Desafortunadamente no todos los migrantes que llegan a la zona metropolitana son víctimas del crimen o personas que buscan una forma honesta de vivir para sus familias, también existen algunos que cometen delitos abusando de la buena fe de algunos ciudadanos que desean ayudarlos.
A través del tiempo y debido a las trágicas las historias que -en su mayoría-, enmarcan el trayecto de los migrantes por el territorio mexicano en busca del llamado sueño americano, la sociedad ha creado una idea sobre la vulnerabilidad de esas personas al grado de bajar la guardia cada vez que están cerca de ellos.
Y aunque no se puede generalizar sólo por el actuar de unos cuantos, lo cierto es que los delitos cometidos por migrantes, nacionales y extranjeros, cada vez son más comunes.
La matanza de 72 migrantes en San Fernando, Tamaulipas o la desaparición de miles de personas en su peregrinar para tratar de conseguir una vida digna, son las cuestiones que ablandan el corazón de la sociedad.
Pero también hay historias donde los malos del cuento son los forasteros.
El caso más reciente sucedió el pasado 14 de febrero en la colonia El Mirador, en San Nicolás, cuando después de asegurarse de que un padre de familia había dejado su domicilio para irse a trabajar, un migrante atacó a una mujer y la despojó de varias pertenencias.
Al principio se especuló que se trataba de un hombre de nacionalidad extranjera, pero según las investigaciones de la Procuraduría General de Justicia de Nuevo León, las evidencias revelaron que el crimen lo pudo haber cometido una persona del sur de México.
Ese día, el delincuente vigiló el domicilio en donde habría de atacar, esperó a que el esposo de la víctima se fuera y en ese momento se introdujo en el hogar y abusó sexualmente de la mujer, frente a dos menores de edad.
Aunque la víctima trató de refugiarse dentro de su recámara, el hombre logró derribar la puerta y amenazó con hacer daño a los niños si es que no hacía lo que él indicaba.
Luego del abuso, el delincuente se apoderó de varios artículos para después darse a la fuga, mientras que la mujer saltó la barda de su patio y pidió ayuda a una vecina.
Después del suceso, llegaron las denuncias de otros vecinos de El Mirador y Balcones de Anáhuac, quienes aseguran que cada vez que llega el tren procedente del sur del país, de los vagones bajan personas para cometer actos indebidos.
Los viajeros rondan las calles para delinquir o cometer faltas administrativas, y para ocultarse de las autoridades se internan en las faldas del cerro del Topo Chico.
“Cuando llega un tren es seguro ver a las personas por nuestras calles y al poco tiempo es bien sabido que hubo un asalto o que en vía pública hacen sus necesidades fisiológicas”, relató una vecina del sector.
Los delitos no son exclusivos de esa zona, pues en otros puntos de la mancha urbana, como en la colonia Carmen Romano, también es común ver a los peregrinos cometer fechorías, en contubernio con grupos locales.
El propio alcalde de San Nicolás, Víctor Fuentes, señaló que en diversas ocasiones ha tenido que implementar operativos en esa parte de su municipio para detener a quienes fomentan la venta ilegal de metales.
Fuentes precisó que al inicio de su administración abundaban los reportes de robos que se cometían sobre las vías del ferrocarril que atraviesan la Carmen Romano.
Además, cuando la máquina va en marcha, los pasajeros irregulares avientan metales y otros artefactos, que las pandillas de dicha colonia venden en las chatarreras.
En otras zonas, como la avenida Bernardo Reyes en Monterrey, es común escuchar sobre asaltos a los automovilistas, cuando al abrir las ventanillas de sus vehículos para regalar una moneda, son despojados de sus pertenencias.
A la problemática se suman los falsos migrantes, que no son más que personas nativas de esta región y se disfrazan con ropa sucia, una mochila o una cobija, para pedir ayuda en los cruceros de la ciudad.
Estas personas son fáciles de detectar pues se instalan en cruceros donde no hay vías cercanas y fingen acentos, mezclando frases de diversas nacionalidades.
El delegado del Instituto Nacional de Migración en Nuevo León, Luis Gerardo Islas González, reveló que la mayoría de los delitos en las zonas ferrocarrileras son cometidos por personas de nacionalidad mexicana, pues sólo tres de cada 10 migrantes son de origen extranjero.
Lamentablemente, las personas detenidas por el personal del Instituto Nacional de Migración -que son mexicanos- no pueden ser puestas a disposición ni presentadas ante la autoridad sólo por ser sospechosos de algún acto indebido.
Sin embargo, cuando los operativos se hacen en conjunto con autoridades estatales o municipales, se puede dar el cruce de información para que dichas autoridades puedan hacer algo al respecto.
