De las 315 Unidades Médicas Urbanas (UMU) que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) tiene en 28 estados del país como parte del programa IMSS-Bienestar, 300 dejaron de operar el pasado 15 de junio.
En un oficio, la titular de IMSS-Bienestar, Gisela Juliana Lara Saldaña, informó que el proyecto dejaría de recibir recursos tras la eliminación del plan federal Prospera, y que el dinero sería entregado directamente a los beneficiarios a través de apoyos.
Médicos y enfermeras de esos centros de salud en 18 entidades denunciaron que fueron despedidos, en algunos casos sin indemnización, y a todos se les pidió entregar las instalaciones.
El cierre de estos centros de salud cobra importancia luego de que, a su llegada a la dirección del Seguro Social, Zoé Robledo Aburto afirmó que no habría recortes de personal médico.
Exempleados de las UMU comentaron que lamentan el cese de sus contratos, las malas condiciones laborales y que el cierre de las clínicas afecte a los más vulnerables, puesto que su tarea era atender a población sin seguridad social en zonas urbanas marginadas.
Octavio Méndez, quien laboró como médico en una UMU de Guanajuato, dijo que hay a quienes se les ofreció una plaza en alguna Unidad Médica Rural (UMR); sin embargo, las vacantes son muy pocas.