“El Observatorio de la UANL es muy importante por varias razones”, aseguró el director general del proyecto ruso ISON y jefe del laboratorio del Instituto de Matemáticas Aplicadas del Instituto Keldysh de la Academia de Ciencias de Rusia, Igor Molotov.
Una de ellas, explicó el científico, es la estratégica e importante posición en el hemisferio, ya que sólo hay tres observatorios –de una red mundial de 38– en esta esquina del mundo.
El proyecto ISON tiene presencia en 50 países y emplea a cerca de 200 investigadores alrededor del orbe para constituirse como la red de cobertura de observación espacial más grande del planeta. En ella se monitorea basura espacial, asteroides, incluso estallidos de rayos gamma para ayudar a entender las condiciones iniciales del Universo.
Igor Molotov visitó la ciudad para inaugurar el Observatorio Internacional de Monitoreo de Basura Espacial de la UANL. El director del ISON también brindó una charla en el 3er Taller de Astrofísica Planetaria y X Congreso Nacional de Astrobiología, celebrados en la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas (FCFM). Después de seis meses de la instalación, poner en marcha el telescopio y ante la necesidad de recoger datos con mayor precisión y calibración de los instrumentos y el software, Molotov asistió al observatorio para trabajar con los astrónomos de la UANL en el mejoramiento del proyecto.
Comentó que está muy satisfecho con la UANL por el trabajo que se ha hecho; y destacó que es importante que la Universidad haya programado a mediano plazo llevar el telescopio a la zona sur de Nuevo León, puesto que en el área metropolitana la contaminación lumínica es muy fuerte.
“Se facilitará el análisis por la baja contaminación lumínica y aumentará la cantidad de candidatos a observar; eso quizá los lleve a ser el observatorio que más genera resultados de todo el continente americano”, explicó.
La tarea es que los científicos de la FCFM hagan un reporte de lo que registra el observatorio, es decir, procesar sus datos y enviar un informe a Rusia.
“Lo que les ha gustado [a los rusos] es que rápido agarramos la onda. En otros observatorios era que se conectaban remotamente y les explicaban”, comparó el doctor Enrique Pérez León, responsable del Observatorio del Proyecto ISON de la
FCFM-UANL.
Después de varias semanas de trabajo, cuentan con más de 2.5 terabytes de información recabados en el Observatorio de la FCFM-UANL. “Ellos desde Rusia hacen un análisis complementario e implementan otros cálculos con parámetros de posición o si se está en riesgo de colisión. Eso nos conviene a nosotros porque recordemos que aún tenemos tres satélites mexicanos en servicio. Es una forma de prevenir el buen funcionamiento de nuestra infraestructura orbital”, planteó el investigador.