Apenas empezaba a vivir, tenía muchos planes y aspiraciones. Ella alegraba los días de quienes la rodeaban porque no le gustaba ver triste a las personas, mucho menos a sus padres.
Hoy, sin embargo, su muerte, tras ser raptada en una casa de Playa Miramar en Tampico, enlutó un hogar en el que antes había sólo sonrisas y felicidad.
Inocencia, nobleza y amabilidad, era lo que caracterizaba a Melany Viridiana Gómez Ramón, que con apenas 7 años de edad, ya era muy consciente y madura.
Cursaba segundo grado en la Escuela Primaria Eugenio Garza Lagüera donde siempre se esmeraba por ser una alumna de 10.
Este año obtuvo un promedio de 9.0, peros sus padres Mario Emanuel Gómez Téllez y Liliana Ramón Rodríguez se sentían orgullosos porque había mucha competencia.
“Nunca tuve ninguna queja de ella, le echaba muchas ganas, se preocupaba mucho porque le fuera bien. Yo siempre le decía que me quería sentir orgullosa de ella, le fomenté que estudiara”, expresó la madre de la menor.
A la pequeña le gustaba mucho bailar bachata, siendo su cantante favorita Maite Perroni; también le gustaba el reggaetón y participar en los eventos escolares.
“Le encantaban los bailables de la escuela. En lo que le pusieran ella participaba, nunca decía no, no era vergonzosa”, recordó Mario Gómez.
Resaltaba mucho en Matemáticas, se sabía las tablas del uno al nueve a la perfección, era la materia en la que mejor resultados obtenía. A diferencia de la lectura, ya que aún no conseguía leer fluido.
Quería ser ingeniera como su mamá o doctora, ya desde pequeña se planteaba la idea de estudiar una carrera.
Además de bailar, de cantar y de jugar, la niña de 7 años de edad era fotogénica y le fascinaba que le tomaran fotografías.
“Le gustaba que le tomaran fotos y ponía sus poses ´sexys´, ´fashion´ o como angelito. Sólo le decías sexy y se ponía las manos en la cintura o se le ocurría una pose”, comentaron los padres.
Pero además de ser buena alumna, también era una niña con pensamientos muy nobles.
Sus padres recuerdan que cuando una primita de Melany se quemó el rostro, ella le comentó a su mama: “Mami, mejor me hubiera quemado yo, para que a Kimberly no le doliera”.
Lo que sorprendió mucho a los papás de la menor, les resultaba extraño que a esa edad ya tuviera ese tipo de pensamientos, por eso la describen como un ángel.
Una niña muy independiente
Desde muy pequeña se bañaba y se vestía sola. Elegía su ropa porque Liliana, su madre, la enseñó a combinar colores.
“Mi papá tiene una anécdota muy graciosa, una vez que la dejamos aquí con sus abuelos, mi papá la vistió. Melany vio lo que traía puesto y le dijo ´no abuelito, esto no combina con esto´. Apenas tenía 5 años”, mencionó entre risas Mario Gómez.
Su sentido del humor era muy ligero, la cosa más mínima le causaba una risa a carcajadas, ya fuera viendo su serie favorita, “El chavo animado”, o algo gracioso por la televisión.
Los juegos favoritos de la pequeña eran los relacionados a las muñecas, las princesas y una cocina en tamaño escala donde pasaba horas “cocinando”.
Y es que a pesar de ser hija única, y que sus papás la consentían y le daban lo que quería, le enseñaron a ganarse las cosas.
Le inculcaron a ahorrar y como no sabía ir a la tienda, no gastaba en nada.
“Sí conocía el valor de las monedas y billetes, pero nunca la dejamos ir sola a la tienda”, explicó el padre.
Mario Gómez recordó una ocasión, que antes de la quincena se quedaron cortos de dinero y Melany fue por sus ahorros y les dijo: “Yo les presto y ya cuando sea quincena me los pagan”.
En cada oportunidad le hacía el recordatorio a su papa: “Papi, me debes 200 pesos” y se mantenía muy al pendiente de cuándo sería quincena.
