
Aunque apenas tiene mes y medio de que le dieron el diagnóstico de leucemia al pequeño Brandon, su abuelo, Santiago Zárate, admite que hasta ahora el proceso para encontrar la cura de esta enfermedad ha sido difícil.
Todo comenzó con un dolor de estómago, recuerda el hombre de la tercera edad, y a partir de ese momento los síntomas se fueron incrementado, así como las visitas al doctor.
“Cuando él empezó fue por un dolor de estómago, y aparte de ese dolor le pegaba mucha fiebre, lo llevamos varias veces al centro de salud por lo del Seguro Popular, pero pues nada más se le calmaba.
“Ya cuando lo llevamos al Hospital Materno fue por que traía una hemorragia en la nariz y aventaba globos de sangre”, señaló don Sergio.
Tras recibir la confirmación de que su padecimiento era resultado de una leucemia, el menor de 10 años de edad fue canalizado al Hospital Universitario, en donde se atiende dentro del Centro Universitario Contra el Cáncer.
El abuelo materno ha sido el encargado de llevar al pequeño Brandon a sus consultas, ya que por el momento no cuenta con un trabajo y su hija recién acaba de entrar a laborar como obrera.
“Todo ha sido difícil – afirma mientras ríe nerviosamente- , ahorita haga de cuenta que ella (la mamá del niño), lo ha sacado adelante pero lo ha ayudado el DIF o Cáritas”, dijo.
Además de las medicinas que diariamente debe ingerir, la alimentación es otra de las cuestiones de la que deben de estar pendientes. Por el momento, las harinas han sido retiradas de su dieta.
Repartiendo sus días entre consultorios y visitas a centros de asistencia, don Sergio y Brandon comparten sus horas; a pesar de ello la sonrisa no se ha ido del rostro del menor, mientras que las ganas de sacar adelante a su nieto hacen brotar las energías del abuelo.