Para darle a los padres de familia la oportunidad de realizar sus labores diarias sin andar a las carreras por recoger a sus hijos de la escuela, han surgido en NuevoLeón los planteles de tiempo completo.
Este tipo de planteles educativos nacieron como una iniciativa presidencial con el plan sectorial 2006-2012 y han tenido mucho éxito porque durante ocho horas los menores se mantienen en las instalaciones y, además de educación, reciben sus alimentos.
Tan sólo en el ciclo escolar 2007-2008 el programa benefició a más de 136 mil niños y niñas de 500 escuelas de educación primaria en 15 entidades federativas. Y para el 2009 ya operaban en todos los estados.
Durante el ciclo escolar 2011-2012 el número de escuelas de este tipo llegará a 5 mil 500 para atender a un millón 100 mil alumnos en el país, y se alcanzarán 7 mil en el siguiente ciclo escolar.
En Nuevo León, el año pasado había un total de 53 escuelas primarias de jornada ampliada.
En el presente ciclo año escolar se pretende duplicar dicha cantidad para tener un total de 107, donde se incluirán también ocho secundarias de sectores vulnerables de municipios como Monterrey, Guadalupe, San Nicolás y Escobedo.
El presupuesto para este año es de 21 millones de pesos en recursos federales, destinados principalmente al equipamiento básico.
En las escuelas de tiempo completo, el niño lleva asignaturas académicas de costumbre como Español, Matemáticas, Historia, Geografía, Ciencias Naturales, Formación Cívica, además de Inglés, tres horas a la semana, de primer año a sexto.
Los menores tiene la oportunidad de tomar sus alimentos a bajo costo en el comedor ubicado en la propia escuela.
La ventaja con el programa es que todos ganan, tanto el alumno como los padres de familia porque mientras los primeros tienen más tiempo para dedicarle al estudio, los segundos aprovechan el día para trabajar.
ESCUELA DE TIEMPO
COMPLETO, UNA SOLUCIÓN
Juana del Carmen Martínez Treviño, directora de la escuela primaria Adolfo Ruiz Cortines, destacó que el programa implementado en su plantel nació de la necesidad de que el alumno tuviera más clases, fuera resguardado y los padres de familia no descuidaran su trabajo.
“El nivel socioeconómico en la zona (área de la Independencia) es muy bajo, todas las colonias son diferentes e interpretamos las cosas de forma distinta y vemos las necesidades.
“En el 2008 yo ya buscaba ese cambio, entonces empecé a ver cómo podía hacerlo y mandé en reiteradas ocasiones correos electrónicos a la Secretaría de Educación en la ciudad de México”, dice la maestra.
“Tuvimos tan buena suerte que para finales del año empieza a implementarse y me invitan de la Secretaría de Educación en el Estado; pasa el primer semestre de 2008 y a principios de diciembre de ese mismo año se hace el acuerdo donde nuestra escuela ya iba a ser de tiempo completo”.
Martínez Treviño comenzó a hablar con los padres de familia y los maestros para organizarse.
“Al inicio el maestro tiene la doble plaza, que es por contrato en el turno vespertino, o un contrato que cubra al maestro de la tarde”, dice.
La escuela de tiempo completo es una gran oportunidad, el sueño de tener inglés, computación, educación física, se volvió realidad.
Durante 48 años la primaria Adolfo Ruiz Cortines (ahora con casi 200 alumnos) fue un plantel educativo normal y en 2009 arrancó el nuevo programa avalado por la Secretaría de Educación.
“Teníamos a los niños mañana y tarde, no teníamos comedor ni las instalaciones adecuadas, ¿cómo le íbamos a hacer?, vendían la comida a precios incómodos”, recuerda la maestra.
“Vimos para el siguiente año la posibilidad de implementar mejores menús que nos hicieron llegar con la capacitación un chef que se unió a nuestro equipo, se concesiona el comedor para tener a alguien responsable de lo que es el alimento”, detalla.