“Ella no gastaba ese dinero, lo estaba juntando para comprarse un carro de Barbie que costaba mil 300 pesos”, dijo Liliana Ramón.
Por lo que también la describen como compartida, pues a pesar de querer ese “carrito”, estaba dispuesta a ayudar a sus padres.
Otra característica de la pequeña es que era muy platicadora y que cuando escuchaba lo hacía muy atenta.
“Ella hacía amistad con cualquier niño o niña que se encontrara, no necesitaba conocerlos, pero a donde fuéramos siempre jugaba, los invitaba a jugar”, enunció el papá.
Lilia Ramón explicó que al ser hija única, pues la salidas familiares, únicamente eran ellos tres (ella, su esposo y si hija), por lo que buscaba con quién jugar.
También le gustaba cantar los coros de la iglesia como “El amor de Dios” y su favorita “Ángeles”.
Divino Niño Jesús es la iglesia a la que acudían cada viernes, ubicada en Real de San José en Juárez, Nuevo León.
La madre de la menor acudía a un grupo religioso, se presentaba un tema para los padres de familia y en ese laps los niños jugaban.
“Cada último viernes del mes aprovechábamos, hacíamos un convivio y celebrábamos los cumpleaños del mes con ‘Las Mañanitas’ y una merienda”, dijo Liliana Ramón.
Por eso, cada viernes, Melany quería ir a la colonia para pasar tiempo con sus amiguitos.
La forma de hablar de la niña era muy expresiva, siempre utilizaba las manos para manifestar una opinión o para platicar lo que fuera.
Además en su afán de no ver a sus padres tristes, les daba consuelo en momentos difíciles.
“Cuando mi mamá falleció, hace como tres años, Melany estaba conmigo en Querétaro y mi esposo aquí (Monterrey), trabajando.
“Ella era la que me consolaba, la que no me dejaba llorar, venía y me limpiaba mis lágrimas. Me decía: ´Mami, ya no llores, mi abuelita está en el cielo y te está viendo todos los días”, recordó la madre.
En estas fechas, cuando se pone a llorar, se imagina su hija dándole las mismas palabras de consuelo, dándole besos y pidiéndole no estar triste.
Por tal motivo los padres tratan de mantenerse sereno ante la pérdida de su única hija.
“Teníamos muchos planes”
En cada cumpleaños de la pequeña, el cual celebraban el 15 de diciembre, sus padres le daban a elegir entre regalos o fiesta.
Para esta ocasión, Melany había decidido una fiesta, en salón y con la temática de “Frozen” (película animada de moda).
Ya habían hablado de cómo sería la fiesta, el vestuario que tendría, pero no imaginaron que el cumpleaños número ocho de su primogénita no se celebraría.
“Para cada fiesta elegía una princesa diferente, ya le habíamos hecho de Bella, Cenicienta y Blanca Nieves”, dijo Liliana Ramón.
Agregó que también quería colocar la placa en su domicilio, ubicado en la colonia Vistas del Río en el municipio de Juárez, para que Melany pudiera jugar bajo la sombra.
También tenían el anhelo de hacerle su cuarto en el segundo piso, ya que la casa es muy pequeña y la niña soñaba con tener su espacio.
“Pero no, ahora ya no sé, le digo a Mario que ya no quiero hacer nada”.
“Es que todos los planes que hacíamos era para ella, todo era en bienestar de mi hija, planeábamos un futuro con ella”, enfatizó Mario Gómez.
Agregó que hace poco tiempo se había dispuesto a recopilar las fotos de su pequeña hija, para el videoclip de los 15 años y quería tener todo en orden para cuando se llegara el día.
“Una nunca se imagina que le arrebatarán a sus hijos y menos de esta forma, yo siempre pensé que me iría yo primero, por eso quería hacer a Melany muy independiente, en caso de que algo me llegará a pasar”.
Unas vacaciones muy esperadas
Estaba por concluir el ciclo escolar, Melany contaba los días para disfrutar de unas vacaciones en la playa Miramar. Cada semana preguntaba a sus padres cuánto faltaba para irse, muy impaciente.
