
Los reclamos de los taxistas sobre una competencia desleal por parte de plataformas como Uber y Cabify tienen mucho de razón, pues mientras los ruleteros tienen que cumplir con una larga lista de trámites, los choferes privados apenas y presentan un par de documentos, lo que les permite ponerse al volante el mismo día que solicitan su registro.
El uso de aplicaciones tecnológicas para el alquiler de autos en Monterrey ha generado un descontento entre los taxistas, quienes se quejan de una competencia desleal frente a empresas como Uber y Cabify, un argumento que tiene algo de razón, pues mientras unos tienen que cumplir con una gran cantidad de requisitos, los otros no.
Los choferes de las empresas privadas sólo presentan un cuestionario, una carta de no antecedentes penales, identificación oficial y licencia de manejo para activarse como conductores, mientras que los taxistas con concesiones del Estado tienen que cumplir con un proceso muchísimo más complicado.
La discrepancia entre los procesos de certificación y regulación pone en desventaja a los choferes de taxis verdes o amarillos, ya que para que éstos puedan estar detrás del volante, tienen que acreditar exámenes médicos y contar con una concesión o trabajar para alguien que la tenga.
Lo anterior contrasta con los mínimos requerimientos establecidos para los conductores de taxis privados, aunado a que no es necesario que cuenten con una unidad rotulada y placas especiales para circular como transporte público.
Ese descontento ha llevado a los operadores a manifestarse en reiteradas ocasiones, como el pasado 18 de octubre, cuando varios líderes taxistas llegaron hasta las puertas del Congreso de Nuevo León para exigir a los diputados la regulación de los servicios a través de aplicaciones.
El Legislativo estatal convocó a los ciudadanos a participar en una consulta pública para conocer su opinión respecto a varios temas relacionados con los taxis y servicios como Uber y Cabify.
Quienes participaron, pudieron hacerlo a través de una página de Internet administrada por el Congreso Estatal.
Entre los principales resultados de la consulta está el apoyo de los ciudadanos para que se regule la actividad de los choferes de Uber y Cabify.
Además, los encuestados expresaron su rechazo a viajar en taxis tradicionales, pues de seis mil 85 usuarios consultados a través de correo electrónico, apenas 80 dijeron que usaban la modalidad de taxi.
Aunque la brecha entre la preferencia del transporte es muy amplia, los taxistas mantienen la esperanza de que con la regulación del servicio privado sus ganancias repunten, pues en los últimos años se han desplomado considerablemente.
SIN PROBLEMAS
Para poder ser conductor de Uber es necesario aprobar un examen psicométrico aplicado por la misma empresa, presentar una carta de no antecedentes penales, identificación oficial, licencia de conducir y hacer un registro previo en la aplicación Uber Driver.
Orlando, un conductor de esa plataforma, platicó cómo es que funciona el sistema para poder certificarse.
Con el ingreso de un correo electrónico se da de alta una cuenta de Uber y ahí es como inicia el registro de los socios que desean tener ingresos extras utilizando la aplicación que nació en San Francisco, California.
Posteriormente se proporcionan algunos datos personales que después son verificados con los documentos que se pueden subir a través de la plataforma o presentándolos en la oficina de la empresa, que en Monterrey está ubicada en el piso E1 del edificio Pabellón M.
“Aquí hay una laguna muy grande, porque cuando me di de alta subí fotografías de la carta de no antecedentes, la credencial de elector y la licencia, (pero) cuando fui a presentar el examen, no me los pidieron físicamente.
“Esto lo podrían aprovechar algunas personas para dar documentos falsos y cometer actos ilícitos en los automóviles, pues no hay autoridad que verifique que los documentos sean verdaderos”, evidenció.
El proceso es tan laxo, que el aspirante a chofer proporciona tres cuentas de correo electrónico de su elección, quienes serán las personas que le confirmarán a Uber que el interesado es un buen conductor.
