valores establecidos por la CRE y argumentando que tampoco había recibido ninguna clase de notificación sobre un presunto acuerdo de los empresarios con el Gobierno federal.
“Aquí nosotros lo que tenemos de conocimiento es que dependiendo la Comisión Reguladora de Energía hay dos precios: con y sin estímulo.
“No sabemos que haya cambios, pero lo que estamos vigilando es que no se presente un desabasto, y solicitamos que las estaciones de gasolina no condicionen la venta a los consumidores”, afirmó Alberto Martínez Cavazos.
El funcionario comentó que en cuestión de precios no manejan la opción de la denuncia, pero asegura que la Profeco sí se encarga de verificar que no falte el combustible a la venta del público, al que no se lo pueden negar si hay en existencia.
PREVISIBLE INFLACION
Aunque sea la evolución de las condiciones de mercado la excusa del gobierno para incrementar los costos del combustible en México, el tema de las gasolinas parece ser una “bomba de tiempo”.
Por lo pronto, las estaciones reiteran que si no tienen subsidios, dejarán de efectuar recargas como una forma de presionar a Pemex; sin embargo, en pleno enero hay grupos gasolineros que hacen su agosto, vendiendo casi a tres pesos más por litro de los 11.08 que costaba comprar Magna hasta el último minuto de 2016, y ofreciéndola tres pesos más económica que los grupos gasolineros de Tamaulipas.
José Antonio Meade, secretario de Hacienda, manifestó que no habría aumentos en los costos del transporte público, pero Anselmo Almaraz, regidor de dicha comisión en el cabildo de Reynosa, acepta que podría desencadenarse una inflación en el costo de los productos y servicios.
De hecho, algunas líneas de camiones foráneos ya han incrementado el valor de los pasajes por este drama.
Y con ello se siguen vislumbrando más casos de anarquía, tomas clandestinas y jornadas violentas por la cresta a los combustibles que ha provocado el gobierno de Enrique Peña Nieto. Por lo pronto en Reynosa, hay gasolina, pero no barata.