
Un camino rocoso, una pendiente pronunciada y pequeñas construcciones de madera y lámina, son las descripciones que engloban el sector Las Torres, de la colonia Mission en el municipio de Salinas Victoria, donde actualmente residen 30 familias.
Realizando recorridos de una hora caminando (ida y vuelta), para llegar a la zona poblada, ir a la tienda, a la escuela, o simplemente, para tomar un taxi que los lleve a donde se ubica la central del municipio, es lo que los habitantes de la zona deben recorren diariamente para llegar a su destino.
Ubicadas de forma irregular, buscan la oportunidad de construir un futuro, un patrimonio para sus hijos con la esperanza de que sus descendientes no vivan de forma austera, carentes de servicios público como lo son: el drenaje pluvial, el gas, alumbrado público y recolección de basura, que es la forma en la que vivían en el 2004 cuando apenas comenzaban a habitar la zona.
Aracely Treviño Reyes es residente del espacio, mejor conocido como “los terrenos”, quien desde hace 10 años, al igual que su vecina Flor Estela Peña, se ha dedicado desde su llegada a limpiar el suelo donde forjaría su porvenir.
“Yo limpié mi terreno, le quité la maleza, lo cercamos y empezamos a ponerle las tarimas, hasta que nos quedó listo”, mencionó Aracely.
Y aunque aseguran que en tiempo de calor no necesitan de ventiladores, por el viento que se deja sentir a lo alto del cerro, en temporada de invierno el panorama es totalmente distinto, ya que las altas temperaturas y los vientos, se filtran por los huecos que hay entre las láminas con las que se cubre su casa.
Los espacios en los que habitan las vecinas, no entran en el plano de Fideicomiso Metropolitano de Monterrey y comentan, “lo que dice Fomerrey, es que esto dicen que es federal y ahora resulta que los mismos de municipio nos quieren bajar, pero por qué nos van a bajar si se supone que tenemos 10 años viviendo aquí”.
Pero el pensamiento de las afincadas cambió en el 2007, en ese tiempo Juan Valadez, trabajador de municipio, realizó una junta con los habitantes de la colonia Mission y se les preguntó si querían ser reubicados, ya que tenían que desalojar “los terrenos”. Ocho familias aceptaron, con la única condición de que la entrega de los lotes se diera de forma rápida.
Para esto, la respuesta que les dieron, fue que en un plazo no mayor a los tres meses se les entregaría el terreno y casi al instante se podían bajar a residir ahí.
En ese mismo año fue cuando iniciaron los trámites para no demorar la entrega de sus lotes, desafortunadamente aunque sus pagos fueron constantes y algunos terminaron de pagar hace tres años y es fecha que Fomerrey no les da una respuesta de la entrega de lo que será su hogar.
“Ya llevamos 10 años, todavía estamos esperando esos tres meses que nos dijeron y pues no se ve nada”, expresó con molestia Aracely.
Pero después de tanto tiempo las vecinas ya no querrán retirarse, pues con una inversión total de 30 mil pesos, por parte de los colonos, con lo que lograron hacer una calle que conecta la zona poblada con Mission, una pila de agua que colocó municipio para conectarles el drenaje y con el paso diario de las tortillas, el gas cada que se necesita y el agua potable, la zona está convirtiéndose en un sitio más habitable.
“Ahora después de tantos años, muchos de los que vivimos aquí ya no nos queremos bajar porque, ya tenemos el agua más cerca, ya andan metiendo el drenaje, entonces yo les digo, qué les falta, que nos den el terreno allá abajo, que desocupemos aquí o que nos quedemos aquí”, cuestionó.
Viviendo diariamente con la incertidumbre de ser desalojados y no tener un espacio propio, pagado y escriturado, una junta con personal del Fomento Metropolitano de Monterrey cambió la perspectiva de ocho familias, a quienes con promesas les dieron un “aire” de esperanza.
Lotes vendidos por supuesta reubicación
En la reunión entre vecinos y Fomerrey se les informó que debían ser reubicados en un fraccionamiento que abarca desde la calle Cerralvo, en sus cruces con la calle Abasolo y Ciénega de Flores, lo que corresponde a dos manzanas, ya que los terrenos que estaban ocupando pertenecían al gobierno federal.
