
El 2018 llegó acompañado de alzas en los precios de los energéticos, lo que desencadenaría un aumento en productos de la canasta básica, transporte y otras cuestiones.
Con 10 pesos que su padre le daba los domingos, José Montoya, ahora trabajador de cocina en una prestigiada universidad, recuerda que podía comprar un refresco, unas papas fritas y hasta una caja de cigarros, producto que compró en una ocasión por curiosidad y que no logró consumir pues su madre lo descubrió.
Con el tiempo todo eso cambió y cada vez que acude a la tienda y compra los mismos productos, ahora gasta 73 pesos, siete veces más que lo que costaban allá por el año de 1996.
Lo mismo pasa cada vez que acude a la gasolinera, en donde con los mismos 500 pesos que le ponía de combustible a su automóvil en el 2012, ahora recorre menos kilómetros, pues en lo que va de la administración del presidente Enrique Peña Nieto, la gasolina Magna aumentó en más de seis pesos.
“Aumenta la gasolina y aumenta todo, mi esposa cada vez compra menos mandado y yo tengo que mover menos el carro, pues con lo que ganamos y los aumentos desenfrenados poco a poco nos estamos quedando en la miseria”, platicó.
Para poder salir adelante, vestir y darles educación a sus hijos, su señora lo tiene que apoyar desde su hogar con la venta de donas.
“A mí me toca preparar donas y vender con los vecinos, con lo poquito que junto me voy al centro a comprar fruta y verdura, ahí es donde nos rinde más el dinero”, comentó Alondra, la esposa de José.
Así como ellos, hay millones de mexicanos que día a día luchan por salir adelante en un mundo donde la globalización afecta rotundamente sus bolsillos, pues por diversos factores internos o externos al país, la inflación hace que los precios de productos y servicios se incrementen.
Y es precisamente que debido a la actualización de las cuotas del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), los costos de gasolinas y diesel subirán impactando el precio de venta en los dispensarios de combustible, dio a conocer la Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros (Amegas).
La Amegas estima que las gasolinas se incrementen un 6.9 por ciento durante el año en curso, pues el IEPS pasó de 4.30 pesos por litro de Magna a 4.59, mientras que en la Premium migró de 3.64 a 3.88 pesos.
El impuesto para el diesel se incrementó de 4.73 pesos por litro a 5.04. De acuerdo a la Secretaría de Hacienda, el ajuste se dio acorde a la inflación.
Pablo González Córdova, titular de Amegas, señaló que ante la inflación y una posible alza en el importe del petróleo crudo, el precio de la gasolina Magna podría quedar en 20 pesos por litro a principios de este año, mientras la Premium rondaría los 22 pesos.
Luego de que los precios del gas LP y las gasolinas fueran liberados, es decir, que la Secretaría de Hacienda ya no los estipulara, los distribuidores establecen su precio a través de diversos factores.
Costos de importación, logísticos, de distribución, margen de ganancia y el tipo de cambio, son algunas de las cuestiones que influyen en el precio de los energéticos.
Y es precisamente el comportamiento de la moneda americana otro de los factores que podría incrementar el costo de las gasolinas y el gas, luego de la aprobación de la Reforma Fiscal aprobada en los Estados Unidos por el presidente Donald Trump.
Los economistas aseguran que la normalización de la tasa de referencia en el país del norte y la variación por las elecciones presidenciales en México, también se verán reflejados en el precio de los hidrocarburos.
Lo anterior podría elevar los pronósticos inflacionarios para finales del 2018 y con ello darse un aumento mayor a lo previsto.
Inclusive, según la última encuesta sobre las expectativas de los especialistas en economía del sector privado del Banco de México, los analistas movieron al alza sus pronósticos de inflación para este año a 3.85 por ciento.
Las principales presiones para el alza de precios, vendrán por el costo de los energéticos, especialmente el gas LP, dice la Minuta de la reunión de la Junta de Gobierno del Banxico para la decisión de política monetaria, publicada el 28 de diciembre pasado.
El pasado 2 de enero, en la zona centro y sur del país, había precios máximos de hasta 19.35 pesos por litro de gas LP y en estados del Bajío, como San Luis Potosí se registraron precios máximos de hasta 19.72 pesos.
