
La tauromaquia es, sin duda, un tema que no deja dormir ni a las asociaciones que protegen los derechos de los animales, ni muchos menos a las personas que se dedican a la “fiesta brava”.
Y es que el contraste de ideología que predomina en este rubro, no ha permitido que tanto toreros como asociaciones protectoras de animales lleguen a una solución en común.
Mientras que para unos las corridas de toros representan su soporte económico, solvento para su familia y su carrera profesional, para las organizaciones, este tipo de “espectáculos” sólo fomenta violencia y desensibiliza a los aficionados que constan del menos del 20 por ciento de la población mexicana.
Después de se prohibieran las corridas de toros en Cataluña, España, en el año 2010 y entrarán en vigor el 1 de enero 2012, activistas de la sociedad civil han buscado que las acciones tomadas en el país europeo se ejecuten en México, obteniendo como resultado la abolición de esta actividad en estados como Sonora, Durango y Veracruz.
Mientras que en Colombia se prohibieron en el 2012, estas acciones demuestran que las plazas de toros reconvertidas en centros culturales y comerciales, también generan empleos fijos y ayudan a reactivar la economía local.
Pero, hasta ahora, en Nuevo León, no han obtenido una respuesta precisa. Si bien, aunque la Comisión del Medio Ambiente en el Congreso Local se encuentra trabajando en mejoras hacia la Ley de Protección Animal, aún no se establece el papel en que quedarán los toros en caso de que sean empleados para la lidia.
Es por eso que asociaciones como AnimaNaturalis, buscan la abolición de la mismas argumentando que la tradición no justifica que se torture y mate a un ser capaz de padecer dolor. Causar sufrimiento a un animal no es arte, sino violencia y abuso de poder.
Aseguran que antes de que un toro salga a la plaza, ya ha sido golpeado y debilitado; además de que días antes se le priva de comida y agua, se le droga y suministra laxantes con el fin de restarle fuerza.
Según el diputado Francisco Treviño, presidente de la Comisión de Medio Ambiente, se encuentran trabajando con diferentes grupos para que la elaboración de la ley esté completamente diseñada en beneficio, no sólo de los toros, sino de todos los animales.
“Un grupo colegiado de personas están trabajando y nos está ayudando a nosotros para elaborar la ley, entonces estamos revisando artículo por artículo para poder tener una ley consensada en donde todos estén de acuerdo.
“Temas polémicos donde se arma el debate y no todos coinciden; uno de ellos es el tema de las corridas de toros, que es un tema de debate de si deben permanecer o no”, explicó.
Actualmente se encuentran trabajando con asociaciones civiles, académicos y profesionistas como AnimaNAturalis, Prodan, Revolución Anti-taurina, Adopta Monterrey, Adopta un perro, Colegio de veterinarios, la Facultad de Veterinaria de la UANL, la Escuela de Veterinarios de Nuevo León, criadores y entrenadores de perros, la Fundación Luca, entre otros.
Por su parte Gerardo Ortiz, coordinador de AnimaNaturalis, el objetivo de sus manifestaciones es el de detener las corridas de toros y de crear conciencia en las personas que aún no tienen una postura fija ante el acto, por lo que exigen la abolición de las mismas en todo el país.
Se manifiestan en contra
de las corridas de toros
Exigiendo la abolición de las corridas de toros en todo el país, activistas representaron en ataúdes a los toros que son torturados y asesinados en las plazas mexicanas, manifestándose en la explanada de los Niños Héroes en el centro de Monterrey.
“El acto que estamos llevando a cabo el día de hoy (2 de febrero) que se llama ‘Ponte en la piel del toro’, es un acto que se realiza anualmente en el Distrito Federal, por parte de la organización AnimaNaturalis, explicó Gerardo Ortiz, coordinador de la campaña”.
Y aunque por vez primera, se realizó en Nuevo León y simultáneamente en Querétaro y Durango, se busca que se prohíban las corridas de toros en todo México.
El activista comentó que se elige esta fecha a manera de protesta, ya que se acerca al aniversario de la plaza de Toros en México y aunque hasta la fecha era el único acto que se tenía contemplado, se planearía realizar otro a lo largo del año.