Sin contrariedades ni malos entendidos, ocho familias resultaron interesados en la reubicación, para la que tendrían que pagar por uno de los lotes, mientras que los precios iban desde los 10 mil 700, 11 mil 480 y 14 mil 535 pesos si estaba ubicado en esquina.
Aracely Treviño Reyes y su esposo vieron la oportunidad de dejarle un futuro a su hijo (Christopher), algo por lo que no tendría que pelear, que no le podría ser arrebatado, y como expresa la afectada, “tener algo que es mío, que yo pagué y que será el futuro de mi hijo”.
De igual forma el ama de casa, María Rosaura Lozano, quien menciona que por estar pagando dejaban de comprar cosas en su casa, pensando que entre más pronto pagaran Fomerrey entregaría más rápido los lotes. Cumpliendo con cada pago para no generar intereses, “si nos van entregar que sea ya, a mí ya me urge, ya pasaron muchos años”, aseveró.
Y es que en el caso de María Rosaura, ella y su esposo Rolando Martínez, pretendían construir casi de inmediato cuando se les entregara el terreno, pero al acudir una y otra vez a la dependencia, la visión de lo que sería su casa se comenzaba a nublar con cada visita, la preocupación y la duda incrementaron al pasar de los años.
Ahora el futuro es incierto, sólo pide que sean desengañado que les informen si se les entregará o no, el lote y si no pues que le regresen el dinero, aunque asegura, prefiere recibir el espacio, asegura, pues su fecha de contrato fue el 15 diciembre 2008 y finalizó los pago el 31 enero 2012.
Los primeros trámites, comenta, fueron rápidos y sencillos, desde llevar la papelería solicitada que constaron de: acta de nacimiento, curp, credencial de elector, comprobante de domicilio que fuera de presidencia y constancia de que eres divorciada o de madre soltera o acta de matrimonio, según el caso y de los 3 mil 500 que les pidieron de enganche.
“Primero llevamos la papelería y ya hasta después nos dijeron que teníamos que ir hasta Fomerrey, pero al Bancefi, fuimos y pagamos en ese banco que está dentro de Fomerrey y depositamos los 3 mil 500 pesos.
“Nos dijeron que con el comprobante de pago (enganche) se iniciaría el trámite para entregar el terreno, eso fue en un mes, fue rápido, así nos hubiera gustado que nos hubieran entregado el terreno y ya seguir pagando, ahorita ya hubiéramos pagado muchos el predial y todo”, comentó Aracely.
Recuerda que la emoción y las respuestas la invadieron cuando comenzaba con los trámites, pues con la certeza de que en un mes le entregarían su lote, comenzaba a hacer los planes de lo que querían construir, pero sus ideales no se lograban, pues en cada visita a Fomerrey, una decepción más los invadía, la misma respuesta resonaba tras la ventanilla, “en un mes más ya van a limpiar”.
Pero ahora, después de seis años de espera, la desesperación de no recibir algo que ya liquidaron y que por ley les pertenece, los hace sentir impotentes, las visitas a Fomerrey, las constantes negaciones de hablar con el director los deja sin motivos de creer que los espacios le serán entregados y si no les entregan pronto, lo único que esperan es la devolución de su dinero.
Tras pagar el enganche, les informaron que podían pasar por el documento en el que les autorizan que les entregarán el terreno y les informan que deben pagar cierta cantidad por mes para que no se les generen intereses, en el caso de Aracely su mensualidad constaba de 221.67 pesos, pero asegura, que para terminar pronto daba 500 pesos en cada pago.
“Todos comenzaron a dar sus abonos mensuales y les comentaron que dentro de tres meses les entregarían su lote e iban a ser reubicados, pasaron los años, ahorita ya tenemos 7 años esperando la reubicación”, expresó.
Su fecha del contrato fue el 4 diciembre 2008 y el terreno terminó de pagarlo el 7 diciembre del 2011 y a la fecha de hoy, sólo le han informado su número y ubicación de su lote.
Fuimos a Fomerrey y teníamos que entregar un escrito para que lo recibiera el director de la instancia, el escrito fue presentado el 21 de marzo del 2012 y 9 días después recibieron una respuesta que no esperaban.
Respuesta recibida el 30 marzo de 2012, por parte del director: “En respuesta a su escrito, en el cual solicitan limpieza y se marquen los lotes… Me permito informarles que el Fideicomiso está en espera de recursos para realizar este tipo de trabajos, cuando esté en posibilidad de llevar a cabo estas labores en dichos lotes lo haremos de su conocimiento”.
