El coordinador de Seguridad Escolar de la Secretaría de Educación en el Estado, Carlos Alberto González Moncada, reveló que desde hace más de un año en todas las escuelas del país aplican el Programa Nacional de Convivencia Escolar (PNCE), un proyecto que busca favorecer el establecimiento de ambientes de convivencia escolar sana y pacífica. El problema es que hasta la fecha no ha tenido el apoyo de los padres de familia y maestros que se esperaría.
Para el coordinador de Seguridad Escolar de la Secretaría de Educación en el Estado, Carlos Alberto González Moncada, el problema no es que que falten programas de prevención de la violencia en las instituciones educativas, mismos que pudieron haber prevenido los lamentables hechos en el Colegio Americano del Noreste; el verdadero reto es conseguir el apoyo y la participación de los padres de familia y los maestros.
En entrevista, el funcionario expresó que desde hace poco más de un año todas las escuelas del país aplican el Programa Nacional de Convivencia Escolar (PNCE), un proyecto educativo de carácter preventivo y formativo que se implementa en la educación básica y que busca favorecer el establecimiento de ambientes de convivencia escolar sana y pacífica, que coadyuven a prevenir situaciones de acoso escolar propiciando condiciones para mejorar el aprovechamiento escolar.
Este programa considera el papel central que juegan las emociones en la facultad que tienen los individuos de aprender y su capacidad para relacionarse.
Es por ello que el Programa Nacional de Convivencia Escolar busca el desarrollo de habilidades sociales y emocionales que favorezcan el fortalecimiento de la autoestima; el manejo de sus emociones; la resolución de conflictos de manera asertiva mediante el diálogo y la búsqueda de acuerdos; el desarrollo de su autonomía para ser capaces de interiorizar y respetar las reglas, de enfrentar asertivamente las situaciones y desafíos que se presenten en la convivencia cotidiana.
Además, promueve acciones que empoderan a la comunidad educativa en su conjunto al favorecer el desarrollo personal de los docentes, así como sus prácticas de enseñanza; fortalecer el liderazgo de los directores y contribuir al mejoramiento del vínculo en la familia y de sus prácticas de crianza, así como a la relación escuela-familia para propiciar la mejora de los ambientes escolares y procurar así la convivencia escolar pacífica, inclusiva y democrática.
El funcionario expresó que desde que se implementó este programa, todos los directivos, supervisores, inspectores, jefes de sector en el tema de convivencia y de seguridad escolar fueron capacitados para aplicar el PNCE en sus escuelas.
“Son talleres donde se trabaja la toma de decisiones, proyecto de vida, autoestima, reconocimiento de emociones y el manejo de la frustración, tolerancia, disciplina. Son actividades que nosotros esperamos que el niño empiece a desarrollar para que sea un buen ciudadano, que sea una persona que sepa que en la vida puede haber situaciones adversas pero podemos salir adelante.
“Lo hacemos todos los años y los docentes ya tienen a su vez una estructura donde bajan estas actividades a las escuelas de educación básica”, sentenció.
Sin embargo, reconoció que la respuesta de los padres de familia no ha sido la que habían esperado, pues su participación en los diferentes acciones del programa es, hasta la fecha, mínima.
“Quisiéramos que nos apoyaran más, tenemos talleres para padres de familia, tenemos programas con una metodología probada, tenemos conferencias para prevenir la violencia escolar, noviazgo saludable, lo que es el ciberacoso, el uso adecuado de las redes sociales y la prevención de adicciones, todo eso lo trabajamos”, sentenció.
Como ejemplo, citó a una institución educativa ubicada en Monterrey donde se acaba de realizar uno de estos cursos, donde de 120 padres de familia que pudieron haber asistido, apenas se contó con media docena, lo que es una lástima pues los papás son muy importantes para el buen desarrollo de este programa.
“El padre de familia es fundamental, es quien nos puede decir -y nos debe decir- si el niño trae un problema, pero para eso tiene que conocerlo, para eso tiene que tener comunicación, para eso debe de saber qué siente el niño”, precisó.
González Moncada manifestó que en su experiencia se ha dado cuenta de que independientemente de proyectos como el PNCE, lo mejor que se puede hacer para prevenir incidentes violentos en las escuelas es que los padres estén pendientes de lo que hacen y sienten sus hijos.
