A dos años de que el Palacio de Cantera reciba a un nuevo inquilino, la Coordinadora Estatal de los Programas de Desarrollo del Estado en Nuevo León, Judith Díaz, dejó la ‘hipocresía política’ y aceptó abiertamente que sí le gustaría convertirse en gobernadora.
En entrevista para Hora Cero, la ex legisladora local y federal sentenció que le gustaría llegar el Palacio de Gobierno “como a cualquier otro que le pregunten”, pero aseguró que es muy prematuro para visualizarse en 2021.
Y aunque su aspiración es genuina, la también llamada ‘superdelegada’ adelantó que si el presidente Andrés Manuel López Obrador así lo desea, con su labor permanecerá en su puesto hasta finalizar el sexenio.
Judith Díaz, quien compitió por Morena al Senado en 2018, indicó además que su partido tiene grandes posibilidades de instalarse en la gubernatura al ser un movimiento en constante crecimiento y con una ideología política bien fundamentada.
Añadió que en Morena existen perfiles que pueden llevarlos al triunfo en 2021, especialmente aquellos que formaron parte de la construcción del movimiento y que promueven los valores del partido.
En la conversación, la coordinadora también ahondó en su labora al frente de los programas sociales así como su relación con el gobernador Jaime Rodríguez Calderón y la postura de los opositores a los programas federales que se están implementando.
> ¿Cómo han sido estos primeros meses de trabajo?
Es algo totalmente nuevo. Se trata de abrir brechas porque al final porque al final lo que se está haciendo es también un cambio cultural en la vida política de todo mundo y esto ha significado un trabajo arduo de concientización.
El Presidente tiene un idea diferente que es la compactación y coordinación de entre el gobierno federal y todas las dependencias.
El Presidente ha sostenido primero que este es un elefante reumático al que hay que empujar para que se pueda lograr un objetivo.
Lo otro que se quiere es acabar con la corrupción y segundo bajarle al gasto público y eficientizar el sueldo de éstos en los diferentes estados.
Es algo novedoso para todos y cuando el Presidente empezó a hablar de esto poca gente creía que las cosas se iban a concretar.
Como también poca gente creyó que levantar el censo casa por casa pudiera dar resultados.
No es una tarea sencilla para 600 servidores de la nación que nos acompañan en esta tarea y además para dividirlo en siete regiones. Y cuando se piensa en Nuevo León a veces no se piensa en las comunidades más lejanas del norte y sur a las que tienes que llegar por medio de brechas.
Son comunidades que más lo necesitan y que tampoco sienten la identidad de neoloneses, sólo se les visita en elecciones porque a ellos les queda más cerca ir a Coahuila o San Luis Potosí.
Toda esa complejidad la hemos estado viviendo en estos recorridos y ha sido una tarea suprema.
> ¿Qué ocurría anteriormente con las delegaciones para que el Presidente haya decidido unificar a la mayoría en un Superdelegado?
Cada Secretaría, cada Parestatal, o cada órgano desconcertado tenía un representante en cada estado, lo que significaba tener personajes con cierto nivel y estatus que ganaban cerca de 120, 100, 80 o 50 mil pesos. A mí me llamó mucho que se cuestionara a los Superdelegados, incluso por el nombre, porque siempre existieron. Las personas que estuvieron antes de mí eran como Santo Clos, esta era una de las delegaciones más peleadas. Ciertas dependencias eran muy privilegiadas y ellos ya eran superdelegados por los presupuestos que manejaban.
Era una clase política en el estado, que se suponía que deberían de ser espejo de las dependencias estatales y colaborar con ellas, pero no. Cada quien agarraba su bolsa de recursos y cada quien trabajaba por separado. Era como un premio para muchos personajes.
> Algunas delegaciones fueron muy cuestionadas por el ‘amiguísimo’…
Aparte de que se daba el ‘amiguísimo’ se daba también mucho la posibilidad del manejo discrecional de los recursos. Había demasiados privilegios, demasiado abuso discrecional de los recursos que al día de hoy estamos luchando porque ya no está
> ¿Qué pasó por la cabeza de Judith Díaz cuando el ahora Presidente la designó como la superdelegada en Nuevo León?