Además, para mantener una escuela de esa magnitud se requiere de un doble trabajo por parte de los docentes, ya que son los encargados de mantener a los menores ocupados en actividades de interés.
Martínez Treviño aclaró que las escuelas de tiempo completo no son guarderías,sino instituciones que forman a los niños, donde se requiere hasta cuatro veces más de tiempo que en una escuela común.
“Desde el primer momento en que llega el padre de familia le especificamos que no es una guardería, sino una institución que está formando a sus hijos desde 10 minutos antes de las ocho de la mañana, hasta las cuatro de la tarde”, explica Martínez Treviño.
Los niños pueden tener asignaturas académicas por la mañana o por la tarde, el horario está dividido en la jornada de siete horas ante grupo y una para comer.
Asimismo, refirió que en los años 60 se aplicaba un programa similar y los alumnos egresados en aquellos años, ahora son hombres de trabajo y compromiso, por eso el de apostarle a las escuelas de jornada ampliada.
“Trabajan muy bien los niños y así tienen más conocimientos. En nuestra escuela hay tiempo completo porque es básico por los talleres que ofrecemos, que los niños hagan carteles, que canten, bailen y los niños aprenden jugando, resolviendo retos y logrando los aprendizajes esperados”, comenta.
“Son escuelas donde hay amor; aquí los niños conviven más con los maestros que con los papás en las horas de alerta y se les llama la atención cuando se requiere”.
Dice que el padre de familia que ha sido un poco reacio o apático va involucrándose y cree en el programa, que es de mucho trabajo y responsabilidad, obligación y compromiso de todos los actores educativos.
“Nuestros niños traen el chip integrado, aunque sean de un nivel socioeconómico bajo, los niños no tienen miedo a los retos y aprenden en base a ello, quieren estar en la escuela porque hay actividades que les gustan”, dijo la directora.
EL COMEDOR
Suena el timbre, y los niños salen al lonche, son las 10:30 horas, luego entran a las aulas donde los maestros esperan darles otras dos horas de clase; a las 12:30 horas los más de 150 alumnos se concentran en el comedor donde alegremente los atiende Roberto Itamar Tamez, quien labora como chef.
Durante dos años el hombre de complexión delgada, ha preparado alimentos saludables para los niños, quienes pagan 20 pesos por platillo.
“El primer año era complicado porque no querían comer verduras, estaban acostumbrados al panecito, pero poco a poco se han ido acostumbrando; les doy cremas, sopas, caldos, pollo, frutas, y lo que se evita es la tortilla de harina y pan”, dijo el chef.
El espacio es grande y está adornado con carteles de colores mostrando la tabla de alimentos. En dos filas, los alumnos pasan por sus charolas que contienen alimentos nutritivos.
Se puede ver la alegría de los menores, donde se reúnen estudiantes de primer año hasta sexto.
Finalmente los niños regresan a las aulas, donde ya los esperan los profesores para iniciar la segunda etapa del día y están a tres horas de irse a sus hogares.
La directora aseguró el comedor no puede pagar salarios, por lo que decidieron concesionar la cocina.
“Así todos nos encargarnos de cada área educativa, y el tener un chef es mejor porque sabe qué le gusta a los niños y nos ayuda a educar a nuestros niños, a comer verduras, cremas, cosas que en su casa por una u otra circunstancia no las puede comer”, dijo.
EL PECHO TIERRA
ES DE TODOS LOS DÍAS
La escuela primaria Presidente Adolfo Ruiz Cortines se encuentra ubicada bajo las faldas de la colonia La Risca y al lado de la Independencia, sectores asechados por la delincuencia durante años, a pesar de ello en este ciclo escolar se creó otro grupo, hasta llegar a 191 alumnos y donde para ellos la institución es un oasis.