“Es más fácil que un padre de familia esté pendiente de sus hijos a que un maestro esté pendiente de 45 alumnos, lo hacemos con mucho gusto pero, por ejemplo, en temas tan sencillos como la “Operación Mochila”, es más fácil que como padre familia vea qué es lo que trae el niño en su mochila a esperar que el maestro tenga que revisar 40 mochilas.
“Yo creo que como padre de familia hay que tener la suficiente comunicación para saber qué es lo que lleva y por qué lo lleva. Aquí es donde tenemos que preguntar al padre de familia si sabe por qué está sucediendo eso.
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“Mucha, hay como todo. Hay gente que es muy activa, con mucho apoyo pero también sabemos que tenemos un grave problema donde necesitamos que el padre de familia atienda más a sus hijos”, sentenció.
El funcionario lamentó que en la sociedad mexicana se hayan cambiado los roles familiares y ahora sean los muchachos los que parece que mandan en las casas y las jerarquías dentro del hogar están difusas, con casos de madres de niños de 12 años que llegan con el maestro diciendo: “ya no se qué hacer con mi hijo”.
“Nosotros somos los responsables legalmente de nuestros hijos y no es nada más llevarlos a la escuela, hay que estar al pendiente de ellos, no es solo darles de comer, tenemos que saber qué sienten, qué es lo que les sucede para de manera anticipada ver una situación donde un niño pueda poner en riesgo su integridad o la de otra persona”, manifestó.
‘Se necesitan mil millones por año’
Por medio de un comunicado, el gobierno de Nuevo León anunció que con el objetivo de resolver problemáticas de los alumnos que repercutan en su vida escolar, la Secretaría de Educación en el Estado firmará un convenio de colaboración con las distintas universidades para que psicólogos y trabajadores sociales atiendan en cada uno de los planteles educativos de Nuevo León.
Arturo Estrada Camargo, titular de la dependencia, mencionó que a través del Programa de Atención Psicosocial ya se brinda este servicio en algunas escuelas oficiales, pero se requiere más apoyo de especialistas.
“Hay una ley del 2013 (Ley para Prevenir, Atender y Erradicar el Acoso y la Violencia Escolar de Nuevo León) donde se establece haya psicólogos por cada escuela, la diferencia es que presupuestalmente no se estableció cuál es el dinero público que se va destinar a esto”, señaló el funcionario.
“Nosotros queremos aumentar el número de psicólogos necesariamente, pero presupuestalmente tenemos algunos aspectos. Ahorita hemos cubierto lo más que podemos”.
Además, mencionó que ya existen pláticas con algunos directores de las facultades de psicología, quienes han mostrado un interés en que los alumnos realicen su servicio social y prácticas profesionales en las escuelas de educación básica.
“Si lo comparamos con el número que dice la ley, de uno por escuela, les puedo decir nos faltan 3 mil, pero tenemos que avanzar el mayor número posible; 3 mil 600 significan mil millones de pesos, no es sencillo presupuestalmente, ustedes comprenderán la época.
“Tenemos que trabajar con las escuelas de psicología, con las universidades que nos ayuden para estar visitando las escuelas”, indicó.
El anuncio se realizó durante el programa “Mochila Segura”, que se llevó a cabo en la primaria Club de Leones número 10 “Ignacio Zaragoza”, donde el Secretario señaló que desde la semana pasada se reforzaron las medidas de seguridad en los planteles.
“Lo que se han encontrado son tijeras y los compases que traen punta, entonces se han guardado en un sobre, obviamente esto es para sus actividades escolares, y luego se les piden a la oficina de la Dirección cuando van a realizar alguna actividad que se los vuelvan a prestar y se regresan”.
LOS MAESTROS TAMBIEN SON NECESARIOS
Aunque muchas escuelas han implementado estos programas pues están legalmente obligadas a hacerlo, es necesario mayor apoyo por parte del magisterio para realizar los cursos entre los alumnos, y para ello se están realizando acciones concretas.
“Esta ocasión fue la primera vez que a todos los maestros les llegó un manual. Antes dábamos un manual por escuela, ahora le llegó uno a cada maestro.
“Mucho depende también de la escuela, qué tanto la escuela adopte todo este trabajo preventivo y lo haga parte de su vida diaria.
