Un viejo refrán dice que “nadie sabe cómo está la sopa más que quien la prepara”.
Es por eso que para hablar sobre la situación del periodismo en Francia, quién mejor que el director del Sud Ouest, tercer diario más grande de ese país: Yves Harté.
Con más de 40 años de experiencia en el periodismo, Harté ha sido corresponsal en diferentes conflictos, como la Guerra del Golfo, además se destacó por su cobertura del final del comunismo y posterior caída del muro de Berlín, en Alemania.
Su notoria labor en estas coberturas lo hizo acreedor al premio Albert-Londres en 1990; el galardón es considerado como el “Pulitzer Francés”.
Dentro de las actividades programadas en la feria UANLeer, y en el marco de una serie de conferencias y seminarios de la Alianza Francesa de Monterrey, el periodista francés ofreció una ponencia el pasado 12 de marzo en el Aula Magna de la Casa de Estudios.
En el presídium de “Realidades y Periodismo: visiones y experiencias”, Harté estuvo acompañado de Héctor Hugo Jiménez, director editorial general de Hora Cero, y ambos protagonizaron una amena plática que giró en torno a la carrera del director de Sud Ouest, así como la situación del periodismo en Francia.
El tema obligado a tratar en la conferencia, fue el ataque que sufrió el semanario satírico Charlie Hebdo el pasado 7 de enero, que dejo 12 víctimas mortales y 11 heridos, entre caricaturistas, editores y demás trabajadores de la publicación.
El periodismo en Francia no es más o menos peligroso que lo que es en México, o puede ser en Colombia o en algunos otros países donde la vida civil está bajo la violencia.
“Lo que sucedió en Francia es de otro orden. Estamos en un choque de mundos que no se comprenden o que ya no se quieren comprender y que tienen que ver con la religión”, expresó.
Reconoció que nadie pensó que sucedería algo de esta magnitud en Francia, pero que el periodismo en dicho país “no es más ni menos peligroso que en México, Colombia o en algún otro país donde la vida civil está bajo la violencia”.
Harté dijo que entendía que la representación del profeta Mahoma puede molestar, pero que ese es el papel de la prensa.
Confesó que de joven era seguidor de Charlie Hebdo y después le perdió la pista en los últimos años, pero en la redacción tenía un gran amigo que resultó herido en el ataque: Phillip Lançon.
“Está totalmente desfigurado, no tiene mandíbula; fue un traumatismo personal horrible. Es un milagro que haya salido del atentado después de cuatro disparos. Todas las personas alrededor de él le cayeron encima y murieron, él no”.
Harté recordó que él y Lançon “fuimos juntos a Bagdad en los 90. Milagrosamente no nos pasó nada en todos los conflictos en los que estuvimos” y reconoció que tenían algunos roces porque Harté no comprendía la razón por la cual su compañero continuaba trabajando para Charlie Hebdo.
Pero el lamentable suceso del semanario francés no fue el único tema que se abordó.
El periodista compartió con todos los presentes, en su gran mayoría estudiantes de la Máxima Casa de Estudios, las coberturas que lo hicieron acreedor al premio Albert-Londres en 1991.
“Yo lo obtuve cuando hubo una gran conmoción en Europa, en el 89, que llevó al final del comunismo, y sobre todo la caída del muro de Berlín, que era el símbolo de lo que hacía la separación de Europa.
“Yo me fui a Afganistán y en el mismo año vi abandonar las tropas soviéticas de Afganistán, todas las conmociones del verano con los alemanes y poco a poco la caída de tres países importantes dominados por los soviéticos: la Alemania de Este, la Checoslovaquia y Rumania.
“Por el conjunto de estos reportajes que yo obtuve el premio Albert, uno de los más grandes recuerdos de mi vida”, señaló.
Durante la charla, el periodista francés también se refirió al papel de las redes sociales en el periodismo actual.
“El problema de las redes sociales”, comentó, “es que muy a menudo si dan una información, y si sólo dieran esa información efectivamente se volverían los primeros vectores de información. Pero también llevan a menudo el transmitir rumores o calumnias. Hay ‘tweets’ que están dedicados a su trabajo de información y otros que sólo son habladurías”.
Para el francés, la prensa escrita no desaparecerá, pero con el tiempo se volverá el objeto del deseo. Además, dijo que espera la prensa gratuita tenga más tiempo de vida en México y que no suceda lo mismo que en Francia.
En cuanto a su experiencia en el periodismo, recordó que sus inicios fueron como reportero local y de deportes, hasta que tuvo la oportunidad de cubrir todos los conflictos armados de 1989.
Una hora de charla no fue suficiente, pues tanto Yves Harté como Héctor Hugo Jiménez aún tenían muchas historias que compartir con su joven audiencia, pero el periodista francés prometió regresar en un futuro para continuar platicando sus experiencias.