Las llamadas narconovelas se posicionaron entre los programas favoritos del público, por lo que se transmiten en televisión abierta de Nuevo León exponiendo a niños y jóvenes a imitar conductas delictivas.
Los sicarios, sus crímenes, el consumo y tráfico de drogas, las excentricidades, lujos y colecciones de mujeres que caracterizan a los capos, son promovidos con la transmisión de las narconovelas en televisión abierta y la indebida regulación de horarios.
Encubiertos con la bandera del entretenimiento y protegidos por la libertad de expresión, este tipo de programas garantiza cierto rating a las televisoras, que están olvidando la responsabilidad social que deberían tener.
Y es que de acuerdo al artículo quinto de la Ley Federal de Radio y Televisión, la radio y la televisión tienen la función social de contribuir al fortalecimiento de la integración nacional y el mejoramiento de las formas de convivencia humana.
Dicha ley, en la fracción I indica que a través de sus transmisiones se procurará afirmar el respeto a los principios de la moral social, la dignidad humana y los vínculos familiares; la fracción II señala que se deben evitar las influencias nocivas o perturbadoras al desarrollo armónico de la niñez y la juventud.
Entretanto, la fracción III establece que tiene que contribuir a elevar el nivel cultural del pueblo y conservar las características nacionales, las costumbres del país y sus tradiciones, la propiedad del idioma y a exaltar los valores de la nacionalidad mexicana; mientras que la fracción IV invita a fortalecer las convicciones democráticas, la unidad nacional, la amistad y cooperación internacionales.
Además, en el artículo sexto se exhorta a la promoción de transmisión de programas de divulgación con fines de orientación social, cultural y cívica.
El periodista, abogado, y exdiputado local, Santiago González, expresó que la transmisión de las narconovelas afecta a la sociedad y representa la cultura de la ilegalidad al infringir la ley.
“Este tipo de programación se mantiene al margen total de la ley”, indicó el exdiputado local.
Otro de los artículos que infringe es el 63, el cual prohíbe todas las transmisiones que causen la corrupción del lenguaje y las contrarias a las buenas costumbres, ya sea mediante expresiones maliciosas, palabras o imágenes procaces, frases y escenas de doble sentido, apología a la violencia o del crimen; rechaza además, todo aquello que sea denigrante u ofensivo para el culto cívico de los héroes y para las creencias religiosas, o discriminatorio de las razas; queda asimismo prohibido el empleo de recursos de baja comicidad y sonidos ofensivos.
La violación de esta ley, de acuerdo con el artículo 103, ocasiona una multa de entre cinco mil y cincuenta mil pesos.
“Se supone que el Gobierno Federal, quien es quien entrega las concesiones, debe vigilar los contenidos, porque si el gobierno no vigila no está haciendo su trabajo, porque ellos dan todas las facilidades para que operen las difusoras en general, pero esto no está ocurriendo”, mencionó el abogado.
Las funciones del gobierno dentro de las transmisiones están establecidas en los artículos 7 y 10 de dicha ley.
Para González, lo primero que hay que hacer es corregir los contenidos actuales de la programación, iniciando con un curso para que los productores de todas las televisoras conozcan la Ley de Radio y Televisión.
“En el caso de los ciudadanos nos queda apagar la televisión, no darles rating a estos programas. El llamado es a la población a no darle rating a los programas que no están contribuyendo con nuestra identidad y tampoco al fortalecimiento de la integración nacional”, agregó.
IDEALIZAN A LOS CAPOS
Para la docente e investigadora de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León, Brenda Aracely Bustos García, la narcocultura se derivó de la conocida guerra contra el narco, que se intensificó durante el sexenio del expresidente de México, Felipe Calderón Hinojosa.
Para la especialista perteneciente al Sistema Nacional de Investigadores (Conacyt), la imagen de los capos ha sido idealizada con estos contenidos, pues “hacen ver como si fuera muy fácil convertirse en un capo”.
