“Da vida a quien inicia la vida” fue la filosofía que hace 12 años forjó el nacimiento de la Fundación MURO, institución que se creó para apoyar a menores de edad con problemas de cáncer en la sangre, mejor conocido como leucemia, que en aquellos años representaba el principal índice de mortandad en los niños de Nuevo León.
Siguiendo este objetivo, el patronato de MURO se alió con el Hospital Universitario, la fundación Luis Orti y Eugenio Azcárraga para dar a luz a una nueva asociación denominada UNAC “Unidos por el Arte contra el Cáncer Infantil”, cuyo principal mérito es costear los mayúsculos gastos de los transplantes de médula ósea de niños, que en Nuevo León van desde 300 mil hasta medio millón de pesos.
“El apoyo más destacado es sin duda el transplante, el transplante es sumamente costoso lograrlo porque requiere una procuración de fondos muy importante. Es un transplante en donde un niño que no cuenta con recursos económicos es casi impensable, es un sueño el tener oportunidad de ser transplantado”, indicó Florencia Infante, presidenta fundadora de UNAC.
La visión de UNAC es apoyar a todo menor que padezca leucemia y requiera de un transplante, sin importar su procedencia, pues es un proyecto a nivel nacional. Por tal motivo, entre sus beneficiados se puede encontrar gente de Jalisco, Nayarit, Tamaulipas, Chihuahua y demás estados.
Nuevo León se ha convertido a nivel nacional en pionero en el desarrollo de nuevas técnicas de transplante, gracias al esfuerzo conjunto que realizan las fundaciones, particulares públicos y rostros anónimos integrados en UNAC.
Los beneficios se ven reflejados en el costo y el lapso de recuperación, ya que en otras entidades el precio del transplante supera el millón de pesos y el número de días en cama es mucho mayor.
“La variante es la técnica, Monterrey, el Hospital Universitario y el doctor David Gómez Almaguer, a través de un exhaustiva investigación ha hecho que el transplante se convierta en transplante ambulatorio, que el paciente pase el menor tiempo posible internado”, mencionó la presidenta.
Uno de ellos es Alejandra Soriano, originaria del Distrito Federal, que llegó casi desahuciada a Monterrey a mediados de abril. Su rostro sólo reflejaba el horrible diagnóstico que le fue dado: su esperanza de vida era menor al 5 por ciento. Pero hoy, gracias al transplante dado por UNAC, su vida es otra. Ahora, Alejandra goza de un vida plena y su calidad de vida es superior al 98 por ciento.
Sin embargo, UNAC reconoce que el transplante es la última fase del cáncer en la sangre, por lo que ha intensificado campañas de prevención y educación para evitar que cada vez más niños lleguen a esta etapa.
“UNAC considera que la prevención y educación es fundamental para la detección oportuna del cáncer, si se detecta oportunamente el niño no requerirá de transplante porque a través del tratamiento de quimioterapia seguramente el niño responderá correctamente. Queremos hacer que el niño no llegue al transplante porque el transplante es la fase final, o se transplanta o el niño muere, razón por la cual UNAC está haciendo un trabajo muy intenso en el área de prevención y educación”, mencionó Florencia Infante.
Dentro del programa de prevención se encuentra el método UNAC, ya patentado, que contempla el “Pabellón de la Salud”, un espacio físico insertado en parques públicos en donde se ofrecen recursos técnicos, científicos, lúdicos y recreativos para que los niños y sus padres aprendan jugando a cuidar su salud.
Uno de los pabellones más grandes está ubicado en el zoológico de Zacango, en el Estado de México, pero a mediano plazo en Nuevo León se tiene proyectado inaugurar uno nuevo en el Parque Pipo de Guadalupe.
Además de las campañas, la UNAC también combate la leucemia infantil becando a médicos para que se capaciten en transplantes y de esta manera reducir el déficit de especialistas en el rubro.
Tan sólo en 2011 el número de transplantados, gracias a la fundación ha sido de 13, pero se espera que para finalizar el año se llegue a los 17. En los 12 años de vida UNAC ha apoyado a 27 menores, en su mayoría de escasos recursos.
LOS FESTEJAN
Para dibujar una sonrisa en los niños que padecen cáncer, la Fundación UNAC (Unidos por el Arte Contra el Cáncer Infantil) y la Universidad Regiomontana, dieron un respiro a los pequeños y ofrecieron una posada con motivo de la época navideña.
Reunidos en la Sala Polivalente de área de Hematología, del Hospital Universitario, más de 60 menores pudieron disfrutar de la risoterapia impartida por José “PP” Elizondo, especialista en las áreas de Desarrollo Humano, Programación Neuroingüistica, Psicología Positiva y Terapia de la Risa y el Humor y que da vida al “Dr. Tomás T. Jara Vito”.
Además tuvieron la oportunidad de ver a Santa Claus y tomarse la fotografía con él, y olvidar por unos minutos el mal que padecen.
Niños de todas las edades llegaron acompañados de sus padres y lograron sonreír, aplaudir y adquirir un regalo que, de corazón, entregaron alumnos de la UR a la Fundación, además de recibir una bolsa de dulces.
Muchos de ellos tienen poco cabello o nada, debido a las quimioterapias a las que están sometidos. Y es que día a día luchan para lograr vencer el cáncer que los ha sorprendido a su corta edad.
Gabriela Herrera Ramos, directora de Servicios Institucionales de la Universidad Regiomontana y el equipo de trabajo de la UNAC, repartieron muñecas, pelotas, carritos y otros juguetes a los pequeños.
“Ustedes son unos valientes y queremos que se diviertan. Los quiero ver muy bien, les deseo lo mejor a mis niños queridos”, expresó Herrera Ramos.
Al la cita, también acudió Alejandra Soriano, una joven capitalina que recuperó su salud en Nuevo León y compartió con otros pacientes momentos de alegría.
Es así como la labor altruista de la Fundación UNAC y de la Universidad Regiomontana, pusieron su granito de arena para dar fe y esperanza a los niños quienes sólo piden salud para esta Navidad. v