Recién acaba de abrir sus puertas Deepsee, una escuela de buceo en Monterrey que tiene la intención de ofrecer cursos como Skin Diver y Discover a la mayor cantidad de personas posible y es la segunda de su tipo en la entidad, de acuerdo a Benjamín Israel Escalera Urillón, su fundador y propietario.
Monterrey: tan lejos del mar y tan cerca de aprender a bucear. Y es que por irónico que parezca, en Nuevo León, una entidad que cuenta con pocos cuerpos acuíferos, existe una escuela dedicada exclusivamente a enseñar el arte de sumergirse en el agua por largos períodos.
Se trata de Deepsee y se ubica en la colonia Privada Zaragoza, al poniente de Monterrey, a 380 kilómetros de la playa más cercana en Matamoros, Tamaulipas y a casi 54 kilómetros de la presa La Boca.
La escuela nació hace apenas un par de semanas con la intención de ofrecer cursos como Skin Diver y Discover a la mayor cantidad de personas y es la segunda de su tipo en la entidad, de acuerdo a Benjamín Israel Escalera Urillón, su fundador y propietario.
“Hay otra escuela de buceo (en Nuevo León) que ya tiene más tiempo, pero ya tiene un sector (al que va enfocado). Entonces, prácticamente como que lo estoy abriendo a más (personas) y con otras actividades un poquito más enfocadas a cursos de Discover, o activar el Skin Diver, eso es lo que estoy haciendo yo, pero sí hay una ya”, mencionó el buzo profesional.
Para el profesionista de las profundidades, aunque la entidad no cuenta con gran cantidad de cuerpos de agua, en los alrededores existen lugares en donde se puede practicar la actividad, que cada vez interesa más a los aventureros regiomontanos.
“Por esa razón a lo mejor no se había arrancado (otra escuela de buceo), pero también tenemos destinos muy prácticos y cercanos para ir a hacer buceo. Aparte hay otros que se van a conocer, que los voy a buscar aquí mismo en Monterrey.
“Hemos hecho buceo, por ejemplo, en la Media Luna (San Luis Potosí) que no está lejos, en Cuatro Ciénagas (Coahuila) podría ser un destino, no está lejos y son aguas muy claras, está Cancún o Playa del Carmen que están en avión a mil 500 pesos de distancia, no son ya tan caros para salir a disfrutar.
“Monterrey es una ciudad cosmopolita y creo que estaba faltando algo así (como la escuela de buceo). No porque no haya cuerpos de agua, significa que la gente no quiera salir y conocer, y esta es la oportunidad para que a un precio accesible ponerle los medios para que puedan hacer esta actividad tan gratificante, que cambia tu estilo de vida”, aseveró Escalera Urillón.
Con cincuenta años de edad, el oceanógrafo de profesión ha dedicado 25 de ellos al arte del buceo y su experiencia en los estilos libre, autónomo y de salvamento se conocen en toda la república mexicana.
Su pasión inició en su natal Baja California, en donde realizó sus estudios profesionales, los cuales acompañó con materias optativas de buceo.
Hace 14 años llegó a Nuevo León, en donde continuó desarrollando su actividad favorita y animando a otros a practicarla, aunque no existiera una institución tan pública que lo enseñara.
“Aquí estuve colaborando como voluntario en el cuerpo de bomberos de Nuevo León, como rescatista, y luego ya decidí que era momento de dar clases y hacer mi cursos.
“Sí hay interés (de los regiomontanos para aprender a bucear), pero lo que no había era como una escuela más abierta, más aperturada a mostrar esto”, aseveró el entrevistado.
Con certificación de Divemaster por los programas NAUI y PADI, Escalera Urillón dejó todo para crear la nueva escuela de buceo en Nuevo León, en donde con tres días de lecciones y prácticas se le garantiza al interesado la habilidad de introducirse a los cuerpos de agua y disfrutar de sus paisajes, realizando actividades recreativas o técnicas.
