A casi 15 años de que no se reeligió para un segundo periodo, el exrector de la UANL Luis Galán Wong habla por vez primera de ese tema. Y aclara que en 2003 la Máxima Casa de Estudios no iba a permitir que los entonces candidatos a gobernador, Mauricio Fernández Garza (PAN) y Natividad González Parás (PRI), metieran las manos en la institución.
Con la experiencia obtenida durante su gestión como secretario general y rector en los años de crisis institucional de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), Luis Galán Wong se siente confiando en que podría devolverle a Monterrey -como alcalde-, la “grandeza y orgullo que los políticos le quitaron hace tiempo”.
La entrevista se desarrolla en dos grandes rubros: lo que como ciudadano y aspirante a la alcaldía ve y percibe debe cambiar en Monterrey, por un lado, y por el otro, su legado como rector de la Máxima Casa de Estudios y el por qué en 2003 decidió no buscar un segundo periodo al frente de su Alma Mater.
“Percibí que los cambios que se venían (durante su gestión) no eran favorables para la Universidad y decidí seguir otro camino”, refiere.
En conversación con Hora Cero, el doctor en Ciencias con especialidad en Microbiología sentencia: “No hay líderes en la ciudad. Los ciudadanos vivimos ahogados, agobiados entre la inseguridad, el desempleo, la insuficiencia de vías de comunicación y sin empresas pujantes que antes eran nuestro orgullo y legado”.
EL GOBERNADOR SE VA
Y LA UANL PERMANECE
> ¿Doctor, por qué sólo un periodo como rector y no dos como se esperaba?—, se le cuestiona.
—El periodo que estuve en la rectoría fueron 10 años, cinco como secretario general, luego como rector interino y luego el rectorado. Eso me dio muchas oportunidades y la posibilidad de entender que los cambios que se venían no eran favorables hacia la Universidad y que yo debería tomar un camino diferente—.
Ese sendero, explica, era el continuar el desarrollo de los centros de investigación y desarrollo en todas las ramas de la ciencia, y “cómo ya había sembrado esas semillas, decidí fortalecerlos y verlos crecer. Consideré que si seguía como rector mi proyecto se iba a detener”.
> Siempre ha sido la leyenda negra de que el gobernador que entra impone al rector ¿Es cierto esto?—.
—No sucedió a sí. Sólo voy a decir lo que ocurrió. En aquel tiempo yo tenía una invitación del doctor Reyes de ser asesor del secretario de Educación, lo que me permitiría seguir ver mi sueño hecho realidad, mantener el centro de investigación y su crecimiento—.
—Es sólo una leyenda, no existe nada de eso—, reitera al desmentir las versiones sobre la injerencia del gobernador en turno de Nuevo León cada vez que se da el proceso de elección de un rector, violentando así la llamada autonomía universitaria que permite elegir a sus autoridades y su libertad de cátedra.
—De hecho, en la segunda elección el gobernador no quería que yo fuera otra vez rector, punto, e independientemente la Universidad es muy fuerte para elegir internamente quiénes van a ser sus líderes. Y esa es la autonomía universitaria—.
—Y esas leyendas negras no se cumplen, porque si tenemos a una UANL fuerte ésta sigue creciendo y los gobernantes salen, pero nuestra institución sigue adelante y ahora debería estar más pegada a la sociedad, con los ciudadanos y con sus comunidades—.
Galán Wong hace un amplio paréntesis para dar un recuento de lo hecho durante su rectorado: crear centros de investigación, el primero de ellos el de Biotecnología que funciona en la Facultad de Ciencias Biológicas y que dio paso a otros 36 más, así como la renovación de la vieja torre de rectoría “que parecía un edificio abandonado y obsoleto”, en un inmueble moderno y funcional.
También el rescate del Colegio Civil y echarlo a andar con actividades artísticas y académicas; crear el centro de idiomas, y en lo escolar crear los programas de preparatorias bilingües, así como replantear la oferta de carreras e introducir nuevas como las de biotecnología, nanotecnología, ingeniería de aviación entre otras.
“Me siento muy orgulloso de lo logrado, como la creación de nuevas unidades del hospital universitario que implicaron además su modernización y actualización.
“Tomé una universidad con 110 mil estudiantes y ahora son más de 200 mil y de ahí me permitió conocer todo lo que sucede en Nuevo León, en México y el resto del mundo, permitiéndome traer experiencias de otros países para aplicarlas aquí”, rememora.
Como uno de sus máximos logros refiere el haber concluido su rectorado sin dejar deuda a su sucesor.
“Hicimos todo sin mezclarnos con PRI ni con PAN. Mantuvimos la autonomía marcando que ni uno ni otro, que se estaban disputando la gubernatura, deberían meter las manos en la universidad.
“Eran Mauricio (Fernández) y Natividad (González Parás) los candidatos por el PAN y PRI, y les dijimos ustedes tienen la oportunidad de entrar (a la Universidad) pero con respeto. Eso lo dejamos en claro, y me siento muy orgulloso de haber contribuido a la apertura en ese sentido, lo cual nos fortaleció como institución”, dijo.
Precisa que su decisión de no buscar la reelección en la rectoría para un segundo periodo nadie intervino ni influyó. Fue él y sólo él acota: por propia voluntad.
