
Y de repente, la supuesta tranquilidad que habitaba en Monterrey se fugó en apenas 72 horas.
La escena de seis cuerpos sin vida en la cabecera municipal de García, remontó a los nuevoleoneses a la peor crisis de inseguridad en la entidad.
Como si se tratara de un “deja vú”, tres días bastaron para que 16 personas fueran asesinadas con armas de fuego, las tres últimas, incluso exhibidas en distintos puntos del municipio de San Pedro, tal y como se realizaba años atrás.
Entre las peculiaridades que destacan son: las muertes ocurrieron apenas tres semanas después de los comicios electorales en el Estado y el mayor saldo de decesos se registró en García, la tierra del gobernador electo de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”.
Un fin de semana bastó para que el fantasma de la violencia erizara de nuevo la piel de los regiomontanos, quienes acentuaron su temor ante un supuesto mensaje de advertencia, difundido en redes sociales, en donde sujetos desconocidos anunciaban una batalla frontal contra enemigos y decretaban toque de queda a partir de las 22:00 horas.
Aunque posteriormente se cuestionó la veracidad del mensaje, replicado en un inicio por el presidente de la Federación de Colonos (Fedeco), Gilberto Marcos Handal, la semilla del miedo ya había germinado en los nuevoleoneses.
Hacía tiempo que los habitantes de la mancha urbana de Monterrey no leían encabezados con la palabra “multihomicidio”; sin embargo, la tarde del viernes 19 de junio un nuevo acto de violencia los aterrorizó.
Los primeros reportes indicaron que cerca de las 14:00 horas, individuos armados arribaron a una agencia cervecera del municipio de García, ubicada el bulevar Heberto Castillo, en donde abrieron fuego contra los presentes.
Versiones afirmaron que primeramente desnudaron a cinco de los empleados, a dos los dejaron en ropa interior y a tres más no los desvistieron, pero todos corrieron con la misma suerte: fueron víctimas de las armas de alto poder.
El saldo inmediato fue de siete personas muertas, que minutos más tarde aumentó a 10 cuando los tres sobrevivientes del ataque perdieron la vida en el Hospital Universitario.
La tragedia llevó al gobernador electo de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, a cuestionar a las autoridades de García y el Estado su actuación en torno al multihomicidio, pues la presidencia municipal se ubica cerca del lugar de los hechos y la Fuerza Civil mantiene un cuartel en una de las entradas del municipio.
En las pocas declaraciones que ha pronunciado en torno al multiasesinato, “El Bronco” indicó que las autoridades “se relajaron demasiado en el tema de seguridad”.
“Hay un relajamiento muy fuerte. El Ejército ya no está, la Policía Federal no está patrullando y Fuerza Civil es insuficiente”, expresó Rodríguez Calderón, quien durante los hechos se encontraba fuera del país.
Sin embargo, ese 19 de junio no fueron los únicos decesos violentos que se registraron en la entidad. Horas atrás, cuando apenas iniciaba la jornada, cerca de las 9:00 horas, elementos de Fuerza Civil se enfrentaron a un presunto delincuente en el municipio de Parás.
El resultado del enfrentamiento fue la muerte del supuesto maleante, quien acorde a Fuerza Civil estaba armado.
Con apenas minutos de diferencia dos cuerpos sin vida fueron encontrados en el municipio de Apodaca.
Se trataba de un hombre y una mujer cuyos cuerpos fueron arrojados en una brecha y encontrados por vecinos del sector.
El saldo del viernes en la mancha urbana de Monterrey ya era de 13 personas muertas por arma de fuego; sin embargo, la violencia estaba lejos de cesar.
En las primeras horas del domingo 21 de junio, tres personas fueron encontradas en el municipio de San Pedro Garza García: la primera cerca de las 6:00 horas en la Calzada San Pedro; el cuerpo de la víctima había quedado tendida en una banqueta de la zona.
Minutos más adelante otro cuerpo sin vida fue encontrado en Calzada del Valle y Río Támesis.
Un tercer cuerpo fue encontrado en la colonia Del Valle, en lo que algunos consideraron una revancha por el cese de policías en la administración sampetrina.
Los tres hallazgos arrastraron movilización policiaca de los tres órdenes de gobierno y la consecuente preocupación de la comunidad.
Y es que lo hechos registrados en los últimos días en la mancha urbana de Monterrey, recuerdan a los regiomontanos los constantes actos de violencia que trastocaron su rutina a partir de 2011 y que cesaron medianamente en 2013.