Pese a todo lo anterior, Pemex aseguró que la fórmula que determina los precios de las gasolinas y diésel al mayoreo, contempla mecanismos que reducen su variación, por lo que descartaron un aumento brusco en dichos precios, como lo prevé Amegas.
MANO CADENA
El presidente de la Unión Nacional de Industriales de Molinos y Tortillerías, Lorenzo Mejía Morales, dijo que el aumento de precios en los energéticos dejó dos opciones a los tortilleros, quienes tendrán que decidir entre subir los precios o cerrar sus negocios.
Sin precisar Montos, Mejía Morales dijo que el precio del kilo de tortillas subirá en todo el territorio nacional debido al incremento en los costos de los combustibles.
Dijo que aún y cuando los productores de ese alimento trataron de no encarecer la tortilla, el aumento de los energéticos que se prevé para este año los obliga a aumentar el precio.
Aseguró que el alza en el precio no será determinada por los dueños, sino por las modificaciones en los mercados internacionales de los energéticos y el maíz.
Señaló que mientras que el gas en enero de 2017 se encontraba en 8.64 pesos en algunos lugares de la república mexicana tuvo un incremento de más de dos pesos, pues hay sitios en donde se oferta hasta en 10.80 pesos por litro.
El aumento de la gasolina y el diesel también afecta directamente en el precio de la tortilla, pues quienes transportan el maíz desde donde se cosecha hacia otros rincones de la República Mexicana, tienen que aumentar los costos del traslado.
Según Mejía Morales, los más afectados serán los molineros y tortilleros, pues cuando el costo de su producto sube, la gente ya no compra en kilos, sino en pesos y eso hace que se vayan en picada.
El líder de los tortilleros hizo un llamado a las autoridades para crear algún programa que subsidie en un punto de la cadena, desde el campo hasta la mesa, y no se afecte ni a productores ni consumidores.
NO AMENACEN
Mientras tanto el titular de la Procuraduría Federal del Consumidor, Rogelio Cerda Pérez, aseguró que no permitirán aumentos injustificados en ninguna parte del territorio nacional.
“No vamos a permitir en Profeco, de ninguna manera, ningún aumento injustificado a la tortilla en ninguna parte del territorio nacional”, puntualizó.
El procurador indicó que en cada ciudad varía el precio de la tortilla, pero en esas entidades tiene que haber una explicación bien sustentada en el precio de la tortilla y no puede ser a voluntad caprichosa del industrial de la masa.
Detalló que la media nacional en el costo del kilo de tortilla es de 13.06 pesos, mientras que en la Ciudad de México y Guadalajara se encuentra en 12.83 y 14.00 pesos, en Monterrey se oferta en 14.88.
“En Monterrey, si ustedes van a una tienda de autoservicio pueden encontrar precios inferiores que en los mismos centros de producción, eso tienda a imponer la ley del mercado y eso está bien.
“Lo que no está bien es que se hagan pronunciamientos de este corte que bordean, inequívocamente, la violación flagrante a disposición de la legislación mexicana vigente que prohíbe arreglarse territorialmente con el mercado”, apuntó.
Dijo que hay una ley antimonopolios y una comisión general de competencias que están vigilantes de que se respete el juego libre del mercado, pues: “este tipo de declaraciones (la de Mejía Morales) poco ayudan”.
“Profeco no permitirá ninguna especulación por encima de lo que el mercado razonablemente recomiende, no queremos que los productores de la masa y la tortilla pierdan dinero, pero no vamos a permitir que haya utilidades impúdicas en esto”, sentenció.
Pese a los operativos que implementaran a través de verificación y vigilancia, Cerda Pérez dijo que no se descarta un aumento en el alimento que acompaña gran mayoría de platillos mexicanos.
“No se descarta el aumento, pues no podemos imponer reglas al mercado, pero no puede ser que porque lo dice un líder ya es una verdad de a kilo.
“Si suben los insumos o el producto, pues se explica, a partir de eso nuestros departamentos en Profeco, quienes tienen los precios y constantemente vigilan, asumen un rol en el área de verificación y vigilancia”, añadió.
La única excepción para que en determinadas regiones se hagan ajustes a los precios de los productos es cuando hay terremotos, inundaciones o catástrofes que provocan la escasez de alimentos o servicios.