“A mí me toco sustituir a Reyes Tamez. Fui electo como rector mediante un proceso de elección y todas esas experiencias me han nutrido; me han servido para tener la experiencia y capacidad para plantear soluciones a los problemas de Monterrey”, expresó.
SOBRE SU INCURSION EN POLITICA
Entrevistado en la oficina que ocupa en el Centro de Biotecnología, inicia el dialogo al mencionar cómo la UANL, institución con más de 150 años de existencia en el Estado, permite a los catedráticos e investigadores conocer directamente todos los problemas que afronta una ciudad como Monterrey.
“De ser una gran ciudad Monterrey ha dejado de ser icono, ha perdido todo su empuje y ido de más a menos. Hay otras ciudades como San Pedro que nos han rebasado de manera rápido en todos los aspectos”, citó.
El ex rector comenta que a la par del crecimiento desaforado del parque vehicular los niveles de inseguridad han crecido, e incluso ha provocado que la mancha urbana absorbiera al penal del Topo Chico para prácticamente dejarlo rodeado de viviendas habitacionales.
“Hay mucho qué hacer en combate a la corrupción, servicios básicos y vialidades, pero con un sentido claro de desarrollo sostenible, lo cual permitiría mejorar la calidad de vida de las familias regiomontanas”.
Otro aspecto poco atendido por las autoridades municipales se da en los servicios y programas preventivos de salud, los cuales están desvinculados en su totalidad con el trabajo brindado por el Hospital Universitario José Eleuterio González.
“Es uno de los mejores hospitales no sólo del noreste del país sino de todo México, pero está desvinculado con los aspectos sociales de apoyo a los gobiernos municipales en lo que se refiere a la atención de esa institución”, dijo.
NI DE IZQUIERDA
NI DE DERECHA
Galán Wong ratifica que por esta situación de caos que vive la ciudad lo animó a querer participar como aspirante a la alcaldía. Pero aclara, sin ser militante de ningún partido político aunque Morena lo impulse en sus aspiraciones. Recuerda incluso, que en años anteriores se le relacionaba con el PAN.
“Nunca he militado ni lo haré en un partido. Siempre ha habido gente que me ha querido vincular con alguno por el hecho de que simpatice y tengo cierta preferencia por ciertas personas, las cuales consideré como las indicadas en ciertos momentos para gobernar, pero nada más”.
Complementa la declaración: “No tengo ninguna filiación y estoy aceptado una invitación como ciudadano para contender por un puesto público por una alianza de partidos, porque sé que hay muchas cosas por hacer y Monterrey requiere que se retome ese sentido de volvernos a sentir orgulloso de pertenecer y vivir en ella”.
Otro aspecto que afecta a Monterrey es lo que el ex rector llama la falta de defensa y protección de la ciudad por parte de quienes han sido sus gobernantes.
“Nos hace falta una mayor defensa de las autoridades. Ya no es posible tener un centro penitenciario dentro del corazón de la ciudad. No me imagino a los vecinos cómo viven con la zozobra permanente de balaceras, motines y riesgos latentes”, añade.
Enfatiza que “me duele mucho el abandono Monterrey; me duele mucho la falta de criterio de los alcaldes y de los partidos que han estado en los últimos años a cargo de la ciudad”.
No se ha aportado nada, señala, ya que sólo el municipio ha servido para hacer crecer la burocracia y mantener el poder político y económico de los partidos, sin ayudar en lo social a la población. Vaya, un gobierno “que no ha servido para atender a la gente, sólo para servirse de ella”.
Luis Galán Wong hace un diagnostico del crecimiento desaforado de la ciudad el cual, explica, muestra a un organismo enfermo, atrofiado y en estado crítico de salud.
“Ya no es posible vivir así: Estamos entrampados en las vías alternas, entrampados por el Metro, entrampados por las ecovías, y no hay soluciones porque cómo estamos creciendo desordenadamente sin visión de futuro y eso lo heredaremos a nuestros hijos y nietos”.
CIUDAD ENFERMA
Destaca Galán Wong que su compromiso social por la capital de Nuevo León lo ha mantenido siempre ligado a ella: toda su vida, dice, ha residido aquí, concretamente desde hace 45 años en la colonia Lomas de Anáhuac.
“Eso me permite hablar con certeza; no estamos conformes de cómo han tratado a Monterrey. Hay un retraso total y un abandono de las colonias. Los problemas nos han rebasado”, señaló.
Reflexiona: está el caso de las grandes empresas que se han mantenido activas pero sin ya ser un referente nacional. Pero hasta ahí, ya no hay mayores inversiones y se carecen de nuevos estímulos para atraer más capitales.
“No se generan nuevos trabajos para que los habitantes de las colonias puedan vincularse con la sociedad. Si partimos de Cemex y Cervecería son íconos, pero ya no hay más de este tipo que nos representen. Y no hay estímulos de los gobiernos para crear más”, añadió.
Esta misma situación, añade, se presenta en el caso de la industria turística, en donde Monterrey pese a ser una ciudad pujante se ha quedado rezagada en este rubro.
Y agregó: “Carecemos de más museos, no hay espacios museísticos dedicados a la ciencia y tecnología ni de historia natural. Esos sueños de muchas ciudades en hacer que ciertos eventos sean iconos emblemáticos como los maratones que hay en Tokio, Boston, Nueva York o Chicago, por ejemplo, se han perdido”.