El objetivo de Benjamín Escalera es transmitir su pasión por el buceo y demostrar que la actividad no es compleja, ya que sólo se trata de seguir reglas básicas y de imitación para disfrutar de los encantos del mar, las lagunas, los cenotes o los ríos.
“Bucear no es complejo. Hay otras actividades muchísimo más complejas en la vida. Aquí son reglas que se tienen que seguir y ya están establecidas. Para aprenderlo es solamente seguir las instrucciones que te da el instructor, tener paciencia y hacerlo con calma.
“El único requisito es estar abierto, escuchar y solamente imitar lo que te está enseñando el instructor, de la repetición se aprende”, mencionó el buzo profesional.
Fue así que nació Deepsee, la escuela en donde los cursos pueden ser tomados de forma individual o grupal a un costo de mil 200 pesos por persona, o aprovechando la promoción de “cinco más uno”, que significa que si un grupo de cinco personas se inscribe, un sexto recibe los cursos totalmente gratis.
Uno de los cursos más solicitados por los aficionados al buceo es el Discover, que regularmente se ofrece en un día, pero el habitante del poniente de Monterrey lo enseña en tres días, para que el proceso sea más ameno y paciente.
“Los tres días es buceando, usando el equipo. El primer día es teoría, conocer la fisiología más a profundidad. No es un ‘open water’ que ya te certifica para ser buzo y ya hacer tú mismo las inmersiones. En este caso, en este curso sí se depende de un tercero, especialmente cuando vayan a hacer prácticas en el mar o aguas confinadas abiertas”, indica.
La teoría y la práctica se realizan uno a uno en el propio domicilio de Benjamín, que cuenta con una alberca cercana para poner en marcha lo aprendido en las lecciones.
“Aquí es un curso que lo hacemos en la alberca. Se les enseña muy consciente de que la persona a llevarlo haga todas las prácticas, para que cuando vaya al mar haga su práctica de aguas abiertas de manera segura.
“En el tercer día se ve un curso de flotabilidad fina, para que vayas como debe de ser, como volando en el agua, no como caballito de mar”, dijo Escalera Urillón.
El profesionista cuenta con el equipo necesario para practicar, como trajes, tanques, chalecos, visores, snorkeles y demás, aunque los interesados pueden llevar su propio material.
AL AGUA PATOS
Para experimentar en carne propia la complejidad o sencillez de las clases de buceo, decidimos convertirnos en unos de los primeros alumnos de Deepsee y tomar un breve curso.
Con gran paciencia y amplio conocimiento, Benjamín nos enseñó primeramente lo importante sobre el equipo, su funcionamiento, uso y forma de drenarlos.
“El equipo consta de un tanque de aire comprimido, que en este caso es un tanque de aluminio que le llaman botella de aire o de buceo y consta de un chaleco condensador, que es un dispositivo de flotabilidad”, inició explicando el buzo profesional.
Aclarando las dudas de los inexpertos alumnos, el profesionista procedió a ofrecer las lecciones de respirar con la boca, que son vitales durante las actividades de buceo.
Dependiendo de la temperatura ambiente y del agua, es el traje que se usa para realizar la práctica, según Escalera Urillón y como el clima era caluroso, nos proporcionó un traje de neopreno.
Una vez tomando la teoría, llegó el momento de sumergirnos en el agua y poner en práctica lo aprendido, siempre con la supervisión y acompañamiento del profesional.
Los primeros ejercicios fueron sencillos: sumergir la cabeza en el agua para practicar la respiración por la nariz.
Después, con ayuda de placas de plomo, la inmersión por completo bajo el agua y realizar algunos ejercicios enseñados durante la teoría.
El proceso de adaptación del cuerpo a otro ambiente es interesante. Por ejemplo, en un inicio el respirar por la boca produce una sensación fría en la garganta, que con el paso del tiempo comienza a desaparecer.
Pero todo vale la pena por la sensación de sentir que desafías la gravedad mientras “vuelas” en el agua.
Y entre intentos fallidos y nerviosismo, finalmente algunos superaron el primer día de cursos, a la espera de seguir aprendido más sobre el apasionante arte de buceo.