
Osvaldo Zuriel Garza Rangel nació con lo que el llama un “cuerpo equivocado”. Era mentalmente un varón en cuerpo de mujer, que experimentaba algo nuevo y extraño en relación a sus compañeritas de la escuela. Esta situación lo llevó a sentirse confundido y anormal.
“Me sentía diferente a mi cuerpo, pero cuando entré a la adolescencia ese sentimiento incrementó al ver como una desgracia que me saliera busto; quería un cuerpo masculino… llegué a odiar mi físico e inicié a vendarme el pecho para que no se me viera”, recordó quien ahora es un transexual.
La transexualidad se refiere a la discrepancia que tiene una persona entre lo que es biológicamente y lo que siente ser, y esa identidad, reafirmó el médico Hairy Benjamín en 1953, se refiere al deseo irreversible de pertenecer al sexo contrario.
Osvaldo oraba porque no quería su cuerpo de mujer y en cuanto sus padres se percataron de esos “cambios raros” en su “hija”, le dieron la espalda por no ser congruente con lo que su religión les dictaba, argumentó.
“Estaba confundido porque aunque sabía que era hombre, me vestía como mujer para complacer a mi madre y no recibir críticas, sin embargo, cuando asistí a la escuela de educadoras, me cansé del disfraz y de estudiar algo que no era para propio para quien era”, reiteró.
En ese tiempo, Osvaldo se adentró a la realidad y aunque no se apoyó de manera psicológica y física con un experto para iniciar su transformación de género, se empezó a inyectar testosterona. Tiempo más tarde -en diciembre de 2011- se hizo la masectomía con el fin de eliminar su busto.
“Ya no quería tener las mamas y me operé, pero no será todo porque como ya empecé tarde con las modificaciones del cuerpo, me someteré a otra cirugía para que los cambios se noten más, que en diciembre probablemente me quiten el aparato reproductor femenino (matriz y ovarios)”. describió.
Señaló que está en valoración médica para la que sería su próxima intervención quirúrgica y destacó que hasta ahí serían las transformaciones que haría a su cuerpo con el fin de verse o sentirse más hombre, por lo que negó que a futuro exista la posibilidad de recurrir a la reasignación sexual.
“No me la haría porque es riesgosa y no basta con una sola operación para conseguir físicamente un pene que sea funcional y no pierda la sensibilidad: no estoy seguro pero lo que sí haría para sentirme pleno, sería el cambio de identidad”, afirmó el hombre transexual.
Garza Zuriel ya dio un paso más y prepara la lista de documentos que solicita el Juzgado en el Distrito Federal para iniciar el proceso de evaluación para aprobar el cambio de identidad sexogenérica que lo avale como hombre.
El transexual corrige la disociación que sufre su mente con su cuerpo y afirma su género mediante la diversidad de avances médicos, así como legales, que existen en el siglo XXI, pero una transformación e identidad deseada, exitosa, dependerá de la asesoría médica y jurídica certificada.