A sus 80 años de edad, los recuerdos del PAN de antaño siguen presentes en su mente. El ex diputado Alfredo Arvide Abdalá, famoso panista por luchar contra la autoridad del ya desaparecido ex gobernador Alfonso Martínez Domínguez, narra como a lo largo de los años el blanquiazul ha perdido su verdadera esencia de buscar el bien común del pueblo.
En su pequeña vivienda ubicada en el municipio de Escobedo, contó cómo las delicias del poder han dividido al partido y ha quedado en manos de unos cuantos como el caso del delegado de Comunicaciones y Transportes, Zeferino Salgado Almaguer.
Mientras, los diputados en el Congreso local no tienen la capacidad para poder legislar, ya que no están preparados, al igual que el gobernador del Estado, Rodrigo Medina.
ERA UN PAN CON PRINCIPIOS
Para Arvide Abdalá, el Partido Acción Nacional ha tenido una transformación en los últimos años que no ayuda a la misión principal de servir a la comunidad y no a los bolsillos de unos cuantos.
Con tono triste por el mal trato que los albiazules le han dado, el ex diputado aseguró que la unidad en el partido ha quedado a un lado.
“Esta dividido porque los (diputados) son puros títeres de los malos, de los líderes como (Zeferino Salgado) ese y su bola de amiguitos, ya olvidaron los principios de servir a la gente.
“A mí siempre me gustó hablar con la verdad, quizá por eso horita no tenga nada, pero siempre me gustó ser claro”, sostuvo con voz entrecortada y agitada por la edad.
María Eugenia Guevara dijo que su esposo siempre estuvo interesado en el servicio a la comunidad y necesitaba un lugar para ser escuchado, fue por ello que decidieron ingresar a las filas de Acción Nacional a los 40 años de edad.
“Entramos al PAN porque nos traía muy buenos recuerdos de trabajo, teníamos la inquietud, porque compartíamos los ideales del panismo, porque queríamos hacer algo por la patria, que las autoridades escucharan la voz de Alfredo, no era por el dinero como ahora, y lo que convenía en ese entonces era el PAN, hoy no se sabe”, comentó.
En este renglón, Arvide Abdalá dijo que la democracia es de vital importancia en el interior del partido, pero lamentablemente no se ha ejercido.
CHEFO NO LO APOYó
Arvide Abdalá sufrió un ataque cardiaco cuando laboraba en la administración de Fernando Larrazábal Bretón, en el municipio de San Nicolás, en el Cintersan. En todo momento el panista lo llevó de la mano y le mostró apoyo al igual que los siguientes ediles, hasta que llegó “Chefo”.
“Cuando me dio el infarto estaba como alcalde el ingeniero Larrazábal y me siguieron dando el sueldo porque el problema lo tuve dentro de mi horario laboral, por la operación me quedó una secuela y ya no pude caminar, luego Miguel Ángel García Domínguez me siguió apoyando, y después Carlos de la Fuente de interino y aún recibía el apoyo”.
Comentó que Zeferino Salgado no lo quiso jubilar y tampoco lo recibió en su oficina.
“Zeferino, con su bola de amiguitos, se adueñaron del partido, el que me ayudó fue el ingeniero Larrazábal, pero los demás nadie. Ninguno nos ha ayudado.
“No se tientan el corazón porque saben la forma en qué vivimos, mi hija se tuvo que venir a vivir aquí, nos sirvió porque son quienes nos cuidan, muy seguido vamos al médico”, dijo el ex diputado local de la Sexagésima Tercera legislatura, en los años de 1982-1985.
“Yo digo: tantos años que pasamos en el PAN, nos apedrearon los priistas, nos daban cachetadas y para nada, nos tocaron las peores partes y todavía nadie se tienta el corazón para decir: `oye todo lo que pasó Alfredo en el partido, con Alfonso Martínez Domínguez´, de perdido que digan vamos a ayudarlos económicamente.
“Yo hablé con todos los panistas porque la administración era panista y no es justo, porque dentro del trabajo recibió el infarto, no esta de flojo en la casa, lo que pasa es que no puede caminar”, comentó su esposa.
Actualmente se mantiene de una pensión de 2 mil pesos mensuales que recibe, ya que durante los años de juventud también laboró dentro de un banco.
DIPUTADOS NO ESTÁN PREPARADOS
En cuanto a la labor de los actuales diputados, en tono triste comentó que no tienen la preparación ni vocación para estar en el Congreso local, ya que sólo ven el interés personal.
“Ni del PAN, ni de los otros partidos y menos los del PRI, porque son del sector popular, no tienen estudio no tienen nada, yo cuando menos fui estudiante, aunque haya truncado mi carrera. Ahora ponen al que sea para mangonearlo o los que les conviene al PRI, van a aplaudir y aplaudir”, dijo mientras aplaudía con sus manos ya marcadas por la edad.
