La época de elecciones representa una muy mala noticia para un sector de la población, como los familiares de las personas desaparecidas, quienes ven impotentes cómo las autoridades del gobierno olvidan atenderlos por estar más ocupados en las campañas y la disputa electoral.
El primero de julio los mexicanos vivirán la “fiesta democrática” más grande de la historia reciente al elegirse presidente de la República, 500 diputados y 128 senadores.
De cumplirse las proyecciones de las encuestas, en un hecho sin inédito, por primera vez la alternancia del Poder Ejecutivo recaería en un candidato de izquierda, lo que daría fin a casi 100 años de gobiernos derechistas en el país.
Sin embargo, para algunos, el cambio de partido en el gobierno no es sinónimo de alternancia y es tan sólo una extensión de las prácticas que actualmente se llevan a cabo.
Se trata de los familiares de las víctimas de desaparición forzada, quienes no han encontrado eco de sus plegarias en ninguno de los candidatos a la presidencia de la república.
En sus palabras, ni Andrés Manuel López Obrador de la coalición “Juntos Haremos Historia”, ni Ricardo Anaya de “México al Frente”, ni José Antonio Meade de “Todos por México”, ni los independientes Margarita Zavala y Jaime Rodríguez Calderón han hecho pronunciamiento concreto sobre su situación, panorama que ya se vislumbraba desde las precampañas.
Para Irma Leticia Hidalgo Rea, integrante de Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos de Nuevo León (FUNDENL), la apuesta a la presidencia es sobre “con quien les irá peor”.
“Este 2018 nosotros lo vemos con mucho pesimismo en todos los aspectos. También nos asusta la gente que quiere ser presidente de la república porque no sabemos con cuál de ellos vamos a estar peor.
“Lo que más nos asusta es que ya vimos de lo que son capaces. Este 2018 es para nosotros de un ánimo muy pesimista”, mencionó la activista.
Acorde a datos del Registro Nacional de Personas Desaparecidas, para octubre de 2017 se reconocían de forma oficial 34 mil 660 personas desaparecidas en todo el país, de las cuales el 8 por ciento correspondía a Nuevo León, lo que equivale a poco más de 3 mil casos.
Desde el inicio de la guerra contra el narcotráfico, impulsada por el ex presidente panista Felipe Calderón, se presume que en el país estén desaparecidas más de 100 mil personas si te toma en cuenta que sólo el dos por ciento de los casos son denunciados y contabilizados de forma oficial.
La crisis inició con Calderón, pero no tuvo freno con el priísta Enrique Peña Nieto y el panorama para los próximos seis años sigue siendo desolador.
Los familiares de neoloneses desaparecidos ya conocieron la alternancia más radical en la entidad y los resultados no fueron los esperados.
Tras el triunfo de Jaime Rodríguez Calderón en las urnas en 2015, se esperaba que las averiguaciones arreciaran, pero por el contrario, sufrieron un retroceso.
Apenas un año atrás y aún con la figura vigente de la Procuraduría, los miembros de FUNDENL recriminaron que tanto el primer titular de la dependencia –Roberto Flores- como el segundo –Bernardo González- sólo estancaron las averiguaciones ya iniciadas.
“Cada cambio de administración representa un retroceso, pues hay que retomar lo que ya se vio, volver a conocer. A nosotros nos impacta mucho el cambio del nuevo Procurador”, declaró a medios locales en abril de 2017, María Luisa Castellanos López, miembro de la organización.
Su voz fue secundada meses después por Hidalgo Rea, quien en enero pasado sentenció que tenían un mes de haber solicitado una audiencia con el entonces procurador Bernardo Reyes, pero que sólo recibían como respuesta “que estaba ocupado”.
Con el anticipo local, pocas esperanzas tienen que sus demandas sean escuchadas en el contexto nacional, menos ahora que se vive la algidez electoral.
Los familiares de los desaparecidos ven poco interés de las autoridades en acelerar sus investigaciones, pero mucha atención en los próximos comicios presidenciales.
Y es que, antes de que haya o no alternancia, el cambio de gobierno es un proceso que ya afecta el avance de las investigaciones de sus casos por la distracción de las autoridades.
“El proceso electoral retrasa todo. Lo vemos aquí en Nuevo León, todos están enfocados en eso. Incluso, Manuel González le llamó al entonces procurador para que se encargue de la seguridad electoral como si no tuviera trabajo que hacer.
“Los años electorales retrasan todo, si de por sí, siempre se la pasan de vacaciones o que vienen y van y este año más: dan por cerrado cualquier acceso a la justicia”, señaló en enero Hidalgo Rea.
Su opinión es compartida por la directora del Centro de Derechos Humanos “Fray Juan de Larios”, Blanca Martínez, quien considera que durante la época electoral lo poco que se hace, se hace peor.
“Las instituciones del Estado tienen sus ritmos y generalmente son de intereses políticos de quienes detentan el poder y eso las familias lo pueden dar fe: se cambian procuradores porque se fueron de chapulines a otros puestos.
“Esa es la historia de nuestro pésimo sistema. Y ahora en la coyuntura electoral para cambio de presidente de la República, pues ya está el movimiento de todo mundo. Eso implica que lo que no se hace o se hace muy mal lo hagan peor o hagan más vacío, pero también en esta coyuntura electoral queremos que todos aquellos que están queriendo disque ser electos por el pueblo para disque servir al pueblo se den cuenta que al asumir el poder tendrá la responsabilidad de dar razón a las organizaciones internacionales de esta tragedia.
