A sus 98 años Juan Manuel Elizondo, quien participó en la creación de la Universidad de Nuevo León en 1933 –actualmente Universidad Autónoma de Nuevo León- afirma: la universidad tiene que cambiar de actitud.
“Pienso que la universidad actual hay que sacarla de esa actitud de tipo burocrático, de la idea de que es una fábrica de profesionistas. Tienen que empezar a forjarse los que van a ser los directores. Bueno, no es vanidad pero nos ponemos como ejemplo (Raúl Rangel Frías y José Alvarado) porque no fuimos los únicos, hubo toda una generación.
“Pienso que se tiene que sacar a la universidad de esa autocomplacencia: estamos muy bien, somos la mejor de la República, está muy bien administrada y ahí se va. No, la universidad no descansa, tiene que estar siempre dirigiendo y produciendo porque para eso nacieron y así se formaron”, expresa con pasión.
También explica que los jóvenes de 15 años deben tener la capacidad de pensar sobre lo que está ocurriendo en el país y en el mundo, además de tener una mayor criterio, ser maduros y desarrollarse con autoridad propia. Este hombre de casi un siglo de edad también invita a los jóvenes a exigir buenos maestros.
“Que los maestros les digan lo nuevo, se ilustren, hablen de cosas y no nada más den su clasecita y se vayan; eso es burocracia.
“Deben hablar de temas que interesan a los muchachos, que les despierte la curiosidad y el ánimo de querer ser ellos también”, asegura el originario de Coahuila.
Juan Manuel Elizondo descansa en un sillón en su casa en el municipio de Monterrey; a un lado de él hay ventanas grandes y en una de las paredes está un cuadro de su esposa Graciela Decanini (q.e.p.d.), pintado por la reconocida pintora mexicana Agueda Lozano en sus años de estudiante.
Para este líder el estudiar es lo básico y la clave para trascender; cuando era adolescente recuerda que la educación que les impartían en el Colegio Civil estaba atrasada a comparación de la ciudad de México y que él, junto con sus amigos Raúl Rangel Frías – ex rector de la UANL y gobernador de Nuevo León- y José Alvarado –ex rector de la UANL, escritor y prestigiado periodista-, aspiraban a formar parte de la sociedad y cambiarla para bien.
“Nosotros nos dimos cuenta de que los programas de educación que existían entonces en el Colegio Civil eran muy atrasados a comparación de la ciudad de México, eran del siglo XIX y nosotros ya estábamos en el siglo XX. Emprendimos una campaña como grupo para tratar de modernizar los programas de educación.
“Fuimos a dos congresos nacionales, con nuestros discursos bien preparados con la propuesta de que se abriera una universidad aquí en Nuevo León para que el Congreso Nacional de Estudiantes la aprobara y entonces la presentara ante las autoridades de México y las autoridades se encargaran de hacer la universidad y así sucedió”, explica; más tarde se logró la autonomía de la universidad.
Sin embargo, el influir y presionar porque se formara la universidad les costó la expulsión de la misma, ya que ellos (Raúl Rangel Frías, Juan Manuel Elizondo y José Alvarado) provocaban huelgas. Una vez estabilizada –recuerda el pilar- les pedían una declaración donde aceptaran ser socialistas porque el gobierno trataba de imponerla como base en las escuelas la doctrina socialista; este hecho lo motivó a abandonar el Colegio Civil.
VEINTE PESOS
Otro de sus recuerdos (dentro del Colegio Civil) de lo difícil de adquirir conocimiento por la falta de textos y editoriales mexi-canas era su situación económica.
Recuerda que, cuando estudiaba, la colegiatura era de 20 pesos, cuota que no pudo seguir pagando debido a la escasez en su familia; sin embargo, pudo continuar con las clases gracias a que pertenecía a la banda de guerra.
“En aquel tiempo el Colegio Civil era para militares y el director era un general. Desde un principio me inscribí en una banda de guerra.
