Por Gerardo Ramos Minor
Cuenta la leyenda que en un lugar de Reynosa existe un platillo invencible.
Su nombre: la King Kong… y el mote no es para menos, pues se trata de una impresionante hamburguesa de tres carnes rellenas de queso y 12 ingredientes más que en conjunto pesa dos kilos 300 gramos.
El creador de este pecado culinario es Luis Martínez, propietario del restaurant La Fe, ubicado en el número 720 de la carretera a Monterrey esquina con Huizache, en el fraccionamiento Los Laureles, casi enfrente del fraccionamiento Bugambilias.
El encargado de este negocio familiar expresó que su objetivo era crear algo único, y para ello se dio a la tarea de juntar los ingredientes más golosos que se le pudieron ocurrir para obtener este monstruo de carne y pan.
Explicó que tras abrir el negocio, el pasado mes de noviembre, su padre le recomendó que ideara un platillo especial, que hiciera diferente y reconocible al restaurant.
Fue así como tras un proceso de prueba y error, esta enorme hamburguesa se unió al menú regular del negocio, conformado por antojitos mexicanos, tacos, desayunos y comidas corridas.
En cierta forma, el génesis de la King Kong viene de otro platillo que se ofrece en La Fe: la hamburguesa Petrolera, que es una de tamaño normal cuya carne es sazonada y rellena con queso.
UNA ‘TORRE’ DE COMIDA
Para construir (el término dista mucho de ser un eufemismo) la King Kong, se requieren tres porciones de carne molida perfectamente sazonadas con varias especias y que están rellenas ya sea de queso amarillo o blanco, que a su vez va acompañado de chorizo, cebolla o espinacas.
Cuando finalmente están listas, cada una de estas porciones de carne alcanzan un peso de entre 600 y 700 gramos y son tan grandes, que tienen casi el mismo tamaño de una hamburguesa de cualquier franquicia de comida rápida.
Tras la carne vienen la mortadela, el jamón, el tocino, el chorizo, los frijoles, la carne asada (así es, carne asada), el tomate, la cebolla, la lechuga, la mostaza, la mayonesa sabor chipotle y el queso amarillo, que van levantando un delicioso rascacielos de aproximadamente 35 centímetros de altura.
Sin embargo armar la hamburguesa es sólo la primera parte del platillo. Falta el kilo (completo) de papas fritas que la acompañan y que convierten en una misión casi imposible batir el reto que existe en el restaurant La Fe.
“El reto de la hamburguesa King Kong es comerse la hamburguesa más un kilo de papas fritas naturales. Si se lo comen en media hora –hasta le podemos dar 45 minutos-, paga la mitad de la hamburguesa y además se va a ganar dos comidas gratis”, reveló Martínez.
Sin embargo este no es el único aliciente. Si llegara a haber alguien que lograra cumplir con el reto, aseguraría su permanencia en el “Muro de los Campeones”, como se le conoce a un espacio en el restaurant destinado a exhibir las fotografías de las personas que hayan podido acabar con la King Kong y las papas… sobra decir que hasta ahora la galería luce vacía.
El creador de este platillo reconoció que muchas personas han intentado acabar con la hamburguesa en solitario, pero nadie ha podido hacerlo. La persona que más se ha acercado a lograr esta proeza, es un joven cliente que sólo dejó un pedazo de carne sin comer.
De hecho se requieren entre cuatro y seis personas para poder terminar con este delicioso monstruo que tiene un costo de 190 pesos.
Orgulloso de su creación, Martínez indicó que poco a poco este plato se ha ido ganando un lugar en el gusto de los clientes del restaurant La Fe pues, a la fecha, vende un promedio de dos hamburguesas diarias.
Sin embargo poco a poco, gracias a las redes sociales y las recomendaciones boca a boca, la King Kong se está ganando un lugar en la gastronomía local.
Conforme aumenta la fama de este platillo, también crecen el número de personas que se acercan al Restaurant La Fe para conocer y disfrutar de la estrella de su menú.
Y es que no hay día en que no llegue una persona para, sorprendida, preguntar si es verdad que este negocio familiar reynosense ofrece una hamburguesa de dos kilos 300 gramos.
Quienes lo hacen tienen dos cosas aseguradas: van a sorprenderse cuando vean llegar a su mesa a la King Kong y, tras rendirse en el intento por acabar con este enorme platillo, van a pedir que se las envuelvan para llevar. v