“Nos falta que los compañeros maestros se apropien más de estos programas y que los padres de familia se acerquen a las escuelas, que estén al pendiente de sus hijos, necesitamos que los papás sean nuestros aliados para sacar adelante a los muchachos”, dijo.
Explicó que para que este tipo de proyectos brinden los resultado adecuados, es necesario que todas las partes participen.
“La idea es que nosotros como Secretaría de Educación le pidamos a los compañeros maestros aplicar el programa, pero esto es un triángulo, nosotros somos una arista, los padres de familia otra, necesitamos buscar la manera de que todos funcionemos en el mismo sentido”, sentenció.
HAY PROTOCOLOS DE ATENCION
González Moncada manifestó que por muy lamentables que hayan sido los eventos en el Colegio Americano del Noreste, no se puede decir que el Estado no cuenta con protocolos de atención y ayuda psicológica a niños con problemas que pudieron haber evitado que esto sucediera.
“Tenemos un manual en donde cuando el maestro detecta una situación donde un niño tiene una conducta que puede poner en riesgo su integridad o la de otro compañero, inmediatamente sepa a dónde lo puede canalizar, estas instituciones son las que están dentro del Consejo Estatal para Prevenir el Acoso y la Violencia Escolar y todos los directores de todas las escuelas del Estado tienen ese manual para que sepan a dónde canalizarlo”, indicó.
Explicó que en el momento en que un profesor detecta que tiene un alumno con posibilidades de hacerse daño a sí mismo o a sus compañeros, se llama a sus padres para, juntos, ofrecerles diferentes opciones a donde pueden canalizar a su hijo y darle la atención que requiere.
“Hay diferentes secretarías, centros de salud y facultades que nos ayudan y en donde tienen psicólogos y otro tipo de expertos que los pueden atender”, explicó.
En estos casos es importante que los padres de familia acepten llevar a sus hijos a recibir este apoyo y se comprometan a terminar con el tratamiento.
“Tiene que haber un compromiso de los padres. No es magia, con una visita no se va a solucionar el problema, si es necesaria una terapia, nosotros como padres de familia tenemos que llevarlo a ese lugar”, sentenció.
‘ES UNA BUENA IDEA’
Cuestionado sobre el proyecto que hace 12 años la psicóloga Brenda Blancas presentó a la Secretaría de Educación y que no se llevó a cabo por la falta de recursos, el titular de Seguridad Escolar reconoció que la idea de exámenes para detectar conductas violentas en los alumnos es muy buena.
“Son programas buenos, si nosotros vemos los temas que tocan son los mismos que estamos tocando ahorita, la gente que nos dedicamos a esto sabemos qué es lo que se puede abonar, qué es lo que puede ayudar”, dijo.
Reconoció que la falta de recursos económicos para aplicar estos proyectos sigue siendo tema en la actualidad, es por ello que están intentando realizar el trabajo con las herramientas que tienen a su disposición.
“El recurso siempre lo vamos a ocupar. La prevención es algo muy caro pero lo que buscamos es que a través de la estructura que tenemos, que es el magisterio, tratar de buscar la manera de que nos ayuden en esto.
“El maestro resuelve lo que puede resolver, hasta la primera instancia, cuando vemos nosotros que ya el maestro no puede resolver en su propia escuela es cuando entran las áreas propias de la Secretaría de Educación, y cuando nosotros vemos que necesitamos otro tipo de profesionales, entonces ya los referimos a ellos”, apuntó.
Agregó que desafortunadamente cuando suceden eventos tan traumáticos como los del Colegio Americano del Noreste, la opinión pública busca culpables o cree que las acciones del gobierno son insuficientes, lo que no necesariamente es una realidad.
“La dinámica social es muy cambiante, necesitamos que los padres tengan la plena seguridad de que nosotros nunca vamos a hacer nada en contra de sus hijos, todas las estrategias que hacemos son valoradas y son realizadas por especialistas, gente de la sociedad civil que nos ayuda a esa toma de decisiones, entonces para cuando nosotros les proporcionamos un programa es que ya está cuidado, tiene una metodología, tiene un respaldo, que sepan que es en beneficio de sus hijos.
“No queremos que los papás sean cómplices de sus hijos, queremos que sean papás, que retomen ese liderazgo en la familia y que sepan que lo único que queremos nosotros es que los niños estén bien, que sea un niño que sea feliz”, finalizó.