Desde inicios de años, la familia comenzó a abonar 50 pesos por semana para los gastos del traslado, para que cuando se llegara la fecha, sólo restara la comida y hospedaje.
“El plan era irnos el jueves en la tarde y regresar el domingo en la tarde, para estar en Monterrey el mismo domingo, pero en la noche. Fuimos alrededor de 45 personas”, comentó Mario Gómez.
La familia recuerda que dos años atrás habían visitado la misma playa, en la misma fecha, se había vuelto como una especie de tradición, visitar Miramar en verano.
“Ya habíamos ido y la gente es muy tranquila, se duerme con las puertas abiertas y la misma gente comenta que el lugar es tranquilo”, expresó Liliana Ramón.
Al ser la playa que les queda más cerca, el propósito era visitar un lugar con menos concurrencia de turistas, ya que en la familia abundan los niños y querían resguardarlos y poder tenerlos a todos bien vigilados.
El jueves 17 de julio llegaron, disfrutaron de la playa. Melany estaba feliz de estar en el agua y jugando con sus primos.
Pero el panorama cambió de la noche a la mañana, las que serían unas vacaciones más en Ciudad Madero, Tamaulipas, terminaron por dejar un vacío y un dolor tremendo en los familiares de Melany Viridiana Gómez Ramón.
La madrugada del viernes 18 de julio, la pequeña fue sustraída de un departamento que rentó la familia a orillas de la playa; la madre adormilada alcanzó a ver una silueta que entró a la habitación donde estaban ella, Melany y otros primos.
“Estábamos en la misma habitación, la niña no hizo ningún sonido y de hecho yo pensé que alguien cambiaba a su niña de cama.
“Éramos toda la familia directa en la misma casa, ese era el plan, irnos todos en familia, rentar una casa… estar todos juntos”, dijo la madre de Melany.
Los padres no saben a ciencia cierta si la puerta tenía llave, porque no fueron los últimos en entrar, pero recuerdan que sí estaba cerrada.
Reconocen que tomaron mucha confianza, no verificaron las cerraduras antes de ir a dormir, las ventanas estaban abiertas, pero tenían mosquiteras, recuerdan.
A partir de ahí comenzó la odisea, se levantó alrededor de las 3:00 horas, casi al instante de ver la silueta y al ver que su hija no estaba en su cama comenzó la búsqueda de la pequeña.
Salió, no vio a nadie y la familia también empezó a buscar a la menor. Toda la madrugada buscando.
“Fuimos al municipio a activar la alerta Amber, pero nos dijeron que ahí no había, que estaba en Ciudad Victoria, les dijimos que si íbamos para allá la levantaban y me dijeron que no, que se debía hacer en el lugar de la desaparición”, comentaron los padres.
Las autoridades de aquí fueron quienes presionaron para que se levantara la alerta, pero ya habían pasado 16 horas desde el rapto.
“Tenía mucho miedo que sacaran a mi hija del lugar, cada carro que veía pasar les hacía la parada, pero ninguno se paraba”, dijo la madre sollozando.
Posteriormente se dirigieron con los federales, quienes les argumentaron que debía existir una denuncia para poder movilizarse y que tenían que ir a la delegación municipal. Fueron y les avisaron que ahí no se hacía, que tendrían que ir al Ministerio Público, pero hasta las 9 de la mañana.
Ya habían transcurrido seis horas, desde las 3:00 hasta las 9:00 horas, tomaron la declaración y se llegó el mediodía del viernes.
“A esa hora me regresé a buscarla, en cada monte, en una casa vacía, por todos lados, tenía la esperanza de que ella estuviera encerrada y me escuchara”, expresó triste Liliana Ramón.
Al estar mucho tiempo con las autoridades, decidió imprimir las fotografías que había tomado con su celular, sacó copias y entre la familia las repartieron para continuar con la búsqueda.
“Después de que se puso la denuncia, el Ministerio Publico se vino con nosotros y empezó a buscarla hasta en la noche y después nos citaron otra vez a todos en el Ministerio Público y desde ahí ya no volvimos a salir sólo a dormir y regresar”, puntualizó Mario Gómez.
