Aunque desde hace un año la prioridad para municipios y gobierno estatal ha sido la depuración de los cuerpos policiacos, la verdad es que las medidas tomadas siguen sin dar frutos ya que cuando menos 50 guardianes del orden público han sido detenidos en los últimos dos meses por diversos delitos.
En este lapso, en San Nicolás al menos 18 uniformados han sido retenidos por elementos del Ejército Mexicano, aunque la cuenta oficial por parte de la Secretaría de Seguridad Pública municipal es de 11, y es que algunos de los involucrados no pertenecen a la corporación, sino a la guardia municipal.
El 7 de octubre de 2010 los militares detuvieron a cuatro policías a bordo de una patrulla acusados de vigilar las labores del Ejército en el centro de San Nicolás. Para el 16 de octubre tres elementos más fueron sorprendidos por el mismo delito; también estaban en funciones en la patrulla con matrícula R-72.
Los uniformados traían aparatos de comunicación entre sus pertenencias, mismos que está prohibidos durante el horario de servicio, según las reformas a la Ley de Seguridad estatal aprobadas en junio de 2009.
Veinte días después dos de sus compañeros fueron consignados por delitos contra instituciones oficiales y servidores públicos, además de delitos cometidos en la administración y procuración de justicia, luego de ser acusados por los castrenses de espiarlos en la colonia Cuauhtémoc, mientras viajaban en el vehículo oficial modelo Nitro, matrícula E50.
En esa ocasión ninguno de los dos declaró, por lo que testimonio de los militares, así como los aparatos de comunicación que portaban al momento de los hechos, fueron suficientes para que fueran procesados.
La corporación nicolaíta siguió dando de qué hablar en noviembre, cuando el día 7 el Juzgado Primero de los Penal en San Nicolás les dictó auto de libertad a tres elementos, quienes a pesar de no encontrárseles pruebas suficientes de que trabajaran para la delincuencia organizada, fueron acusados por portar equipos de comunicación no proporcionados por el cuartel policiaco.
Una de las mujeres portaba un Nextel al momento de la detención, mientras que sus compañeros trataron de encubrirla; sin embargo, los militares declararon que al momento de marcarles el alto, tiraron el aparato por la ventanilla de la patrulla R-77 en la que viajaban.
El pasado 15 de noviembre, cinco elementos de la corporación de San Nicolás fueron detenidos, aunque en esta ocasión no solamente fue por vigilar las labores de la Marina, sino que se les decomisaron 710 dosis de droga.
Todos los uniformados estaban en funciones y fueron presentados ante el juez Primero de lo Penal en San Nicolás y el Juzgado Tercero de Distrito. Las acciones de los marinos fueron derivadas de una denuncia anónima.
Aunque dentro de las cifras oficiales no están contabilizados, 14 policías de San Nicolás se vieron envueltos en un escándalo al ser acusados de robo y daño por estudiantes de la Universidad Autónoma de Nuevo León el pasado 8 de noviembre.
Según los alumnos, ellos se encontraban en una reunión en un departamento de la colonia Residencial Anáhuac, cuando alrededor de las 4:00 horas llegaron varias patrullas con las luces y torretas apagadas, tras detener a seis personas los uniformados se introdujeron a la vivienda destruyendo la puerta principal.
Los jóvenes acusaron a los policías nicolaítas de dañar el departamento y robarse dos computadoras personales, una cámara fotográfica, un teléfono celular y prendas de vestir.
LA POLICÍA REGIA
Luego de comenzar con la depuración en la Secretaría de Vialidad y Tránsito, la siguiente dependencia a limpiar fue la Secretaría de Policía Preventiva Municipal de Monterrey. El alcalde de esta ciudad, Fernando Larrazábal Bretón prácticamente amaneció en esta corporación los primero días del mes de noviembre de 2009.
Sin embargo, las pruebas de confianza no han resultado 100 por ciento eficaces y es que en los últimos dos meses 11 de sus elementos han estado en el ojo del huracán por actividades ilícitas.
El 7 de septiembre dos de sus elementos fueron consignados tras vigilar a un convoy del Ejército Mexicano y ser sorprendidos por estos. Los uniformados se encontraban en funciones a bordo de la unidad 317, además portaban un aparato de comunicación al momento de la detención.
Apenas se había dictado auto de formal prisión en contra de estos dos ex servidores públicos, cuando siete de sus compañeros cayeron por este mismo delito. Entre los detenidos se encontraba un comandante del grupo ciclista, así como seis policías rasos.
Entre sus pertenencias se hallaron cinco celulares; días después de su captura también fueron consignados.
Sin embargo, no sólo la milicia es seguida por los uniformados. El 26 de octubre el Grupo de Reacción Inmediata se percató de que un par de uniformados de la Policía Regia vigilaba sus acciones y las de los militares.
Ante esta sospecha, los elementos procedieron a revisar a los municipales que se encontraban a bordo de la unidad 381, quienes entre sus pertenencias traían consigo droga.
POLICÍA DE GUADALUPE
Un total de 10 policías guadalupenses han sido sorprendidos en actividades ilícitas en los pasados dos meses, todos ellos ligados a la delincuencia organizada.