Luego de completar el registro en línea es importante acudir a la oficina anteriormente señalada para presentar un examen de 20 preguntas y poder ser certificado por la compañía estadounidense. Todo esto queda finiquitado en un mismo día.
Los requisitos aumentan si las personas trabajan un auto propio, pues tienen que presentar la tarjeta de circulación, seguro de cobertura amplia para conductor y pasajeros, además de proporcionar las características y placas del vehículo.
Al momento de dar de alta el automóvil, la empresa se asegura de que los usuarios viajen en unidades de reciente modelo y seguras.
Y es que los autos que proporcionan el servicio Uber no deben tener una antigüedad mayor a los siete años, contar con al menos dos bolsas de aire, cuatro puertas, aire acondicionado y equipamiento mayor, según el segmento.
Cuando los conductores completan el proceso de certificación, son instruidos a través de un video, mediante el cual reciben varios consejos de cómo satisfacer a los usuarios.
“Ofrecer agua, dulces, cargadores o simplemente preguntar de manera amigable como está el día de los usuarios, son algunos de los tips que nos comparten para que podamos tener mejores ganancias.
“Pues entre mejor servicio demos, la probabilidad de que obtener mejores estrellas (calificación) es mayor, y eso se refleja en la cantidad de viajes que la aplicación nos asigna por ser buenos conductores”, explicó.
Todo el proceso es completado en menos de dos horas, desde que se instala la aplicación, hasta que los datos son validados en el centro de atención ubicado en el edificio Pabellón M.
Inmediatamente después de haber culminado el registro, los socios comienzan a realizar viajes por toda la mancha urbana, cobrando en tarjetas de crédito y efectivo.
Las ganancias aumentan cuando los socios realizan viajes por su cuenta sin activar la aplicación; sin embargo, esa estrategia está penalizada por la compañía y es motivo para expulsarlos de sus filas.
“Hay muchos compañeros que tienen sus clientes, ellos no se activan y lo que cobran es totalmente para ellos.
“Esa estrategia vuelve más vulnerable a los usuarios, pues no hay registro de viaje y en caso de un accidente, el seguro no es válido para las personas que aceptan transportarse en esa modalidad”, apuntó.
Y LOS TAXISTAS…
Contrario al proceso para el registro en Uber, los taxistas tienen que cumplir con trámites mucho más largos, mismos que se tienen que realizar en varias etapas. Aunque el tiempo de respuesta es el mismo día, antes tienen que hacer gestiones como tramitar la carta de no antecedentes penales, exámenes de laboratorio, entre otros trámites.
Solo para la obtención de la licencia de taxista es necesario hacer el registro en cuatro etapas. En la primera se presentan documentos originales, tales como el certificado de aptitud física y mental (válido por siete días hábiles) y la carta de no antecedentes penales.
El tipo de sangre en un certificado expedido por un médico con cédula profesional, así como el resultado del antidoping que demuestre que el interesado no es adicto a sustancias prohibidas que afecten su desempeño como conductor.
En original y dos copias deben entregar la licencia de chofer vigente, identificación oficial, acta de nacimiento que acredite ser mayor de 21 años, CURP, comprobante de domicilio sin adeudos y reciente, así como aprobar un curso impartido por el Instituto de Capacitación, Evaluación y Certificación en Competencias para el Trabajo.
En caso de que el comprobante de domicilio no coincida con la dirección de la identificación oficial, se debe presentar una constancia de residencia certificada por el secretario del Ayuntamiento donde resida el solicitante.
En la segunda etapa se realiza el pago en efectivo, correspondiente a cinco salarios mínimos por los derechos de la licencia de conducir, mismo que se traduce en 400 pesos con 20 centavos.
Lo anterior se sustenta en la Ley de Hacienda del Estado de Nuevo León en el artículo 276, fracción XIX.
Para hacer lo descrito anteriormente, es necesario que las personas se presenten en las oficinas del Pabellón Ciudadano en donde, después de entregar la documentación, se les informa si tienen derecho a la licencia especial, que es válida por dos años.
