Por primera vez en su historia, el municipio de Santiago, Nuevo León tendrá un gobierno diferente al los tradicionales tricolor y blanquiazul que siempre lo han gobernado, pues el 1 de julio el Partido del Trabajo (PT), de la mano de Homar Almaguer, se alzó con el triunfo en el único “Pueblo Mágico” del estado.
El municipio, que durante décadas estuvo bajo la alternancia priista y panista, decidió apostarle a una nueva opción política, con la esperanza de recuperar el encanto que un día lo caracterizó y que fue ahuyentado por la inseguridad y el rezago social.
Pero vencer al PRI y el PAN en tierras santiaguenses no fue una tarea sencilla, se necesitó de casi 20 años años de acercamiento con la población y de una campaña a la que más que recursos económicos se le inyectó corazón.
“Con mucho corazón porque al final de cuentas no somos un partido que traíamos grandes recursos para hacer campaña, pero se compite con el corazón, con la suela, con el convencimiento, hablarle a la gente con la realidad de lo puedes hacer y no puedes hacer”, dijo.
El éxito de Homar Almaguer durante su campaña fue: hablar con la verdad, bajo el lema de “no prometer, lo que no se puede cumplir”, especialmente en el tema de seguridad. Aterrizar objetivos concreto y realistas sobre este problema, fue un punto fundamental en su victoria.
“Nuestra campaña se basó en decirle a la gente que no le vamos a prometer lo que no le podemos cumplir porque abrir la boca y decir que en 15 días vamos a solucionar los problemas de inseguridad es una gran mentira porque la inseguridad no es nada más de Santiago, es de toda el estado y el país. Vamos a tomar las acciones para comenzar a combatir a la inseguridad, pero solucionarla de tajo es muy difícil”, indicó el ex diputado local.
De acuerdo al funcionario, los pobres resultados que han arrojado las administraciones pasadas motivaron al electorado para dar un cambio de timón en la alcaldía y relegar la responsabilidad de Santiago al candidato de un partido ajeno al PRI y PAN.
“Participaban dos ex alcaldes y en Santiago como que a la gente no le gusta mucho que los ex alcaldes vuelvan a aparecer en escena a gobernar. Ya tuvieron su oportunidad y no se supieron desarrollar. La competencia era con Marible Villalón y la gente nos vio la capacidad, nos vio el trabajo y nos dio la oportunidad”, señaló.
Y es que para Homar Almaguer, en la reciente elección se demostró que no importa el partido si se tiene a un buen aspirante y qué mejor ejemplo que Santiago, en donde un discreto PT arrebató el liderazgo municipal a los casi intocables PRI y PAN.
Hace casi tres años el funcionario petista obtuvo la oportunidad ocupar una curul en el Congreso del Estado por la vía de representación proporcional y desde ahí logró desarrollar la plataforma de servicio que el pasado 1 de julio la gente le reconoció y le premió con ocho mil 600 votos que le dieron la victoria.
INICIOS EN LA POLÍTICA
Homar Almaguer pasó de ser un ciudadano apolítico a presidente municipal electo de Santiago, así de radical fue su transformación a lo largo de casi dos décadas.
Para 1993, el ahora alcalde electo era un civil más dedicado a trabajar y aunque en su entorno ya tenía roses con la política, ésta nunca le interesó.
“Mi familia era apolítica, algunos familias habían participado en las contiendas para ser alcalde hace muchos años, pero nosotros nos manteníamos al margen, nos dedicábamos a trabajar”, dijo.
No fue hasta ese mismo año cuando el PAN tuvo una fractura en el municipio que obligó a 44 de sus miembros a separarse y unirse a las filas del PT para buscar una candidatura a la alcaldía. Fue ahí cuando se buscó un perfil ciudadano que representara al partido en la contienda y se llegó al padre del alcalde electo.
Al rechazar la oferta, los ojos del partido se volcaron a su hijo, Homar Almaguer, quien para ese entonces tenía 24 años.
“Es una área de oportunidad y para no estar pensando en el futuro, que hubiera sucedido si hubiera competido; siempre es una oportunidad que puedes incursionar, aprovecharla, ver que puede salir o desarrollarse”, mencionó.
En 1994, el ex diputado local vivió su primer contienda en la busca por la alcaldía y aunque en los comicios no obtuvo los votos suficientes para ganarla, sí le trajo un gran aprendizaje en los recorridos que realizó durante la campaña, pues conoció de cerca el sentir de los santiaguenses.
“Empezamos a recorres las comunidades de nuestro municipio y comienzas a conocer y ver cómo viven algunas personas del municipio, hay personas que viven mejor y otros que viven peor; hay gente que llora con un ojo y gente que le hacen faltan ojos para llorar por la situación precaria en la que viven, a veces no tienen seguridad social, no tienen para la comida, la casa es un cuarto de lámina (…) empiezas a ver y te da gusto tratar de ayudar a estas personas a salir adelante”, dijo.
Su intención de seguir apoyando a su comunidad ha sido lo que lo ha mantenido en el plano político desde entonces y ahora como futuro alcalde Santiago, está consciente que no puede desaprovechar la oportunidad.
“Son 18 años de estar presentes en el municipio, los últimos tres años trabajando fuertemente para buscar la solución de los problemas de nuestro municipio. La gente nos dio otra vez ese voto de confianza, vio que queremos trabajar, que hemos sido unas personas íntegras, yo creo que esto le sorprendió a más de dos porque el voto fue contundente, que aunando a una serie de factores de hartazgo, decepción de la actual administración y la gente se atrevió a probar un cambio”, comentó.
La construcción de espacios públicos para el deporte y el arte son algunos de sus proyectos prioritarios como parte del plan de seguridad que tiene previsto, pues está seguro de que los estallidos sociales son producto de las precarias condiciones sociales de algunos.
Y aunque existe el miedo, sobre todo por lo sucedido con el anterior alcalde, Homar Almaguer no bajará la guardia y con precaución buscará regresar la seguridad a este mágico municipio de Nuevo León.