“Nosotros no teníamos con qué pagar la escuela y me quedé en la banda porque casi era indispensable y me reclutaron para mantener el orden dentro de los salones de clases; eso me permitió pasar por todas las clases como una alumno irregular”, explica el entrevistado.
Estudiar en el Colegio Civil significaba estar cinco años ya que, durante ese tiempo, la secundaria y preparatoria formaba un solo nivel. Además, para tener un mayor conocimiento era necesario aprender francés pues varios libros se encontraban en este idioma. Juan Manuel Elizondo menciona que esta lengua la aprendió mejor que el inglés y en su biblioteca personal existen centenas de ejemplares.
Después de haber recibido su educación, se fue a la ciudad de México para estudiar junto con sus amigos Raúl Rangel Frías y José Alvarado, pero antes de dar este paso participó en la campaña de un general nuevoleonés candidato a la presidencia de México; sin embargo, el primer discurso que Juan Manuel Elizondo pronunció, provocó que lo sacaran de la ciudad.
Posteriormente fue al estado de Coahuila, donde también apoyó en la candidatura del hermano de Francisco I. Madero (ex presidente de México) quien aspiraba a gobernador de ese estado. En esa ocasión también salió de la ciudad porque el discurso que pronunció tampoco fue del agrado del candidato.
Por fin decidió estudiar con sus amigos, pero sólo las clases que le interesaban.
“Nosotros no teníamos nada que ver con los grados, sólo con el saber. No éramos de títulos, es decir nosotros enseñábamos a los maestros y sabíamos más que ellos, dábamos conferencias y escribíamos”, explica el hombre de cabello cano.
Para él, su aspiración no era conseguir un título, sólo era el tener el conocimiento y por esta razón acudía a la biblioteca de la Secretaría de Hacienda varias horas, para aprender sobre política y economía. Una de las clases que no se perdía era Derecho Constitucional, pues a otras materias -dice- no prefería entrar.
Al concluir su educación en la facultad de Derecho y Economía regresó a Monterrey, donde se vivían movimientos obrero-patronales y se involucró como asesor legal de las comisiones. Fue un miembro fundador de la Confederación de Trabajadores de México; también de la sección 67 del Sindicato de Mineros, de la delegación mexicana a la Conferencia Mundial de San Francisco para fundar la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en 1945.
También fue senador de la República de 1946 a 1952 y fundador del periódico semanal Buró de Investigación Política, entre otros.
HERMANOS
Juan Manuel Elizondo explica que la amistad que tuvo con Raúl Rangel Frías y José Alvarado fue fuerte y se frecuentaron hasta el último día de sus vidas.
“La amistad que nosotros llevamos, especialmente entre los tres, está cerca del término fraterno. Nunca tuvimos apuros, al contrario, alguien conseguía libros y no los prestábamos, eran libros caros que llegaban de Europa, estábamos al tanto de lo nuevo”, explica el líder sindical.
En cuanto a su amistad con Raúl Rangel Frías recuerda sus éxitos cuando regresó de la ciudad de México y pudo cristalizar en Monterrey el sueño que tuvieron los tres amigos en cuando a su universidad.
“Rangel Frías se propuso crear una universidad igual a la que seis años antes nos habíamos propuesto fundar; por ejemplo, construir Ciudad Universitaria.
“Después que trabaja en esto, el presidente Ruiz Cortines lo llamó y le propuso que fuese gobernador del estado… para mí ha sido el mejor desde muchos puntos de vista porque fue un verdadero intelectual”, dice con orgullo.
Explica que algunas de las obras que realizó fue la construcción de una carretera que unía al municipio de Linares con el resto de la población, además de Matehuala y Galeana. También elogió la acertada obra de la construcción de la presa de la Boca que evitó que las compañías cerveceras y refresqueras consumieran la mayor parte del agua de la comunidad.
