
Como homenaje a los primeros 100 años de vida del periódico El Porvenir, el periodista y catedrático José Luis Esquivel presentó el libro donde detalla parte de la historia del decano de los diarios en Nuevo León y referente en el periodismo mexicano.
En el marco de los festejos por los 100 años de la fundación de El Porvenir, el pasado 28 de enero, el periodista y catedrático José Luis Esquivel, presentó su libro titulado “El Porvenir, decano de la prensa en Monterrey 1919 -a cien años de distancia- 2019”.
El evento se llevó a cabo para los alumnos de la Facultad de Ciencias de la Comunicación (FCC) de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL).
Acompañado por el coordinador de la FCC, Francisco Gerardo Valdez Rincón y el catedrático Héctor Hugo Jiménez Castillo, el también docente de la carrera de Periodismo, rememoró los inicios del periódico.
El salón polivalente de la FCC fue el escenario para compartir anécdotas con alumnos de la carrera quienes escucharon de primera mano, la historia del periódico más antiguo de Monterrey.
Señaló que en las hojas queda plasmada la vida del diario que alguna vez fue él de más jerarquía en el noreste y gran parte del territorio mexicano, posición que se ganó a base de esfuerzo y con mucho talento.
Recordó cómo el poeta colombiano Ricardo Arenales -quien al final de sus días se llamó Porfirio Barba Jacob- junto al empresario Jesús Cantú Leal comenzó una historia que aún sigue vigente 100 años después.
“Si ustedes buscan el nombre de Ricardo Arenales se darán cuenta que su verdadero nombre fue Miguel Ángel Osorio Benítez, pero que cuando se fue de esta ciudad decidió cambiarlo una vez más por el Porfirio Barba Jacob, al fin poeta.
“También encontrarán que cuando no le pudieron pagar los primeros dos meses de impresiones a Jesús Cantú Leal, por la elaboración del periódico, le dijeron: ‘quédate con el’”, contó el maestro Esquivel.
Así fue como inició la historia que quedó marcada por reconocidos periodistas como Armando Fuentes Aguirre, Juan José Cerón, Rosalinda González, Felipe Ruiz, Federico Arreola y Héctor Hugo Jiménez Castillo, de quien el autor no se cansó de hablar.
Y fue precisamente por los inicios del periodista como reportero de la sección de culturales, pues aunque no era el área a la que él quería pertenecer, no dejó de hacer grandes reportajes que en poco tiempo lo convirtieron en jefe de la sección.
“Hugo empezó en El Porvenir como alumno e hizo grandes cosas sin ser de aquí de Monterrey; llegó con mucho mérito a ser corresponsal de guerra, pero antes fue el responsable de la agencia Notimex en Roma, Italia.
“Pero en 1990 ya había cubierto el Mundial de Italia y su camino no terminó ahí. Hace casi 20 años inició con un proyecto, Hora Cero, un periódico gratuito de excelente contenido y quién sabe que más vaya a dar Hugo”, expresó para ponerlo de ejemplo ante las nuevas generaciones.
Aunque fue el mismo maestro Esquivel uno de los que le habían dado las bases del periodismo, relató que en el campo tenía que competir contra quien había sido su alumno, pues era un muchacho muy dinámico que siempre estaba tras la noticia.
“Yo estaba en El Norte y él en El Porvenir, pero siempre queríamos ganar la mejor nota -mal haría quien no buscara eso para su medio de comunicación-, entonces a donde veía que iba Hugo, yo me decía: ‘ahí tiene que haber algo bueno’”, rememoró.
Los alumnos escucharon historias y recibieron una clase exprés sobre la filosofía y objetivos del ex director de El Porvenir, Jesús Cantú Escalante, quien encabezó los últimos años de gloria de ese impreso que entonces ya se veía opacado por El Norte.
“El periodismo fáctico es sin duda alguna el más sólido, pues los hechos son irrefutables, es importante tener en cuenta el respeto a la persona, pues el daño que se puede causar a través de la prensa, nunca se repara totalmente”, fue uno de los principios abordados en la clase exprés.
“Jesús Cantú Escalante le dio un sello especial con su filosofía y objetivos. Aunque en 1984 todavía era un periódico en blanco y negro, su calidad de contenido competía contra el que ya comenzaba a ser el grandote de El Norte, con su estilo americano y su riqueza”, relató el autor del libro.
Valdez Rincón reconoció los 100 años de vida de la empresa, pues aseguró que sobrevivió a tiempos difíciles en donde la opresión del gobierno jugaba un papel muy importante.
“La distribución del papel era por parte del gobierno y el uso era limitado, imagínense como debió ser para las empresas sobrevivir a esas circunstancias, sobre todo cuando sus objetivos eran claros e iban en contra de las injusticias”, apuntó el coordinador.
Dijo que si para una persona es complicado llegar a los 70 años, era de esperarse una mayor complejidad para una institución como El Porvenir, sobre todo porque se trataba de periodismo.
“Hoy somos lo que somos en el periodismo por la siembra de una semilla que unos idealistas arrojaron en el surco que sigue dando resultados”, agregó el maestro Esquivel.
Entre otras anécdotas se recordó cómo El porvenir fue el primer periódico en la Sultana del Norte en crear un grupo de investigación conformado por reporteros especialistas, llamado grupo swat.
Otro gran acierto y satisfacción de haberlo hecho primero, fue la publicación de las cartas de los lectores, quienes por primera vez en un medio de comunicación podían ver reflejadas sus opiniones sobre diversos temas.
“Yo también quiero recordar una primicia que le ganamos a El Norte”, expresó el director de Hora Cero.
“Recuerdo que en una ocasión mi director, Jesús Cantú Escalante, me mandó a llamar a su oficina y me dijo: ‘quiero que me traigas una exclusiva que El Norte no me pueda ganar hasta después de 100 años’, se trataba de la primera fotografía del cometa Halley desde tierra con una cámara profesional.
“Consulté con un astrónomo del Planetario Alfa y nos dio varias coordenadas, recuerdo que fue en la carretera 57 en el entronque de San Roberto, donde pudimos captar la imagen y don Jesús quedó muy contento”, relató.
Así pasaron los minutos recordando anécdotas y exponiendo ejemplos de los valores y objetivos de Jesús Cantú Escalante, para que los universitarios se dieran una idea de lo que vivían los reporteros de aquella época, quienes tenían que firmar acordando cumplir con esas normas.
Finalmente los catedráticos se tomaron la foto del recuerdo con los estudiantes de periodismo de la FCC, para posteriormente regalarles algunos libros con anécdotas de personajes como el maestro Silvino Jaramillo y Francisco Cerda Muñoz.