La devastación provocada por las embravecidas aguas del Río Santa Catarina en las vialidades de la zona metropolitana pudo haber sido menos grave si las autoridades federales, estatales y municipales hubieran respetado la sencilla regla de no obstruir el cauce de un río.
De hecho, en el reglamento de la Comisión Nacional del Agua que firmaron los alcaldes, en su cláusula segunda establece que no se debe permitir la invasión del lecho del Santa Catarina con obras que modifiquen sus características hidráulicas.
Una cláusula que ni los municipios cumplieron ni la CNA se molestó en verificar.
Gradas, postes, porterías, estructuras metálicas, automóviles, contenedores y otros obstáculos prohibidos por el reglamento, y fueron los que le dieron más fuerza a la corriente, por lo cual ésta causó daños en las curvas naturales del lecho, donde encontró las obras que le impedían el paso natural.
Expertos y autoridades aseguran que no debe inundarse el río con objetos que obstruyan el paso del agua. Por ello, y aunque en una medida tardía, la Comisión Nacional del Agua resolvió cancelar las concesiones que permanecían desde hace siete años.
Durante una gira de trabajo por Nuevo León, José Luis Luegue Tamargo, director general de la CNA, dijo que en el lecho del río Santa Catarina había estructuras que no debieron haberse permitido, las cuales agravaron los problemas y contribuyeron a la destrucción de las vialidades en Morones prieto y Constitución, las principales de la capital nuevoleonesa.
La CNA es la responsable de impedir que se instalen “estructuras fijas” en los ríos. Esta dependencia firmó un convenio el 23 de febrero de 2003 con los municipios de Santa Catarina, Guadalupe y Juárez para entregarles en custodia las partes del río que les correspondían.
En ese tiempo Pedro Garza Treviño era el alcalde de Guadalupe y el titular de la Conagua regional era José Enrique Castillo Ibarra, mientras que Fernando Elizondo Barragán, entonces gobernador, firmó como testigo.
No obstante, al paso de los años las administraciones hicieron de las suyas y no cumplieron con la cláusula segunda del convenio, donde señala lo siguiente:
“La conservación y mantenimiento de los cauces para evitar invasiones por asentamientos humanos irregulares, así como por la construcción de obras que modifiquen las características hidráulicas”, señala.
También prohibe “la edificación de toda clase de obras y construcciones definitivas que puedan obstruir el flujo de las aguas, modificar el curso de las mismas o alterar en forma parcial o total de las zonas hidráulicas existentes”.
Nada de esto se cumplió. Por ello, el titular de la CNA a nivel federal consideró necesario caducar las concesiones, para terminar con los desbordamientos en la zona metropolitana de Monterrey, y propuso un reordenamiento urbano.
FALLAN GOBERNADOR Y ALCALDES
Además la furia de Álex también destruyó el Parque Lineal, construido apenas hace 2 años y siete meses durante el gobierno de José Natividad González Parás, con una inversión de 200 millones de pesos; a pesar de que en esa ocasión los expertos advirtieron sobre el error de construirlo, se realizó.
El 17 de agosto de 2007, dijo González Parás que se correría el riesgo de extender el Parque Lineal hasta el municipio de Guadalupe.
“Estamos dispuestos a correr ese riesgo (de construir el río) y hacer las inversiones para reparar esas afectaciones con el propósito de tener habilitado ese lugar”, dijo el ejecutivo estatal, luego de que las lluvias dañaran un tramo de parque.
El gobernador -en ese entonces- aseguró que “desde el principio tomamos esa decisión y vamos a ir viendo cuáles son las consecuencias de ello”, comentó.
El proyecto quedó terminado para el mes de septiembre del mismo año, cuando arrancó el Fórum. Incluía vitapista y ciclopista de 7,5 km desde Gonzalitos hasta el puente Guadalupe.
Hay quienes han hecho un buen negocio utilizando este espacio con diversos fines. Felipe de Jesús Cantú, Adalberto Madero Quiroga, José Natividad González Parás son sólo algunos nombres de funcionarios que permitieron a particulares beneficiarse utilizando el cauce del río o alentaron la construcción de obras dentro del mismo.
González Parás, construyó la ciclopista y vitapista que si bien era pública y gratuita y se aprovechaba muy bien por los deportistas resultó ser otro elemento de invasión en el lecho y finalmente se perdieron 200 millones de pesos que costo.
En el caso de Monterrey, el llamado Parque Ecológico Siglo XXI fue firmado en el 2003 por el entonces Alcalde panista de Monterrey, Felipe de Jesús Cantú, sin que fuera sometido a la consideración del Cabildo.
Fue inaugurado el 23 de octubre de 2003 por Cantú y el ex futbolista Carlos Hermosillo y otros ex jugadores de los equipos de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) conocidos como Tigres y los Rayados, del Tecnológico de Monterrey.
Mientras que el campo de golf fue inaugurado en 2007 por el alcalde panista Adalberto Madero Quiroga.
El cauce del río Santa Catarina tenía 13 canchas de futbol de pasto sintético que quedaron totalmente sepultadas y el resto de las instalaciones con un monto cercano a los 200 millones de pesos.
Decenas de carpas de comerciantes ambulantes afiliados a la CTM, pista de go karts, donde hubo competencias internacionales.
YA NO PERMITIRÁN OBRAS
En tanto, Pedro Garza Treviño, actual delegado regional de la CNA, explicó días después que se tomó el acuerdo con el gobernador del Estado, Rodrigo Medina de la Cruz, para que ya no operaran más canchas deportivas, mercados y campos de golf, entre otras instalaciones, con la finalidad de evitar riesgos.
“Queremos cuidar que ya no haya construcciones ni fijas ni semifijas en ningún momento. Las autoridades superiores están dando la orden de que no haya más convenios de custodia con los municipios”, dijo.
Garza Treviño aclaró que dicha decisión no les traerá penalizaciones económicas, ya que siempre se dijo que el aprovechamiento del cauce estaba sujeto a que las condiciones fueran favorables y por el bien público.
El delegado regional de la CNA resaltó que las canchas no obstruían nada, pero también señaló que Protección Civil Municipal era la encargada de cuidar que la gente no se instalara en zonas de riesgo.