Resulta que en el documento firmado por el coordinador de Proyectos y Trámites, Raúl Elizondo Garza, se mencionaba que no había recursos con los cuales se enviarían las máquinas para limpiar, y que esos recursos se comenzarían a recolectar con lo del predial.
“Después de esa visita nos dijeron que fuéramos en equis fecha, fuimos y que nos dicen lo mismo, que presentemos un escrito con la petición, les explicamos que ya habíamos llevado un documento y la respuesta y nos dicen que sólo de esa forma se maneja.
“Llevamos nuevamente un papel con la petición y nos recomendaron pedir ayuda a municipio, hablar con el alcalde, y pedirle las máquinas que tienen en presidencia para limpiar el terreno y así que Fomerrey llevaría a los topógrafos para llegar, medir y entregar”, recordó.
Municipio no ayudó
a los afectados
Al seguir la recomendación presentada por el personal del Fideicomiso, acudieron a municipio en busca de una pronta solución a sus casos, pero el recibimiento fue similar, sólo se les comentó que esa labor no correspondía a municipio, que era meramente de Fomerrey, que fue quien vendió los lotes.
“Fue como que nos aventaron la puerta en la cara, nos hubieran dado un respuesta, pero no, yo les dejé mi número de teléfono, la mayoría de los que fuimos dejamos todos nuestro número de teléfono y hasta la fecha no nos han marcado para decirnos si nos podrán ayudar”, recalcó Aracely Treviño.
Aunque asegura que ella y los demás quejosos le aclararon al secretario del Ayuntamiento que sabían que no era su labor, le solicitaban el apoyo para limpiar el espacio donde se marcarían los lotes y así con la promesa del Fideicomiso Metropolitano, ellos enviarían a los topógrafos, pero su búsqueda fue en vano.
Al ver esta situación mismo personal de municipio le comentó que como ya tenía todo pagado, podía invadir y meterse, cercar su espacio y sin problemas no podría ser desalojada, ya que tiene cada comprobante de los pagos realizados.
“Y pues sí, a mí qué me cuesta ir a limpiar y cercar mi terreno, no me cuesta nada ir a meterme, pero si empiezo yo, van a empezar a invadir mucha gente que no ha pagado, que no son dueños de esos terrenos.
“Si yo me meto y viene la policía y me dice por qué se metió, yo tengo los papeles, yo tengo con que comprobar, pero las demás personas que invadan cómo comprueban, los van a sacar, me van a echar la culpa a mí de que yo me anduve metiendo en esos terrenos, aunque sea la dueña, pero no lo hago porque quiero evitar problemas”, aseguró.
Así que los colonos de Mission esperan un cambio en las palabras que Fomerrey les ha presentado a lo largo de los años, que no hay recursos y la residente de los terrenos comenta, “ya ninguno de los de aquí nos movimos, estamos parados, ya es mucho tiempo de que no nos entregan y seguimos viviendo donde mismo”, expresó.
“Mis intereses
van por las nubes”
En el caso de otra de las afectadas, Flor Estela Peña, quien también lleva 10 años habitando en el sector Las Torres, asegura que aunque ella no ha terminado de pagar el terreno, espera que los encargados resuelvan la situación para continuar con sus pagos.
“Los intereses no los quiero ni checar, de seguro ya van por las nubes, ya me los subieron bastante. Yo no he pagado, por lo mismo, como no hemos visto movimiento pues no nos animamos, yo he dado como 5 mil pesos, el total de mi lote es como de 10 mil 700 y no pienso abonar hasta saber que los vayan a entregar”, afirmó.
El terreno costaba 70 pesos por metro cuadrado, subió 10 pesos más, entonces son 80 pesos de metros cuadrados más el interés, son los motivos por los que la afectada no quiere saber cuánto debe, hasta que se llegue el momento en el que sepa que recibirá su espacio, pagará lo que deba, asegura.
“Me cansé, cada que iba a Fomerrey era lo mismo, nos traían a puras promesas, me decían que el otro mes, que el otro mes y nada”, dijo Flor.
Pero a Flor no es la única a la que se le han incrementado los intereses por no pagar el terreno, existen más personas en su situación y que, al igual que ella, no desean seguir pagando por algo inexistente.