Asimismo, reconoció que la apertura que se dio a ese mundo (el de los narcos), despertó el morbo y la curiosidad de niños, jóvenes y adultos que buscaban información, programas y sitios web para indagar en torno al tema.
“Primero era como que necesito conocer para protegerme en algún momento, y ya después como que el tema se volvió muy fantástico para un buen sector de la población”, señaló la docente.
Pero aunque se promueve el sicariato, aseguró que también la contraparte tomó auge con la militarización del Estado, ya que muchas personas estuvieron de acuerdo con esta medida de seguridad.
“Al final de cuentas esa idealización de que es fácil (como lo presentan en las novelas), la mayoría sabe que no es nada sencillo llevar ese estilo de vida porque te juegas tu vida”, expresó la investigadora.
Para Bustos García, los medios de comunicación se olvidaron de su responsabilidad social desde hace muchos años, al presentar programas misóginos y violentos que no deberían ser transmitidos.
“Debería de legislarse una iniciativa más general, porque ahorita es el tema del narco, pero en un futuro se podrá transmitir otra cosa que seguirá implicando violencia.
“La polémica siempre es la libertad de expresión, muchos se amparan en eso, pero sí es necesario cierto límite a la difusión y diseminación de la violencia o lo agresivo”, enfatizó la socióloga.
Mientras que para Manuel Yarto, profesor de comunicación e investigador de la Universidad Regiomontana, el problema de las narconovelas tiene muchas aristas.
El principal, consideró, sería el establecer si los contenidos de la televisión tienen influencia sobre las personas o no.
“La ciencia de la comunicación se sustenta en ese debate. Diversos estudios dicen que sí tiene cierta influencia, y desde esa perspectiva no es recomendable la narconovela como elemento de consumo cultural, particularmente para los jóvenes, porque tienden a apropiarse rápidamente de los contenidos y hacerlos suyos”, indicó.
Otra de las variantes, mencionó, sería la representación social presentada en dichos programas, que dista mucho de la realidad, pues en gran parte de las historias se muestra a los narcotraficantes como héroes y se les pone como la víctima en las tramas, aunado a que se normaliza la muerte y lo sanguinario.
“Realmente el narco es un tipo asesino sanguinario, un sociópata y ahí te lo ponen de otra manera, como no son… Te presentan una visión totalmente falseada del narco de ‘pobrecito, él era bien linda gente pero le mataron al papá unos policías’, y ponen que ayudó a todo su pueblo, pero no explican que para hacer todo eso mataron a 300 personas, torturaron a 50, mataron niños, eso no lo cuentan. En ese sentido, las narconovelas son intencionalmente dañinas”, explicó.
Y aunque esta vertiente de entretenimiento puede no ser benéfica para la audiencia, Yarto explicó que su cancelación o su veto de la televisión sería perjudicial para la libertad de expresión.
“Si digo que son malas las narconovelas entonces ¿las desaparecemos?, ¿las prohibimos? Y viene otro debate: la libertad de expresión”, indicó, “pero el prohibirlo va a generar que después se prohíban otras cosas, puede dar pie a prohibir muchas cosas que no están mal”.
Estableció que siempre ha habido una expresión que describe a delincuentes dentro del arte, tal como Robin Hood.
“Siempre ha habido ese retrato del criminal, aquí el problema es que va dirigido a una población que emocionalmente está apenas en construcción y se puede influir de forma muy negativa (…), quienes la consumen es un sector de población con poco nivel educativo”, dijo.
Según su criterio, lo más recomendable sería establecer un punto intermedio con esta programación: cumplir con la ley y transmitirlo a la hora que dicta, después de la medianoche.
“Se debería permitir la transmisión de narconovelas, pero muy acotado, para que si hay alguien que quiera consumirlo que lo haga, pero no dejarlo tan fácil o a la mano.
“La ley dice que debería de ser después de las 12 de la noche, pero las televisoras mexicanas son tan poderosas, y el gobierno mexicano está tan comprometido trabajando para los poderes que están permitiendo que se transmita en horarios donde hay público infantil, ese es el aspecto condenable”, estableció.
