Un joven originario de Monterrey busca ser historia al convertirse en el primer originario de Nuevo León en ingresar a las prestigiadas escuelas de circo que surten de artistas mundialmente famoso Cirque Du Solei.
Su nombre es Juan Luisangel Góngora Jaramillo, tiene 23 años, es regiomontano y sueña con pertenecer al mundialmente conocido Cirque Du Solei.
Sabe que el camino no es sencillo, pero lleva casi una década preparándose para ejecutar de manera profesional el arte circense.
En marzo, el joven podría ser el primer regio en ingresar a una de las famosas escuelas profesionales de circo de Canadá y estar más cerca de cumplir su objetivo.
En una ciudad en donde el fútbol acapara la mayoría de los reflectores, el vecino del sur de Monterrey encontró su pasión en una disciplina poco convencional: la danza aérea o tela acrobática, a donde llegó por casualidad.
Desde pequeño Luisgangel se consideró malo en los deportes tradicionales, pero a los 16 años, estudiando el cuarto semestre de preparatoria, una compañera lo invitó al taller de telas de la institución –prepa Tec- sin saber que quedaría cautivado por el también llamado “ballet aéreo”. Más aún cuando descubrió que tenía un talento nato para las telas.
“En aéreo hacía mi rutina y a la gente le gustaba. Me sentía más cómodo, sentía que me iba mejor que en otras actividades que hacía como el baile”, aseveró el regio.
En un principio, como toda disciplina, costó trabajo adaptarse, pero su gusto por danzar en el aire lo llevaron a derribar cada obstáculo. La flexibilidad siempre fue un factor a su favor y que contribuyó al crecimiento de Luisangel en la disciplina.
“Yo no hacía ejercicio antes y fue la primera vez que sentí mi peso cargándolo. Lo bueno es que siempre fui flexible y por esa parte no fue tan difícil y con el tiempo fui mejorando la técnica, me di más confianza y le fui agregando más altura” mencionó el vecino del sur de Monterrey.
Al terminar la preparatoria, como la mayoría de los estudiantes, el joven optó por estudiar una carrera tradicional, que complementaría con su pasión por las telas.
Fue así que ingresó a Ingeniería Química del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), pero que un año más tarde decidió cambiar por la carrera de Nutrición.
Sin embargo, algo no estaba bien en Luisangel, quien poco o nada disfrutaba de los estudios tradicionales.
“Me empecé a sentir menos cómodo en la escuela, sólo estaba cumpliendo con las materias, pero no me sentía bien como sí me sentía cuando entrenaba”, comentó.
Para tratar de calmar su incomodidad, el joven audicionó para entrar a la Escuela Superior de Música y Danza de Monterrey, en donde permaneció por un año.
Tras 12 meses de enfocarse a la danza, la plenitud aún no llegaba al regiomontano, por lo que decidió aventurarse a probar suerte fuera del país en el arte que lo satisfacía completamente: el circo.
Luego de participar en la primera competencia de danza aérea en Monterrey y ganar el segundo lugar, Luisangel comenzó a investigar sobre escuelas profesionales para poder audicionar.
“Con el tiempo y viendo el potencial que tenía empecé a investigar para dedicarme a esto”, mencionó.
Con una pausa en su carrera como nutriólogo –ya que redujo el número de materias para enfocarse a probar suerte en el extranjero- el regiomontano hizo su primero intento en 2018 para ingresar a la Escuela Nacional de Circo de Montreal o a la Escuela de Circo de Quebec.
Y aunque el resultado no fue el esperado, debido a una lesión en el tobillo, las ilusiones siguieron presentes y este año regresó con mayor preparación.
“El año pasado estaba lastimado del tobillo y acrobacia siempre fue mi área más débil. Tenía un nivel bueno en danza, aéreo, condición y flexibilidad, pero tenía muy bajo nivel en acrobacia porque no me había preparado muy bien”, exclamó.
Tras el amargo episodio, Luisangel inició una preparación más intensa en sus áreas débiles y aumentó el grado de complejidad en las ya dominabas.
Y es que, para poder ingresar a estas demandadas escuelas canadienses, se debe de ser el mejor en todos los aspectos: aéreo, acrobacias, baile, teatro, condición física y flexibilidad para soportar las maratónicas jornadas de casi 10 horas de práctica.
A finales de febrero, el regiomontano regresó a las ciudades de Montreal y Quebec para probar suerte por segunda vez, ahora con mayor seguridad.
“Me sentí mucho mejor y llegué más listo. En las que eran mis áreas débiles me preparé más. Llegué con más cosas y me sentí con más potencial para que me digan que sí este año”, aseveró.
Pero ingresar a las instituciones profesionales de circo no es tarea sencilla. Luisangel asegura que de los casi 150 que audicionan sólo en Montreal –escuela que también realiza ‘casting’ en Toronto, Vancouver y París- apenas 28 logran ingresar.
Una cantidad similar es la que aceptan en la Escuela de Quebec y si a eso se le suma que al ser escuelas de gobierno deben de inscribir cierto porcentaje de nativos de la ciudad, las posibilidades disminuyen considerablemente.
Aún así, el joven se siente confiado de que puede acceder a una de las dos escuelas e iniciar su sueño de vivir profesionalmente del arte circense, por lo que espera con ansias los resultados, que serán entregados entre el 15 y 30 de marzo.
Y mientras eso sucede, Luisangel continúa preparándose para mejorar cada rutina.
Actualmente el joven entrena en Synergy Aerial Arts, academia ubicada en la plaza comercial Ehko, al sur de Monterrey, sobre la avenida Garza Sada, en donde sigue impresionando a propios y extraños con su talento.
“Mis amigos siempre quedan impresionados y me ven bien. Viviendo en un país machista me gusta que mis amigos me apoyan en la cuestión de danza y circo”, expresó.
Y ahí, pendiendo de las telas, con la mirada puesta en el horizonte, el regiomontano mantiene su sueño de ingresar al circo más famoso del mundo y romper estigmas.
“Como todos me gustaría estar en el Solei aunque sé que es difícil. Quiero romper el estigma de que se puede vivir del circo, dedicarme completamente a eso”, puntualizó.