por Marilú Oviedo
Vivir en zonas de riesgo ha llevado a los municipios del área metropolitana de Monterrey a buscar soluciones para que las familias sean reubicadas a lugares seguros. Una de ellas es la de José Luna Medrano, quien dentro de la desgracia que le dejó el huracán Alex, le trajo algo bueno… un nuevo hogar.
Su esposa María Idalia Moreno y sus tres hijos vivían en la colonia Las Malvinas en el municipio de Escobedo, pero el meteoro que se presentó el 1 de julio alcanzó hasta 1.70 metros de altura en el interior de su domicilio terminando con todo el patriomonio que sus padres y él habían construido a lo lago de los años.
Ante el riesgo que corrían al vivir en los márgenes del Río Pesquería, el ayuntamiento de Escobedo puso manos a la obra y les ayudó a agilizar el tramite para tener una nueva vivienda en menos de dos semanas.
Por decisión de la familia, vivirán en el municipio de Pesquería, no obstante, el problema continuará, pero ahora por los pagos que realizarán al Infonavit, aunado al bajo salario de José y pequeños defectos de la casa.
EN UNA SEMANA TENÍAn CASA NUEVA
Para obtener una casa el promedio es de tres a seis meses, en esta ocasión la familia Luna Moreno la consiguió en menos de dos semanas, gracias al apoyo de la alcaldesa de Escobedo, Clara Luz Flores Carrales.
“El viernes en la mañana vino la alcaldesa a checar los puentes y nosotros nos acercamos a ella y nos dijo que nos iba a atender, se le hizo el comentario de que queríamos que limpiaran el río para que no se estanque el agua y se desborde y nos pregunto que por qué no nos salimos si estamos en un lugar de riesgo.
“Nosotros no tenemos otro lugar a dónde ir, fue entonces cuando nos preguntó si teníamos puntos del Infonavit y fue ella quien nos ayudó a agilizar el trámite”, comentó José quien tiene 43 años de edad.
Mientras observaba las paredes aún húmedas por las fuertes lluvias, José, quien es de complexión gruesa, comentó que no pensaban cambiarse de lugar, ya que nunca había pasado algo similar, ni siquiera cuando el huracán Gilberto tocó tierras regias hace 22 años.
“En ese tiempo el agua alcanzó 20, 30 centímetros, pero ahora que vino el señor Álex a hacer su desorden, y si me quedo capaz que ahora sí aparezco flotando por Apodaca; ya no sabemos cómo nos vaya más adelante y mientras no se haga la limpieza esto va a seguir igual, iban vacas, perros, muebles y todos se atoraron más adelante por eso el agua buscó la salida y nos inundó y mejor hay que irnos de aquí.
“Teníamos los puntos, pero no habíamos hecho nada porque queríamos saldar un préstamo que tenemos con la empresa donde me están rebajando por nómina, por eso no me movía a hacer los trámites. La gente piensa que nos regalaron la casa, pero no, simplemente nos ayudaron a agilizar el trámite”, agregó.
El padre de familia quien labora como guardia de seguridad en Vitro, dijo que tomaron la decisión de escoger la casa en la colonia Colinas del Aeropuerto, en Pesquería, por la cercanía de su trabajo, ya que se traslada en bicicleta hasta la carretera Colombia y también por que no encontró una en Escobedo que se adaptará a su salario.
Y es que a José le serán rebajados de su nómina 300 pesos por semana, hasta alcanzar a pagar el monto de la casa con un valor cercano a los 275 mil pesos; mientras que su salario oscila en los 3 mil 800 pesos mensuales.
LAS CASAs NUEVAS TIENEN
SUS DESVENTAJAS
Su vivienda en Las Malvinas tiene un cuarto, la sala, cocina y un baño, pero el terreno es de una extensión de poco más de 15 metros de largo y más de seis metros de ancho, en dicho lugar caben al menos dos viviendas de lo que ahora será su casa en Pesquería.
“Sí es más pequeña, pero la seguridad es más importante, esperamos que nos vaya bien”, dijo en tonó de resignación.
Algo a lo que se enfrentó en una de las visitas a su casa nueva es que observó cómo las esquinas de las paredes se han humedecido por las lluvias, por lo que espera no tener problemas.
