Aunque las principales tragedias tras el huracán Álex se vieron en los sectores aledaños a los cauces de agua, hubo áreas en donde a pesar de ser zonas residenciales la catástrofe no los perdonó.
La colonia Visión de la Huasteca en Santa Catarina es una de las localidades más afectadas en esta región, y es que los deslaves provenientes del cerro de las Mitras se albergaron adentro de las viviendas dejando el mobiliario en pérdida total.
Ni el cumplir con los pagos puntuales de 4 mil 229 pesos al mes para no perder el seguro de la vivienda le sirvió a la familia Moreno Zavala, quienes a un mes del paso del meteoro siguen esperando una respuesta.
Del otro lado de la formación rocosa, en Cumbres, don Salvador Reyes responsabiliza de manera directa a los constructores, quienes a pesar de conocer los riesgos construyeron sobre pasos de agua; además, critica al gobierno y otras instituciones que no han acudido para ver qué necesitan, ante la creencia de que tienen dinero.
Resignados de que nadie acudirá a regalarles nada, estos afectados han decidido comenzar por cuenta propia su reconstrucción, sin importar el esfuerzo y sacrificio que esto traiga consigo.
“NOS HAN PEDIDO
TANTAS COSAS”
Los días de este último mes para la familia Moreno Zavala han sido largos y angustiantes, y es que al verse dañados en su patrimonio tras el paso del huracán Álex lo único que han hecho es gastar lo poco que tienen y endeudarse más.
Marybel Zavala, madre de esta familia avecinada en la colonia Visión de la Huasteca en Santa Catarina, mencionó que el fenómeno meteorológico acabó con todas sus pertenencias ubicadas en la primera planta, y es que los deslaves provenientes del cerro de las Mitras arrasaron todo a su paso.
“Yo me asusté por que el vecino empezó a gritar que nos saliéramos por que la barda se iba a caer, ya iba a un nivel muy alto, él empezó a romper la bardar y cayó el agua, eran como las seis de la tarde.
“Como se desgajó el cerro empezó a bajar infinidad de piedras y de agua, el agua nos subió más o menos un metro”, recordó.
En su vivienda ya son pocos los recuerdos que quedan de aquel día, y es que se han dado a la tarea de limpiar el lugar, así como comprar nuevos muebles a plazos para comodidad de ellos y sus dos pequeños hijos.
Las pérdidas para esta familia son grandes, su esposo de oficio mecánico, se quedó sin gran parte de sus herramientas que tenía en el patio de la casa, la cocineta que tenían construida en la parte de atrás también fue pérdida total, junto con la despensa que acababan de surtir.
La sala, comedor, refrigerador, boiler, estufa y otros enseres ya no sirvieron más; tampoco una nevera en donde almacenaba helados y que le dejaban una ganancia de al menos 4 mil pesos al mes.
Su vagoneta aún espera en la cochera turno para ser arreglada, pero doña Marybel asegura que por el momento hay otras prioridades.
“Nosotros ya pintamos, todo ha corrido por nuestra cuenta por que pues teníamos que arreglar, el niño tiene asma y pues aquí quedó lodo y tierra, se llenó la casa de hongos, la pared, por toda el agua que se penetró, no podíamos estar así esperando a que el seguro nos resolviera.
“Mi camioneta ahí está parada por que el agua que se metió la dañó, pero pues hay que darle prioridad a la casa por que aquí estoy con los niños todo el día”, señaló.
Dejando un poco de lado las labores del hogar, la mujer se ha encargado estos últimos días de documentar su caso y armar un expediente, con la esperanza de que alguien voltee a ver su situación.
Documentos de Protección Civil, cartas dirigidas al municipio, fotografías y hasta dictámenes de peritos, integran el documento que cada día se engrasó más.
“Las aseguradoras nos están pidiendo tantas cosas, y no nos han hecho el pago, nos cobran 5 mil pesos el peritaje por casa y tan sólo nos ofrecen 11 mil pesos menos el deducible, nos quedarían 6 mil pesos”, explicó.
