La enfermedad, el dolor, la tristeza e incluso el enojo, son situaciones que suelen aliviarse a través de una dosis de alegría que la Risaterapia proporciona de manera gratuita.
Los “médicos de la risa” se han propuesto como meta desde hace años, suministrar capsulitas de entusiasmo a los pacientes del Hospital General de Zona No. 33 del IMSS, ubicado en la calle Félix U. Gómez.
Como por arte de magia, las personas que esperan su turno o los que están enfermitos se transforman al ver llegar a los “doctores del buen humor”.
“Somos los nuevos directores del hospital y estaremos con ustedes un momento”, expresó Miguel Gutiérrez conocido como el Dr. Pollito Vocerrón.
Risaterapia A.C. llegó a Monterrey desde hace cinco años, tiempo en que la nueva estrategia medicinal ha provocado transformaciones en la calidad de vida de niños, adultos y personas de la tercera edad, debido a esas inyecciones de ánimo que han distribuido.
La gente se asombra por la forma en la que los médicos van vestidos. Las miradas de sorpresa se dejan ver y luego se modifican en alegría mientras son “atendidos” por los galenos de la comedia.
“Nuestro objetivo es cambiar ambientes y sentimientos negativos en positivos. Nosotros queremos mostrarle a la gente que con una sonrisa puedes modificar las cosas porque todo mal o bien viene desde el interior y se transforma: le inyectas vida a una persona por medio de sonrisas, abrazos, muecas o gestos”, explicó.
No se dan recetas sobre cómo curar enfermedades o ser feliz, lo que se pretende es que las personas disfruten el momento y aprendan a sobrellevar la situación. Lo importante es que tienen vida, aseveró el experto.
VUELVEN A LA VIDA
El atardecer resplandecía entre los cristales de la sala de espera y los pasillos que colindan al área de Pediatría del Hospital General de Zona No. 33 del IMSS. La tonalidad rojiza anunciaba una visita llena de alegría y así fue. Los doctores armaron una tarde de diversión con los menores hospitalizados y los familiares de estos.
Los infantes tomaron confianza y pese a las afecciones que tienen, no se resistieron a reír ante la variedad de movimientos, gestos y comentarios chuscos que los “doctores” emitieron. Los padres de familia no se quedaron atrás y participaron.
Las dosis de entusiasmo se fueron repartiendo poco a poco hasta que todos, como una familia, convivieron en medio de un ambiente ajeno a la tristeza o preocupación. Los niños se llenaron de vida, que incluso se levantaron de la cama, mientras su rostro denotó felicidad.
La estimulación de ese sentimiento de placer activó de pronto la producción de las endorfinas. Todo giró bajo un entorno de confort y en esa línea, el sonar de las risas fungió como música de fondo en el tercer piso, sitio en que se encontraban hospitalizados alrededor de 20 niños.
Pediatría se convirtió en una sala de diversión y de estudio fotográfico. Los doctores emprendieron una tarea creativa al son de la risueña melodía. Las muestras de gozo que se manifestaron, se quedaron plasmadas en el calendario imaginario en que los pequeños hicieron presencia.
El accionar del botón de la cámara retrató las expresiones más enternecedoras y multifacéticas que los niños dieron a conocer. Con esas caritas de emoción, se demostró científicamente que las endorfinas generan una reacción instantánea al acelerar su función en el cuerpo del paciente.
En enero, febrero, marzo, abril, mayo, junio… imperaron imágenes infantiles que proyectaron júbilo. El bienestar se puede alcanzar con una sonrisa para con uno mismo y los demás, tal como se dio entre los “doctores” y los pequeños.
“Se dio un cambio paulatino en el organismo porque el paciente refleja sentirse mejor, se cura momentáneamente y cada vez que se aplica la dosis de risa o alegría, los niños y cualquier persona se alivia: vuelven a la vida”, aseveró el Dr. Pollito.
Los niños no paraban de reír y no querían que la “fiesta” terminara. Sin embargo, la visita médica había llegado a su fin. Comprendieron que los doctores tenían que partir y a manera de agradecimiento por haberles inyectado vida, los pequeños los despidieron con una sonrisa.
La Risaterapia hizo efecto. Los destellos de las estrellas se asomaban por el ventanal del pasillo y ya era de noche. Los niños regresaron a la cama luego de una estancia venidera y entretenida. Llegó la hora de dormir.
Sentirse feliz, no fue o es un sueño, es real, que con sólo proyectar ese sentimiento por medio de sonrisas, se altera la manera de enfrentar una afección o lsituaciones negativas. El mundo en que se vive, es otro cuando se ríe.
HACER REÍR NO ES DIFÍCIL
El mundo de la Risaterapia es como un “universo”, explicó el Dr. Pollito al argumentar que para ser un médico de la risa y poder llevar esa expresión a quienes están alrededor, se requiere una colaboración voluntaria, gran corazón y actitud positiva.
“Se toman cursos que son para toda la vida. Por medio de esa capacitación aprendes sobre los cuidados en hospitales, respeto a los pacientes y sus espacios, pero sobre todo el cómo acercarte ellos, a través de la técnica clown”, especificó Pollito.
Detalló que el primer taller que se toma es el de Estrella Blanca y la capacitación de 36 horas, dividida en dos fines de semana, corresponde a temas como higiene de un hospital, respeto al paciente, técnica de payaso-clown y taller de sensibilización.
“Cuando concluyes el taller se continúa con 10 visitas a hospitales a manera de práctica y cumpliendo con ello, ya quedas acreditado como médico de la risa. Claro, si deseas pasar de nivel, será decisión personal integrarse a otros cursos”, manifestó el doctor de la risa.
Entre los otros talleres, agregó, existe el de Estrella Blanca, en el que se fomenta el desarrollo de habilidades intrapersonales e interpersonales para poder compartir la alegría y acompañamiento de calidad en las instituciones de asistencia a adultos mayores y personas en duelo.
Posteriormente, para llegar a más población, el taller Estrella Azul aborda estrategias, dinámicas y actividades para apoyar a comunidades indígenas o marginadas. El nivel máximo, añadió, se obtiene cuando se acude al curso de Estrella Gigante que te acredita para colaborar en zonas de desastre.
La capacitación es un elemento clave para llevar dosis de vida a diferentes sectores sociales, pero para poder ser parte del universo que inyecta alegría, se debe tener la mayoría de edad y certificado médico que valide no se tienen afecciones contagiosas.
Hasta la fecha Risaterapia A.C en Monterrey ha formado a 16 generaciones de médicos de la risa, por lo que se cuenta con una plantilla de 51 expertos activos, que se unen a la amplia lista de doctores que se han integrado a la asociación en 20 estados del país.