“Héctor Gutiérrez es el que maneja todo, porque el PAN ya no tiene mayoría. La construcción del comedor que hicieron fue obra del PAN, pero ya sin mayoría, Gutiérrez es el pastor del rebaño”, comentó.
“Hace 25 años no era lo mismo, ahora vemos que los que entran todos le tiran primero a la diputación y luego de chapulines a la alcaldía, ¿por qué?, porque no actúan como debe de ser, servir a la gente, cuando fui diputado, yo serví al voto que la gente depositó en mi”, comentó.
No obstante, subrayó que estas tácticas no son exclusivas de México, sino también de otros países.
Pero no sólo los diputados locales no están preparados para ejercer su función, sino también el gobernador del Estado.
“Quiere tomar un mando único y no ha podido con nada… ¡hay que bárbaro!, primero tienen que trabajar por separado, pero que sean policías confiables”, dijo.
Por otro lado, halagó el papel que la mujer a desempeñado en la función publica, ya que consideró tienen carrera y no son una Gloria Mendiola, reconocido personaje de la política de antaño por su destacado papel en la comunidad, quien ocupó cargos de regidora, diputada local y federal, pero siempre con un sello muy reconocido de origen populachero, peleadora, rebelde y brava.
“Afortunadamente la mayoría de las mujeres tienen preparación, no son como Gloria Mendiola que ¡ah, que barbara! no tenía educación, la mayoría no son prófugas del metate, la mayoría es gente estudiada”, dijo sonrinte.
El panista contendió en 1991 por el octavo distrito con la tricolor, pero perdió la elección. Dijo que no tenía amistad con Mendiola, pero la respetaba.
TODOS LE TEMÍAN
A MARTÍNEZ DOMíNGUEZ
En cambio, con don Alfonso Martínez Domínguez fue todo lo contrario, pues las ideas eran diferentes y nunca temió decir la verdad.
“Era el único que le sacaba los trapitos al sol, nadie se había atrevido a decirle nada y de frente. Una vez le dije: ´usted y yo no somos amigos, nunca seremos amigos´. Un compadre me dijo: `oye, abusado, no te vayan a tirar en medio del mar, este es muy desgraciado. Yo decía: mientras yo hable no creo que se atrevan a tirarme, antes de morirse Martínez Domínguez se acordó de mi y dijo: `ahí esta el Alfredo Arvide, cómo no lo pude callar”, recordó.
Dentro de sus anécdotas señaló que “nada más llegaba a Congreso y los periodistas me seguían a ver qué iba a decir, porque no me daba miedo hablar y a ninguno seguían, todos estaban ahí.
“La lucha política es la de siempre, sí se puede hacer para buscar la democracia”, dijo, “yo nunca me dejé, les decía sus verdades en la cara, porque siempre digo lo que es, no me quedo callado”.
Aunque no ha sido bien tratado en el partido, dijo no arrepentirse de haber formado parte de él, ahora es un espectador, pero le gusta estar informado, pues lee el periódico todos los días.
Aseguró que durante los años de legislatura los teléfonos de su casa estaban intervenidos por Martínez Domínguez.
“Desde que entró a la diputación ha sido un batallar para nosotros porque siempre nos ha gustado decir la verdad, ahí en ésa época del Congreso estaba como gobernador Martínez Domínguez y nunca se llevaron bien, incluso Martínez Domínguez le dijo: diputado, le doy casa, le doy carro, le doy dinero, pidame lo que quiera, pero ya no me eche en el periódico. Mi esposo le contestaba: ´mire, yo lo que veo lo digo´”, relató su esposa.
Pero el albiazul aseguró que nunca se dejó comprar.
“Había un individuo que quería un crédito para vivienda cuando trabajaba en el banco y me puso 100 mil pesos en un sobre y le dije: ´señor, yo no me vendo, muchas gracias por su ofrecimiento, si quiere irse a otro banco adelante, pero conmigo no tiene oportunidad nunca nadie me ha comprado y hasta la fecha. Yo pude haber tenido mucho, pero me gusta hacer las cosas bien”, mantuvo.
Antes de ser diputado local fue tesorero y dirigente de partido en el municipio de Monterrey durante el gobierno de Jesús Hinojosa, cuando “antes las cosas no estaban mangonedas, era puro trabajo”.
Sentado en su recámara y al lado la silla de ruedas, el ex legislador dijo que nunca le importaron las ganancias que podría tener de diputado, tal como ahora lo hacen.
“Era muy poquito lo que pagaban y aparte tenía que darle la mitad al partido, nadie quería al partido porque eran muchos problemas, el partido dice ser honrado, así como decía Manuel Gómez Morin (fundador del PAN) pero ahora ya lo pisotearon”, dijo.
