La crisis económica, la competencia ¨pirata¨ y la falta de romanticismo en las personas de esta generación están llevando al mariachi de esta ciudad a un callejón sin salida.
Secundino Luna, de 56 años de edad, ha trabajado en el centro de la ciudad por casi dos décadas y ha visto cómo el trabajo comienza a escasear para su grupo, el Mariachi Monterrey.
Alrededor de las 20:00 horas Luna se traslada en su camioneta desde la colonia La Pastora, en Guadalupe, hasta el cruce de Pino Suárez y Colón, donde por lo menos otros 20 grupos esperan de que un cliente llegue a solicitar de sus servicios.
“Ser Mariachi lo traemos en la sangre, me nació ser lo que soy por la música, me encanta esto, representa una cultura, nuestro traje charro es una responsabilidad y un orgullo, hemos tenido muchas evoluciones y somos profesionales, pero esto de la crisis nos ha afectado muchísimo, nuestros ingresos han bajado hasta en un 50 por ciento”, dice Luna.
“Hay mucha mala competencia, mucho mariachi ´pirata’, y la gente los contrata, pero a veces no saben ni cantar, los visten con el traje y ya dicen que son mariachis, la verdad está muy difícil la situación, tenemos que bajar el costo de las serenatas para sacar de perdido algo para comer”.
Para sobrevivir los charros han tenido que ir ahorrando, actualizándose y estar a la vanguardia en cuanto a repertorio musical y darse publicidad de boca en boca, ya que el costo para anunciarse en los periódicos es muy caro.
“Dependiendo del grado de dificultad de la canción es lo que nos tardamos en ensayar, a veces nos sale un tema en tres horas, a veces en más, pero sí tenemos que estarnos actualizando para darle al cliente lo que pide.
“Siempre piden canciones que ya son tradicionales como Hermoso cariño, pero a veces nos piden otras como de reggaeton, la gente que más nos busca es la mexicana, la extranjera muy poco, pero sí tenemos que estarnos actualizando”, dijo.
En el local ubicado en la avenida Pino Suárez -el cual utilizan para cambiarse y ensayar sus melodías-, Luna explicó que el costo de sus servicios es de 2 mil pesos por serenata, pero en ocasiones han tenido que disminuirlo a mil 500 pesos, dependiendo del lugar y la hora.
“Por ejemplo podemos ofrecer hasta dos serenatas por hora, que consiste en cantar siete canciones, ahorita a veces no hay ni una (serenata) diaria.
“El costo es de 2 mil pesos, pero a como está la crisis a veces tenemos que bajarlo a mil 500, y les digo: ´ya de perdido sacamos 150 para cada uno´, a veces nos llevamos en la semana nada más 200 pesos, ¡imagínese! y tenemos que ahorrar para cuando de plano no haya nada, y es que si uno no trabaja, no lleva como dicen ´el chivo a la casa´”, mencionó con tono triste.
Dice que antes les iba mucho mejor, los ingresos que recibían eran de 2 mil a 3 mil pesos por semana para cada uno.
Sin embargo, es muy optimista y aseguró que la crisis “no los tumbará” y esta tradición no terminará porque hay integrantes de todas las edades, además en ocasiones son herencia de familia.
“Muchos trabajan por gusto y otros por necesidad. No creo que termine esta tradición de los mariachis, la situación económica orilla a las personas a sumarse a trabajar de noche; hay muchos jóvenes de 13, 14 años, que andan trabajando, les gusta la música, otros son casos que ya vienen de familia, en lugar de que se vayan terminando los mariachis cada vez son más los que se integran por la crisis”, mencionó.
La mayoría de los mariachis tienen otro empleo para poder salir adelante.
comenzÓ por casualidad
Anteriormente Luna trabajaba en el Hospital Muguerza como intendente; en 1975 decidió junto con otros compañeros integrar un grupo de mariachis y aprendió a tocar gracias al apoyo de un maestro.
Años después integró el Mariachi Monterrey, donde ahora también trabaja Eduardo, uno de sus tres hijos.
Los integrantes del Mariachi Monterrey arriban al centro de la ciudad de lunes a sábado desde las 20:00 de la noche, donde esperan hasta por más de cuatro horas a que un cliente solicite una serenata o los contrate para una boda o XV años.
Dentro de las canciones más pedidas están El rey, El mariachi loco, Hermoso cariño, Emma y Tres regalos.
…Y LOS MARIACHIS CALLARON
Durante los meses de abril y mayo la alerta sanitaria provocó que los “mariachis callaran”.
Restaurantes, centros nocturnos y eventos sociales se cancelaran, al punto de que no había ni siquiera una serenata por noche.
“Nos pasábamos toda la semana sin trabajar, estaba totalmente muerto todo esto.
“Mayo es la mejor época del año, el 9 y 10; también en diciembre, a veces en todo un mes llevamos hasta 17 serenatas, pero ahora en mayo estuvo medio flojo”, dijo Luna.