“Que el sistema mexicano y el gobierno mexicano más allá que cambie de partido o no son responsables por la justicia y la seguridad y también en esta coyuntura electoral le haremos hincapié en que no puede haber un México en paz hasta que no se atienda en serio la grave tragedia de las desapariciones y la impunidad en el país”, sentenció.
UN LLAMADO A TRABAJAR
En enero, en vísperas de las precampañas, el gobernador interino de Nuevo León, Manuel González se reunió con los delegados federales en la entidad para pedir que no se distraigan durante la contienda electoral.
El llamado del Ejecutivo fue enérgico para señalar que serían vigilantes de la función de cada delegación.
Y es que, para nadie es un secreto que durante la algidez electoral algunas autoridades pueden olvidarse de sus labores para enfocarse a participar en la contienda de forma directa o discrecional.
De acuerdo al politólogo Francisco Cepeda, dicha distracción es inherente en las autoridades y afecta directamente a la ciudadanía.
En entrevista con Hora Cero, el joven detalló el fenómeno del despiste de las autoridades de los tres niveles de gobierno en época electoral.
> ¿Qué fenómeno ocurre durante la época electoral con las autoridades de los tres niveles de gobierno?
Durante el periodo electoral los tres niveles de gobierno, así como la mayoría de los responsables de la administración pública se concentran más en los resultados que dará dicho periodo, debido a que en un país como en México, las elecciones son la manifestación ciudadana de mayor relevancia, de tal manera que los representantes se ven preocupados por quienes vayan a resultar electos, ya que de esto dependerá en gran medida las relaciones de gobernabilidad y gobernanza que se darán mientras cumplan su cargo.
> ¿Por qué se distraen las autoridades?
Las autoridades se distraen principalmente por tres razones: una razón es concentrar sus esfuerzos en adscribirse a una campaña para colaborar en que algún candidato de su preferencia o de su partido llegue al cargo para poder mantener una mejor relación en los tres niveles. Otra razón, es que durante el periodo electoral los llamados “puestos de confianza” son repartidos en la campaña a través de un sistema meritorio, es decir, personas que con cargo o sin cargo, buscan llegar a un cargo administrativo como una secretaría y para ello tratan de destacar en la campaña política.
Finalmente se podría hablar de aquellos miembros de la administración pública que se alejan momentáneamente o centran su atención en buscar un cargo de elección popular delegando la dirección informalmente a otra persona.
> ¿Qué consecuencias acarrea?
La consecuencia directa podría recaer en el incumplimiento de las responsabilidades que tienen a su cargo ejercer, sin embargo, ahora por ejemplo, con la posibilidad de reelección por parte de los alcaldes estos pueden llegar a tener una actividad más intensa y realizar acciones más atractivas para la población con la intención de volver a resultar electos.
> ¿Hay manera de obligar a las autoridades a que se enfoquen en su trabajo y que no se distraigan?
Siempre las autoridades están sujetas a cumplir con sus funciones, pero también, siempre pueden buscar opciones para poder alejarse un poco de dichas funciones. Además, es importante recalcar que las autoridades son lo más alto de todo el entramado administrativo, por lo que a pesar de que los encargados estén “distraídos”, las actividades continúan, ya que el personal operativo normalmente se mantiene alejado de la cuestión política, eso sí, preocupados por quién será el nuevo responsable y sí este los mantendrá en sus puestos o traerá nuevo personal, generando un ambiente de incertidumbre.
> ¿Qué opinas del llamado del gobernador interino, Manuel González, hacia los delegados federales?
Es interesante que un gobernador interino pida evitar la distracción en tiempos electorales pues es inherente en los procesos electorales una cierta distracción ante la manifestación de la soberanía popular. Esta soberanía puede modificar todo un proceso administrativo al elegir a un nuevo candidato que cambie el rumbo de la anterior administración, generando una fuerte incertidumbre por diversas razones, como lo puede ser el cambio de paradigma a seguir por los nuevos encargados, que pueden (en caso de ser enemigos de la administración anterior) derrumbar todo el trabajo de los procesos anteriores o hacer cambios que puedan afectar los intereses particulares de diversos sectores favorecidos. Sin embargo, la situación más favorable para evitar la “distracción” por parte de las autoridades, es saber en el periodo electoral que el candidato de su mismo partido o de su misma corriente, va a resultar ganador en los comicios y los mantendrá en su puesto, dándole continuidad a la administración (para bien o para mal de los ciudadanos).
Por último, se debe tomar en cuenta, que un factor que podría ser considerado como distractor pero que es inherente al proceso electoral, es la preocupación por entregar las cuentas e información del periodo que termina antes de que ingrese la nueva administración que resultó electa, centrado todo su esfuerzo en el proceso de entrega y recepción de la administración pública.
> ¿En qué nivel de gobierno hay más distracción de las autoridades durante las campañas?
La distracción se puede dar en cualquier nivel y poder, ya que el proceso electoral afecta a todo el país e incluso a otros, de tal manera que no importa si las elecciones son locales, estatales o federales. Los procesos electorales son manifestaciones que sacuden los cimientos de todo el sistema administrativo de los países democráticos, pero lo importante no radica en que las autoridades se distraigan o no, sino que las personas no se distraigan en el periodo electoral, y se manifiesten como ciudadanos mediante un voto consciente que beneficie a todos, no solo a las autoridades que más allá del cumplimiento de sus funciones, busquen el voto del ciudadano distraído.