A LA CAZA
Luego del suceso donde una mujer fue violada en la colonia El Mirador, el municipio de San Nicolás, en colaboración con el Instituto Nacional de Migración, implementó un operativo para prevenir y combatir la delincuencia en esa zona.
El alcalde Víctor Osvaldo Fuentes Solís indicó que, debido a la denuncia ciudadana sobre constantes hechos delictivos en la zona de El Mirador y Balcones de Anáhuac, los elementos municipales en coordinación con el INM establecerán un cerco de vigilancia, con unidades motorizadas y la policía montada.
“Ante lo sucedido y luego de varios reportes de vecinos señalando que cuando se paran los ferrocarriles descienden personas a cometer actos indebidos, implementamos un operativo con apoyo de la policía montada para tener mejor acceso a todos los rincones y tener mejor vigilada el área”, precisó el edil.
Fuentes Solís destacó que con la versatilidad de los caballos, los elementos policiales podrán acceder al tramo de las vías del ferrocarril, o en su caso peinar la zona del cerro del Topo Chico para localizar a presuntos delincuentes.
“Los policías podrán llegar rápido a cualquier rincón y hasta el cerro si es necesario, a fin de identificar personas, y si se comprueba una actividad indebida o hay una falta administrativa, en todo momento estaremos coordinados con la dependencia federal para realizar lo que en ley corresponda”, acentuó.
Por su parte, el delegado del Instituto Nacional de Migración en Nuevo León, Luis Gerardo Islas González, puntualizó que en dicho operativo, en todo momento respetarán los derechos humanos de las personas, y que en caso de que los presuntos delincuentes sean nacionales, serán consignados a las autoridades correspondientes.
“Aquellas personas que sean sorprendidas cometiendo algún delito y una vez que las leyes nacionales comprueben la culpabilidad turnándolos al INM, serán deportados y castigados severamente para que no se vuelvan a internar en México”, recalcó.
Islas González detalló que -con una tendencia a la baja- en lo que va del año se han rescatado más de 200 migrantes, pues mientras que en el 2016 se deportaron a más de 6 mil 500 personas de diversos países, en el 2017 el número descendió a 3 mil.
“Quiero resaltar que este tipo de operativos no sólo son para capturar personas que cometan algún delito, sino también rescatar a aquellos que estén en condiciones vulnerables”, apuntó.
Islas González aseguró que este tipo de operativos se replica en otros municipios del área metropolitana en donde se han logrado detenciones importantes por diversos delitos.
“Nosotros mantenemos operativos constantes en todos los municipios. Hay que recordar que parte de estos movimientos son para identificar a aquellos que están en condiciones vulnerables y poderlos rescatar de esas situaciones”, afirmó.
En cuanto a la comparativa de delitos cometidos por nacionales y extranjeros, Islas González destacó que los segundos no son recurrentes en cuestiones criminales, pues desconocen la geografía de México y su único objetivo es llegar a los Estados Unidos.
“Los migrantes extranjeros no están orientados, no conocen la geografía de la República Mexicana, ellos van siguiendo siempre a una persona o traficante y no es común que se queden rezagados a delinquir”, dijo.
No obstante, la confusión se puede dar cuando se trata de mexicanos originarios del sur, pues su acento es similar al de personas de origen centroamericano.
“Quienes cometen más delitos son los migrantes nacionales, la mayoría de ellos vienen del sur de México y tal vez por eso puedan confundirse las víctimas”, expresó.
Respecto a las detenciones de personas relacionadas con grupos delictivos dedicados al tráfico de indocumentados, Islas González detalló que durante el 2017 se logró la detención de 72 personas relacionadas con ese delito, mientras que del 2013 hacia atrás, las autoridades apenas si reportaban el aseguramiento de una persona dedicada al tráfico de personas hacia la Unión Americana.
Pese a que aseguró que la mayoría de los crímenes de migrantes son cometidos por mexicanos, el delegado del INM no descartó que haya quienes sí cometan fechorías y estén pagando alguna condena en cárceles del país.
“Por razones de seguridad las autoridades no comparten el dato de cuántos migrantes son encarcelados en México, lo cierto es que cuando cumplen su sentencia son puestos a disposición del Instituto Nacional de Migración y son sometidos a un procedimiento de deportación donde se les impone la sanción más alta, que es no poder entrar a México por los siguientes 20 años”, apuntó.
Esos migrantes extranjeros de presencia irregular en territorio nacional y que cometieron algún delito, son fichados a través de una visa que otorga el gobierno, sólo para mantenerlos identificados.