
por Marilú Oviedo
Su preocupación por el medio ambiente lo ha llevado a buscar formas para salvar la naturaleza. Para Doroteo Aguilar Flores, con un poco de imaginación las corcholatas, lejos de ser un objeto inútil, se pueden transformar en algo muy divertido y creativo.
El vecino del municipio de Guadalupe ha formado más de 900 figuras en los últimos 10 años y es autor del libro Fichamanía, donde señala paso por paso cómo hacer una figura geométrica.
Actualmente tiene 54 años de edad, pero desde joven se interesó en el área de la protección ambiental, por lo que buscó la forma para colaborar en el cuidado del mismo y que las fichas no contaminaran más los ríos.
“De niño mi papá me enseñó a hacer una mesita con fichas, pero fue lo único y no le tomé importancia y, ya de grande, un día empecé a ver qué problemas había en el mundo e intentar darle soluciones al medio ambiente.
“En 1998 fui con la Coca-Cola y la Pepsi y me dijeron que desde 1980, sólo se recuperaba el 1 por ciento de las corcholatas y lo demás estaba repartido en todo el mundo contaminando; entonces me pregunte qué puedo hacer para que la gente se interese a recogerlas y si hago figuras quizá les interese.
“Me he dado cuenta que al medio ambiente le hace falta mucho cuidado. Me interesa que la gente sea consciente del daño que le hace a la naturaleza al tirar las fichas, con ellas se puede hacer arte, manualidades”, comentó Doroteo, quien aún sigue soltero.
En el interior de la casa tiene más de 12 rejas, en cada una se encuentran decenas de formas de animales de safari, vírgenes, vehículos, flores -entre muchas más-, con las cuales imparte cursos a niños en diferentes campamentos donde les deja algo más que una simple imagen.
“Voy a presentaciones a la Biblioteca Central, Fray Servando Teresa de Mier, a campamentos donde me contratan empresarios de San Pedro u otras personas, siempre llevó las figuras que me piden como de bosque, de religión; a los niños les pongo juegos y les explicó por ejemplo cómo hacer una mariposa y qué es lo que una mariposa realiza en la naturaleza, les aportó algo más, para que aprendan de cada figura y que no contaminen dejando basura tirada”, comentó.
Además, Doroteo dijo que su objetivo es hacer figuras totalmente naturales, sin nada de pegamento, sino unir las piezas entre ellas mismas.
“Es ensamblar corcholatas o tapas de lata, sea de sardina, atún, mediante 26 diferentes tipos de doblez, hago figuras geométricas y lo hago porque estos objetos no se reusan ni se reciclan, a la gente no le interesa porque no le deja nada económicamente”, mencionó.
Es por ello que tiene claro la importancia de formar una cultura de limpieza entre la sociedad y qué mejor que con las nuevas generaciones.
PREPARACIÓN
Su sitio de trabajo es la azotea de la casa donde se siente un intenso calor en tiempo de primavera-verano hasta alcanzar los 37 grados.
Sin embargo, eso no parece importarle, pues en el espacio de unos tres metros cuadrados, y con los fuertes rayos del sol, Doroteo – de pie- comienza a preparar las fichas: las limpia, les quita el plástico, las abre con una pinza, luego empieza con los dobleces según sea la figura que desee y al final la pinta; el tiempo promedio para que cada una quede terminada es de 30 a 40 minutos.
“Las corcholatas más fáciles de preparar son las de Coca-Cola, me tardo menos de un minuto, mientras que las complicadas son las de cerveza y ya queda todo el proceso en 40 minutos”, explicó.
Doroteo obtiene las fichas gracias a los vecinos que le llevan en bolsas o él mismo las recolecta en las calles.
“Vienen vecinos a darme fichas, no tengo una contabilidad, pero no son muchas, otras yo las busco.
“El punto es que una vez en la casa, primero se tienen que limpiar, piensas la figura que quieres hacer, una vez armada la pintas y varía el tiempo porque puedes incluir otro tipo de latas, según sean los eventos es como busco las fichas”, comentó.
Las figuras van desde las más simples como una pequeña flor, hasta un helicóptero o dragón, en ellas se usan un promedio de 112 y 100 corcholatas, respectivamente.
Bolsas con corcholatas, pinturas de diferentes colores, una brocha, su pequeña mesa y el sonido de un gallo es lo que se puede ver y escuchar en la casa de Doroteo, un hombre que pareciera solitario, pero no lo es, ya que recibe la visita de amigos quienes también le llevan fichas.
LIBRO
Para poder dejar huella en las futuras generaciones y que contribuyan al medio ambiente decidió crear el libro de “Fichamanía”, y antes de que fuera publicado consiguió la patente nacional y mundial para su método de doblar fichas.
Consciente de la situación actual de crisis económica, dijo que el ejemplar se vende en 270 pesos, pues también debe tener ingresos para poder sobrevivir, pero ayudando a la naturaleza.
“Poco a poco fui aprendiendo solo y decidí hacer un libro de cómo armar las figuras y al mismo tiempo ayudar al medio ambiente, en el 2006 lo presenté en la Secretaría de Educación y Cultura del Deporte de Monterrey”, contó Doroteo quien a la fecha ha vendido más de 500 ejemplares.
Lo que este autor presenta en sus exposiciones va desde representaciones de la última cena de Jesús, la Navidad, la Revolución, safari, y el precio de cada figura va desde los 50 hasta los 2 mil pesos o más.
Dependiendo de los eventos que tenga son las figuras que realiza por día o semana, pueden ser desde 10 figuras por diarias.
El libro está a la venta en la tienda scout de Monterrey y en la librería de la Arquidiócesis de Monterrey; en el ejemplar se maquilan figuras de diferentes tamaños y gustos o temas.
SU AMOR POR LA NATURALEZA
Años atrás estudio la carrera en Ingeniería en Electrónica y Comunicaciones -aunque la dejó trunca-, posteriormente se dedicó a impartir talleres del cuidado del medio ambiente, para ello tomó diplomados en Educación Ambiental.
En los últimos años decidió enfocarse en la fichamanía, su amor por la naturaleza y las satisfacciones que ésta le ha dejado no las cambiaría por nada.
“Es algo muy bonito y voy a seguir en esto, hay planes, hay planes”, dijo sonriente.
Además va a su rancho en el municipio de Iturbide, allá hace campamentos y realiza juegos, actividades recreativas donde el 90 por ciento de los participantes son niños.
Para entrar, no deben de llevar productos de plástico ni de hielo seco, hacer todo de forma natural.
También ha participado en las escuelas de verano con los temas de reciclaje y cadenas alimenticias; en el 2007 realizó exposiciones y talleres en Chipinque, entre otras actividades.
Además trabajó en el DIF de San Pedro y esta dispuesto a realizar las figuras que el público le exija, sea para exposiciones municipales, escolares o de turismo.
Del mismo modo Doroteo contó que ya que tiene en puerta un proyecto para el sector hotelero, en el cual se pretende adornar con flores de corcholata las principales áreas.
Por último dijo que la comunidad debe hacer conciencia al momento de destapar una botella, pues en lugar de tirar la corcholata esta puede servir para otras manualidades que ayuden a mantener limpio nuestro planeta, ya que son pocos los que hacen algo por ayudar a mejorar el medio ambiente.