
Si Cristóbal Colón hubiera usado pañales, estos aún seguirían desintegrándose en nuestra era; o sin hacer una viaje en el tiempo, al juntar los pañales que se usan durante un mes en Monterrey, serían suficientes para llenar al tope el estadio Universitario.
Para no contribuir en estas comparaciones con los más de 7 mil 500 pañales que pudo haber usado su niña, Luz María Hinojosa decidió desde antes del nacimiento de su pequeña que no incrementaría el consumo de los desechable.
“Todo esto surgió a raíz de que nació mi hija, yo iba a usar pañales de tela de los antigüitos, siempre he sido de la idea de no ensuciar el mundo, empecé a investigar ideas y vi que ya había hasta tecnología para los pañales de tela.
“Probé de muchas marcas, estadounidenses, mexicanas, todo de este tipo de pañal de tela de bolsillo, hasta que di con éstos y fueron excelentes. Todas sus telas son importadas porque en México no hay la tecnología para hacer estas telas, pero son maquilados en México”, señaló la madre de Isabela de apenas ocho meses de edad.
Al percatarse sus conocidos de los pañales de su nena, la pregunta inevitable era: ¿dónde los encontraba?, por lo cual comenzaron las recomendaciones, hasta que supo que esta empresa no tenía distribuidores en la ciudad y decidió empezar con el negocio.
Para Luz María lo más importante es que el producto trae consigo tres beneficios: para el bebé, por que evita rozaduras; para la economía familiar, al significar un ahorro de más de 30 mil pesos por niño y para la ecología, al no dejar este desecho de herencia para los siguientes 100 ó 500 años.
Tan sólo en rozaduras para su familia representó un ahorro de 700 pesos al mes, y es que recuerda que los primeros días de vida de su pequeña tuvo que usar pañales desechables, los cuales le provocaban dermatitis que había que combatir con pomadas.
“Hay mucha gente que no hace conciencia, pero ya la mayoría de la gente ya reflexiona, además el pañal entre más lo laves más absorbe, por el tipo de tela que es el cáñamo, que es un tipo de fibra que entre más lo laves más se van activando las fibras. Al principio a mi bebé le duraba el pañal unas tres horas, ahorita ya le dura de cinco a seis horas”, dijo.
Cada pañal tiene una vida útil de mil lavadas, mismas que pueden alargarse al hacerle ajustes a la prenda como los velcros. A la fecha Isabela pasa esta etapa con 13 pañales, los cuales le dan oportunidad a su madre de lavar cada tercer día.
Esta cantidad de piezas representa una inversión de 2 mil 500 pesos, los cuales no son nada comparables a los más de 30 mil que costaría comprar los pañales más económicos del mercado. Incluso, asegura Luz María, estas prendas pueden ser útiles hasta para dos hermanitos, por lo cual el ahorro se dispararía al doble.
Si como producto en el hogar son rentables, como objeto de venta aún más. Actualmente, la pequeña empresaria ya cuenta con distribuidoras de su producto en el área metropolitana, así como en las ciudades de México, Mérida, Jalisco y Poza Rica.
Con tradiciones a la antigua, pero con una tecnología de punta, el bebé y la mamá pueden gozar de manufactura 100 por ciento mexicana.