La verdad no me lo esperaba, estábamos todavía terminando de cerrar el proceso electoral. No me lo esperaba. Cuando me lo dijo por mi cabeza pasó una gran responsabilidad que aún sigue ahí. Por mi cabeza pasó la idea del gran reto que tenemos de atender todos los programas que el Presidente tiene como prioritarios. Además de que necesitas meterte a la cabeza del Presidente para entender exactamente lo que está planteando desde el principio. El Presidente es muy fácil de descifrar porque es muy claro.
Por mi cabeza ha pasado el alto grado de responsabilidad, de repente pequeñas dudas de cómo hacer las cosas, pero como el Presidente es muy claro sólo hay que acatar.
> Han sido jornadas largas, ¿cómo las sobrelleva?
Sí son jornadas muy largas, pero es un trabajo muy gratificante. A mí me había tocado ya participar en una dependencia en donde había recorrido gran parte de los ejidos y de las zonas más vulnerables del estado, me había tocado participar en Conafe, así que yo tengo la fortuna de ser una de las pocas mujeres en Nuevo León que conozco cerca de unas 700 comunidades y ejidos del estado. Entonces, el regresar con ellos es muy satisfactorio, en donde yo mismo sacrifico mis horarios de comida, la estancia con mi familia, principalmente mis nietos, la permanencia con mis hijos por atender estas labores, pero así lo decidí: dejar esto al lado y seguir en esto que me apasiona que es el servicio público.
> ¿Qué testimonios ha encontrado en los recorridos que ha hecho en las comunidades del sur, del norte y dentro de la misma zona metropolitana de Monterrey que la han marcado?
Te daré tres o cuatro. Me ha tocado mucho estar en ejidos en municipios del sur, en una de las dispersiones de pago, en donde muchas de las personas no te conocen, en una de esas reuniones me encontré con personas que no se les habían solucionado problema desde hace ocho o diez meses atrás porque habían extraviado su tarjeta o su holograma. Entonces, llegar y resolver su situación y después volver en una siguiente mesa y ya llevarles el recursos no te imaginas lo que esa gente es capaz de hacer. Te ofrecen todo lo que puedan porque los atendiste en un asunto que es tu obligación atender.
Otro es por ejemplo llegar a una comunidad de Aramberri en donde nunca han conocido a un delegado y ver cómo sus problemas se resuelven con 500 pesos costo de una manguera o con una bomba para el agua porque hay programas para todo eso y que después llegues y te reciban con sopa de fideos, esa satisfacción es tremenda porque además son bienes comunitarios.
Obviamente, cuando llegas y atiendes un asunto personal como una persona con discapacidad o que atiendes a esas dos personas que nadie les quería dar una beca de Proespera por situaciones partidista, cuando atiendes esas situaciones es muy satisfactorio.
> Ya mencionó el uso partidista de los programas sociales, ¿garantiza Judith Díaz que en la reciente administración los programas públicos llegarán a todos por igual?
El gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, fue el contrincante del presidente en 2018 y aún así, el presidente trabaja de la mano con él. Entonces, tenemos un ejemplo real de coordinación con todas las autoridades. El que le quiera ver tientes partidistas se lo va a ver solo porque nosotros vamos a trabajar de la mano con todos, compartimos oficina con todos ellos. Estamos rompiendo paradigmas porque todos tenemos prestar servicio a los ciudadanos y entender que la bolsa federal es eso, una bolsa federal que no es de nadie, es de todos.
Este paradigma que nos enseñó el Presidente nos sirvió mucho y te lo puedo decir: sí vamos a servir a todos.
> Se habla mucho de regenerar el tejido social por medio de programas sociales, ¿cómo materializarlo a la realidad de Nuevo León?
