El recuerdo del beato Juan Pablo II volvió a cautivar al público regiomontano, aunque esta vez no a través de objetos físicos como sus reliquias, sino por medio de una charla de anécdotas que la periodista Valentina Alazraki ofreció a más de 300 voluntarias del DIF municipal que se congregaron en la sala Barcelona del centro Cónvex de la capital neolonesa con el único fin de escucharla y compartir con ella su respeto y admiración por Karol Wojtyla, nombre de pila del Papa polaco.
La cita con la memoria tuvo lugar el pasado jueves 14 de julio, fecha en la que además de la voz, Valentina habló con el corazón y el espíritu.
Acompañada por el alcalde regiomontano, Fernando Elizondo Barragán y la presidenta del Sistema DIF Monterrey, Eleonora Cárdenas de Larrazábal, Valentina compartió al público su trabajo al lado del también llamado Papa Viajero durante los más de 26 años de pontificado, y que se desempeñó como corresponsal de Televisa en el Vaticano.
Denominada por ella misma como “una experiencia única e irrepetible” las más de dos décadas al lado del ahora beato se pueden resumir en una interminable lista de gratos recuerdos, en los que siempre sale a relucir la gran calidad humana de Juan Pablo II, ese líder religioso que siempre se caracterizó por su entrega y admiración hacia la mujer, a la que catalogaba como el motor de toda familia.
“Es un gusto estar con ustedes hoy, veo muchísimas mujeres, también hay señores, pero estoy contenta porque sé el trabajo que hacen y de alguna manera creo que lo que ustedes hacen se puede resumir con una palabra que es la de la entrega de alguna manera, y yo creo que la palabra entrega que las define a ustedes, es la palabra que de alguna manera también resumiría muy bien la vida de Juan Pablo II”, comenzó diciendo Alazraki.
El silencio se convirtió en el principal invitado de la plática, ya que el público que abarrotó la sala estaba atento a las palabras de la consagrada periodista.
Por supuesto, no podían faltar las expresiones de “claro”, “ningún otro”, “el mejor”, provenientes del público y que finalizaban las frases incluso antes que la propia Valentina, mientras que ella platicaba del icono que llegó a convertirse el Papa por romper protocolos y buscar siempre el acercamiento con la feligresía católica.
Para la mayoría de los mexicanos y católicos del mundo, poder si quiera ver por un segundo a Juan Pablo II era todo un sueño hecho realidad, pero para Valentina que acompañó al sumo pontífice durante 95 viajes no existen palabras para definir tal oportunidad.
Y es que no se trataba sólo de recorrer kilómetros con él y su equipo de la Santa Sede, era algo más: cada viaje, cada lugar, cada nuevo día significaron para Valentina momentos de aprendizaje como profesionista, mujer, pero sobre todo como ser humano.
Y fue así como por más de una hora la conferencista destapó los recuerdos que con mayor alegría resguardaba en su memoria y que sin recelo compartió con los asistentes, a quienes se les arrebató un profundo suspiro cuando Valentina dejó en claro la magnitud del cariño y respeto que el desaparecido Papa sentía por México y su gente.
“De manera abierta siempre se decían que si excluíamos a Roma, Juan Pablo tenía dos grandes amores: México y Polonia, lo decían abiertamente. Yo creo que fuimos muy privilegiados, recibimos muchísimo”, recalcó la periodista.
Tras la amena plática Alazraki finalizó su ponencia respondiendo algunas dudas del público presente, quienes en su mayoría expresaron su admiración hacia el ex pontífice y la periodista.
Para despedir el evento Valentina recibió un reconocimiento y un pequeño presente de manos de la primera dama de Monterrey, mientras que a las afueras de la sala ya decenas de personas la esperaban con ansias para tomarse una fotografía con ella y que les firmara su más reciente libro: “En nombre del amor, Juan Pablo II, memorias de un hombre santo”.