El catedrático ejemplificó con el movimiento realizado por A favor de lo mejor el año pasado, cuando la asociación exhortó a la Secretaría de Gobernación para que quitaran las narconovelas del horario estelar, al cual se sumaron diputados de oposición, pero que no logró cambios en la programación.
Auguró que eventualmente las narconovelas serán dejadas en el olvido por las productoras, porque las temáticas continuamente aburren a la audiencia, y se verán obligados a cambiarlas.
Por ejemplo, la creciente variedad de novelas relacionadas con la política con mujeres protagonistas, tal como La Candidata e Ingobernable.
“Pienso que las narconovelas van a tener una duración, van a salir, vendrán otros temas y al ratito un tema que todavía falta por explotar más vendrá, como el tema de género, la homosexualidad, o las mascotas, y dentro de diez años vendrá de nuevo lo criminal.
“Son temas cíclicos, va a desaparecer, pero lo que debemos analizar es la falta de voluntad para hacer cumplir la ley, ese es el problema.
“La narconovela y el narcocorrido son una expresión de la ilegalidad que estamos permitiendo”, expresó.
LA RESPONSABILIDAD ES COMPARTIDA
El público debe empezar a tomar parte como audiencia activa y responsable, que los papás tengan cuidado y responsabilidad de lo que están viendo sus hijos, así lo señaló Citlally Sánchez Hernández, coordinadora general de la organización A favor de lo mejor de Nuevo León.
“Debe ser una responsabilidad compartida, de parte de quienes producen este contenido, de quienes aceptan transmitirlo y de quienes lo ven, sabiendo que estamos viviendo una situación de inseguridad y violencia desde hace varios años.
“Aunque la mayor responsabilidad es del medio, si éste no reacciona ante las críticas o ante las exigencias de las audiencias o, peor aún, si las audiencias ni siquiera se están manifestando, pues también el público debe estar siendo responsable”, recalcó la coordinadora.
Aunque es la Secretaría de Gobernación la encargada de asignar las clasificaciones a los contenidos, indicó que los padres de familia o las personas responsables de los grupos vulnerables no se percatan ni del contenido, ni de las clasificaciones.
“Cuando empezó a trabajarse este tema de las series o novelas con contenido de narcotráfico y su transmisión por televisión abierta, lo primero que nos interesó fue checar que estuvieran en el horario que corresponde y pues por parte de los medios que pongan una cintilla que haga referencia al tipo de contenido que tiene, eso es lo que nos interesa mucho”, explicó Sánchez Hernández.
En su opinión, en caso de que en la entidad se prohibieran o censuraran dichos programas, crearía más morbo en los niños y jóvenes, pues explicó que encontrarían la forma de llegar a los contenidos.
Además, enfatizó que esto iría en contra de la libertad de expresión, “más que prohibir, tenemos que trabajar en educar a los niños”.
Cabe mencionar que A favor de lo mejor Nuevo León es la única organización a nivel nacional que es interlocutora entre los medios y las audiencias, la cual trabaja con este vínculo acerca de lo que los medios difunden.
Además, monitorean los contenidos locales de radio y televisión para generar herramientas que le sirvan a la gente y pueda conocer más a fondo lo que pasan en la televisión abierta y de paga, en radio e Internet.
POR MEJORES CONTENIDOS TELEVISIVOS
El periodista y director editorial general de Hora Cero, Héctor Hugo Jiménez, plantea presentar una iniciativa ante el Congreso Local para que la señal de televisión abierta sea bloqueada durante la transmisión de este tipo de programas.
La idea sería que se replicara el bloqueo tal y como se hace con la transmisión de los partidos de futbol local.
“El objetivo es que ojalá nos unamos un grupo de ciudadanos libres, de periodistas, catedráticos, empresarios, etcétera, para presentar una iniciativa ante los diputados y que podamos llegar a bloquear en las televisiones de Nuevo León, las señales nacionales, o a través de cable, en esos horarios donde pasan ese tipo de programas”, indicó.