Hasta el momento ya cuenta con el aval de un eléctrico que inspeccionó sus electrodomésticos, y un arquitecto, quien valuó sus daños en 19 mil pesos. Por lo pronto, por los servicios de ambos ya ha tenido que pagar 3 mil pesos.
Los nuevos muebles los sacó a plazos por los siguientes 12 meses, mismos en los que tendrá que pagar unos mil 500 pesos, además de los 4 mil 229 de la mensualidad de la vivienda que puntualmente tienen que seguir pagando, de lo contrario pierden el seguro que hasta el momento no les ha servido de nada.
Lamentablemente, esta no es la primera ocasión que atraviesan por esto, ya que cuando Emily azotó sus hogares también presentaron destrozos, aunque en menor intensidad. A pesar de ello, no están dispuestos a abandonar el lugar si no les ofrecen una vivienda similar, y es que ya han liquidado al menos 280 mil pesos y aún les quedan 15 años más por cubrir.
“Es algo bien pesado, yo me tengo que estar moviendo, mi esposo me ayuda a atender a mis hijos, hay que movernos por que es el patrimonio de mis hijos y yo ya no quiero vivir esto que vivimos, fue algo bien pesado”, dijo entre lágrimas.
UN MES COMPLICADO
Elvira Guevara Medrano y Guadalupe Gutiérrez forman parte de otras dos familias afectadas por el Álex en la colonia Visión de la Huasteca, en Santa Catarina. Ambas tratan de reponerse y esperan que pronto pase ese trago amargo.
Doña Elvira mencionó que aunque perdieron todos sus muebles y no tienen otro lugar donde ir, su hogar es de renta, por lo que el estado de la vivienda no es motivo de preocupación para ellos, ya que en cualquier momento pueden cambiar de residencia.
“La verdad sí es difícil pero pues ahí vamos pasando, hay vecinas que sí les entró la depresión por esto y andan batallando, pues bueno las entiendo por que ellas sí viven aquí, uno que está rentando pues se va”, dijo la habitante de la calle Paseo del Acueducto.
Ante la pérdida de sus muebles, el rentero los apoyó bajándoles de 2 mil a mil 500 la mensualidad “mientras se acomodan”, y aunque aún no tienen definido, posiblemente aquí se quedarán, ya que apenas llevan tres meses habitando este lugar.
Con montones de tierra como vecino frente a la vivienda, la madre de familia asegura que es difícil mantener la casa limpia, más aún cuando las puertas han quedado dañadas por el agua.
En su caso, a la lista de molestias tiene que sumarle que a sus pequeños les salieron erupciones en la piel a causa de la humedad del lugar. A un mes del meteoro las molestias para ellos no han pasado, con muebles prestados y limpiando día a día las piedras que aún salen, esta familia desea pronto reponerse.
Contrario a Elvira, la principal preocupación de doña Guadalupe Gutiérrez es el estado de su hogar. Apenas las condiciones del clima permitieron comenzar las labores de limpieza, la ama de casa descubrió que su vivienda ahora cuenta con 17 nuevas cuarteaduras.
Los daños de sus muebles los tiene calculados en 60 mil pesos, sin contar todo lo que está afuera de la vivienda, como el barandal que cedió ante las piedras y escurrimientos que bajaron del cerro de las Mitras.
Gracias a los dictámenes emitidos por Protección Civil, la vecina sabe que se encuentran asentados sobre un arroyo seco, por lo que su preocupación no termina con sólo dejar de correr el agua.
“Todo ha sido difícil, ha habido inestabilidad, miedo, la verdad ya no estamos agusto por que más que nada es el miedo de estar aquí, saber que si llueve va a ser lo mismo. El crédito es a 30 años y llevamos cinco, imagínese en esos años cuántos huracanes no irán a pasar”, dijo la angustiada mujer.
Incluso, también han escuchado señalamientos malintencionados en el que los juzgan por comprar en este lugar; sin embargo, se defiende aclarando que su único objetivo era establecer su patrimonio con todas las de la ley, haciendo sus pagos correspondientes.
