Para Carmen Elizondo de Flores estar frente al DIF de Apodaca por tercera ocasión es sinónimo de que la gente la quiere, la apoya y la considera un miembro más de su familia.
La entrevista se realizó en su hogar, un día después de la victoria de su esposo Raymundo Flores Elizondo, a la alcaldía del municipio.
Se veía cansada, pero feliz, no lo podía ocultar y es que la dicha de volver a tener contacto con esa gente que le volvió a dar su respaldo “realmente no tiene precio”, dijo Elizondo de Flores con voz entrecortada.
“Estoy muy contenta por Raymundo y también por mí”, fueron sus primeras palabras, “estoy feliz por volver a tener la oportunidad de ayudar a la gente de Apodaca, un lugar privilegiado donde uno puede poner en práctica tantos proyectos; tantos programas para fortalecer a la familia de este municipio.”
Uno se percata que son ustedes muy queridos…
“Y me siento muy agradecida con la gente que así me ve, con esa cara de gratitud. Realmente las veces que me ha tocado estar frente al DIF, apoyando a Raymundo, lo hago con mucho gusto, ayudando a la gente.
“Me gusta conocer sus necesidades, te hacen ver el lado humano, te hacen ver tantas carencias y problemáticas que, en verdad, uno se siente parte de esa familia… cuando menos te acuerdas, ya eres parte de ellos”, comentó mientras daba un toque a su perfecto peinado que la hacía lucir elegante y distinguida.
El hecho de que la gente la vea a usted como parte de su familia, es un compromiso doble, ¿verdad?
“¡Y vaya que sí! A mí me gusta atender a la gente, tanto Raymundo como a una servidora, la gente nos quiere y nos recuerda con mucho cariño”.
¿Qué recuerdos tiene del DIF?
“En el DIF hay muchas situaciones que recuerdo, unas veces con tristeza, otras con alegría. Vivir lo que está viviendo tanta gente con capacidades diferentes, la familia, los hijos, la mujer que no es tomada en cuenta, valorarla como debe ser, inclusive lo hemos visto y da tristeza decirlo, debemos tomar medida nosotros”.
¿Cuál es su mayor prioridad ahora que vuelva a tomar el cargo del DIF?
“Seguir cuidando a la gente adulta. Da tristeza verlos desamparados. Me gusta crear programas para darles una calidad de vida mejor, educarlos en su nueva etapa. Hay que educar a la gente para verlos con respeto y velar sus noches y ver que en el ocaso de su vida vean que no están solos.
“Cierto, hay que ver que también en algunas familias hay muchas carestías por eso los dejan solos, no les dan ese apoyo, no los visitan, no los escuchan, tampoco los apoyan económicamente. A veces uno se viene con los problemas a la casa, pensando en que ellos están solos, viejos, muy tristes”.
Elizondo de Flores dijo sentirse bendecida por contar con una familia que apoya su causa y sus labores en bien de la comunidad de Apodaca.
“Nosotros estamos tan bendecidos por Dios, tenemos a nuestros papás, Raymundo tiene a su mamá, y siempre atendiéndolos, viéndolos, inculcándoles a nuestros hijos para que ellos vean realmente cómo debe ser la unión familiar. Les decimos ´mi hijito, ve a ver a tu abuelita´ y ellos van y la ven, le llevan una flor, le dan sus vueltas.
“Es importante que en ellos también crezca ese amor por sus abuelos, por sus padres, para que en un futuro entienden el proceso de la vejez y en lugar de dar soledad, den amor… es muy importante también lo que uno aprendió de los papás para así poder heredarlo a nuestros hijos y que ellos sean unos hombres de bien”, destacó.
“Es muy importante que mis hijos sepan del valor importante de cuidar a la familia, de todo lo que sea la unión familiar, llámese hermano, primo, tíos y amigos, tíos, abuelos.”
Se escucha entusiasta y se apasiona cuando habla de sus proyectos a seguir como Primera Dama y hace hincapié en ayudar a los de la Tercera Edad.
De hecho, la charla gira en torno a ellos, claro, sin descuidar a la juventud, a la que, acepta, también le hace falta apoyo.
“Tenemos un programa del Adulto Mayor que consiste en ayudar a esa gente que muchas veces sabemos que está sola en sus casas… sola en sus vidas…
“Raymundo y yo, desde la primera y segunda vez que hemos estado aquí, al frente de este municipio, queremos brindales la oportunidad de ayudarlos… Raymundo abrió dos centros de apoyos y mínimo queríamos uno más. Ellos (los de la Tercera Edad) tienen una atención de primera… y lo digo con orgullo, de primera porque ellos quisieran venir todos los días a distraerse, sabemos que no se puede, pero el día que están aquí, es especial para ellos… lo disfrutan al máximo.
“Se les dan muchas facilidades en transporte y eso es muy importante porque a veces no tienen cómo moverse. Hay un autobús especial para ellos”.
TIENEN UN CUIDADO ÚNICO
Lo importante, añadió, es que los ancianos convivan con personas de la misma edad, con los mismos problemas, con las mismas ilusiones, que ellos se sientan partícipes de la sociedad, que no se sientan relegados.