La tragedia
La familia asegura que no dejaron un solo rincón sin revisar, excepto el terreno donde la encontraron, porque ahí no podían entrar.
“A pesar de que la barda era de 1.20 cm de altura, al ser terrenos de la Marina, si te cruzas, te arriesgas a que te den un plomazo”, dijo el padre de Melany.
Pidieron permiso para ingresar o para que ellos mismos revisaran el predio perteneciente a la Primera Zona Naval, ubicado en el área conocida como Pineda Sur, a 500 metros de donde fue sustraída la pequeña.
“Ya era tarde, fue en la mañana el sábado que se acercó el municipio con un permiso para poder entrar y la encontraron”.
Alrededor de 15:45 horas, el cuerpo de Melany Viridiana Gómez Ramón fue encontrado a un costado de un árbol caído y recubierto de maleza.
Presentaba un hematoma generalizado en el rostro y sólo vestía playera color rosa.
Después de realizar las investigaciones, el procurador de Tamaulipas Ismael Quintanilla Acosta informó que la pequeña había muerto por asfixia.
Pero aún no finalizaban las investigaciones con los parientes de la pequeña, el domingo 20 de julio, los familiares estaban a espera de que les fuera entregado el cuerpo.
Sin embargo, las autoridades tamaulipecas debían interrogar a cada uno de los paseantes que compartieron el autobús con Melany.
Después de un día completo de interrogatorios, los restos de Melany fueron trasladados a Nuevo León.
Respuesta de las autoridades
Mario Gómez comenta que el procurador de Tamaulipas, Ismael Quintanilla Acosta, aún no le dice nada preciso.
Al comunicarse y preguntar acerca de las averiguaciones la respuesta es la misma, “créame que estamos investigando”.
Mientras que al procurador de Nuevo León, Adrián de la Garza, lo ha contactado para ver qué puede hacer y le comentó que en caso de que Tamaulipas ocupe personal para las investigaciones, él lo enviaría para agilizar el proceso y dar con el o los culpables.
“Cuando estuve allá, yo tuve contacto con la diputada Lucy Campos y la senadora Cristina Díaz, ellas dos nos hablaron para saber cómo nos podían ayudar, les planteábamos los problemas y agilizaban trámites”.
Los gastos del sepelio y el terreno para que descansara Melany en paz fueron cubiertos por la diputada Lucy Campos.
Por su parte el DIF de Juárez les ayudó con los camiones para transportar a la gente.
La senadora Cristina Díaz habló con sus colegas de lado de Tamaulipas, pidiéndoles el apoyo para la resolución del caso o para los trámites que ocupábamos, casi a diario estaban en contacto, aseguró el padre de familia.
A pesar de que en algunos medios de comunicación se manejan dos posibles sospechosos, Sotero Díaz Rojas y otra persona de nombre Efraín, Mario Gómez y Liliana Ramón no mencionaron nada al respecto y se limitaron a decir que no tienen ningún sospechoso.
“Nosotros nos íbamos a divertir, realmente nunca fuimos a visualizar a quienes estaban a nuestro alrededor, llegamos y los niños con el ansia del agua, conseguimos esa casa, dejamos las cosas, nos cambiamos y al agua”, dijeron los padres.
Además agregaron que son una familia muy unida y que su círculo es muy cerrado en el que sólo conviven ellos.
“Nosotros somos familia directa que nos vemos todos los fines de semana, que convivimos siempre. Nunca hay gente extraña con nosotros y menos cuando hay niños”, recalcó la madre de Melany.
“Es que todo esto viene una costumbre que tenemos, desde que vivía mi suegra, a ella no le gustaba tener gente extraña y menos tomando, aunque fuera en la banqueta”, complementó Mario Gómez.
Dan último adiós a Melany
El cuerpo de Melany Viridiana Gómez Ramón arribó a Nuevo León, el lunes 21 de julio, pasadas las 13:00 horas.
Fue recibida por cientos de familiares y amigos en la Iglesia Nuestra Señora de Guadalupe, ubicada en el municipio de Guadalupe.