Desde el mediodía y por una hora, los manifestantes permanecerían en la explanada entregando panfletos, informando a los paseantes y voceando información referente a la tauromaquia, aseguró Gerardo Ortiz.
Así mismo refirió que buscan conseguir que los legisladores locales aprueben una ley donde se contemple también a los toros en referencia a lo comentado por el diputado Francisco Treviño.
“La ley en contra del maltrato animal en Nuevo León está algo deficiente, por lo que se está trabajando con muchos grupos y organizaciones del Estado para la formación de esta ley y esperamos incluir a los toros para que se prohíban las corridas”, expresó el manifestante.
Por su parte, se ha tenido un acercamiento directo con la Comisión de Medio Ambiente, ya que se organizaron mesas de trabajo, sin embargo, los activistas buscan que se trabaje en una ley completamente ciudadana sin ningún tinte político.
Actualmente y de acuerdo a Parametría, que es una casa encuestadora a nivel nacional, el 80 por ciento de las personas rechazan las corridas de toros y creen que son un acto de crueldad hacia esos animales, “si por consulta popular fuera, las corridas de toros ya se hubieran abolido”, dijo Gerardo Ortiz.
Algunos matadores reconocen que la tauromaquia va en decadencia y prueba de esto es la escasa afluencia a las plazas de toros que lucen cada vez más vacías.
“En ocasiones se tienen que regalar boletos o venderlos más baratos para que la gente acuda, entonces podemos ver que hasta ellos mismos están batallando en esta situación.
A pesar de esto los intereses económicos de unos cuantos continúan prevaleciendo: la demanda de la ciudadanía, de erradicar la crueldad hacia los animales como forma de diversión sigue siendo ignorada por la clase política.
“Persiste porque hay grupos de gente con poder monetario, poder político que son los que mantienen intereses en las corridas de toros y que podrían poner trabas en el tema de la abolición de las mismas”.
Para AnimaNaturalis, la tauromaquia promueve la insensibilidad y la indiferencia ante el sufrimiento de otros seres con capacidad de sentir dolor, además de que es un generador de violencia lo que afecta al crecimiento del país, por lo que aseguran que México debería enfocarse en acciones adecuadas para lograr vivir en paz y con justicia.
“Sólo entre el 10 y el 20 por ciento de toros que son criados en una ganadería son asignados para la lidia, mientras que el resto es para consumo humanos.
“Es por eso que uno de los objetivos de la manifestación era el de llamar a la pequeña parte de la población que aún no tiene una postura definida, que se muestra indiferente ante el tema, a que tomen una postura a favor de la no violencia y a favor de la paz”, afirmó.
Son seres vivos
“Llegará el día cuando matar a un animal se considerará un crimen semejante al de matar a un hombre”, voceaba uno de los manifestantes.
Con datos de los activistas, los caballos que también participan en las corridas pueden recibir cornadas que les abren la panza; se les tapan los ojos para que no vean al toro y huyan; se les cortan las cuerdas bucales para que no relinchen por el miedo y el dolor.
En una corrida que dura aproximadamente 15 minutos el toro sufre porque le son clavados diversos instrumentos, uno de ellos es la lanza de dos metros de largo que tiene en la punta una puya de seis a ocho centímetros.
De igual forma, los banderilleros le clavan en el lomo las banderillas con arpones de siete centímetros para reanimar al toro, pero en cada movimiento se va desgarrando.
Al final de la corrida, se culmina, casi siempre, con la muerte del toro, pero rara vez muere a la primera estocada, se le dan dos o tres.
El toro muere ahogado con su propia sangre, ya que la espada penetra hasta 45 centímetros entre las cervicales, atravesando los pulmones y el diafragma, no el corazón como se cree.
En ocasiones y como trofeo se le cortan las orejas y/o rabo mientras agoniza, después es arrastrado fuera de la arena al desolladero.
“Los animales, como nosotros, son seres con plena capacidad de sentir placer y dolor. Tienen derecho a vivir, ser libres y no ser torturados”, expresan en un panfleto.