Las estrellas de carrizo, las piñatas moldeadas con globos o jarros quedaron atrás. Hoy la novedad es que este elemento tan importante en las fiestas parezca tener vida, y es que el ingenio de sus creadores hace que el resultado sea lo más parecido a la realidad… pero en papel.
Nancy Treviño González lleva ya 21 años en el negocio de las piñatas y admite llegó por mero accidente, la necesidad de establecer un negocio para ayudar a un novio que estaba inmerso en la drogadicción los hizo buscar opciones y finalmente se decidieron por el carrizo y el papel.
En un comienzo, recuerda, ellos únicamente servían como intermediarios entre productores y cliente.
Sin embargo, la falta de responsabilidad de los primeros los forzó a sacar el trabajo que tenían en la agenda.
“Las personas que se dedican a hacer la piñata son personas de clase baja que no tienen estudios, y el detalle es que la mayoría son muy irresponsable que sacan para el día y no querían más trabajo, y pues me tuve que meter en la labor de aprender”, señala ante la mirada fija de una docena de piñatas.
Los primeros errores a los que le metió mano fue a ojos, pelo, vestido, manos y pies, señala la comerciante, situación que no le resultó complicada, ya que cursó la carrera de Diseño de Modas.
“Sí, le imprimimos el toque de diseño a cada piñata, eso ya lo traes, yo siento que a mí se me da mucho eso, yo me recibí de diseñadora de modas, hice diseños de colección, líneas de vestidos, por eso el hacer piñatas para mí es algo bien fácil”, menciona la comerciante establecida en la colonia Azteca en Guadalupe.
Para ella lo primordial es la estética y la coquetería, elementos que son vitales en cada una de las piñatas que confecciona. Muestra de ello son las cuatro horas que invertía los primeros años únicamente en la decoración de cada una de ellas, mismas que gracias a la práctica ahora se han reducido a 30 minutos.
De igual forma en el esqueleto, Nancy ha dejado atrás lo tradicional, cambiando el carrizo y el cartón con grapas por el periódico, que le ayuda a moldear más finamente cada una de las figuras.
“Se le da a escoger al cliente que puede ser hecha con cartón y con periódico, pero no es cartón de las cajas de leche y grapada como mucha gente las hace, nosotros tratamos de darle la mayor semejanza al personaje. La verdad trato de hacerlas lo más coqueta posibles.
“Campanita, por ejemplo, la mayoría de las personas le hacen el vestido sencillito, yo trato de hacerlo circular, marcarle los piquitos, hacerle el vestido en capas, porque pues va todo color piel con verde limón, y pues el vestido es lo que vamos a tratar de marcarle como atención”, explicó.
Sin embargo, subrayó, todo es al gusto del cliente, ya que manejan tres diferentes tipos.
Aunque la mayor parte de los modelos que manejan son de acabado artesanal, cuentan con moldes de fibra de vidrio, pero no son de su agrado ya que aún terminada hay que afinarle algunos detalles.
Actualmente el proceso completo de elaboración de una piñata es de medio día (aunque varía según las condiciones climatológicas), y en promedio terminan la jornada laboral con 10 ó 15 piñatas nuevas; explica que por lo laborioso y cansado del proceso, resultaría imposible incrementar la producción.
“La estructura me la hacen mis trabajadores y en eso se tardan una hora y media, pero terminando ellos, hay que esperar unas cuatro horas para que la piñata seque -habiendo buen día- y ya después le aplicamos la decoración.
“El tiempo no me alcanza para hacer más, aunque tengamos más trabajo, terminas bien agotada, te duele la cintura . A lo mucho haces 15 piñatas, pero cuando hay más trabajo ocupamos gente para cumplir con los pedidos”, dijo.
La comerciante menciona que de las piñatas más difíciles son Cars o los strippers, y de las más sencillas son Cenicienta, Winnie Pooh o el Hombre Araña, pero cualquier tipo de diseño lo puede sacar adelante, aunque esto le implique un día completo de trabajo.
“Una piñata de un carro es difícil, son las más difíciles, las de strippers también son complicadas y por eso es más costosa, porque hay que darle la idea de la piel totalmente lisa, sin arrugas, que no marque pozos por-que estás dando la idea de lo estético del cuerpo humano, el cliente a veces no valora ese trabajo y no lo paga, pero también están quienes sí la compran”, señaló.
Aunque confiesa que aún le duele haber dejado de lado su carrera de modas, ha encontrado dónde canalizar sus creaciones, aunque en papel; sin embargo, el trabajo que con los años se ha incrementado, la anima a seguir moldeando sus creaciones con periódico y papel de china.