“Hizo obras subterráneas para abastecer de agua a Villa de Santiago; su obra no se veía y no tenía que tener florecitas. Eso es lo que tenía que hacer un hombre recto, cumplir con su función”, sentencia.
Juan Manuel Elizondo es un hombre disciplinado de carácter fuerte y con un hábito de lectura, pues diariamente dedica dos horas para leer sus libros además del periódico. En su hogar tiene dos bibliotecas y su ejemplo lo ha tratado de inculcar a sus seis hijos: Juan Manuel, Alfredo, Linda, Angelina, Graciela y María Elena; también a sus nietos y bisnietos.
Algunos de las profesiones que ejercen sus vástagos son: director de una fábrica de acero, otra se desarrolla como química, otra se encuentra al frente de una universidad en Ciudad Acuña, Coahuila.
Para este líder una de las tareas del hombre debe ser el trascender.
“Un hombres trasciende con su obra, con su pensamiento, cuando su pensamiento es válido en la generación que sigue”, concluye Juan Manuel Elizondo.
JUAN MANUEL ELIZONDO
:: Nació en Coahuila, en 1910, en el municipio de San Buenaventura.
:: Bachillerato: Colegio civil del Estado de Nuevo León.
:: 1932 Coautor, con Rangel Frías y José Alvarado, de la iniciativa ante el Tercer Congreso de la Confederación Nacional de Estudiantes para la creación en Monterrey de la Universidad de NL.
:: Fundador del Club que postuló en Nuevo León la candidatura presidencial del Gral. Antonio I. Villarreal en 1934.
:: Expulsado del Estado por haber participado en la fundación del Club Villarrealista.
:: Estudios selectivos en las facultades de Derecho y de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México.
:: Profesor de Teoría Económica en la Universidad Gabino Barrera, después Universidad Obrera de México.
:: Fundador de la CTM.
:: Miembro del Comité Nacional del Sindicato Nacional de Artes Gráficas.
:: Miembro de la Sección 67 del Sindicato de Mineros de Monterrey.
:: Organizador de varias secciones del Sindicato de Mineros en Zacatecas, Oaxaca y Chihuahua.
:: Secretario General del Comité Nacional del Sindicato de Mineros. 1942-1946. Tiempo de Guerra.
:: Miembro del Consejo Supremo de la Defensa Nacional.
:: Fundador y miembro del Primer Consejo Técnico del Instituto Mexicano del Seguro Social.
:: Socio fundador de la Confederación de Trabajadores de América Latina. CTAL.
:: Socio fundador de la Federación Sindical Mundial. París, 1945.
:: Miembro de la delegación mexicana a la Confederación Munidal de San Francisco para fundar las Naciones Unidas. ONU. 1945.
:: Delegado mexicano a varias confe-rencias de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). París, Ginebra, Roma, Praga.
:: Miembro de la delegación mexicana al Segundo Congreso Mundial por la Paz. Varsovia, Polonia. 1950.
:: Prisionero en el Castillo del Morro, en La Habana, Cuba, junto con Vicente Lombardo Toledano y el Gral. Heriberto Jara, por participar con los cubanos en la lucha por la paz mundial.
:: Prisionero en Amsterdan, Holanda, Junto con el grabador mexicano Leopoldo Méndez, por participar en el Tercer Consejo del Comité Mundial por la Paz, en Praga, Checoslovaquia.
:: Senador de la República. 1946-1952.
:: Fundador y primer vicepresidente del Partido Popular.
:: Autor de la primera iniciativa de Ley, en el Senado, para establecer en México la representación proporcional en la Cámara de Diputados.
:: Fundador y corredactor del periódico semanal Buró de Investigación Política (BIP) con Horacio Quiñones.
:: Editor y redactor del periódico semanal Carta de México.
:: Diputado del Congreso de la Unión.
:: Miembro de las delegaciones mexicanas a las conferencias Interparlamentarias de Helsinki y Moscú.