“Hemos escuchado de todo, hubo comentarios de que ellos no fueron los que escogieron las casas, sino nosotros, pero pues bueno, nosotros no somos ingenieros, ni arquitectos, ni peritos como para checar primero el terreno y luego comprar una casa”, sentenció.
“SÓLO VAN CON LOS POBRES”
Luego de que por algunas horas la casa de Salvador Reyes se convirtiera en paso de agua, el también conocido como vital líquido le dejó daños por al menos 300 mil pesos en su vivienda.
El habitante de la colonia Cumbres 4o. sector dijo que aunque a simple vista el daño más importante es la barda del patio, desde la puerta de la vivienda se percibe el penetrante olor a humedad.
“Se rompió el vidrio de la puerta y se metió el agua por toda esta área, a la planta de abajo, abrimos las puertas, se metió al jardín y ahí se acumuló el agua, duró siete horas y terminó por aflojar todos los cimientos y como a las cuatro de la mañana se oyó el tronido de la barda”, mencionó.
El hombre asegura que en 10 años que tienen viviendo en este lugar es la primera vez que les pasa algo similar, pero nunca pensaron que el vivir en este sector pudiera representar un riesgo.
“Uno confía en los constructores y resulta que son muy ladinos, están peor que los burócratas, realmente a mí no me pasó nada a comparación de otros, hubo a quien se le derrumbó su casa, los carros hundidos, por que hay avenidas que son cañadas naturales que mañosamente hicieron calles, entonces baja toda el agua y pues lógicamente busca su cauce”, dijo.
La construcción de un muro de contención en la parte posterior de su vivienda tendrá un costo de 70 mil pesos, mismos que se suman al cambio de duela, yeso y pintura, por lo que la inversión será de al menos 300 mil pesos.
“Voy a tener que hacer una serie de obras, al frente voy a poner unas tapas metálicas con preparaciones hidráulicas para que cuando llueva levantarlas y que sirva de muro de contención.
“A la casa no le paso nada, lo que se dañó fue la barda que no estaba preparada para un siniestro como éste, pero lo que le molesta a la gente es que la defraude el gobierno, que la defrauden los constructores, eso es lo que da coraje”, aseguró.
Otra de las molestias del vecino es que a pesar de que las autoridades conocen la dimensión de la tragedia, hasta su vivienda nadie ha acudido a ofrecer ayuda.
“Van con los pobres, aquí creen que todos somos ricos, piensan que por que vivimos aquí todos somos ricos, aquí no vienen, dijeron que no iban a cobrar lo del agua y a mí ya me llegó el recibo del agua, no sé a quién no le iba a cobrar.
“Aquí no viene nadie, aquí nomas vienen cada tres años a pedirte los diputados que votes por ellos, pero después nadie se para ni te ayuda, lo que haces tú lo haces por ti mismo, pero eso sí, todo mundo viene a pedir que de los bomberos, que de la asociación, todos vienen a pedir pero nunca tocan a ver qué necesitas”, mencionó.
A unas cuadras de este lugar la incomodidad es diferente, para Yolanda Moreno Vargas la principal molestia han sido los obstáculos al salir de su vivienda, misma que ahora tiene una maquinaria pesada a la puerta, la cual trabaja en la reconstrucción de la calle Paseo de los Conquistadores.
Tras el barandal de su vivienda todo transcurre de manera normal, sólo el molesto polvo que se cuela al hogar y el vehículo que en la cochera tendrá que esperar a que la calle sea reparada para volver a circular.
“A nosotros nos fue bien, sólo que el día que empezó la lluvia empezó a correr el agua aquí enfrente, (por la calle) y pues levantó todo el pavimento, pero ahora ya lo andan arreglando”, expresó.
Sin embargo, aunque no fue afectada de manera directa en su patrimonio, su vivienda exhibe una pequeña manta que reza “Atención autoridades, NO más fraccionamientos en el cerro de las Mitras, construyen represa en zona urbana, ponen en peligro a cientos de familias del poniente.”