Aunque el suelo de la zona centro de Monterrey tiene uso principalmente comercial, aún existen familias que viven en la zona, mismas que diariamente tiene que lidiar con la problemática de los hoteles de bajo costo, que se han convertido en los vecinos incómodos del sector.
Rosa es una de las habitantes inconformes del lugar, pues su domiclio ubicado en la calle Emilio Carranza poco a poco se fue rodeando de este tipo de establecimientos, que a su parecer sólo dañan la imagen urbana y dan un mal ejemplo a los jóvenes y niños del lugar.
“Muy mal porque dan muy mala imagen y aparte es una mala enseñanza para todos los jóvenes y los niños que pasan por el lugar, al ver gente o mujeres que salen de ahí. Entonces, yo creo que es una mala imagen para los niños”, indicó la vecina.
Hace aproximadamente ocho años los hoteles comenzaron a proliferar en el área, pues con la llegada de instituciones educativas encontraron un nuevo mercado: los estudiantes.
De acuerdo a Rosa, quien ha vivido siempre en la zona centro de la ciudad, el fenómeno de los moteles en la zona centro se asemeja al que vivió en la periferia años atrás.
“Antes casi no se veía, si se veía alguno era algo más en las afueras del área metropolitana, pero ahorita ya tiene como ocho años que ha proliferado más los hoteles o moteles, o moteles de paso, como le llamen, pero yo creo que son bastante malos y es bastante mala la influencia que han tenido para los jóvenes. Ahorita se han abierto muchas universidades aquí en el centro de la ciudad, pero así como se han abierto escuelas, se han abierto este tipo de negocios y de antros y demás”, mencionó Rosa.
Pero los clientes de estos establecimientos no son sólo jóvenes universitarios, los hoteles de la zona centro también han atraído al sector adulto, lo que provoca un círculo vicioso si se observa desde el punto de vista moral, tal y como mencionó la mujer.
“La mayoría son adultos y jóvenes, gente que en un momento dado pueden pagar ese tipo de esparcimientos como lo llaman ellos y que sobre todo vienen en carros, jóvenes hay muchos y la gente adulta también. Es muy triste que los jóvenes tengan cada vez más la facilidad de cometer este tipo de actos, que creo van degenerando cada vez más a la sociedad que viene más adelante porque los niños ven a los jóvenes, los jóvenes ven a los adultos y así nos vamos, se va haciendo una cadena de mala imagen para todos”, dijo.
Y es que siendo madre de dos adolescentes, indudablemente se siente preocupada por el entorno en el que están creciendo sus hijos y no desea que la imagen de parejas jóvenes entrando a un motel sea un ejemplo para ellos.
“Es obvio, todo mundo sabe a qué van los jóvenes al hotel, ya no hay moral. Yo creo que ese tipo de personas simplemente no tienen moral, si la tuvieran un poquito pues no lo harían, pero son personas que no conocen esa palabra”, comentó la madre de familia.
Sin embargo, Rosaww tiene una preocupación mayor, que va más allá de la cuestión moral y de valores, se trata de la seguridad.
Acorde a la madre de familia, con la llegada de este tipo de negocios, calificados por funcionarios como giros negros, también arribaron los pleitos, asaltos y demás problemas relacionados con la seguridad, convirtiéndose estos en su mayor inconformidad.
“Trajeron inseguridad también porque a raíz de eso hay pleitos, hay delincuencia, hay robos, creo que eso también ayuda bastante hay que haya mucha inseguridad. Todos esos tipos de negocios se prestan a clandestinidad porque no hay nadie que controle eso, nadie sabe, nadie lleva un control, es un negocio que se presta bastante para todo tipo de delitos”, comentó.
Durante los ocho años reciente, ha visto dispararse la delincuencia en la zona, por lo que ya está tomando medidas para proteger a su familia como enviar a vivir a sus hijos a otro sector que se considere más seguros.
“Mis hijos por lo mismo, ya no van a estar aquí por lo mismo. El otro día mataron a una señora aquí en la otra calle y pues todo es por lo mismo, porque esos lugares se prestan para generar más insegurdiad”, informó la vecina.
A pesar de que no están conformes con el establecimiento de hoteles cercanos a sus hogares, tal parece que no habrá más remedio que resignarse, pues consideran que ir a solcitar ayuda al municipio de Monterrey sería sólo tiempo perdido, además de que la mayoría de sus escasos vecinos ya son adultos y no podrían organizarse para presentar una queja colectiva.
“Pues realmente nunca he ido a municipio a quejarme porque es algo que difícilmente me harían caso y además como ya no hay muchos vecinos, la mayoría de los que viven por aquí son personas adultas que ya realmente no tienen ganas ni fuerzas de andar en ese tipo de situaciones. En estas cinco manzanas vivimos alrededor de 30 familias ya nada más y se me hacen muchas, los demás son puro negocios, entre ellos ese tipo de hoteles, de videojuegos”, agregó.
Los años en los que con tranquilidad Rosa Martínez transitaba por su colonia ahora sólo viven en su memoria, pues actualmente al dirigirse a casa, sólo se vislumbran espacios de bajo costo que en sus palabras promueven inseguridad y actos inmorales. v