“Ya nos hemos acercado a Fomerrey, pero según es la ley que ellos tienen, o sea ya se generó el interés por que esas personas se detuvieron con los pagos… y les dijimos que si ellos saben muy bien que el terreno ni si quiera ha sido entregado, cómo les van a estar incrementando los intereses, pero pues dicen que así es y ni modo”, comentó.
Mientras que Arecely continúa buscando que le entreguen su terreno, el cual liquidó desde hace tres año… “Si Fomerrey me entrega el terreno ahí, pues qué bien, si me dice sabe qué, le vamos a dar aquí (donde ya está ubicada) y le vamos a regresar su dinero, pues qué mejor”, mencionó.
“Queremos que el director (Sergio Alejandro Alanís Marroquín) tomé en cuenta nuestra situación, que si nos va a limpiar, a entregar, qué mejor, qué le falta, ¿recursos?, esos ya los tuvo desde enero y febrero cuando la gente pagó su predial”, expresó.
Cansadas de esperar porque la dependencia gubernamental desconoce su situación en las que mencionan personas que pagan renta, otros que viven de “arrimados” con su suegra o con los hijos, mientras que el lote por el que pagaron no se los entregan.
Aunque siempre son los mismos los que van a pedir respuesta, no perciben ninguna reacción por parte de la Institución. Aracely desesperada expresa, “si me aplazan el tiempo de espera, prefiero que me regresen mi dinero, que me lo entreguen ya”.
Pago predial por un terreno “fantasma”
Cuando María Rosaura Lozano terminó de pagar lote 15 ubicado en la manzana 117 del fraccionamiento Misiones, le informaron que debía comenzar a pagar el predial, pero su postura ante tal situación fue, “no tiene caso, si veo una respuesta de que nos lo van a entregar sí vengo y lo pago, pero mientras pues no… no tiene caso, voy a estar pagando donde vivo y aquí, a dónde vamos a dar”, reiteró.
Aunque menciona que el espacio le parece de buen tamaño y le gustaría recibirlo, sin importar la espera uno o dos años más, lo que pide es una respuesta y no más evasiones.
Por su parte Aracely Treviño comenta que muchos de los que aceptaron la reubicación, ya lo pagaron, pero les causa conflicto la petición de pagar el predial, “es algo ilógico, ya pagaste tu terreno, pero si no lo habitas y aún ni te lo entregan, ¿cómo vas a estar pagando el predial?”, cuestiona.
Lo que pensaban les resultaría beneficioso, ahora es contraproducente, pues pagaron el espacio para evitar cargos extras y ahora que lo finalizan, les piden su pago predial.
“Eso nos dijeron ya cuando fuimos a dar el último pago, nos dijeron que fuéramos a presidencia para empezar a pagar el predial, fue cuando dije, qué vamos a pagar si no tenemos ni el terreno y ya después la muchacha me dijo pues no, entonces no pague”, comentó.
Aunque recibió esta respuesta, no convencida pidió asesoría con municipio donde le recomendaron realizar este pago para evitar la invasión de su suelo… La información que recibió la señora Aracely es que el primer pago constaría de 400 pesos y según las medidas del terreno se le estaría cobrando interés.
“Pero como el terreno está solo, no hay construcción, me dijeron que anualmente estaría pagando menos, como 180 o 200 pesos, con el recibo de pago, me entregan un papel donde se menciona que realicé mi primer pago predial y que ese lo llevo a Fomerrey para que ellos me tramiten las escrituras.
“Es que me comentaron que ya con esos documentos, si yo no me quiero salir, no me salgo y como el terreno es allá abajo, si una persona se llega a meter, voy y les pido que se salgan porque ya tengo más comprobantes de que el terreno es mío y si no se quiere salir, sólo llamo a una unidad de policía y le explicó la situación y me respaldo con las escrituras, es más seguridad”, comentó.
Sin embargo, aunque son muchos los que quieren recibir su terreno, la gran mayoría no le interesa si se los entregan hoy o mañana, pues comentan las afectadas, que ellos se muestran cómodos en donde habitan, sin pagar, luz, agua o algún servicio.
Por ahora las vecinas seguirán en busca de una respuesta clara y precisa, principalmente, porque los argumentos que da Fomerrey, como la falta de recursos para la utilización de la maquinaria de limpia y los topógrafos que deben medir, marcar y entregar, no son convincentes pues los tres meses en los que se supone, serían entregados los lotes, ya se convirtieron en años.