Ante los ojos de la cabecera municipal del municipio de Escobedo N.L., se encuentran viviendas de asentamiento irregular, en las cuales se tienen múltiples carencias y dificultades para vivir dignamente.
Casas de madera, o de cemento con techos de lamina que en épocas de calor son un “infierno”, alambres de púas, cercas de madera, terracería, matorrales y animales (vacas, cerdos, gallinas, caballos y perros), son los rasgos que caracterizan la zona.
A espaldas de las viviendas se encuentra el Río Pesquería, que más que agua, pareciera un área destinada a los deshechos de los habitantes.
La colonia Unión de Colonos Benito Juárez se encuentra en la entrada contigua al Puente de la calle Paseo de la Amistad y de inmediato se aprecian las condiciones en las que se vive en ese lugar.
Las dificultades para conseguir lo que hasta ahora tienen, les costó visitas constantes a los diferentes alcaldes que han estado al frente del municipio, pero por situaciones económicas, nuevamente les han sido arrebatados.
La luz mercurial que se requiere para el alumbrado de las calles es nulo, esto se debe a que las personas se roban los cables para ir a vender el cobre.
También les quitaron la tubería del agua, que aunque no llegaba a todas las viviendas, en las que sí, comenzaron a fallar con el pago y les fue retirado el servicios.
Las promesas que les hacen sólo tienen validez en época de campaña, pues mencionan que en ese tiempo es cuando los visitan y son tomados en cuenta.
Durante la campaña de Clara Luz, ex alcaldesa del municipio, mencionaron que antes de ser electa visitó la colonia en repetidas ocasiones, prometiendo donaciones de ropa, despensa, servicio de agua, pavimentación, etc.
Pero de todo lo anterior, sólo se cumplió una cosa, la construcción del puente Paseo de la Amistad, que facilita el traslado en coche o caminando a las escuelas y trabajos, evitando cruzar el Río Pesquería
Antes de la construcción del puente, mencionan que tenían que rodear hasta la carretera Colombia, tardando mucho tiempo para llegar a sus destinos.
Otro de los problemas a los que se enfrentan son al transporte, los taxistas no entran a esas calles, por miedo a perjudicar las llantas de sus coches o por temor a ser asaltados. Y el transporte público no llega muy cerca de la zona.
Hasta el año pasado en la colonia Unión de Colonos Benito Juárez, no pasaba la basura y la pipa de agua se demoraba.
Para no estar acumulando basura y estar expuestos de la creación de algún hongo, insecto o más moscas que ya abundan y evitar enfermedades, se quemaban todos los deshechos que fueran generando.
La quema de basura siempre ha representado un peligro importante y en este caso, es aún de mayor relevancia ya que el lugar está rodeado por arbustos y matorrales que pudieran arder sin previo aviso.
Desde plástico, basura, recolección de madera, muebles en mal estado, son algunos de los desechos que conforman los pasillos de la colonia.
Los animales constituyen un papel importante en el estilo de vida de los habitantes, ya que, aunque muchos trabajan en fábricas, otros viven de lo que producen sus propios animales.
Y si lo anterior no fuera suficiente, la pipa de agua que les proporciona el servicio, demora tanto que actualmente, tiene dos semanas sin visitar a los colonos, afirma el señor Carlos Conejo.
Mientras picaba nopal para las vacas a falta de pastura, compartió algunas de las dificultades a las que se enfrenta. “Tiene uno que comprar pacas, ahora todos los cerros a los que iba uno ya está toda seca la hierba, pues no ha querido llover”, comentó.
Las pacas cuestan 65 pesos cosa que no se puede costear, si las vacas no están produciendo suficiente leche para su venta.
Carlos Conejo se dedica a ordeñar vacas y tras perder 25 vacas el año pasado, se ha visto afectada su economía, pues comenta que las vacas ya no dan ni para su propio mantenimiento.
“Ahora debo tener más cuidado con mis animalitos para que no se me mueran, pero está muy dura la situación.
“Tengo de ordeña como ocho, pero entre vacas y becerros son como 21, estoy esperando que estén cargaditas para ordeñarlas porque andan muy secas, están dando poquita leche”, agregó
Dijo que están produciendo poco más de 60 litros por la semana, pero no hay ganancia porque se le agrega lo que se gasta en pacas de pastura a la semana y la compra de nopal, “no queda nada, tiene que poner uno de su bolsa”, mencionó.
La leche que se extrae de sus animales, se la llevan a agua fría a una quesera para su venta, con la ayuda de un vecino que tiene la misma profesión.
“Toda la leche se va para agua fría, es que el lechero que vino para acá no la hizo, quebró su planta ‘La Perla’ y no quedó de otra que buscar dónde distribuir la leche, si no ¿qué íbamos a hacer con ella?
“Todos batallamos, yo ahorita estoy subiendo agua del río, tengo una manguera y con esa bombeo y estoy llenando la pila para que tomen agua los animales”.
Las personas que tienen autos, van por agua, pero los que no, tienen que esperar hasta que la pipa llegue y los abastezca con agua. Otra opción es trasladarse en los carretones.
“La luz de la vivienda está bien, pero pues en la calle no la pueden poner, porque la misma gente la quita, con tal de ir a vender el cable”.
“También se roban el alambre, el municipio seguido pone en la carretera y van y lo quitan”, aseguró.
La seguridad está bien, sólo es eso del cableado lo que se roban y aunque pasan las patrullas a media mañana o en la madrugada, se las ingenian para quitarlos.
“Sí queman basura, pero no tanto como antes, es que como sólo viene una vez a la semana, pues sí se junta mucha y algunos vecinos se desesperan y la queman o la avientan al río”, dijo.
Carlos Conejo comenta que su mayor preocupación no es el estilo de vida, pues ya está acostumbrado.
Lo que ahora le preocupa es que les quiten los establos donde tiene a las vacas, ya que esos terrenos tienen dueños y asegura que los fraccionamientos cada vez están más cerca.
“Quién sabe qué irá a pasar con las vacas, a la mejor las tenemos que vender, si no se mueren por la seca, las tendremos que vender por los fraccionamientos”.
“Los dueños de los lotes van a vender sus terrenos y se va a iniciar con la construcción de casas, tendremos que quitar las vacas de ahí, venderlas o hacerles un espacio”, comentó.
Las personas que habitan la Unión Colona sólo se trasladan fuera de ahí en caso de ser necesario, por ejemplo a traer algo de mandado, a traer el alimento para los animales, al trabajo o escuela.
“Yo voy en el mueble por nopal ahí cerca del aeropuerto y voy por las pacas a la forrajera Santa Rosa, es a lo que me muevo”, aseguró Carlos.
Los niños no acuden a un parque o placita por la distancia que tendrían que recorrer, por lo que optan por montar a caballo, jugar al futbol y juntarse con los mismos habitantes de su calle.
Es un estilo de vida poco común para habitantes de ciudad, pero que a pesar de las diversas carencias y dificultades a los que se enfrentan, tratan de salir adelante con los recursos que están a su alcance.