En ese tiempo el salario que percibía el entonces legislador era de 6 mil pesos.
“Con ese salario ¿qué ahorrabas (risas), como formabas un futuro?”, dijo.
La lucha política es la de siempre, se puede hacer para buscar la democracia, dijo Arvide, mientras que su esposa compartió que “los diputados van con la gente cuando quieren hacer una cosa, pero después no vuelven, nada más quieren agarrar el dinero para ellos, y para ir escalando, subiendo de un puesto a otro”.
Aunque también estaba interesada en las causas sociales, doña María Eugenia Guevara no buscó cargos de elección popular.
“No, nunca me interesé porque a mí lo que me interesaba era ayudar; yo sabía por Alfredo todas las cosas que pasaban en Congreso y eran muchos problemas; mi vocación era ayudar a las personas dándoles cursos de superación personal, arreglar los planteles educativos con la esposa del ex alcalde Luis J. Prieto, me gusta ayudar”, dijo.
FUE BANquero
La familia Arvide Guevara crió seis hijos y el padre de familia supo combinar dos trabajos, Uno como gerente de banco y casi al mismo tiempo el de diputado local, ya que mientras había receso en el Congreso, el legislador podría trabajar en Bancrecer, ahora Banorte.
“Aquí hubo una cosa muy buena, yo tuve varios ingresos a la nómina de banco, si iba a tener periodo de sesiones en el Congreso local, perdía el ingreso del banco”, explicó.
Recordó que don Alfonso Martínez Domínguez le dijo que se tenía que decidir por uno de los dos trabajos, a lo que le contestó:
“Mire, si un voto me trajo aquí, ese voto tengo que cumplirlo, entonces prefiero perder lo demás -a pesar de que tenía muy buenas prestaciones en el banco-, y atender el voto que me trajo hasta aquí, y entonces Martínez Domínguez me dijo: ´si sigues con la diputación, adiós banco, no va a recibir un centavo, no va a recibir nada´, pero el director me dio la oportunidad de continuar en los recesos, me dijo: ´yo te conozco y se lo que vales, entonces durante el periodo no recibirás apoyo y cuando tengas receso te vienes para acá”, contó.
Cuando salió del Congreso ya se había jubilado del banco, por lo cual ahora recibe poco más de 2 mil pesos mensuales y el servicio médico. Posteriormente se puso a vender escobas en el municipio de Escobedo y actualmente se encuentra en su casa, al lado de su esposa.
El ex diputado recibió recientemente un reconocimiento por ser uno de los legisladores que se encontraban en el anterior recinto, ubicado en Palacio de Gobieno.
El originario de la Ciudad de México estudió sólo tres años la carrera Químico Biólogo en el Politécnico Nacional, mientras que su esposa Ingeniería Química en la UANL, pero por casarse dejaron las carreras truncas a los 18 años de edad.
“No terminamos las carreras, fue algo gracioso, nos conocimos por medio de unos familiares, ella se enamoró de mí primero por fotografía, nos casamos aquí en Monterrey por el civil a pesar de que la familia de los dos no lo aceptaban, no querían.
“En México nos tenían custodiados dormíamos en recámaras separadas y batallamos para casarnos por la iglesia, pero lo hicimos”, dijo el ex legislador.
“Aún el día de la boda no sabíamos lo que podía pasar. Fue el 3 de diciembre de hace 62 años; de novios nos vimos poco, pero llevamos toda una vida juntos, cuando lo vi por primera vez en una fotografía dije: ´él es para mi´, nuestro amor fue a través de cartas por todo un año”, comentó emocionada la señora.
Con una familia de seis hijos, años después por cuestiones laborales emigraron a Monterrey, donde a los 40 años se enlistaron a las filas del Partido Acción Nacional, pues les gustaban los ideales del albiazul.
Poco a poco Arvide Abdalá fue haciendo carrera, primero fue tesorero y dirigente de partido en el municipio de Monterrey durante el gobierno de Jesús Hinojosa, posteriormente fue diputado local y en dos ocasiones buscó diputaciones federales, aunque sin éxito.
Una de las anécdotas que el ex legislador recuerda es cuando durante la campaña para diputado local por el octavo distrito le tocó compartir un vehículo con otra diputada del partido contrario (omitió decir el nombre) cargar la propaganda en el mismo vehículo.
“Ella no sabía, pero yo si y su esposo también, fue muy gracioso y como quiera gané”.
Ahora los planes del albiazul, son mejorar su salud y ve por la felicidad de la familia, pues aunque no se arrepiente de formar parte del PAN, sus deseos son que los militantes retomen los ideales de Gómez Morin y no dejen olvidado al pueblo.