En el caso de quienes cuentan con vehículos propios para usarlos como autos de alquiler, también tienen que someterse a un programa de identidad cromática y seguridad para taxis.
En dicho programa se entregan calcas oficiales que se identifican por color, clave del sector, siglas del municipio y el número de concesión en cajuela, capacete y puertas laterales posteriores.
Los pasos a seguir para la programación del turno y obtención de la calca comienzan con presentar la concesión vigente con el color del vehículo según la región de procedencia y el modelo.
El automóvil debe estar limpio y libre de calcas no oficiales, además de no tener infracciones.
En el módulo dos se capturan los datos y se emite la carátula de revisión que avala buenas condiciones en motor, luces, limpieza, dirección, transmisión, llantas, cristales y otras cuestiones.
Para el llenado de la carátula de refrendo y la revisión de los documentos, en el módulo tres se debe mostrar el título de concesión, carátula de revisión, identificación vigente, comprobante de domicilio, tarjeta de circulación, póliza de seguro y el pago de derechos correspondientes al refrendo del título de concesión.
Por último, en el módulo cuatro se coloca el círculo cromático, logotipo de taxi oficial, cinta de cuadros de identificación cromática de seguridad, y las carátulas de revisión autorizada.
Si a lo anterior se le suman los trámites y los pagos cuantiosos para obtener una concesión, convertirse en chofer de un taxi oficial es extremadamente tedioso.
Eusebio Contreras es taxista desde hace más de 30 años, y a lo largo del tiempo ha sido partícipe de la transformación del transporte público en la entidad.
Sabe que los errores de algunos de sus colegas han sido la principal causa de que los usuarios los cambien por tratar de conseguir un “mejor” servicio; sin embargo, considera que a la hora de competir en los procesos de registro, están en desventaja.
“Tenemos en cuenta que hay muchos compañeros que no respetan el uso del taxímetro y quieren cobrar tarifas fijas, además que sus unidades muchas veces están en malas condiciones, pero no por culpa de algunos tenemos que pagar todos.
“En el gremio somos más de 32 mil taxistas, y una gran cantidad nos preocupamos por dar un excelente servicio; yo trato de renovar mi carro cada cinco años y hacer que la gente se sienta cómoda”, dijo.
Actualmente, el uso de las aplicaciones para el transporte público ha hecho que los concesionarios consideren vender sus placas y dedicarse a otra cosa, pues cada día es menos rentable ser operador de un taxi oficial.
“Nosotros no estamos en contra de que existan otras opciones para el transporte de la gente, pero que el gobierno haga su trabajo y los regule igual que a nosotros.
“Nos encontramos en una desventaja muy grande, porque ellos no tienen que someterse a los mismos controles y no tienen que hacer largos trámites burocráticos”, expresó.
La situación de la inseguridad se vive de igual manera en el servicio privado y taxis oficiales, pues en las últimas semanas se han registrado casos de violencia contra conductores de ambas modalidades, así como contra usuarios de Uber y taxi.
“En cuestión de inseguridad todos estamos expuestos, nadie nos salvamos de la gente mala que ronda en nuestra ciudad haciendo daño a los demás, pero esa es otra historia”, precisó.
Por su parte, Juan Ortiz Rodríguez, sí se pronunció totalmente en contra de las plataformas que ofrecen servicios de transporte a través de una aplicación, pues en los últimos tres años sus ingresos han bajado hasta en un 50 por ciento.
“Hace poco tuve que entregar un carro en el que ya llevaba más de siete años trabajando, a pesar que el dueño me conocía, no me disculpó por no entregarle las rentas a tiempo.
“Uber nos está pegando muy duro en el bolsillo y en nuestro hogar, ahora batallamos más para llevar el alimento a casa, tenemos que trabajar jornadas excesivas para poder sacar la renta y la comida”, platicó.
Si en el 2014 Juan sacaba 800 pesos al día trabajando ocho horas, del 2015 a la fecha esos ingresos se disminuyeron paulatinamente, pues ahora muy apenas registra unos 450 pesos en el mismo tiempo de trabajo.