Este planteamiento surgió cuando el periodista se percató de que las tres principales cadenas de televisión en el país (Televisa, TV Azteca y Grupo Imagen), en sus diferentes canales, ofrecen cada vez mayor variedad de programas con temática de narcotráfico a través de la señal abierta.
“Cuando vi eso, y tengo un hijo de 1 año y 2 meses y una hija de 27 años, reflexioné que yo quisiera que mi hijo y mis nietos sigan teniendo como héroes a copiar a heroínas y héroes de cómics como Superman, Batman, Hombre Araña, a Sailor Moon, Batichica… no a personajes delincuentes, narcotraficantes por todo mundo conocidos”, explicó.
Propuso que en lugar de transmitir apologías a la violencia, se transmitan programas sobre personajes ilustres en la historia.
El periodista señaló que envió esta propuesta a diferentes contactos, entre ellos diputados locales de Nuevo León y Tamaulipas, catedráticos y colegas, quienes externaron su apoyo a dicho proyecto.
“La gente que se una esto, podemos chocar con poderes muy fuertes, como el poder de la televisión, del dinero, la Ley de radio y televisión, la Ley de telecomunicación, pero ¿por qué no soñar que se puede hacer?”, mencionó.
INFLUENCIA DE LA TELEVISIÓN
El dirigente de la bancada del PRI en el Congreso del Estado, Marco Antonio González Valdez, considera que las narconovelas ejercen gran influencia en los televidentes, especialmente en los más pequeños.
Además aseguró que los efectos son meramente negativos, ya que el comportamiento de los capos podría despertar un interés peculiar por este estilo de vida, debido a la forma en que es presentado en la televisión.
“Todo mundo va a querer ser narco o corrupto, por el ejemplo que están viendo, desgraciadamente la televisión en México no aporta mucho en el tema educativo y vende más morbo que otras cosas”, indicó el legislador priista.
Por ello, buscará que se replanteen los horarios en que son difundidas estas narcoseries, a una hora en la que los niños no puedan tener acceso.
“Ya lo he platicado con Edgar Romo, el diputado federal del PRI en Nuevo León, para ver cómo lo hacemos de manera estratégica para que tenga eco, porque esto tiene que ser a nivel nacional, lo que hagamos aquí puede ser un buen inicio, pero si no hay eco, se va a quedar en buenas intenciones”, enfatizó.
Por su parte, el coordinador de la bancada del PAN, Arturo Salinas Garza, destacó que la difusión de las narconovelas es un tema estrictamente federal, el cual ha sido protagonista de un intenso debate en la Cámara de Diputados.
“Es un debate en donde ha prevalecido y ganado la libertad de expresión, entonces este asunto hay que tomarlo con mucho cuidado por la libertad, tanto de contenidos, como la libertad de las personas para poder ver o no ver ese tipo de series”, dijo el panista.
Mientras que la coordinadora de Movimiento Ciudadano del Congreso de Nuevo León, Concepción Landa García Téllez, destacó que es importante castigar la infracción de la ley por parte de estos contenidos.
“Me parece un poco peligroso que estas narconovelas, al ser populares, pareciera que lo que sucede es la realidad, y son situaciones modelo para gente que tiende a aspirar a obtener poder, fuerza o fama, y por otra parte por el estereotipo muy feo y peligroso de cómo se considera a las mujeres como objeto”, indicó.
La legisladora consideró importante lanzar un exhorto para que se respeten los contenidos que se transmiten en señal abierta, y entablar las denuncias correspondientes para que se sancione a los infractores de la ley.
Agregó que también se debería realizar un exhorto a los artistas, para que no se presten a actuar o promocionar este tipo de obras.
“Es un tema complejo, la mejor solución es que la gente no los vea y no tuvieran rating, pero ante la propaganda que se hace… si no hacemos rentables estos programas no se tendría que legislar porque no se van a dar”, mencionó.
No obstante su popularidad, este tipo de series no transmiten ningún mensaje positivo a la sociedad neolonesa y, peor aún, están disponibles en horarios de fácil acceso para la niñez y juventud. Detener este daño está en manos de los legisladores.