El Cuarto Contacto se esfuerza demasiado en parecer un documental y termina debilitada en su intento por ser verosímil.
Milla Jovovich toma este proyecto como su presentación como genuina actriz, más allá de sus típicos papeles de muñeca Barbie de acción que le da su marido, el director Paul W.S. Anderson, en la serie Residen Evil. Con esta cinta, busca ser tomada en serio como intérprete. Desafortunadamente, resulta complicado verla dramatizando.
La historia es interesante y es manejada como un suceso que acontece en la vida real. Durante años, han ocurrido en un remoto poblado de Alaska desapariciones por centenares, un fenómeno que aparentemente es investigado sin éxito por el FBI.
El Cuarto Contacto es la leyenda urbana, aún sin comprobar, de lo que realmente ha ocurrido en aquel lejano rincón próximo al Polo Norte del planeta.
Jovovich es una siquiatra que investiga la muerte inexplicable de su marido. Acuden a ella varios pacientes que tienen síntomas extraños que los hacen ate-rrorizarse cuando son sometidos a hipnosis regresiva.
Cuando ella se somete al mismo proce-dimiento, encuentra verdades escalofriantes.
Todos los casos, incluido el de ella, se unen con el de su difunto esposo.
El realizador norteamericano Olatunde Osunsanmi hace una película de suspenso extraterrestre con el tema de los secuestros alienígenas, conocidos como encuentros cercanos del cuarto tipo, o el cuarto contacto.
Ingenuamente, el director pretende mostrar videos de apariencia casera buscando hacerlos pasar como verdaderas grabaciones de hechos paranormales e incidentes que ocurrieron aparentemente en la realidad. Desde el inicio, la prota-gonista aparece luciendo su reconocida belleza de Europa del este. Con un semblante mortalmente serio se presenta frente a la cámara como actriz y explica que lo que se verá es una dramatización de hechos y que corresponde al público decidir si los cree.
El problema es que no puede venderse como una película verdadera algo que luce completamente falso. En un intento evidente por replicar éxitos como El Proyecto de la Bruja de Blair y, más recientemente, Actividad Paranormal, se vende un seudo documental que apunta hacia un misterio sin resolver que cautivará a los ufólogos y entusiastas de fenómenos paranormales.
Osunsanmi, quien también escribió el guión, presenta una anécdota con elementos sólidos de suspenso. La presencia alienígena se sugiere durante la mayor parte del tiempo. El thriller extraterrestre contiene componentes nuevos que lo hacen atractivos.
Hay en el interior de la película un cruce de caminos de El Exorcista y X Files. Un par de escenas de las manifestaciones supraterrenales son impactantes, pero se cimientan en el estruendo y el efecto visual.
Sin embargo el relato es desordenado y tiene saltos temporales que desorientan. Se dejan muchas pistas sueltas y se espera demasiado del poder de deducción del espectador, como si estuviera obligado a saber qué pensaba el director con respecto a luces, animales emblemáticos y a mensajes encriptadas.
Abaratan la historia los puentes temporales utilizando el socorridísimo recurso del lapse time de tomas abiertas. También desentonan las tomas de apoyo de las referencias arqueológicas que son utilizadas para vestir las explicaciones.
El Cuarto Contacto pudo ser una película mejor acabada. Le afecta su obstinación por venderse como un caso verdadero que el gobierno se esfuerza por ocultar, algo que, desafortunadamente, ya se ha visto mucho.
Y Milla necesita otra película para entrar en el circuito de las actrices dramáticas.