“La casa nueva sí nos gustó, pero vimos que se trasmina por unos lados de las paredes, entonces necesitamos hablar con la constructora para que nos hagan una pared adicional porque con la grava húmeda se pasa a las recámaras”, comentó José.
Mientras veía a su esposa María, el padre de familia dijo que confía en que les vaya mejor en el fraccionamiento, y para poder solventar algunos gastos piensa vender la casa de la colonia Las Malvinas, que fue herencia de su madre.
“La casa nueva está muy bonita, pero necesitamos vender ésta, darle una arregladita para poderla vender a un mejor precio y ayudarnos porque se nos vienen muchos gastos”, dijo José.
“Tenemos que pagar la escuela de mis hijos, los recibos, la casa, y non sabemos cómo le vamos a hacer”, agregó María, quien tiene 46 años de edad.
EL DÍA DE ÁLEX
El 1 de julio por la tarde, José estaba cocinando, mientras su esposa trabajaba -como lo hace ocasionalmente- en una tienda de conveniencia, en tanto sus tres hijos se encontraban con familiares en el municipio de Guadalupe.
El grito de los vecinos alertó al padre de familia sobre la crecida del Río Pesquería e inmediatamente salió de su domicilio para resguardarse en casa de un vecino al menos a 30 metros del cauce.
La noche la pasaron en vela, pensando en lo que sería de su casa y de su futuro, al día siguiente intentaron ver cómo estaban sus cosas y se dieron cuenta que todo estaba perdido, el agua alcanzó una altura de 1.70 metros.
“El agua ya había entrado y perdimos las cosas, estaba lleno de agua, de lodo”, dijo con tristeza José.
Asimismo comentó que parte de la desgracia la tiene un vecino llamado Oscar Villanueva, que tiene un negocio con varios camiones que deterioraron una de las bardas de su vivienda y por ahí ingresó más agua.
“Este señor mete a muchos camiones y con el peso la tierra se empieza a compactar y ahí están las consecuencias, hizo que las bardas estén frágiles y que una de ellas se rompiera, por eso entro más agua, fue por atrás de la casa y por el frente.
“Él está estropeando el paso del agua, por eso se inunda, queremos que el municipio le llame la atención porque cada que llueve es lo mismo, y no sólo por el bien de nuestra familia, sino de los vecinos que se quedan”, dijo quejoso José.
Al interior de la vivienda se pudo observar unos cuadros añejos y húmedos, unos techos son de lámina y otros de concreto, pero no se salvaron de la furia de Álex.
La familia Luna Moreno está luchando para que la casa no decaiga, por lo que ya comenzó a pintar el interior y siguen trabajando en quitar el lodo que aún se encuentra en el piso del baño y que alcanzó los 25 centímetros de altura.
Al ver cómo quedó su hogar, la bondad de los amigos no se hizo esperar, les regalaron un comedor, una cama; la alcaldesa una estufa y recibieron un refrigerador por parte de la constructora de viviendas Homex.
El recuerdo de Álex quedara grabado en sus mentes, ya que tendrán que pagar su nueva vivienda por más de 20 años.
HAY POCOS APOYOS
Aunque el municipio ayudó a agilizar el trámite para obtener la nueva vivienda, no les ayudaron en algún pago mensual y según la familia Luna Moreno, sólo fueron unos días a brindarles ayuda.
“Nos estamos moviendo cada quien por nuestros medios, ¡ni despensa, ni agua, ni nada nos han traído ya!
“Sólo lo hizo municipio por una semana; como quiera poco a poco vamos saliendo adelante, pero queremos que nos ayuden con el bono que da la Sedesol, para poder tener patrimonio porque lo perdimos todo”, dijo José.
La familia Luna Moreno recibió las llaves de su nueva casa el pasado 18 de julio y una vez que todos los servicios estén instalados pasarán a habitarla para tener un mejor futuro.
Por lo pronto se encuentran contentos porque estrenarán casa, aunque se aproximen más gastos, pero la seguridad es más importante.
“Lo que es mi futura casa, está muy bonita, gracias a Dios estamos bien, no hablamos de pérdidas de vidas humanas, sólo de algunas carencias, que poco a poco nos iremos levantando. Que siga lloviendo cuantas veces quiera Dios, pero que no nos pase nada. Dentro de todo, nos ha ido bien porque hay otras personas que siguen viviendo en albergues”, concluyó.