Mientras que la caravana migrante camina por el sur de México huyendo de la pobreza y violencia de países de Centroamérica, en Nuevo León ya se teje una red de asistencia social para atender sus necesidades.
Los líderes de las cuatro casas del migrante en Nuevo León, la Arquidiócesis de Monterrey y grupos de asistencia social, ya se encuentran listos para recibir y albergar a miembros de la caravana migrante, manifestaron Luis Eduardo Villarreal Ríos y Luis Eduardo Zavala De Alba, directores de Casanicolás y Casa Monarca.
Los presbíteros coincidieron en que a pesar de la solidaridad de los regiomontanos hacia los migrantes, aún hay muchas personas que los criminalizan y erróneamente les llaman ilegales.
Por lo que hicieron un llamado a la comunidad a ser solidarios y pensar en los derechos humanos de los migrantes, porque ellos huyen de una situación de violencia y pobreza extrema de Estados fallidos.
Luis Eduardo Zavala De Alba, director de Casa Monarca, adelantó que la Arquidiócesis de Monterrey planea abrir las puertas de parroquias para albergar a una tercera parte de la caravana que tiene como objetivo llegar a los Estados Unidos de América.
Explicó que ya se crea una red de trabajo entre la comunidad católica y diversas instituciones para proveer a los centroamericanos de artículos básicos, proporcionarles, ropa, comida y un techo para descansar.
Por su parte Luis Eduardo Villarreal Ríos, director de Casanicolás, destacó que aunque la ayuda que proporcionarán es inminente, aún hace falta concientizar a la población para que no tengan una mala percepción de los migrantes.
“La gente de Nuevo León si ayuda mucho pero aún prevalece la criminalización, hay mucha gente que dice que la caravana es una invasión, pero nosotros disentimos de esa postura, creemos que ellos están en la migración forzada”, dijo Villarreal Ríos.
Con la red de apoyo se pretende hacer un viaje menos pesado a quienes huyen desesperadamente de situaciones de violencia, asesinatos, pobreza y otras cuestiones de inestabilidad social.
Por tal motivo, Zavala De Alba, recalcó que es de vital importancia informar a los mexicanos de una manera humana, para que estén conscientes de los motivos por los cuales huyen los centroamericanos de sus países.
“La caravana es un fenómeno derivado de una situación de hartazgo, violencia, inseguridad, pobreza de Estados fallidos, esto motiva a la gente a reunirse para salir y protegerse”, enfatizó.
Señaló que como toda condición de grupo hay exigencias y necesidades que no siempre encuentran a su paso por la república mexicana, es por eso que los nacionales tienen una mala percepción.
“Si uno ve los casos de las personas y la constante es: ‘tuve que salir por las maras, porque me amenazaron, porque mataron a mi familia, porque el estado no me proporciona la protección, libertad y seguridad a la que tengo derecho’, encontramos el verdadero motivo por el que emigran.
“Habrá gente que no les gustará las condiciones en las que viajan, o las situaciones que dejan, pero tenemos que ser sensibles a lo que viven la mayoría de estas personas y que la agenda política no es lo más importante cuando lo que está en riesgo en la vida y seguridad de estas personas, que están simple y sencillamente huyendo de la violencia y de la muerte”, apuntó.
Dijo que más allá de buscar una mejor estabilidad económica, lo que tratan de lograr es tener una vida en paz, sin preocupaciones de cuando van a ser asaltados, violados o asesinados.
“La caravana significa, primero que todo, un derecho humano de solicitud a un asilo cuando se tiene un temor fundado, precisamente sobre un peligro personal en la vida y seguridad de las personas.
“México debe establecer condiciones como corredor humanitario y dar refugio a una buena parte o en su caso ayudar a llegar a su destino a quienes desean llegar a los Estados Unidos”, explicó.
NO SON ILEGALES
El padre Luis Eduardo Zavala aseguró que el rechazo a los migrantes se debe a la mala información que se transmite a través de diversos medios, como los adjetivos que son mal empleados para referirse a los migrantes.