Algunas de estas personas tejen, ven televisión, juegan lotería, se les motiva con actividades físicas.
“Les encanta bailar, tienen un grupo de danza, otro de coro. Les regresa la ilusión de seguir adelante”.
Elizondo de Flores explicó que se ha rodeado de personas realmente preocupadas por los ancianos.
“Les damos consultas médicas con gente que realmente les ayude a llevar su vida… que les explique cómo deben alimentarse. Es una labor que nos motiva mucho.
“Nos gusta llevarlos a pasear, los llevemos a la Virgen Milagrosa, al Santuario o a las Grutas de García… a un parque donde haya asadores”.
¿Y qué planes hay para ellos?
“Si Dios lo permite una o dos casas más para el Adulto Mayor”.
¿Y para los jóvenes?
“Lamentablemente las estadísticas lo dicen: hay muchas jóvenes embarazadas, queremos que el DIF realmente apoye a los jóvenes porque tener sexo a lo loco no es nada bueno para ellos. Los jóvenes deben vivir su edad, prepararse para un futuro mejor, con el deporte, divertirse sanamente porque todo llega en su momento, que no quieran vivir antes lo que no les toca vivir en su momento.
“No es posible que destruyan su vida porque no es posible que una niña de 14 ó 15 años salga embarazada. Por mucho que se quieran dos personas muy jóvenes, no pueden encargarse de una familia”·
Elizondo de Flores aseguró que a los jóvenes también hay que escucharlos
“Sabemos que hay que darles opciones de hacer deportes, cultura y se puede hacer…”.
Por eso, agregó, el Desarrollo Integral de la Familia es muy imporante.
De sus anteriores experiencias, al estar frente al DIF, y ahora que volverá a estar ¿que aplicará de lo ya aprendido?
“Claro que me ha servido muy bien lo que he hecho las dos veces anteriores , gracias a la gente de Apodaca que me ha permitido la posibilidad de estar como Presidenta del DIF por tercera ocasión y más que hacer, voy a fortalecer lo ya hecho, darle seguimiento”.
¿Cómo le hace para no llevar los problemas del DIF a su casa, para que no le afecten?
“Es muy difícil. Cuando hay problemáticas grandes es muy duro desentenderse de esos problemas y no se puede. Cuando Raymundo llega a casa yo le comparto a él todo lo que hago en el DIF… así es que es difícil… no se puede (separar la vida familiar de la laboral).
“Raymundo y yo siempre hemos estado en el mismo canal. Tenemos un joven en casa… ya dos tomaron su rumbo, pero con este joven estamos enfocados en que se dé cuenta de lo que hacen sus papás, de que también vea la vida real, la vida que está afuera, no en la casa”.
¿Qué le preocupa ahora de la situación de Apodaca?
“Que hay niños que necesitan una silla de ruedas y sabemos que dentro de tres años necesitará otra. Sabemos que todo eso cuesta, así es que hay que trabajar mucho y en conjunto”.
Expresó con orgullo que sus hijos son parte esencial de su quehacer en el DIF.
“A ellos los llevo a conocer el lado humano y por eso mis hijos van conmigo, para que vean la realidad, allá afuera. Hay un centro Down muy importante donde tenemos 100 ó 120 niños a los que se les brinda atención y apoyo con gente y maestros especializados, con gente dispuesta a apoyarlos y desde luego, gente que también está dispuesta a educar a los papá para que les digan cómo tienen que ayudar a esos niños”.
Elizondo de Flores dijo que en este rubro, la gente ha avanzado mucho.
“Hace 20 ó 25 años tener un niño Down o con parálisis cerebral era equivalente a tenerlo marginado, escondido… ahorita se ha avanzado en gran medida. Hay leyes que los protegen y lugares donde se les brinda la oportunidad de ser más independientes y también, lo digo con mucho orgullo, darles la oportunidad de ser autoindependientes.
“En el centro Down de Apodaca, una servidora y otras funcionarias han tenido la sensibilidad de apoyar esos programas que en la administración de Raymundo y yo al frente del DIF han encontrado una forma de vida”.
¿Qué consejo le da a la mujer de Apodaca?
“Primero que nada que se prepare, que se haga respetar y, sobre todo, que se valore. Que tenga cuidado a la hora de escoger pareja y no lo haga nada más porque es un hombre guapo, sino que tenga valores; una persona sin ellos difícilmente podrá salir adelante aunque tenga una preparación académica”.
¿Cuál es su mayor orgullo?
“¡Mi familia..!”, responde emocionada, “bendito Dios tengo a mi marido, nos hemos querido, amado y respetado siempre y siempre hemos estado en el mismo canal, pero sobre todo me siento orgullosa de mi unión familiar. Nos vemos con mucho amor y con mucho respeto”.
¿Cómo es un domingo en casa?
“Es normal… desayunamos juntos… mi marido es el primero que se levanta… después yo… vamos a desayunar y después a misa del mediodía.
“Después nos vamos a comer con mis nietos, asamos una carnita. Invariablemente visitamos a mamá Raquel, mi suegra y a mi mamá”.
Señaló que gusta de ver películas, de comedia o drama.
“Me gustan las películas románticas, musicales. También poner discos de Rocío Dúrcal y de Raphael”.