Hablar de regeneración de tejido social abarca muchas cosas. Para que un programa social funcione primero se tiene que especificar a quien va dirigido y por qué se dirige ahí, además si no existe un modelo de atención no funcionará. En primera instancia lo que nosotros estamos atendiendo son a las personas que no han tenido oportunidad. Nosotros vamos a jalar a todo mundo para que aquellos que nunca han tenido acceso a una beca la tengan. Queremos que nadie esté excluido porque precisamente la exclusión es uno de los factores más importantes de la ruptura del tejido social. Entonces, tienes que considerar todos los factores que provocan que el tejido social se rompa. No podemos ser simplistas. Por ejemplo: decir que desde que las mamás se fueron a trabajar se rompió el tejido social no es real porque nadie dice ¿por qué salieron las mamás a trabajar?, ¿por qué una mamá tiene que trabajar?, ¿qué fomenta que salga, ¿y el papá?. Es tan multi factorial el tema de la descomposición del tejido social que se tiene que atacar uno por uno o conjuntar una serie de acciones en donde estén todos estos. De entrada el presidente optó que vayamos por la exclusión, luego integrar y trabajar de manera dirigida en cada área.
> ¿Y cómo vamos precisamente en estos levantamientos de censos y aplicación de programas sociales en la entidad?
Vamos bastante bien. En general no hemos terminado todo el censo de las casas, pero en padrones vamos muy bien. Nosotros tenemos metas en cada uno de los programas. Nosotros tenemos que atender, por ejemplo, a cerca de 331 mil adultos mayores y estamos ya en más del 90 por ciento de atención. En personas con discapacidad tenemos que atender alrededor de 24 mil, pero ya vamos en 27 mil, aún así nuestro censo no ha llegado en donde teníamos que llegar. Nosotros teníamos que buscar y encontrar alrededor de 55 mil casas en el estado que tuvieras los programas de Prospera y no los hemos encontrado todos. Los programas prioritarios para el Presidente son: adultos mayores, personas con discapacidad y becas para estudiantes de preparatoria. En censos vamos muy bien.
En nuestro estado tenemos mucha migración y recibimos casi 100 mil habitantes por año de otros estados de la república y muchos son indígenas, pero además tenemos que encontrar a los niños que tienen discapacidad. Ahorita, hemos entregado alrededor de 90 mil becas en preparatoria y tenemos que llegar a cerca de 135 mil becas en preparatorias, más de llegar a las universidades con “Jóvenes escribiendo el futuro”.
> Algunos detractores del Presidente López Obrador han cuestionado estos programas, ¿qué podría decirles en base a lo que ha percibido en estos meses?
Cuando tú ves que jóvenes van, presentan un examen de admisión y no pueden entrar a una preparatoria, es cuando entra el tema de las igualdades. Un muchacho que estudió en una secundaria y que llega con la ilusión de entrar a la preparatoria, pero no pasó el examen y se queda sin la posibilidad de estar en un lugar donde quiere estudiar. Muchos piensan que no está preparado, pero ¿qué opciones le dimos? si viene de una comunidad o un ejido, ¿qué opciones le dimos para poder entrar a la preparatoria? porque mejor en lugar de ponerles un examen no los ayudamos a tener mejores condiciones en las tele secundarias, en las escuelas comunitarias. ¿Por qué los críticos del Presidente no hablan de la falta de oportunidades para ellos? porque no están ahí porque no conocen las necesidades de las comunidades.
No se trata de dar dinero como muchos han dicho, se trata de brindar una oportunidad.
> Al inicio cuando se creó la figura del superdelagado la reacción del gobernador ‘El Bronco’ fue de oposición y aunque se percibe que ha cambiado esa postura quiero preguntarle ¿cómo es su relación con el gobernador?
Tengo una relación de absoluto respeto con él, que fue lo que el Presidente nos pidió: no confrontación, no subordinación de ninguna de las partes sino colaboración total. El Presidente nos ha dicho que nosotros no vinimos a pelear un espacio, vinimos a colaborar y creo que ambos lo hemos entendido. Yo creo que lo que Jaime cuestionaba era el puesto no a la persona. Él y yo fuimos diputados locales y hemos tenido una relación de amistad. Hoy creo que cada vez nos llevamos mejor y hasta podemos pensar en llevar una relación de amistad.