Después de que sus padres y familiares viajaran con ella desde Tamaulipas a las 4:00 horas, cuando finalizaron los interrogatorios aplicados a sus padres y familiares que viajaron con ellos.
Al llegar fueron recibidos entre lágrimas y una profunda tristeza, los asistentes dieron el último adiós a la niña que fue encontrada sin vida el pasado 19 de julio en Ciudad Madero.
Con cantos y oraciones esperaron el inicio de la misa a las 16:00 horas, oficiada por el sacerdote Marcelo Varela, quien les brindó las condolencias a los padres de la fallecida, Mario Emanuel Gómez Téllez y Liliana Ramón Rodríguez.
“Nos hemos hecho insensibles al mal, tanto que no nos hacemos conscientes del dolor ajeno. Siempre quienes más sufren son los inocentes”, enfatizó el sacerdote.
Durante la misa se vivieron momentos de verdadero dramatismo, como cuando Liliana Ramón Rodríguez, madre de Melany, casi sufre un desmayo en el momento en que leía una epístola.
En la ceremonia el sacerdote dio lectura a unas palabras del arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera, quien exigió justicia para la niña asesinada y sus familiares.
“Este lamentable acontecimiento debe ser esclarecido, pedimos a Dios que las autoridades sigan trabajando arduamente y que los culpables sean castigados conforme a la ley”.
Durante la ceremonia se anunció que el dinero recolectado durante las ofrendas será utilizado para los gastos funerarios de la menor.
Posterior a la misa se realizó el sepelio en el panteón “Las Escobas”, ubicado en los límites de Guadalupe y Juárez.
Mientras los asistentes entonaban melodías religiosas, la tía de la pequeña lamentaba: “¿Por qué te la llevaste de esa manera señor? ¡Ayúdanos señor, ayúdanos! ¡Ayuda a mi hermana señor!”.
Liliana, madre de la pequeña, se veía débil y cansada, tanto que se le dificultaba permanecer de pie. Mientras tomaba las manos de su esposo, besaba la fotografía de su hija que estaba en el féretro.
Mencionó que cuando el padre Marcelo Varela oficiaba la misa, vio a su hija de la mano de Dios, se despedía de ella diciéndole y se veía muy feliz.
“Yo amaba ese cuerpecito, yo lo abrazaba. Yo te quise mucho, los bracitos tan chiquitos y esa carita, toda”.
Inundada en lágrimas enfatizó: “todos somos obras del Señor, pero no debemos dejar que el mal haga más daño”.
Mario Emanuel agradeció a Dios haber tenido a su hija por esos 7 años y mientras rezaban el Padre Nuestro y el Ave María indicó: “no quiero que mi hija me vea llorar, quiero que descanse tranquila”.
Al finalizar la ceremonia, grupos de danza bailaron en su honor y soltaron globos blancos en símbolo de paz, además de otros colores como símbolo de inocencia.
“Que le hagan justicia a mi hija”
Los padres de la menor, buscan que se haga justicia, que encuentren al culpable. Aunque reconocen que esto no les regresará su hija, con esto, reiteran, se evitará que otra persona pase por lo mismo.
“A la mejor uno de adulto comete muchos errores, pero que se desquiten con uno, no con un niño, no tienen ni siquiera malicia… Pido sólo eso, que encuentren al culpable”, enfatizó Mario Gómez.
“Que le hagan justicia a mi hija. Mi hija no merecía eso. La persona tiene que pagar, yo sé que Dios le prepara un castigo, pero también aquí en la tierra para que no siga haciendo daño, para que ninguna madre o padre sufra lo que nosotros sentimos”, pidió Liliana Ramón.
Aseguran que con esto, es como si les hubieran quitado la vida a ellos, su mundo fue derrumbado y sienten que no les queda nada, los ánimos y las fuerzas para vivir las obtienen al pensar en Melany, en lo que a ella la haría feliz.
“Quisiera retenerla aquí, pero sería una madre egoísta, mejor yo quiero que ella descanse, que esté feliz en el lugar donde esté. Yo sé que si ella me ve preocupada se pone triste, sufriría conmigo”, dijo la madre de la pequeña.