El retrato de una santidad muy humana, de una persona que vivió de manera ejemplar dentro de todos sus defectos y virtudes, ésa es la enseñanza que obtuvo Valentina Alazraki a través de su nuevo libro “La luz eterna de Juan Pablo II”.
Durante 26 años y 95 viajes la corresponsal de Televisa en El Vaticano acompañó al Sumo Pontífice, y en su investigación realiza una radiografía del proceso de beatificación de Karol Wojtyla.
La causa de beatificación fue abierta por el Papa Benedicto XVI poco después de la muerte de Juan Pablo II, dispensando los 5 años que deben pasar después de la muerte para un candidato a este proceso.
“Se trata de esbozar la idea de santidad que emerge de los testimonios de más de 100 testigos (incluida ella misma) escuchados por el tribunal correspondiente y se analiza la vida de Karol Wojtyla desde su niñez hasta su muerte.
“Para que una causa de beatificación pueda empezar, debe haber ante todo la fama de santidad del candidato y en el caso de Juan Pablo II la tuvo ya en vida, porque la gente que se acercaba a él tenía la impresión de acercarse a una persona santa”, comentó Alazraki.
La periodista agregó que después de constatar que existe la fama de santidad se debe demostrar que el candidato ejerció en forma extraordinaria las virtudes de la fe, esperanza, caridad, prudencia, justicia, fortaleza, templanza, humildad, pobreza, obediencia y castidad.
Asimismo, se elige un milagro en particular y debe haber sido realizado después de la muerte del candidato. En el caso de Juan Pablo II su postulador, monseñor Slawomir Oder -quien trabajó junto a Alazraki en el libro- optó porla curación de la monja francesa Marie Simon Pierre.
La religiosa estaba enferma de Parkinson y sus hermanas le rezaron al Papa y dos meses después de su muerte Marie Simon Pierre se recuperó.
UN SANTO HUMANO
Valentina Alazraki explicó que como periodista el libro es un importante logro de investigación, pues todo el material que maneja es confidencial y aunque lo conoció con años de antelación, el trato que hizo con las autoridades eclesiásticas fue mantenerlo bajo reserva hasta que el proceso avanzara.
Y en el ámbito personal consideró que poder encontrar denominadores comunes entre los diferentes testimonios fue interesante para reconstruir la personalidad de Juan Pablo II.
“Dentro de todos estos testimonios y anécdotas seguramente lo que sobresale es la humanidad de Juan Pablo II, es como una santidad muy muy humana, era un hombre que se volvió Papa y al mismo tiempo siguió siendo un hombre y creo que éste fue el secreto de la atracción que la gente sintió por él.
“Por primera vez la gente entendió que detrás de un papa había un ser humano, antes el papa era como una institución muy lejana, un hombre vestido de blanco que se asomaba al balcón y hablaba pero no lo conocías, era inalcanzable y con Juan Pablo el Papado baja a la calle, a nuestras casas a través de los medios de comunicación y de sus viajes y se vuelve una figura totalmente familiar”, expresó la entrevistada.
Conocerlo como ser humano con su buen humor, sus limitaciones físicas y esa fuerza interior fue uno de los privilegios de la corresponsal de Televisa, quien asegura que a Juan Pablo II no se le puede entender por fuera si antes no se le conoce por dentro.
“Realmente el motor de él era su fe, era una persona muy espiritual, totalmente religioso”, comentó.
SISTEMA MACIEL
Un apartado importante del libro “La luz eterna de Juan Pablo II” se refiere a lo que llama el Sistema Maciel y consiste en la maquinaria orquestada para impedir que llegaran hasta Juan Pablo II las acusaciones contra Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo y protagonista de uno de los mayores escándalos de pederastia en la historia de la Iglesia.
“La Congregación para las Causas de los Santos le pidió oficialmente a la Congregación para la Doctrina de la Fe si constaba el involucramiento personal de Juan Pablo II en el caso Maciel… y contesta que no hay ninguna evidencia de un involucramiento personal de Juan Pablo II.
“El tema fue analizado por teólogos, los obispos y cardenales que se reunieron y lo que emergió de todo el análisis de la vida de Juan Pablo II es que cuando sabía y estaba debidamente informado siempre reaccionaba como debía hacerlo”, cuenta Valentina.
Explicó el caso de Monseñor Páez, un Obispo polaco y colaborador de Juan Pablo II durante cuatro años al inicio de su pontificado, a quien el mismo Papa nombra Obispo. Después de unos años unos seminaristas acusan a Páez y sus acusaciones se mandan a Roma pero no pasa nada.
“Los que enviaron las acusaciones a El Vaticano sospechan que a lo mejor Juan Pablo II no había sido enterado y se brincan los canales oficiales y le entregan toda la documentación a una siquiatra polaca que fue la mejor amiga de Juan Pablo II, ella entrega la documentación al Papa y él pide la renuncia del Obispo polaco”, comentó Alazraki.
La periodista estuvo de gira promocional en Monterrey, visitando medios de comunicación, recintos culturales e instituciones académicas para presentar su libro.