> ¿Cómo calificaría en una palabra estos primeros meses de trabajo?
Satisfactorios
¿LA GUBERNATURA EN SU FUTURO?
> En dos años más llegan comicios importantes para Nuevo León, ¿cómo se ve Judith Díaz en el 2021?
No puedo más que verme trabajando, a mí este trabajo me apasiona. Como decimos en el argot político: a mí me gusta mucho la tierra, estar con la gente, me encanta hacer lo que hago, lo disfruto mucho. Yo lo único que te puedo decir es que me veo trabajando con la gente.
> Si le ofrecieran la candidatura de Morena a la gubernatura o alguna alcaldía ¿lo pensaría?
No lo sé en este momento. Yo creo que todos tenemos aspiraciones, he trabajado en todos los ámbitos: en el municipal, estatal y federal, básicamente mi trabajo ha estado en el legislativo aunque he tenido buscas experiencias en el ejecutivo y me gusta. Hoy, pese a lo que muchos dijeron, estoy disfrutando mucho de estar en el ámbito ejecutivo.
No sé que decisión tomaría, obviamente esto tiene que ver con que si el Presidente me dice que está contento con mi trabajo yo me voy a quedar aquí hasta el término de su período porque yo tengo un compromiso con él. Y sí a él le gusta y soy eficiente en lo que estoy haciendo seguiría trabajando con él.
Creo que al día de hoy sería prematuro decir, pero tampoco puedo negar que me gustaría. Creo que a cualquiera que le pregunten si quisieran ser gobernador del estado no creo que haya uno que diga que no.
Sí me gustaría ser gobernadora de Nuevo León, claro que me gustaría, ni modo que venga yo hipócritamente a decirte que no, pero obviamente en ese momento sí tendría que tomar otro tipo de decisiones para no empantanar esto que estamos haciendo.
> ¿Y cómo visualiza a Morena en Nuevo León en 2021?
Morena está ahorita en un proceso muy interesante y habría que entenderlo. Morena surge como un movimiento y está mudando a ser partido. Yo a Morena lo veo creciendo. Y yo deseo para Morena que no cometa los errores que cometieron otros partidos. La tentación de querer gobernar como partido en el poder, que fue la crítica principal, que al final terminaron perjudicando a esos partidos.
Yo a Morena lo veo consolidándose sobre todo porque tiene gente muy joven y que vienen unas nuevas generaciones empujando fuertísimo, creciendo, aprendiendo y además formados con una ideología clara.
Entonces, yo sí creo que Morena tiene mucha esperanza como su eslogan lo dicen. Sí creo y lo veo construyendo a futuro grandes cosas. Obviamente, eso tiene que ver con los cimientos y aquí hay grandes personas que formaron Morena, que son personas con conductas intachables y yo creo que de ahí puede venir la gran formación de este partido que pueden darle muchos años de vida. Creo que falta de afinar algunos temas de unidad y otras cosas y no estoy hablando de pensamientos de unanimidad sino de unidad en la diversidad de pensamientos que tiene Morena.
> ¿Sí cree posible que Morena llegue al Palacio de Cantera?
Yo sí creo que puede llegar al Palacio de Cantera, creo que tiene muchos perfiles con los que puede llegar, que vienen del movimiento, de la construcción y de la ideología que el propio partido promueve.
> Algún mensaje final que quiera ofrecer…
Creo que tenemos hoy la oportunidad de construir algo nuevo. Estoy muy contenta porque habiendo visto en otros sexenios que se prometieron cambios de fondo y que no se dieron hoy sí estamos viendo un combate frontal a la corrupción. Me gusta ver a mi presidente como lo veo, me gusta ver como le escribió a Donald Trump y me gusta también que quiera llegar a los más necesitados y a los más vulnerables así: a pie, tocando puertas, conociéndolos, visitando sus hogares. Me gusta que estemos viviendo un momento de cambio radical y profundo porque es desarraigar conductas muy aprendidas y es quitar y romper paradigmas que hacían mucha falta, así que yo creo que México va a cambiar radicalmente y muchas cosas se van a desarraigar para bien en nuestro país.