El 9 de septiembre dos policías ingresaron al Penal del Topo Chico al ser relacionados con el secuestro del hijo del ex candidato del PRI a la alcaldía de Monterrey, Abel Guerra Garza.
Aunque solamente ellos fueron consignados, otros seis de sus compañeros de corporación participaron en este ilícito, así como dos policías estatales; sin embargo, ninguno de estos ha sido localizado por la justicia.
Un mes después, el 10 de noviembre, dos elementos de Guadalupe fueron detenidos por el Grupo de Reacción Inmediata, al ser acusados de vigilar sus acciones.
Aunque viajaban en dos unidades diferentes, ambos fueron detenidos muy cerca de la caseta de entrada a la autopista a Cadereyta.
LA POLICÍA ESTATAL
Los elementos a cargo de la Secretaría de Seguridad Pública de Nuevo León tampoco se han visto ajenos a ser vinculados con la delincuencia organizada. En poco más de 60 días, ocho de sus elementos han fallado en el cumplimiento de sus deberes policiacos.
El 9 de septiembre, dos uniformados pertenecientes a esta corporación fueron ligados al secuestro del hijo de Abel Guerra; sin embargo, aún siguen prófugos.
Aunque con versiones encontradas, cuatro policías estatales pertenecientes al Grupo de Reacción Inmediata fueron acusados de trabajar para la delincuencia.
En primera instancia elementos del Ejército Mexicano los acusaron de vigilar sus acciones mientras realizaban un operativo al sur de la capital de Monterrey; sin embargo, posteriormente el secretario de Seguridad Pública, Luis Carlos Treviño Berchelmann, dijo que los uniformados fueron detectados durante una revisión en el C5. El funcionario estatal explicó que fueron sorprendidos con aparatos de comunicación.
MUNICIPIO DE APODACA
Aunque se habían mantenido “limpios”, la policía de Apodaca tuvo cuatro bajas el domingo 22 de noviembre cuando la Marina Armada de México llevó a cabo un operativo en la colonia Arboledas del Virrey.
Durante el mismo detuvieron a líderes de la delincuencia organizada, aunque también cayeron cuatro policías.
Según los elementos de la Marina, los uniformados vigilaban sus acciones, por lo que procedieron a su detención.
EN CADEREYTA
Aunque en el municipio de Cadereyta solamente han sido dos policías los sorprendidos en actividades ilícitas, ambos tenían en su poder al menos 500 dosis de cocaína. Cabe mencionar que ninguno de los elementos estaba en funciones cuando se les encontró en posesión del enervante.
MUNICIPIO DE GARCÍA
El 28 de octubre del presente año, 12 elementos del municipio de García fueron detenidos por el Ejército Mexicano tras presuntamente ser relacionados con la delincuencia, aunque posteriormente no se pudo comprobar tal versión, luego de que el mismo ayuntamiento confirmara que acudieron a un desalojo en el Ejido Palmitas.
Sin embargo, durante la revisión, los castrenses los sorprendieron al portar armas sin la debida licencia, además de también traer armamento de uso exclusivo del Ejército Mexicano. Para ser liberados, todos tuvieron que depositar una fianza de 8 mil pesos cada uno.
MUNICIPIO DE SANTIAGO
Aunque fue hace más de dos meses, aún sigue presente en la memoria de los nuevoleoneses el caso de Edelmiro Cavazos Leal. Tras ganar la alcaldía de Santiago, Nuevo León, sus acciones se concentraron en limpiar la corporación policiaca.
Hasta esa fecha, agosto de 2010, 12 elementos de esa dependencia habían sido asesinados y vinculados a la delincuencia organizada. De esa forma, los elementos de esta institución se redujeron de 60 a sólo 10.
Tras su plagio y posterior asesinato, las investigaciones indicaron que el móvil fue inconformidades de los policías. Siete elementos de la corporación santiaguense estuvieron involucrados en el crimen.
Al asumir el nuevo munícipe, Baldimiro Montalvo Salas, subrayó que la seguridad de este municipio quedaría en manos del estado y del gobierno federal, y entre sus planes no entraban el reactivar la Policía Municipal.
Por otra parte, cabe mencionar que en el informe de avances a noviembre de 2010 del Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad, el Sistema Nacional de Seguridad Pública avala que los municipios de Monterrey, Guadalupe, San Nicolás, San Pedro, Apodaca, Escobedo y Santa Catarina, cumplen con los mecanismos de selección de policías.
Asimismo, también aseguran que se sujeta al personal de la policía municipal a evaluación permanente y controles de confianza, además de que cuentan con los mecanismos necesarios para condicionar la permanencia de los policías a la aprobación de pruebas de evaluación de control de confianza.
Según la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, las policás municipales cuentan con un total de 5 mil 400 elementos, mientras que la corporación estatal tienen en sus filas 2 mil 199. Los número ideales serían 8 mil 842, por lo que el déficit es de mil 243.
Los esfuerzos de las autoridades no han dado los frutos requeridos por los ciudadanos quienes ya están cansados de ver en la televisión y en la prensa escrita historias sobre policías que ceden ante el crimen organizado.
¿Hasta cuándo habrá que esperar para que la gente vuelva a confiar en la policía?