El pronóstico de esperanza de vida para los pacientes que han sido trasplantados de corazón es del 85 por ciento durante los primeros 12 meses y más del 50 por ciento en los siguientes cinco años, informó Luis Ángel Elizondo Sifuentes, director de la Unidad Médica de Alta Especialidad del IMSS.
El médico aseguró que el 70 por ciento de las personas que son sometidas a la cirugía recuperan su vida normal.
“Algunos de ellos son muchachos jóvenes de 20 a 30 años que después de ser trasplantados pueden llevar una vida normal, trabajar, ser productivos y un periodo de vida muy bueno”, dijo.
Estudios realizados por especialistas señalan que el pronóstico de vida de la mujer es tres por ciento menor al del hombre durante el primer año de cirugía. En los siguientes tres y cinco años el paciente masculino es quien tiene mayores posibilidades de sobrevivencia.
Incluso hay pacientes –aunque son pocos casos- que superan los 10 años de sobrevida, como es el de un joven estadounidense llamado Tony Huesman, quien vivió 31 años con otro corazón y falleció en agosto del 2009.
El doctor Elizondo señaló que a pesar de que las estadísticas dan a pensar que existen pocas posibilidades de que una persona viva mucho tiempo luego del trasplante, no queda otra opción más que buscar el nuevo corazón, ya que una vez agotadas las posibilidades de seguir con medicamentos, lo recomendable es inscribirse en la lista de espera, de lo contrario sería una muerte segura.
“Pudiera uno pensar que no se salvan muchas vidas, porque si sólo tienes 50 por ciento de posibilidades de llegar a cinco años, pudiera ser una situación muy arriesgada, pero los pacientes que se meten al protocolo transplante tienen cero por ciento de posibilidades de vivir un año.
“El que ingresa es porque su situación es crítica, su condición de salud es tan crítica que es seguro que fallezca en menos de un año o seis meses, lo metemos en lista de espera donde en máximo dos meses debe ser trasplantado”, expresó.
Cada órgano tiene sus inconvenientes -técnicamente hablando-. El trasplante de corazón ocupa el segundo lugar en cirugía más fácil, mientras que el de riñón se coloca en primer lugar y en tercero el pulmón. El más complicado, dijo el especialista, es el de hígado.
“El corazón es un órgano diferente al cuerpo y lo identifica como extraño y trata de destruirlo, entonces tenemos que modular esa respuesta con medicamentos, de tal manera que ese rechazo no se dé de manera violenta”, dijo.
“El paciente quede muy susceptible a infectarse, porque se baja la respuesta inmunológica y entonces el paciente queda muy susceptible de tener infecciones”.
El experto en el área de cardiología aseguró que para los derechohabientes del IMSS los trasplantes y el tratamiento es gratuito. Y es que una operación de este tipo en una clínica privada supera el millón de pesos.
“Para mucha gente que no tiene recursos no habría otra alternativa”.
La UMAE tiene 11 años brindando los servicios a derechohabientes de siete Estados: Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, San Luis Potosí, Durango y Zacatecas.
Además Nuevo León tiene el índice más alto en toda la República Mexicana en cuanto a la donación de órganos. A lo largo de la historia han realizado 45 trasplantes, desde niños a adultos mayores y actualmente hay un paciente en lista de espera y otros tres que acaban de finalizar el protocolo de estudio y probablemente se unirán a la lista en el mes de julio.
“El Estado tiene un índice mucho más alto que el Distrito Federal, pero depende también del entusiasmo que tengan las personas que trabajan en los hospitales donde llegan los donadores.
“El último paciente que trasplantamos fue en menos de una semana, pero lo más importante es que haya donaciones frecuentes, cotidianas en los ciudadanos”, reiteró.
Dentro de los servicios que el hospital ofrece están las de atender enfermedades cardiovasculares y del tórax, tanto en niños como adultos, así como de pulmón. El 90 por ciento de los casos son de atención de cardiología.
En cuanto a la cultura de la donación, el especialista comentó que falta mucho por hacer, pues la gente tiene temor de donar los órganos.
“El problema de trasplante de órganos es un problema en todo el mundo, los métodos de cirugía van evolucionando y los medicamentos que ayudan a resolver el rechazo, pero siempre hay más enfermos que soluciones y necesitamos que los medios de comunicación nos ayuden a llegar a los hogares y que la gente acepte la cultura de la donación.
“Lo que es el dolor para una familia se puede convertir en la alegría de siete, ocho familias; no sólo se dona el corazón, sino órganos como córneas, pulmones, hígado, y para mucha gente es volver a nacer, porque muchos de ellos están dependiendo de una máquina, un riñón artificial”, explicó el director Elizondo.
La esperanza de sobrevida para los pacientes varía, pero hay quienes superan la medida promedio de los cinco años, como el caso de Gabriel Torres Ruelas, de Zacatecas, quien tiene latiendo desde hace 10 años un nuevo corazón.