“El gobierno no quiere meter las manos porque muchos políticos y empresarios tienen intereses en esas empresas, hay quienes tienen grandes flotillas trabajando en Uber y no tienen que rendirle cuentas a nadie”, acusó.
A pesar de la polémica que se ha generado en las últimas semanas, el trabajador no confía en las autoridades y aseguró que si hacen algo al respecto, sólo será para cuidar sus intereses personales.
“Tengo más de 30 años dedicándome a dar servicio de transporte en taxi y en todo ese tiempo, a pesar de solicitar concesiones, el gobierno y los sindicatos jamás han atendido mi solicitud”, rememoró.
Ahora, Juan analiza la posibilidad de ofrecer sus servicios como taxista pirata en las colonias populares del sur de Monterrey, en donde los taxistas y los conductores de UBER no quieren ingresar por la delincuencia que impera en esas zonas.
SÍ HABRÁ REGULACIÓN
El uso de las aplicaciones tecnológicas para el servicio público será regulado en su totalidad y quedará asentado en el marco jurídico del Estado para beneficio de los ciudadanos, aseguró el presidente de la Comisión de Transporte en el Congreso de Nuevo León, José Luis Garza Ochoa.
“Después de haber tenido múltiples encuentros con taxistas, usuarios, empresarios del transporte público, choferes, incluso con quienes operan las aplicaciones como Uber y Cabify, determinamos una serie de acciones concretas”, precisó.
El legislador indicó que entre las principales regulaciones buscarán que la distancia entre los ejes de los autos que den un servicio a través de una aplicación, sea cuando menos un centímetro mayor a la de los autos Tiida, es decir, pasar los dos mil 600 milímetros.
“Tratando de satisfacer al ciudadano, estamos estableciendo un dictamen final. Es correcto que la gente tiene derecho a un taxi ejecutivo, pero este servicio no se tiene que dar con los mismos autos que ya tienen los taxistas.
“Tienen que ser vehículos de una dimensión superior que tengan todas las medidas de seguridad. Los diputados vamos a trabajar por ofrecerles un mejor servicio a quienes ocupen este tipo de plataformas”, resaltó.
Mientras tanto, quien haya adquirido un vehículo con dimensiones iguales o inferiores a las de un Versa o Tiida de la Nissan, tendrán un tiempo de prórroga para poder cambiarlo, si es que desean seguir dando el servicio de transporte privado.
“Vamos a meter un transitorio en la ley para que quienes ya compraron un auto de éstos (Tiida o Versa), tengan hasta el 2020 para cambiar su unidad y a partir del 2021 ya puedan traer un coche con dimensiones mayores”, explicó.
Los choferes tendrán que contar con una licencia especial de operadores de transporte público, así como tener un seguro de responsabilidad tanto para terceros como para los ocupantes.
“También les exigiremos tener un domicilio fiscal y un lugar físico donde se les pueda requerir, ya que si los buscamos ahorita no podemos contactarlos”, apuntó.
La propuesta del dictamen surgió luego de los reclamos que en reiteradas ocasiones han hecho los trabajadores de taxis tradicionales, pues aseguran que el servicio a través de plataformas digitales ocasionó un gran desplome en sus ingresos.
“Anteriormente para dar el servicio de taxi sólo era necesario tener un automóvil grande, con cuatro puertas y los conductores le añadían una torreta y un letrero con las leyendas: libre u ocupado.
“Cuando llegó el gobernador Sócrates Rizzo se implementaron una serie de regulaciones y fue cuando nació la modalidad de taxis ecológicos, porque dejaron de utilizar autos grandes y entraron los pequeños, como los Volkswagen Sedán”, platicó.
Entonces obligaron al taxista tradicional a migrar de un auto particular y de gran dimensión a los vehículos que concesionó el Estado y que contaba con ciertas características, como la unificación del color, entre otras cosas.