“La inseguridad que vivimos en el sector, el pecho tierra aquí lo vivimos continuamente y no les ponemos canciones del rey del chocolate, aquí no tenemos tiempo para grabarlos, lo que tenemos en ese momento es resguardar la seguridad de los niños”, dice Martínez Treviño.
“Los menores ven fuera de la casa la ametralladora, les ingresan por la puerta, les dan una patada y los sujetos se meten como Juan por su casa, a los niños les preguntas de armas y saben qué tipo son. Los niños ven los muertos en la puerta de su casa, a cuadra y media de la escuela, por eso cuando llegan a este espacio que consideran un oasis, es un cambio, el niño está resguardado y tranquilo, saben que si hay balacera, hay una directora, maestros, intendente, secretarias, mesa directiva que los estamos protegiendo”, expresa la directora.
Es por ello que la institución cuenta con medidas de seguridad como el de mantener las puertas cerradas con candados.
Martínez Treviño aseguró que el incremento de estudiantes es porque se ha corrido la voz de que este tipo de planteles educativos, funcionan precisamente por dar facilidad a los padres de familia y un estudio de calidad para los menores.
Quienes laboran ahí tienen la obligación de dar resultados en todos los aspectos: psicológico, académico, por lo que los docentes se capacitan constantemente en diferentes rubros.
Los espacios para nuevos estudiantes no se niegan, pero la escuela no tiene la capacidad de crecimiento, a menos de que se construya un segundo piso.
Los grupos son de un promedio de 21 alumnos, y el máximo de 30; por el momento cuentan con dos de primero y segundo, y de tercero a sexto hay un sólo grupo.
SE OFRECE COMPUTACIÓN,
INGLÉS Y TALLERES
El plantel educativo tiene un programa con el cual la escuela se puede comparar con una colegio privado, y es que llevan clases de computación, inglés y además se ofrecen talleres.
Para dar atención a los 191 alumnos, 11 docentes son los encargados de formarles esa educación de calidad.
Se les brindan clases de educación física, dos horas de 45 minutos a la semana. Además se espera que en los siguientes meses no sean tres horas de inglés semanalmente, sino cinco horas.
También se imparten talleres de danza, poesía coral, teatro, cocina, manualidades, modelado. Tienen un ciber salón donde los niños pueden aprender computación.
“El niño desarrolla las habilidades en base a las competencias manuales, a la coordinación motora, fina y gruesa. En el ciber salón complementan los contenidos que los docentes previamente estuvieron enseñando en el salón y pueden investigar en el salón, tenemos 21 computadoras.
“Contamos también con la Enciclomedia y el programa de Habilidades Digitales es una belleza, viene a dotar de infraestructura actualizada a las instituciones de tal manera que todos los alumnos y maestros van a tener en su aula proyector”, explicó.
Además en la escuela tienen un huerto escolar para que los niños tengan una educación integral.
En el mes de septiembre la escuela celebró sus 50 años de vida, donde muestra un rostro diferente, un plantel educativo maduro, de vanguardia y calidad.
A la fecha cuentan con mini split, donde se solicitó una cooperación a los padres de familia para poder adquirirlos, pero aún falta equipo.
Martínez Treviño destacó que la educación es un factor de movilidad social, a mejor educación, mejores perspectivas, más sueños y más deseos de salir adelante, eso es algo que siempre les expresa a los alumnos.
“Tratamos de motivarlos poniéndoles ejemplos, para que sean gente de bien y que en un futuro puedan terminar una carrera y tener un buen futuro.
“El niño de tiempo completo debe tener mínimo una calificación de ocho, porque pasan más tiempo en la escuela y tienen que aprovechar el tiempo, siempre tratamos de mantenerlos despiertos con actividades que les ayuden en su desarrollo académico y personal”, mencionó.
Al tratar de contactar a la coordinadora del Programa de Escuelas de Tiempo Completo, Olga Margarita Barrón, no se tuvo una respuesta positiva, por lo que no se sabe cuánto le cuesta cada niño a la Secretaría de Educación en la entidad. v