“Primero no hay que llamarles ilegales porque ningún ser humano es ilegal, ese es el principio fundamental, segundo, tenemos que reconocer que el derecho los asiste, todos tenemos deberes pero también tenemos derechos, como el derecho humano a solicitar asilo cuando nuestra vida está en peligro”, precisó.
Señaló que es de suma importancia que las autoridades mexicanas reconozcan la vulnerabilidad de esas personas y analicen caso por caso para proporcionarles la ayuda necesaria, según sus condiciones.
En tanto que el resto de los mexicanos deben de ser empáticos con los centroamericanos que huyen de las garras de la violencia y la pobreza, aún y cuando en nuestro país también enfrenta esos problemas en la mayoría de sus regiones.
“Quiero pedirle a la sociedad que sea sensible a la situación de emergencia humanitaria que a todos -por solidaridad y en conciencia- nos obliga a atender, buscamos una respuesta local a una problemática global.
“Hay que evitar el rechazo, la criminalización, el desconocimiento de su condición para que cuando lleguen no sean juzgarlos”, expresó.
Aunque reconoció que en su paso por algunas ciudades, los migrantes van dejando ciertos desperfectos, dijo que la falta de preparación y coordinación de las autoridades o grupos de ayuda, son determinantes para que eso suceda.
Resaltó que si cada grupo hace su parte, la caravana puede seguir su camino sin realizar actos vandálicos, contaminar dejando basura a su paso, entre otras cosas.
“Mucho se habla del desprecio a la ayuda de los mexicanos por parte de esta caravana, sin embargo, los migrantes tienen todo el derecho a no aceptar tales o cuales cosas si se trata de un atentado a su dignidad”, recalcó.
Afirmó que todas las personas tienen derecho a una vida digna y eso no excluye a los migrantes.
Dijo que al obsequiarles ropa, artículos o comida en mal estado, los migrantes caminan con prejuicios siendo objeto de señalamientos y burlas, por eso es vital que las personas que traten de ayudar, lo hagan de una manera correcta.
Dio a conocer que Cáritas de Monterrey -a través de las parroquias- está recolectando ropa en buen estado, alimentos no perecederos, artículos de higiene personal y de primeros auxilios, entre otros materiales.
“Estamos en la página www.casamonarca.org.mx, ahí pueden encontrar lo que más necesitan los migrantes, siempre buscamos que la gente done ropa en buen estado, a veces nos dan ropa en malas condiciones y se tiene que tirar porque no es digna para una persona”, apuntó.
Evidenció que en los últimos días hubo un incremento de personas sensibles al tema y las donaciones llegaron con más frecuencia a través de diferentes organizaciones e instituciones.
“Nosotros distribuimos (las donaciones) según las necesidades y conforme llegan algunos migrantes que no salieron con la caravana, aquí los atendemos, les damos ropa, les permitimos que se bañen, si son viables a alguna atención jurídica se las proporcionamos”, subrayó.
‘LOS ESTAMOS ESPERANDO’
Mientras que el padre Luis Eduardo Zavala espera que una tercera parte de la caravana atraviese por Nuevo León, el párroco Luis Eduardo Villarreal asegura que la mayoría de los migrantes elegirán está ruta.
“Pensamos que la caravana se puede dividir en el bajío, pues algunas personas ven más viable la ruta del pacífico que la del golfo de México, la inseguridad y su destino son factores fundamentales para que se parta en dos”, dijo Zavala.
Pese a eso, aún no tienen un estimado de cuántas personas arribarían a la ciudad, pero el padre Villarreal considera que el número puede crecer hasta rebasar los ocho mil migrantes.
“Los migrantes tienen la expectativa de reunirse con el presidente electo Andrés Manuel López Obrador, y según lo que se decida, analizamos la posibilidad de que una tercera parte pase por Monterrey”, repitió.
Hay quienes afirman que van hacia Reynosa, Matamoros o Nuevo Laredo, y otros que se desplazarán hasta Tijuana, porque son las rutas más comunes.
“Creemos que si eligen la ruta del golfo, una buena parte pudiera ver atractivo el refugio en Monterrey.