“Con el paso de los años les siguió llegando más regulación: dos verificaciones al año, pintar el auto de cierto color, una licencia especial, pagar garantía y varios candados más que no se comparan con los requisitos para laborar con una aplicación.
“Aquí es donde los operadores del servicio público comenzaron a protestar, pues ellos cumplen con toda la normatividad, tienen taxímetro, licencia especial, llevan a cabo un curso y de la nada surgen estas aplicaciones con carros nuevos que no tienen que pagar una concesión”, apuntó.
En donde no habrá regulación es en el cobro de las tarifas de los servicios con aplicación, especialmente en las tarifas dinámicas, en donde las empresas aumentan el costo de los viajes debido a la alta demanda de usuarios en determinadas zonas y horarios.
Lo anterior será la gran diferencia que hará decidir a la gente entre un servicio tradicional como el taxi o solicitar su traslado a través de una plataforma digital.
“Consideramos que a finales de noviembre y principios de diciembre podamos tener el anteproyecto de modificaciones a la ley para plantear cómo quedaría la reglamentación que habrá de regular las aplicaciones tecnológicas”, previno.
Dicha ley entraría en vigor después de ser votada en la comisión, posteriormente en el pleno y, finalmente, cuando el gobierno del Estado la publique en el diario oficial.
RELAJARÁN REQUISITOS A TAXISTAS CONVENCIONALES
Los requisitos que actualmente piden para ser conductor de un taxi tradicional están muy por encima de quienes se registran en alguna plataforma tecnológica como Uber o Cabify.
Es por eso que el titular de la Agencia Estatal del Transporte, Jorge Longoria Treviño, considera eliminar algunos procesos que pudieran ser una carga excesiva para los trabajadores del volante convencionales.
“Los vamos a desregular, les vamos a quitar ciertas restricciones o condiciones que hoy consideramos como una carga pesada para los taxistas de tradición”, declaró.
Además, exigirán que las plataformas que ofrecen servicios a través de aplicaciones, incrementen los niveles de seguridad y de confianza para que sus conductores no migren al modelo de taxis ejecutivos piratas.
“En la actualidad cualquier persona que anda en un auto particular se dice servicio ejecutivo, sabemos que muchos de ellos son piratas ejecutivos que se confunden con ese tipo de aplicaciones, pero haremos operativos al respecto.
“Como gobierno no podemos permitir personas que den servicios en autos particulares sin estar regulados en cualquiera de las plataformas que pueden operar”, acentuó.
Dijo que como la tecnología llegó para quedarse, pues es una innovación que aporta facilidades a los usuarios que demandan diversos servicios, no pueden hacer que desaparezcan las plataformas digitales de taxis, pero sí regularlas.
“La iniciativa de ley que nosotros tenemos es que se regulen los servicios, además de los controles de confianza y, sobre todo, que deben contribuir económicamente con lo que están cobrando”, enfatizó.
Aseguró que en un futuro los conductores de taxis ejecutivos tendrán que tramitar la misma licencia que un operador de transporte en el estado, con las mismas exigencias que ésta requiere.
“Para poder obtener la licencia especial deberán someterse a un curso en todos los sentidos, desde el conocimiento de la ciudad, reglamentos de tránsito y la resiliencia, esto quiere decir que deberán ser aptos para controlar situaciones de enojo o violencia”, detalló.
Dijo que la campaña “desmedida e invasiva” que lanzó Uber, invitando a las personas a ser parte de sus filas, causó una cierta rebeldía en los conductores que se independizaron y ahora no trabajan ni con concesión, ni en una plataforma digital.
“Sé dueño de tu tiempo, sé dueño de tus decisiones, tú eres el dueño de lo que haces”; se pudiera decir que están incitando a una rebeldía, en el sentido que la autoridad no los pueda molestar.
“Están mandando mensajes de mercadotecnia equivocados y eso es donde diferimos totalmente con las acciones que se están llevando a cabo”, finalizó.