
Mientras que en el Parque Fundidora en Monterrey miles de personas se encontraban reunidas clamando paz para la ciudad; en Santa Catarina, elementos del Ejército Mexicano se enfrentaban a balazos con unos sujetos dejando cinco personas muertas.
Pero esto no fue todo, unas horas antes de que la cita comenzara, en Fidel Velázquez y Bernardo Reyes un grupo de hombres armados trataba de rescatar a un detenido de manos de la policía y el Ejército.
Si bien la intención del gobernador, Rodrigo Medina de la Cruz, era que la ciudadanía se uniera de nuevo para luchar por la seguridad arrebatada, los resultados no han sido los deseados, al menos a corto plazo.
La concurrencia en el parque estatal estuvo nutrida, según estimaciones hechas por la dirección de Protección Civil del estado de Nuevo León, al menos unas 20 mil personas se dieron cita desde las 11:00 horas.
Ataviados en vestimentas blancas, los asistentes fueron recibidos con globos y un listón verde, el cual invitaban a portar. Sin embargo, al ser un evento convocado por el mandatario, las centrales obreras filiares a su partido no perdieron la oportunidad de invitar a sus miembros a acudir al evento “Unidos por la Paz en Nuevo León”.
Por ello, no era raro ver en las playeras blancas insignias de la CROC o CTM, para de estar forma no pasar por alto que estuvieron presentes en el lugar.
Si bien la idea original surgió desde la oficina principal del Palacio de Cantera una semana antes de la cita, el día del movimiento que encabezaron los conductores de los diferentes medios de comunicación, el gobernador se mantuvo en la línea de ciudadano.
Sin hacer pronunciamiento alguno, acompañado de su esposa y sus tres hijos, Medina de la Cruz permaneció frente al escenario atento a lo que ahí ocurría. Un día después se limitó a decir que fue un acto originado por la sociedad civil.
En el acto también participó el Consejo Interreligioso de Nuevo León quienes dirigieron una oración por la seguridad, también madres de familia, jóvenes y niños clamaron por que la situación actual de intranquilidad termine.
Finalmente, los conductores invitaron a la gente a que soltaran los globos blancos que se les había repartido en un inicio para echarlos al viento, junto con unas palomas blancas mientras el Himno a la Alegría se escuchaba en el fondo.