“Incluso el alto comisionado en Naciones Unidas para los Refugiados, ha visto a Monterrey como una ciudad atractiva para el refugio de aquellos que no pueden alcanzar el sueño americano”, aseguró.
Dijo que en Nuevo León se pueden originar condiciones de trabajo, siempre y cuando las casas (del migrante), puedan tejer redes sólidas con el gobierno y les aseguren condiciones de legalización.
Reveló que hace más de tres años primero había un 80 por ciento de personas que querían continuar su camino hacia la Unión Americana, pero del 2015 para acá, el número se invirtió de manera drástica.
Mucho tuvo que ver la política migratoria del presidente Donald Trump y sus discursos xenófobos y racistas contra las personas que buscan una mejor calidad de vida.
“Desde que Trump asumió el poder, con su política anti migrante y xenófoba, hizo que la frontera se calentara y ahora el 71 por ciento de las personas se quieren quedar en Monterrey”, afirmó.
Lo anterior lo supieron luego de un estudio que se aplicó entre los migrantes centroamericanos.
Para todos ellos, tienen un área de protección jurídica que les ayuda con la visa humanitaria, la visa de medio parentesco, vínculo parental o alguna otra opción según cada caso.
De ese 71 por ciento que desea quedarse en Monterrey, no todos logran su cometido, pues la falta de solidaridad de los neoloneses es el principal motivo por el cual son deportados, Apodaca y Monterrey son los municipios que más denuncian a los migrantes.
“En Santa Catarina ha disminuido la deportación porque hay una concientización de la población y de la policía, ya que conocen su realidad y no llaman a Migración, sin embargo en Monterrey y Apodaca, los ciudadanos les llaman a Migración para que se los lleven”, señaló.
Tan sólo durante el 2017 se registraron tres mil 800 deportaciones, únicamente en Monterrey y el área metropolitana, la gran mayoría de los municipios antes mencionados.
Pese a esos datos, aclaró que desde que se dio a conocer el fenómeno de la caravana, por lo menos en el área metropolitana hubo un incremento de participación para ayudar a los migrantes.
“La gente ha demostrado solidaridad, hospitalidad y creo que en su momento, muchos de ellos estarán disponibles como voluntarios para asistir a nuestros hermanos centroamericanos.
“Me da mucho gusto saber que la comunión que se comparte a través de las redes sociales, lo están manifestando con actos al contactarse a las diferentes casas del migrante que hay en el área metropolitana”, expresó.
Manifestó que la violencia que se vive actualmente en Tamaulipas, pudiera ser un factor para que la caravana se divida antes de salir de Veracruz.
“Ellos están advertidos de la violencia que existe en nuestro país, por eso mismo vienen todos juntos, porque de alguna manera se están protegiendo, es más difícil que el crimen organizado los reclute o los secuestre.
“Entre más sean, más cohesión hay entre ellos para continuar con la caravana, el porcentaje que llegue aquí a Monterrey también ve una posibilidad de encontrar trabajo hasta juntar sus recursos para continuar”, dijo.
Aunque hizo énfasis en recibir a los migrantes con los brazos abiertos y proporcionándoles lo necesario para hacer su viaje más ligero, reconoció que es importante frenar a los delincuentes que se escudan en esa marcha.
“Obviamente habrá que contener a los violentos, pero lo más importante es que la gente sea solidaria y entienda que estamos hablando de los tres países más violentos que no están en guerra en el mundo.
“La gente debe entender que esta es una situación de derechos de las personas migrantes que huyen por salvar su vida. Si el Estado los regresa para que los maten se convertirían en criminales, si nosotros los rechazamos estamos siendo cómplices”, enfatizó.
Los sacerdotes indicaron que lo que más hace falta es la mochila con botiquín de primeros auxilios, gorras, calcetas, zapatos, linternas, alimento no perecedero y agua embotellada.
Para mayor información se pueden poner en contacto a través de las páginas www.casamonarca.org.mx y www.casanicolas.org o acudir a los diversos centros de Cáritas de Monterrey que hay en la ciudad o las mismas casas del migrante.