Nuevo León se tiñó por primera vez de naranja los escaños al Senado de la República de mayoría relativa con el triunfo histórico de Samuel García e Indira Kempis.
La dupla de Movimiento Ciudadano obtuvo la victoria en las urnas con 24.4 por ciento de la votación, que equivalen a 367 mil 303 sufragios, acorde al Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP).
En una contienda cerrada, la juventud se impuso ante la experiencia de binas con mayor tiempo en el mundo de la política, pero que convirtieron a la votación en una de las más reñidas de la entidad.
Con poco más de 7 mil sufragios sobre sus más cercanos adversarios – la fórmula panista conformada por Víctor Fuentes y Alejandra Sada- los abanderados de Movimiento Naranja romperán con la hegemonía bipartidista en la Cámara Alta
Nunca en la historia de Nuevo León lo Senadores de mayoría relativa han sido de un partido distinto al PRI o PAN y por primera vez MC tendrá representantes por Nuevo León en la Cámara Alta.
El triunfo de Samuel e Indira también destaca otros datos importantes: con apenas 30 años, García Sepúlveda se convertirá en el Senador más joven de México de la próxima legislatura; la entidad es la única en la que Movimiento Ciudadano ganó escaños de mayoría relativa el 1 de julio. El estado fue el único de los 32 en dónde el Frente (PAN, PRD y MC) no se conformó para competir por la Senaduría.
Y es que, desde antes de las pre campañas, Samuel sabía que podía llegar a la Cámara Alta por sus propios méritos, por lo que optó, como dirigente estatal de MC, no sumarse a la alianza nacional para los puestos de elección popular en juego a nivel federal.
Fue así que nació una de las batallas más competidas en Nuevo León: la del Senado.
En la boleta, la dupla naranja tenía como adversarios a importantes figuras de los llamados partidos “grandes” y “emergentes” como Víctor Fuentes y Alejandra Sada del PAN, Jorge Mendoza y Martha de los Santos del PRI, Álvaro Suárez y Judith Díaz de Morena y Raúl González y Mónica Garza de la corriente independiente.
Por primera vez, la elección ya no era una moneda al aire que se definía con las caras del PRI o PAN. Ahora, la contienda parecía un dado que podía dejar como ganador a cualquier fuerza política.
Ante el reto, la dupla de MC inició una campaña innovadora de comunicación, alejada de los medios tradicionales, que a su vez estaban dominados por el bipartidismo.
El uso de las redes sociales se convirtió en su principal canal de difusión, especialmente para llegar a la población millenial y centennial, que en conjunto representa cerca del 45 por ciento de la lista nominal de Nuevo León.
La exitosa campaña en las plataformas sociales, aunado a un mensaje anti sistema y la promesa de velar por los intereses exclusivamente de Nuevo León y no los de un partido político, le valió el triunfo a la fórmula de movimiento ciudadano.
Su discurso de buscar un “Nuevo León” y desterrar el “Viejo León” -plagado de corrupción- hizo clic de inmediato con la población, que a diferencia de tres años atrás, volvió la mirada a los partidos políticos aunque no a los tradicionales.
Samuel fue claro desde un inicio: irá a la Cámara Alta a defender el bienestar de la entidad, aunque su misión implique no ir en bloque con el partido que lo postuló.
Y es que, en entrevista previa a las elecciones con Hora Cero (Edición 319) el regiomontano ya aseguraba que el bipartidismo PRI-PAN en el Senado sólo había servido a las instituciones políticas por lo que su intención era ganar la curul para romper con las malas prácticas.
“En el Senado los neoloneses no han hecho nada. Esta camada de priistas y panistas que han ido y venido al Senado no son senadores de Nuevo León son senadores del PRI y del PAN, siempre votan en bloque. Estos tres años nuestras tres senadoras (Ivonne Álvarez, Cristina Díaz y Marcela Guerra) todo votaron en bloque lo que decía (Emilio) Gamboa, pero él es de Quintana Roo y no le interesa lo que suceda en Nuevo León. Mismo caso con el PAN, el senador (Raúl Gracia) votaba lo que decía (Fernando) Herrera y él no es del norte tampoco. Ese es el gran problema de los senadores por Nuevo León, no van a defender al estado van a defender al PRI y al PAN”, aseveró en junio García Sepúlveda.
Horas después del cierre de casillas el 1 de julio, luego de conocer su ventaja, Samuel agradeció por las mismas redes sociales la confianza depositada en su persona y en la de su compañera de fórmula.
“Amigos de Nuevo León muchas gracias. Estamos muy contentos porque vamos a hacer historia. Vamos a hacer Senadores. Es la primera vez en la historia de Nuevo León que vamos a llegar dos Senadores que no son ni PRI ni PAN. La sacudida al país y al estado fue contundente. No más PRI y no más PAN”
Ahora, con las cifras del PREP ya casi oficiales, los próximos Senadoras están conscientes que su lucha podría ser contra corriente
Primero porque tendrán que lidiar con una mayoría de legisladores de Morena y segundo porque muchas de sus ambiciosas propuestas pone en el centro de la discusión a Nuevo León y el “trato injusto” en materia financiera por parte de la federación.
“Llegaré al Senado a que a Nuevo León nos regresen lo justo. Llegó el momento de regresarle la dignidad al estado”, señaló en uno de sus anuncios el entonces candidato, ahora Senador electo.
Ya sea en el tema de fiscalización, bajar el precio de la gasolina, revocación de mandato, fuero, muerte civil, eliminación del “fondo moches” o algún otro los abanderados de Movimiento Ciudadano pueden presumir que llegarán a la Cámara Alta con iniciativas propias y no impuestas por una corriente política.
El camino para derrotar al bipartidimos en el Senado no fue sencillo, pero llegó en el momento en el que los partidos grandes sufrieron graves descalabros en las urnas el 1 de julio.
La nueva composición de las cámaras es una oportunidad para que las nuevas fuerzas políticas y los jóvenes como Samuel e Indira demuestren de qué está hecha la renovada clase política.
Su nombre ya pasó a la historia en Nuevo León como los millenials que acabaron con la hegemonía del bipartidismo en el Senado, ahora deberán demostrar que los electores no estaban equivocados. v