
Tradicionalistas y neocúpulas, los grupos políticos que se disputan el control del Partido Acción Nacional en Nuevo León midieron fuerzas el domingo 8 durante la jornada electoral para designar a candidatos a alcaldías y diputaciones locales, y aunque se hicieron daño unos a otros, lograron un empate técnico sin afectar la unidad del panismo.
Ambos bandos, donde por un lado está la precandidata a la gubernatura Margarita Arellanes, y por el otro Felipe de Jesús Cantú, quienes tendrían su batalla final el 15 de febrero por la candidatura, igual ganaron como perdieron algunas posiciones claves para su viable administración en caso de ganar la gubernatura.
Los grandes derrotados de este proceso interno del PAN fueron dos ex alcaldes metropolitanos, quienes consideraban tener amplias posibilidades de convencer a los votantes albiazules por su trabajo desempeñado en sus administraciones municipales: Dionisio Herrera Duque (de cuatro, sólo una vez ha ganado), al ser derrotado por Héctor Castillo Olivares por mil 459 votos contra 439.
El hoy aspirante a presidir la comuna santacatarinense se desempeñó como contralor en la administración de Víctor Pérez Díaz quien, por cierto, fue impulsado en su carrera política por Herrera Duque desde que en los años 90 ambos trabajaban de reporteros en El Porvenir de Monterrey.
Los pronósticos de Pérez Díaz de derrotar ampliamente a Herrera Duque se cumplieron, dejando claro que el lazo de amistad entre ambos es un asunto del pasado, pasando a ser serios adversarios dentro del mismo PAN.
Una vez pasada la elección para gobernador entre Arellanes y Cantú, el derrotado definirá su futuro político, sin descartar renunciar Acción Nacional y buscar la alcaldía de Santa Catarina cobijado otro partido, como pasó con Enrique Barrios.
Barrios fue marginado de toda competencia por el PAN y aparecerá en las boletas electorales disputando la alcaldía regia por el Partido Humanista el domingo 7 de junio.
Tanto Barrios como Herrera Duque -en caso de que este último presente su dimisión a Acción Nacional-, restarían votos a ese organismo político. Como también el PRI espera que suceda con Fernando Elizondo Barragán, que disputará la gubernatura por Movimiento Ciudadano.
El otro ex alcalde derrotado es Adalberto Madero Quiroga, quien no pudo vencer a la maquinaria electoral que desplegó el grupo de Arellanes, impulsora de Iván Garza Téllez, su abanderado político para ocupar la presidencia municipal de 2015-21018 y con posibilidades de reelegirse.
Madero Quiroga apenas sumó mil 515 votos, por los 3 mil 19 votos de Garza Téllez.
En San Pedro Garza García, el empresario y ex senador Mauricio Fernández Garza se apresta a presidir por tercera ocasión la administración de ese municipio, considerado el más rico del país y con mejor nivel de vida de sus habitantes.
Fernández Garza ganó ampliamente a su contrincante Álvaro Suárez Garza, por mil 181 votos contra 622.
En donde tampoco hubo sorpresas fue en San Nicolás de los Garza, que junto a San Pedro Garza García son considerados bastiones del panismo a nivel estatal y nacional; sin oponente, el diputado federal Víctor Fuentes Solís ganó la elección interna con 2 mil 350 votos, prácticamente el 70 por ciento de los militantes con derecho a voto registrado.
Otros resultados en las elecciones de los comités municipales fueron muy holgados: en Escobedo ganó la candidatura Angélica Quiroz con 109 votos, y en Salinas Victoria, Humberto de la Garza Miranda obtuvo con 82 sufragios.
En los municipios del área rural como Cerralvo se impuso Baltazar Martínez Ríos, quien amarró la candidatura a la alcaldía con 87 votos, mientras en General Zuazua el triunfo fue para Hernán Francisco Chapa, con 82.
DESCALABROS, REACOMODOS
Y VOTOS CRUZADOS
La sorpresa del 8 de febrero se dio en la elección de los candidatos a diputados locales. Se esperaba que el triunfo de los aspirantes alcaldes replicara en un voto en bloque o cascada a favor de incondicionales, o cercanos a los aspirantes a la gubernatura.
El grupo político panista que impulsa las aspiraciones de Arellanes sufrió varios descalabros, al ser derrotados dos de sus más cercanos allegados en este proceso interno.
En el Distrito 3 la síndico de Monterrey, Irasema Arriaga Bermont, perdió al obtener 113 votos contra 138 de su rival Mirna Grimaldo Iracheta, quien simpatiza con la candidatura a gobernador de Felipe de Jesús Cantú.
Mientras que en el Distrito 7, el más reñido de la contienda, la ganadora fue Karina Marlen Barrón, con 255 sufragios contra 249 de Elizabeth Rosas Cervantes, ex secretaría de Desarrollo Social del municipio de Monterrey, una de las panistas más allegadas a Arellanes.
El resto de los distritos quedaron de la siguiente manera: en el Distrito 1 la ex presidenta estatal del PAN y ex secretaria del ayuntamiento regio, Sandra Elizabeth Pámanes Ortiz, obtuvo 530.
En el Distrito 2 Baldemar Jesús Saucedo Aguilar tuvo 642; en el 8 Marcos Mendoza Vázquez logró 505; en el 9 Eustolia Gómez García sumó 596, y en el Distrito10 Mercedes García Mancilla alcanzó 659 votos.
En el Distrito 11 Daniel Carrillo Martínez ganó con 711 votos a Rubén Canales Zambrano; en el 17 Juan Luciano Vega Noriega sumó 210, mientras en el Distrito 19 Sergio Pérez Díaz ganó con mil 349 sufragios.
Al cierre del proceso, la Comisión Organizadora Electoral del PAN dio a conocer que en la jornada poco más de 14 mil militantes acudieron a las urnas para elegir a sus candidatos a las alcaldías y diputaciones locales.
Carmina Cantú, presidenta de la Comisión, dijo que habían vivido una jornada con incidentes menores y la participación de aproximadamente 75 por ciento de la militancia.
Uno de los ganadores de la contienda fue Miguel Ángel García Domínguez, ex secretario de Desarrollo Social de Monterrey, ex alcalde de San Nicolás y ex diputado local.
Marginado por Arellanes en su administración, García Domínguez -envuelto en el escándalo de los supuestos sobornos de dueños de casinos al hermano de Fernando Elizondo Barragán-, esperó su momento para tomar revancha y derrotar con su candidata a Rosas Cervantes en el Distrito 7.
Una vez más el PAN de Nuevo León demostró que el sello que los caracteriza es la desunión en los procesos internos, mismo que podría ser aprovechado por el PRI en perjuicio de los sueños albiazules de regresar al Palacio de Cantera.
Pero faltan casi cuatro meses para que los neoloneses acudan a las urnas con Arellanes o Cantú a la cabeza de un panismo fracturado, desunido e incierto. Frente a un priismo -con Ivonne Álvarez Garza al frente- que apuesta todo a su popularidad.