La toma de calles, plazas públicas o empresas por parte de trabajadores que de manera colectiva suspenden su actividad laboral con el objetivo de tener mejores condiciones de trabajo son ausentes en la localidad desde hace 14 años.
“Tenemos 14 años sin que se manifieste un paro laboral en el Estado, pues la última se presentó en el mes de julio de 1998”, expresó Alejandro Javier Torre Martínez, presidente de la Junta local de Conciliación y Arbitraje.
No negó que existan diferencias o problemas entre los trabajadores, líderes sindicales y empresarios en un estado industrial y productivo como Nuevo León, pues se tiene un registro de 50 mil personas físicas y morales con actividad empresarial, con más de un millón 350 mil trabajadores afiliados al Seguro Social.
“Eso no significa que a lo largo de la historia no haya emplazamientos a huelga. Van 9 mil en los primeros tres años del sexenio del actual gobernador y todos se han resuelto a través del diálogo y con la conciliación entre las partes”, señaló Torre Martínez.
Reconoció que aún hay casos en trámite pero tiene la certeza que se resolverán de manera favorable tanto para el trabajador, sindicato que lo represente y el patrón.
“Confiamos que se mantenga el clima de armonía entre la clase trabajadora y empresarios como se ha dado en los últimos años porque desde nuestra trinchera se ha fincado un ambiente de cordialidad entre los afectados a la hora de la conciliación”, manifestó.
En ese sentido, se reflejan beneficios también para el estado, referente a la capacidad de inversión que se destina de manera global y que posibilita un crecimiento laboral para la clase obrera.
“Este año Nuevo León recibe una inversión extranjera directa, de más de 2 mil millones de dólares, precisamente por esa estable relación laboral de los trabajadores con su sindicato y los generadores de empleo”, declaró el presidente de la junta de Conciliación y Arbitraje.
Las estadísticas que revela Torre Martínez, señalan que no se han presentado huelgas desde 1998 a la fecha en tierra nuevoleonesa pero la semana pasada se observó una manifestación pacífica por empleados del Restaurante La Puntada”, en el centro de la localidad.
“No fue una huelga, fue una disputa sindical aunado a la protesta por cambio de mandos intermedios en el restaurante lo que provocó inconformidades en los trabajadores pero ya se solucionó”, aseguró.
Los trabajadores decidieron cambiar de afiliación sindical y ahora pertenecen a la CTM del Estado, hecho que la empresa aceptó con madurez, explicó Torres ante la situación que se suscitó en el conocido lugar que oferta comidas caseras a los comensales regios.
“La empresa respetó la decisión de sus trabajadores y formó ya un contrato colectivo con el nuevo sindicato. De 94 empleados que laboraban de manera oficial en el restaurante, 34 se manifestaron, 20 finiquitaron su relación laboral con el corporativo y 14 se reincorporaron a su trabajo ordinariamente; el proceso quedó concluido”, detalló.
QUERÍAN BUEN TRATO
Y LO JUSTO
Cocineras, meseros y ayudantes, así como personal de limpieza y administrativos, alzaron la voz y se manifestaron por varios días en el restaurante La Puntada, ubicado en las calle de Hidalgo, cruce con Juárez.
Mientras no laboraron y perdieron parte de su pago quincenal, semanal o diario, según el caso, los trabajadores no cesaron por defender sus derechos laborales y exigir un buen trato a los empresarios.
“Desde hace tiempo ya había problemas con las prestaciones pero la gota que derramó el vaso para nosotros fue que llegó un chef prepotente y arremetió contra algunas de mis compañeras: protestamos pero nada, el restaurante cerró y nosotros nos presentamos sólo a reclamar lo que nos corresponde”, dijo Jesús Alejandro Fernández Escalante, mesero.
La falta de ingresos mientras estuvo sin trabajo y continuaron las protestas por obtener mejoras laborales, repercutió en el bolsillo de Jesús Alejandro, situación que acarreó problemas en el interior de su hogar.
“Hay servicios y escuela que costear para mis cuatro hijos. Me la he visto duras pero no me quedo de brazos cruzados, compré dulces y mientras estamos en manifestación los vendo a la gente que pasa”, comentó.
Afortunadamente, agregó el mesero, la estancia al exterior del restaurante a manera de protesta durante varios días, no fue tan dura, pues clientes asiduos al restaurante les brindaron su apoyo.
“Algunos nos trajeron comida, otros nos apoyaron con un poco de recursos económicos, y otros, nos dijeron que lucháramos por lo que buscamos. Eso nos dio ánimo”, indicó Fernández Escalante, con dos años de antigüedad en el restaurante.
El representante sindical en compañía de algunas trabajadoras acudió a la Junta de Conciliación y Arbitraje y para bien, algunos regresaron a trabajar. mientras que otros prefirieron dejar de prestar sus servicios a la empresa, pero se retiraron con la liquidación justa.
Este acontecimiento que no se consideró una huelga como tal, representa ese espíritu de lucha que aún tienen, quienes buscan óptimas condiciones de trabajo.